Dialéctica erística o el arte de tener razón (8 page)

BOOK: Dialéctica erística o el arte de tener razón
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[4]
Doctrina sed vim promovet insitam
["Sólo la educación agudiza las facultades innatas". Horacio,
Carmina
IV, 4, 33].

[5]
Por otra parte, en el libro
De elenchis sophistices
, Aristóteles se esfuerza de forma especial por separar la dialéctica de la sofistica. La diferencia debe consistir en que los silogismos dialécticos son verdaderos tanto en la forma como en el contenido, mientras que los silogismos erísticos o sofísticos (que sólo se distinguen por el propósito, siendo en los primeros -"erísticos"- el de quedarse con la razón, y en los últimos -"sofísticos"- el de conseguir credibilidad y, mediante el a, obtener dinero) son falsos. Saber si las proposiciones son verdaderas en cuanto a su contenido es algo completamente incierto, pues el criterio para determinarlo no puede tomarse de ellas; tampoco quienes discuten tienen sobre esto la menor certeza, pues incluso la conclusión final de la disputa proporciona al respecto un resultado también incierto. Por lo tanto, debemos incluir la erística, la sofística y la peirástica en la
dialéctica
de Aristóteles y definirla como
el arte de tener razón en las discusiones
; naturalmente, la mejor ayuda para eso es que efectivamente se tenga razón objetiva en la cuestión a discutir; sin embargo, según la manera de pensar de la gente, esto no es suficiente y, por otra parte, dada la debilidad de su entendimiento, tampoco absolutamente necesario. Hay, pues, una serie de estrategias que al ser independientes del hecho de que se tenga razón objetiva, pueden ser utilizadas también cuando objetivamente no se tiene razón; si éste es el caso, tampoco es algo que nunca puede saberse con absoluta certeza.

Mi punto de vista es, por lo tanto, el de diferenciar la
dialéctica
de la
lógica
mucho más sutilmente de como lo hizo Aristóteles; es decir, dejar a la lógica la verdad objetiva, en tanto que ésta sea formal, y limitar la dialéctica al
arte de tener razón
. Por lo demás, no separar de el a la sofística y la erística, como hace Aristóteles, ya que esa diferencia se refiere a la verdad material objetiva sobre la que no podemos tener previamente algo claro, sino exclamar con Poncio Pilato "¿qué es la verdad?"; pues
veritas est in puteo
[la verdad está en lo profundo”], según el dicho de Demócrito (Diógenes Laercio, IX, 72). Se dice fácilmente que en la discusión no existe otro fin más que el de sacar a relucir la verdad; el hecho es que no se sabe donde reside, ya que tanto quiere desviársela mediante los argumentos del adversario como mediante los propios. Por lo demás,
re intellecta, in verbis simus faciles
["cuando se ha comprendido una cosa, es fácil ponerle palabras"]. Como, en general, es frecuente utilizar el nombre de
dialéctica
como equivalente al de lógica, deseamos denominar a nuestra disciplina
dialéctica erística.

[6]
(Siempre hay que distinguir claramente el objeto de una disciplina del de todas las demás).

[7]
Los conceptos pueden subsumirse dentro de ciertas clases como género o especie, causa y efecto, propiedad y contrariedad, posesión y privación, y otros afines; para estas clases sirven unas cuantas reglas generales: los
loci
. Por ejemplo, un locus de causa y efecto es: "la causa de la causa es causa del efecto" [Christian Wolf, Ontología, § 928]; aplicándolo obtenemos: "mi riqueza es la causa de mi felicidad, quien me ha dado la riqueza es el causante de mi felicidad".
Loci
de antónimos: 1) que se excluyen, por ejemplo, derecho y curvo. 2) Están en el mismo sujeto; por ejemplo, si el amor está en la voluntad también el odio. Si éste reside en el sentimiento, entonces también el amor. Si el alma no puede ser blanca, tampoco puede ser negra. 3) Si falta el grado mínimo, también el máximo: un hombre que no es justo tampoco es benévolo. Podrá observarse que
los
Loci
son ciertas verdades generales que conciernen a clases enteras de conceptos a los
que puede recurrirse en casos en casos concretos para fundar desde el os un argumento,
e incluso para apelar a el como universalmente evidente
. Sin embargo, la mayoría de los
tópoi
son muy engañosos y están sujetos a muchas excepciones. Por ejemplo, el
locus
siguiente: cosas contrapuestas tienen relaciones contrapuestas, por ejemplo, la virtud es bella, el vicio feo, la amistad es benevolente, la enemistad malévola. Mas ahora el derroche es un vicio, la avaricia una virtud; los tontos dicen la verdad, luego mienten los listos: no funciona. La muerte es un pasar, la vida un empezar: falso.

Ejemplo de la falacia de tales
tópoi
: Scoto Eurígena en el libro
De
praedestinatione,
cap. III, quiere refutar a los paganos que admiten en Dios dos
praedestinationes
[predestinaciones] (una la de los elegidos para la salvación, otra la de los destinados a la condenación) y utiliza para eso este topos (sólo Dios sabe de dónde lo habrán sacado): ["Las causas de lo que es opuesto entre sí, deben ser contrarias entre sí; pues que una e idéntica causa produzca un efecto contrario y otro no contrario es algo que prohíbe la razón"]. ¡Bien sea! Pero
experientia docet
[la experiencia enseña], que es el mismo calor el que endurece la arcilla y derrite la cera, y así cientos de ejemplos similares. Y aun así, el
topus
suena plausible. Eurígena construye tranquilamente su demostración a partir del
topus
, mas ésta no nos interesa. Una colección entera de
locis
con sus refutaciones es la recopilada por Baco d[e] Ver [ulamio] con el título
Coloris boni
et mali
. Pueden ser utilizadas aquí como ejemplos. El las denomina
sophismata
. También puede ser considerado un
locus
el argumento con el que Sócrates en
El banquete
demuestra a Agatón, que había atribuido al amor todas las cualidades excelentes, belleza, bondad, etc. , lo opuesto: "lo que se busca, no se posee; si el amor busca lo bel o y lo bueno, es que no los posee". Tiene algo de apariencia engañosa el que haya ciertas verdades reconocidas universalmente que sean aplicables a todo, y mediante las cuales se puede decidir en los casos singulares que se presentan, aun siendo éstos de muy diversas especies sin preocuparse mucho de sus aspectos específicos. (La ley de la compensación es propiamente un buen
locus
). Pero esto no resulta, sencil amente porque los conceptos han surgido por abstracción de las diferencias y porque comprenden las cosas más diversas que van quedando aparte cuando por medio de los conceptos se asocia y se determinan las cosa singulares de las más diversas especies, y sólo se decide según los conceptos generales. Es incluso algo connatural al hambre que al encontrarse acosado durante la discusión, intente refugiarse tras cualquier
topus
de carácter general.
Loci
son también la
lex parsimoniae naturae
[Ley de economía de la naturaleza] y el principio
natura nihil facit frustra
[la naturaleza no hace nada en vano]. Todas las sentencias son
loci
de tendencia práctica.

[8]
Veritas est in puteo,....
dicho de Democrito (Diógenes Laercio IX, 72 ). Con frecuencia ocurre que dos discuten apasionadamente, y luego cada uno vuelve a casa con la opinión del otro: han hecho un intercambio.

[9]
Según Diógenes Laercio, entre los numerosos escritos retóricos de Teofrastro perdidos en su totalidad, había uno cuyo título era [Discusión sobre la teoría de los discursos erístico] Esto tendría que ver con nuestro asunto.

[10]
Si contradice una verdad incuestionable, habremos reducido al adversario
ad absurdum
.

[11]
Toda luz puede apagarse /el intelecto es luz /el intelecto puede apagarse.

[12]
Los ejemplos ideados intencionalmente al respecto no poseen la sutileza suficiente como para engañar; por eso es aconsejable que cada uno haga acopio de los mismos sacándolos de su propia experiencia. Seria conveniente que a cada estratagema pudiese asignársele un nombre corto y preciso al que se pudiera recurrir en el momento oportuno para responder inmediatamente al uso de tal o cual estratagema.

[13]
Sophisma a dicto secundum quid ad dictum simpliciter
(sofisma que hace pasar una cosa dicha relativamente por absoluta). Este es el segundo
elenchus sophisticus
de Aristóteles (refutación sofística independiente de la dicción: esto es, del modo de hablar, si se hace en absoluto o no, o teniendo en cuenta un cómo, un cuándo o dónde, o en relación a alguna otra cosa cualquiera) (
Refutaciones sofísticas
, 5.[4,166b22]).

[14]
Perteneciente a la anterior.

[15]
Sobre esto, la estratagema 29.

[16]
Véase la estratagema 18.

[17]
Añadido en la edición de Haffmans. [N. del T.]

[18]
"Lo digo yo, lo dices tú, y al fin también aquel lo dice: "Tanto se ha dicho, que ya sólo queda ver lo que se dijo" (
Motto
Elegido por Goethe como encabezado de la parte polémica de su Teoría de Colores). [N. del T.]

[19]
Schopenhauer no trascribe en el texto original el ejemplo al que se refiere. Nosotros seguimos la versión de la edición Haffmans al hacerlo así. (
N. del T
.)

[20]
Oliver Goldsmith,
El vicario de Wakefield
, Trad. De Maria Isabel Gonzalez del Campo, Magisterio Español, Madrid, 1977, pp.79-80.[N.del T.]

[21]
(Al margen, anotación de Schopenahuer:) "Éste es el verdadero comienzo de la dialéctica" (N. del T.)

[22]
"LaB Dich nur zur Keiner Zeit / Zum Widerspruch verleiten: Weise verfallen in Unwissenheit,/ Wenn sie mit Unwissenden streinten" (J. W. Goethe,
Diván de Occidente y
Oriente
, Libro de las sentencias (6), 27. Trad. cast. De Rafael Casinos Asséns). (N. del T.)

[23]
Añadido en la edición Hubscher (T. 6, PII, p. 29. [N. del T.)

[24]
Los números que Schopenhauer asigna a las estratagemas no concuerdan con los asignados en el tratado de Dialéctica erística (N. del T.)

[25]
Edición de Hübscher (t. 6. PII, p. 31)

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