Escribo
fuera de sí
y me pregunto por qué será que Occidente carga negativamente esa expresión, como si implicara la desintegración o la locura, cuando estar fuera de sí es lo que permite estar en el otro, entrar en los demás, ser los demás. Siete por Tres andaba fuera de sí y parecía que buscara liberarse de la obsesión que lo enclaustraba. Parecía. Parecía pero no se sabía a ciencia cierta; nunca se debe subestimar la fidelidad que cada quien le guarda a sus viejos dolores.
Mientras se tomaba el agua, me propuse quebrar la autocensura que frente a él me imponía, y le conté largamente sobre mi arribo al albergue tres años atrás. Le hablé de la entrañable amistad con mi madre, quien no ve la hora de que regrese a su lado; del amadísimo recuerdo de mi padre, muerto hace demasiado tiempo; de mis estudios universitarios; de los hijos que nunca he tenido; de mi afición por escribir todo lo que me acontece.
—Y de sus amores, ¿no me dice nada? —me preguntó y yo pensé: O le hablo ahora o no le hablo nunca. Pero me lo había preguntado con cara de yo no fui, de estar eximido del tema, y ahuyentó de mí cualquier atisbo de coraje.
—Una mujer como usted debe haber roto muchos corazones . . .
—En el pasado, tal vez. A mi edad, el único corazón que uno rompe es el propio.
Sonaron las campanas llamando a misa de seis y yo supe que había dejado escapar el momento. Desde los dormitorios colectivos llegó el eco de toses somnolientas, algún radio soltó su letanía de noticias, los soplos asmáticos del ventilador sucumbieron ante la entrada de la masa espesa de luz, y yo tuve que volar a cumplir con mis tareas del desayuno.
Siete por Tres entró al comedor, y yo, mientras repartía tazas de cacao con mogolla y queso blanco, buscaba en el rebujo de mi cabeza la palabra que lo acercara.
Se quemó los labios al tomar el cacao hirviente y luego se asomó al espejo que cuelga sobre el lavaplatos. Lo vi ponerle gomina al peine y pasta al cepillo; ya se lavaba los dientes, ya me daba las gracias y se despedía; mientras tanto yo recogía los platos y comprendía que era ahora o no sería nunca.
—No es a Matilde Lina a quien buscas—me atreví por fin, y mis palabras rodaron, redondas, por entre las mesas ya vacías del comedor—. Matilde Lina es sólo el nombre que le has dado a todo lo que buscas.
Esta noche un aguacero cae como bendición sobre el recalentado albergue, disipando la tensión y el exceso de presencia humana. Yo me vine a acostar más temprano que de costumbre y ahora paso las horas despierta, escuchando en la negrura el roce de ráfagas de agua contra el techo de cinc, los ronquidos irregulares de la planta eléctrica, el silbido de víbora que emite el farol de la esquina al alumbrar de verde un redondel de lluvia. Todavía está oscuro y sin embargo cacarea el primer gallo y ocupa el aire de afuera un revuelo de gaviotas que alborotan y chillan como monos macacos. El gallo canta y canta hasta que logra avivar la humedad y yo prendo el ventilador, que deja caer sobre mí su brisa artificial y su matraqueo de helicóptero de bolsillo.
Todo está bien, constato, y registro sin asombro que la calma bienhechora que se extiende afuera se ha instalado también dentro de mi pecho. Hace ya más de un mes que se fueron el párroco de Vistahermosa y su colorida corte, pero el hechizo de su solidaridad todavía pesa, protector, sobre nosotros. La vida es tan bondadosa, pienso, y la muerte al fin de cuentas es tan mansa. De momento, ha cedido la angustia que suele gravitar sobre el albergue, disolviéndose con modestia en la amplitud de su contrario, que es el resplandor que me deslumbra en esta noche quieta, y que me regala estas ganas de creer que nos arrullan días amables, pese a todo. Por primera vez desde que conozco a Siete por Tres, el pulpo de la ansiedad ha dejado de oprimirme el corazón. Esta paz se asemeja a la felicidad, pienso, y como no quiero que el sueño ni el aire la disipen, agradezco la vigilia y apago el ventilador.
Ya flotan por el albergue los maitines de las monjas y percibo los pasos de Siete por Tres, que entra a su medio lado del cuarto. Por algún paralelismo predecible y favorable, los segmentos de un todo disperso encajan en su lugar con la pasmosa naturalidad de un destino que se cumple.
Adivino su silueta a través del telón del centro y sé que Siete por Tres se sienta en su catre y que se demora, botón por botón, al quitarse la camisa. Intuyo su mata de pelo y la siento respirar en la sombra, como un animal en reposo. Hasta mí llega, muy vivo, el olor de su cuerpo, y lo veo descolgar la tela de trama difusa y figuras borrosas que nos separaba.
THE DARK BRIDE:
A Novel
ISBN 0-06-008895-8 (paperback)
LA NOVIA OSCURA:
Una Novela
ISBN 0-06-051431-0
Spanish edition paperback)
Inspired by historical events, here is a lush, romantic novel about the world of prostitutes in Barrancabermeja, Colombia.
The Dark Bride
effortlessly redefines the parameters of Latin-American magical realism and at the same time echoes its very best tenets. Full of wit and intelligence, tragedy and compassion,
The Dark Bride
lovingly recreates the lusty, heartrending world of Colombian prostitutes and the men of the oil fields who are entranced by them.
“Laura Restrepo brings to life a singular amalgam of journalistic investigation and literary creation. . . . Irrefutably enjoyable reading.”
—Gabriel García Márquez
Bi-lingual reading group guide available at
www.harpercollins.com/readers.
Don’t miss the next book by your favorite author.
Sign up for AuthorTracker by visiting
www.AuthorTracker.com
.
Available wherever books are sold, or call 1-800-331-3761 to order.
www.harpercollins.com
Photo by Nina Subin
LAURA RESTREPO
has been a professor of literature at the National University of Colombia, as well as publisher of the weekly magazine Semana. In 1984, she was a member of the Peace Commission that brought the Colombian government and the guerrillas to the negotiating table.
Visit
www.AuthorTracker.com
for exclusive information on your favorite HarperCollins authors.
A
TALE OF THE DISPOSSESSED
. Copyright © 2001 by Laura Restrepo. Translation Copyright © 2003 by Dolores M. Koch. All rights reserved under International and Pan-American Copyright Conventions. By payment of the required fees, you have been granted the nonexclusive, nontransferable right to access and read the text of this e-book on-screen. No part of this text may be reproduced, transmitted, downloaded, decompiled, reverse-engineered, or stored in or introduced into any information storage and retrieval system, in any form or by any means, whether electronic or mechanical, now known or hereinafter invented, without the express written permission of HarperCollins e-books.
Spanish edition originally published in Colombia by Editorial Planeta Colombiana S. A. as
La multitud errante
, 2001.
Copyright © Laura Restrepo, 2001.
ISBN 0-06-072370-X
EPub Edition August 2013 ISBN 9780062312617
04 05 06 07 08
BVG/RRD
10 9 8 7 6 5 4 3 2 1