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El Escuadrón Rebelde, la mítica unidad de ala-X que jugó un papel decisivo en la destrucción de las Estrellas de la Muerte y en todas las grandes victorias obtenidas por la Alianza, había pagado un precio muy alto por su inapreciable contribución a la causa de los rebeldes.

Después de haber perdido muchas vidas, el Escuadrón Rebelde había acabado convirtiéndose en un símbolo amado y respetado que por fin parecía poder abandonar la lucha para pasar a ser un mero recuerdo inolvidable.

Pero la muerte del Emperador no bastó para acabar con el Imperio: los señores de la guerra todavía conservan un gran poder, y la temible presencia de Ysanne Isard, la implacable directora del servicio de inteligencia imperial conocida como Corazón de Hielo, amenaza con imponer nuevos horrores y tiranías a una galaxia que no parece capaz de sacudirse el yugo imperial.

Wedge Antilles, el comandante del Escuadrón Rebelde, sabe que la guerra no ha terminado y que su unidad tiene que volver a pagar el elevado precio en vidas exigido por su papel de punta de lanza del avance aliado. Una vez más, el Escuadrón Rebelde volverá a estar presente en los frentes de guerra para ocuparse de las misiones más arriesgadas y para aniquilar a los contingentes de cazas y naves de combate imperiales que protegen el camino hacia Coruscant, el corazón de un Imperio que se niega tozudamente a desaparecer.

Pero antes Antilles tendrá que enfrentarse a la difícil tarea de convertir a un grupo de jóvenes pilotos temerarios e indisciplinados en una auténtica unidad de guerreros espaciales capaces de operar como una maquinaria perfectamente engrasada. Esa tremenda tarea le obligará a conseguir que hombres como el thyferrano Bror Jace y el corelliano Corran Horn aprendan a confiar en pilotos alienígenas a los que acaban de conocer y, al mismo tiempo, lograrán superar las rivalidades que habían surgido entre ellos después de que ambos decidieran alzarse con el codiciado título de as del Escuadrón Rebelde.

Bajo la firme dirección del curtido comandante corelliano, el Escuadrón Rebelde se dispondrá a iniciar una nueva estela de victorias gloriosas y hazañas increíbles. Pero para ello tendrá que sobrevivir a las astutas trampas y los diabólicos planes de Ysanne Isard y de su mano derecha Kirtan Loor, el agente de inteligencia imperial dotado de una asombrosa memoria y una increíble retentiva visual. Isard y Loor estarán firmemente decididos a aniquilar al Escuadrón Rebelde y no se detendrán ante nada con tal de alcanzar su meta.

Michael A. Stackpole

El escuadrón rebelde

Ala-X 1

PUB v1.0

jukogo
17.05.12

Título original:
X-wing: Rogue Squadron

Colección: Ala-X 1 (el resto de la colección no ha sido publicado en España)

Cronología: 6 años D.B.Y (Después de la Batalla de Yavin)

Michael A. Stackpole, 1996

Traducción: Albert Solé

Diseño/retoque portada: Paul Youll

Editor original: jukogo (v1.0)

ePub base v2.0

A George Lucas

El universo que creó es tan mágico y está tan lleno de vida que recuerdo no sólo cuándo y dónde vi la película por primera vez, sino también cuándo y dónde vi su trailer. Si alguien me hubiera dicho que acabaría escribiendo aventuras que tienen lugar dentro de ese uni­verso, les hubiese dicho que estaban locos.

Una vez más, señor Lucas, ha conseguido que los sueños se con­virtieran en realidad.

Agradecimientos

El autor desearía dar las gracias a las siguientes personas por sus distintas contribuciones a este libro:

Silverstein, Tom Dupree y Ricia Mainhardt, por haberme metido en este lío; Sue Rostoni y Lucy Autrey Wilson, por haber conseguido que me resultara tan fácil trabajar en este universo; Kevin J. Anderson, Timothy Zahn, Kathy Tyers, Bill Smith, Bill Slavicsek, Peter Schweighofer, Michael Kogge y Dave Wolverton, por todo el material que han creado y por todos los consejos que llegaron a darme; Lawrence Holland y Edward Kilham, por los juegos de ordenador Ala-X y Caza TIE; Chris Taylor, por haberme indicado qué nave pilotaba Tycho en El retorno del Jedi; mis padres, mi hermana Kerin, mi hermano Patrick y su esposa Joy, por su apoyo y por darme ánimos (y por sus interminables esfuerzos para ordenar el resto de mis libros en los estantes de mi biblioteca); Dermis L. McKiernan, Jennifer Robertson, y especialmente Elizabeth T. Danford, por haber escuchado algunas partes de esta historia mientras estaba siendo escrita y por haber soportado semejante tortura con sonrisas y un evidente deseo de ayudar.

Dramatis personae

Escuadrón Rebelde

COMANDANTE WEDGE ANTILLES
(humano de Corellia)

CAPITÁN TYCHO CELCHU
(humano de Alderaan)

TENIENTE CORRAN HORN
(humano de Corellia)

OORYL QRYGG
(gandiano de Gand)

NAWARA VEN
(twi'lek de Ryloth)

RHYSATI YNR
(humana de Bespin)

BROR JACE
(humano de Thyferra)

ERISI DLARIT
(humana de Thyferra)

PESHK VRI'SYK
(bothano de Bothawui)

GAVIN DARKLIGHTER
(humano de Tatooine)

RIV SHIEL
(shistavaniano de Uvena III)

LUJAYNE FORGE
(humana de Kessel)

ANDOORNI HUI
(rodiana de Rodia)

ZRAII
(verpiniano de Roche G42)

M-3PO
(Emetrés; androide de protocolo y reglamentaciones)

SILBADOR
(unidad astromecánica R2-D2 de Corran)

MYNOCK
(unidad astromecánica R2-D2 de Wedge)

ALMIRANTE ACKBAR
(mon calamariano de Mon Calamari)

GENERAL HORTON SALM
(humano de Norvall II)

GENERAL LARIN KRE'FEY
(bothano de Bothawui)

CAPITÁN AFYON
(humano de Alderaan)

Tripulación del
Patinaje del Pulsar

MIRAX TERRIK
(humana de Corellia)

LIAT TSAYV
(sullustano de Sullusta)

Fuerzas imperiales

YSANNE ISARD, directora de la inteligencia imperial
(humana de Coruscant)

KIRTAN LOOR, agente de inteligencia
(humano de Churba)

GENERAL EVIR DERRICOTE
(humano de Kalla)

1

«Eres bueno, Corran, pero no eres ningún Luke Skywalker». Las mejillas de Corran Horn todavía ardían cada vez que se acordaba de la evaluación de su último ejercicio de simulador llevada a cabo por el comandante Antilles. Las palabras habían sido un simple comentario. No pretendían ser crueles y no fueron pronunciadas en un tono de crueldad, pero aun así habían herido profundamente a Corran. «Nunca he intentado sugerir que fuese tan buen piloto…».

Meneó la cabeza. «No, sólo querías que saltara a la vista y que resultara evidente para todos los que te rodean». Extendió el brazo y accionó los interruptores de arranque de los motores del simulador de ala-X.

—Verde Uno tiene cuatro contactos y está listo para funcionar. —Los interruptores, botones y monitores de la cabina cobraron vida a su alrededor con una serie de destellos—. Energía primaria y secundaria a nivel máximo.

Ooryl Qrygg, el gandiano que volaba como pareja suya en las misiones, comunicó un éxito de inicialización similar con voz entrecortada y estridente.

—Verde Dos en condiciones operacionales.

Verde Tres y Verde Cuatro emitieron su informe, y luego las pantallas externas cobraron vida y empezaron a proyectar un panorama estelar vacío.

—¿Has terminado los cálculos de navegación, Silbador?

La unidad R2 verde y blanca sentada junto a Corran respondió con un trino electrónico, y un instante después los datos de navegación empezaron a surgir del monitor principal de su simulador. Una suave presión sobre un botón bastó para que Corran transmitiera las mismas coordenadas a los otros pilotos del Grupo Verde.

—Que todas las unidades pasen a la velocidad lumínica. Punto de cita en el
Redención
.

Corran conectó el hiperimpulsor del ala-X y las estrellas se alargaron hasta convenirse en cilindros blancos, y después volvieron a convertirse en puntitos de luz y empezaron a girar lentamente, autotransformándose en un túnel de claridad blanca. Corran reprimió el impulso de utilizar la palanca de control para anular el giro. En el espacio, y especialmente en el hiperespacio, el arriba y el abajo eran relativos. La forma en que su nave se moviera a través del hiperespacio carecía de importancia: con tal de que permaneciera en el curso calculado por Silbador y hubiera alcanzado la velocidad suficiente antes de entrar en el hiperespacio, Corran llegaría intacto a su destino.

«Meterse de cabeza en un agujero negro haría que esta misión resultara bastante más fácil…». Todos los pilotos temían la misión del
Redención
. El escenario táctico estaba basado en un ataque imperial dirigido contra naves de evacuación antes de que la primera Estrella de la Muerte hubiera sido destruida. Mientras el
Redención
aguardaba la llegada de tres lanzaderas del servicio de evacuación médica y de la corbeta
Korolev
para recibir a sus heridos, la fragata imperial
Furor Guerrero
danzaba de un extremo a otro del sistema, iba lanzando al espacio cazas TIE y añadía bombarderos a la confusión general con el objetivo de causar los mayores daños posibles.

Los bombarderos, provistos de una carga máxima de cohetes, podían causar muchos daños. Todos los pilotos tenían su propio nombre para el escenario del
Redención
, y para ellos era conocido como el escenario del
Réquiem
. El
Furor Guerrero
sólo desplegaría cuatro cazas estelares y media docena de bombarderos —respectivamente conocidos en la jerga de los pilotos como «globos oculares» e «incautos»—, pero lo haría siguiendo tal pauta que a los pilotos les resultaría prácticamente imposible salvar al
Korolev
. La corbeta acababa quedando reducida a un blanco enorme, y los bombarderos apenas tenían que hacer ningún esfuerzo para poder descargar sus cohetes sobre ella.

Los puntos estelares volvieron a alargarse cuando el caza salió del hiperespacio. Corran vio al
Redención
hacia babor. Unos momentos después Silbador le informó de que los otros cazas y las lanzaderas del servicio de evacuación médica ya habían llegado. Los cazas anunciaron su presencia, y la primera lanzadera inició la maniobra de atraque en la cubierta del
Redención
.

—Verde Uno, aquí Verde Cuatro.

—Adelante, Cuatro.

—¿Seguimos las reglas, o vamos a hacer algo realmente original?

Corran titubeó durante unos momentos antes de responder. Al preguntar si seguirían las reglas, Nawara Ven se había referido a las teorías generalmente aceptadas sobre la situación. Éstas afirmaban que un piloto debía interpretar el papel de «sabueso de la flota» y avanzar a toda velocidad para entablar combate con el primer TIE mientras los otros tres cazas permanecían cerca de él para prestarle apoyo. Al parecer, mientras hubiera tres cazas disponibles el
Furor Guerrero
seguiría lanzando naves a una considerable distancia del
Korolev
. Cuando no era así, el comportamiento del enemigo se volvía más atrevido y todo el escenario se volvía considerablemente salvaje y encarnizado.

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