Efecto Mariposa (8 page)

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Authors: Aurora Seldon e Isla Marín

Tags: #Erótico

BOOK: Efecto Mariposa
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—Eh… Hola, Larry—dijo Sasha.

—¿Qué...? —preguntó Tommy, se incorporó de rodillas y se medio giró para mirar sobre su hombro dando una espléndida visión de su trasero al visitante—. Oh… Hola… —Tras un segundo de indecisión volvió a hundirse todo lo que pudo en el agua, avergonzado.

Larry se había quedado mudo. Era evidente que no había pensado encontrar una escena así en el baño que compartía con su serio amigo. Como habían quedado, lo había ido a buscar y su impresión fue mayúscula al descubrirlo.

—¿Recuerdas a Tommy? Vino de sorpresa —dijo el ruso a manera de explicación—. Si nos esperas unos minutos, iremos todos a cenar.

Larry asintió y cerró la puerta de golpe.

—Yo sí lo recuerdo a él —murmuró Tommy, aún avergonzado.

—Olvidé poner el seguro de la puerta de comunicación. Lo siento —dijo Sasha—. Habíamos quedado para cenar y se me olvidó, pero podemos ir los tres y luego tú y yo continuaremos lo que estábamos haciendo.

—Ah, pues qué bien. —Tommy estaba un poco mosqueado. Todavía pensaba: «amigo especial=Larry=sexo» y la cita para cenar reafirmaba esa suposición. Terminó de bañarse rápidamente y con una toalla anudada en su cintura y otra sobre sus hombros, salió del baño hacia la habitación donde estaba su maletín.

—Espera, cielo. Podremos bañarnos más tarde… ¿Qué pasa? —Sasha salió tras él, desnudo. Tommy se había llevado sus dos únicas toallas.

—No pasa nada. Toma —Le tendió la toalla que tenía sobre sus hombros.

Sasha optó por no discutir y comenzó a secarse el cabello, siguió con el cuerpo y luego se puso la ropa interior. Como Tommy estaba silencioso, lo abrazó por detrás y comenzó a darle pequeños besos en la espalda aún desnuda.

—No tenemos tiempo para esto —dijo Tommy sin apartarse—, tu amigo nos está esperando —añadió con retintín.

—¿No puedo acariciarte un poco? —se quejó Sasha—. Sólo son unos besos y Larry puede esperar un momento. Había quedado con él porque no sabía que vendrías. No tardaremos mucho en la cena y como ya lo conoces, lo pasaremos bien. Es muy simpático.

—Oh, sí… simpatiquísimo, seguro —replicó Tommy con un tono de voz que hizo que Sasha se percatara de lo que realmente ocurría.

El ruso sonrió, decidido a remediar ese encuentro accidentado.

—Lo es. Lástima que sea hetero.

—Sí serás… —Tommy lo abrazó, lanzándolo sobre la cama para saltar encima—. Pues si es hetero, puede esperar ciertamente, sentado de ser posible. —Comenzó a besarlo con ardor.

Sasha se rió en medio del beso y lo abrazó con fuerza. Era delicioso sentir que lo celaban, eso sólo significaba que Tommy seguía pensando en él como una posible relación. Se habría quedado allí muy a gusto, pero también apreciaba la amistad de Larry.

—Luego nos resarciremos —prometió, rompiendo suavemente el beso—. Además, no es bueno probar el postre sin haber cenado antes.

—Bueno, pero todas estas esperas y problemas tendrán que ser resarcidos por ti. —Tommy se levantó y empezó a vestirse, para acercarse y susurrarle en el oído—. Te pienso follar tanto que no vas a poder sentarte en una semana.

Sasha hizo un dramático gesto y empezó también a vestirse. Cuando estuvieron listos fueron al encuentro de Larry que los esperaba en la sala común, todavía incómodo.

—¿Nos vamos? —dijo el ruso.

—Claro —respondió Tommy con una sonrisa radiante. Ahora que sabía que Larry no tenía nada con Sasha se sintió mejor. No era tonto y sabía que Sasha follaba con otros, pero el haberlo oído hablar tan bien del joven abogado lo hizo darse cuenta que él no valía nada en comparación. Ya no tenía una familia, ni dinero… e incluso era más feo que Larry.

5

Cenaron en un pequeño restaurante a tres calles del
college
, mientras le contaban a Tommy como era la vida en Oxford.

—La ciudad es pequeña, pero llena de vida —dijo Larry—. Aún no hemos ido a navegar en góndolas, pero sí hemos presenciado los primeros partidos de críquet y
rugby
del año.

—Y conocemos las principales discotecas —apuntó Sasha—. La comunidad gay tiene mucha presencia aquí. Hay sitios que van a gustarte.

—Yo no he ido a ésas —aclaró Larry—. El
Manual
prohibe llevar amigos heteros.

—¿En serio? —preguntó Tommy confundido—. Parece algo discriminatorio. Es como si no dejaran entrar a gays en discotecas hetero.

Sasha rió y le dio una cariñosa palmada en el hombro.

—Larry bromea —informó—. Siempre está hablando del
Manual del Perfecto Gay
, y todo lo que debe hacerse o dejarse de hacer.

—Ah… —Se sonrojó—. Pensaba que era alguna guía turística o algo que lo decía.

—Qué va —dijo Larry—. El
Manual
es más que una guía turística. Es una guía para la vida.

—Pero Tommy necesita un
Manual del Perfecto Bisexual
—intervino Sasha—. Donde se exprese claramente las fronteras que no deben transgredirse.

—No creo que los bi tengamos fronteras ni limitaciones —bromeó con una sonrisa socarrona.

—Eso supone una ventaja. Debo considerar ser bisexual —dijo Larry.

Se hizo un silencio luego del cual Larry preguntó:

—¿Dónde te alojas?

Los dos amigos intercambiaron una mirada. Ninguno de los dos había pensado en eso. Finalmente, Tommy respondió:

—Creo que en la habitación de Sasha. Si no me echa, claro.

—No te echaré esta noche. Las demás dependerán de tu comportamiento —dijo Sasha—. Entonces, ¿quieres ir a bailar?

—Vale, pero eso puede ser mañana, hoy me siento mucho más… casero —dijo Tommy con una sonrisa cargada de intenciones.

Sasha sonrió y Larry miró hacia otro lado al recordar la escena que había presenciado en la bañera, pero luego decidió que no era asunto suyo lo que esos dos hicieran después de la cena.

—¿Hasta cuándo piensas quedarte? —preguntó a Tommy.

—Hasta el lunes. Cogeré el primer tren de la mañana, imagino que me dará tiempo a llegar a las clases iniciales… —respondió, pensativo.

Los ojos de Sasha brillaron. Tendría a Tommy para él solo todo el fin de semana. Era grandioso, aunque no pudo dejar de preguntar:

—¿Alguien sabe que estás aquí?

—No, realmente no. No le dije a nadie que vendría, fue un impulso que me dio. Estaba estudiando pero no podía concentrarme, así que agarré el maletín, metí lo que pensé que podía necesitar y vine.

Larry sonrió ampliamente y decidió que Tommy le agradaba. A él jamás se le hubiera ocurrido escaparse del
college
siguiendo un impulso.

—Vaya —dijo Sasha—. Será mejor llamar a Alex y avisarle, no vaya a ser que te busque y no te encuentre allí. También hay que avisar a Richie.

—Vale. —Tommy seguía con una sonrisa atolondrada. Se sentía tan feliz como hacía tiempo no estaba.

—¿Y qué tal es tu
college
? —preguntó Larry—. Sasha me ha dicho que los dormitorios son cómodos, pero que los de Saint Michael eran mucho mejores.

—Sí, comodidades materiales las hay todas… pero no sólo de pan vive el hombre —dijo Tommy, que últimamente pensaba mucho en que espiritualmente Saint Michael había dejado mucho que desear y Kingston no era mucho mejor. No se trataba de una espiritualidad religiosa; no era religioso, pero sí espiritual. No podía sentirse feliz sin hechos que lo llenaran. Desde que se había quedado sin familia daba muchas vueltas a las cosas, pensaba mucho sobre el mundo y sobre la gente.

Sasha notó algo extraño en su amigo y esperó estar a solas con él para preguntarle qué pasaba. Parecía más maduro y acaso más interesado en las cosas que antes no le llamaban la atención. Se preguntó a qué se debería, pero en ese momento trajeron el pastel de chocolate que había pedido para él.

El rostro de Tommy se iluminó al probar el pastel y Larry, animado por su expresión, pidió una porción.

—Hay que incluir un capítulo dedicado al chocolate en el
Manual
.

—«El chocolate y los hombres no se comparten» —dijo Tommy sin pensar y ambos se echaron a reír—. Eso me recuerda…

Se pusieron a hablar de algunos amigos comunes que tenían. Mientras tanto Sasha aprovechó para estudiar a Tommy sin que él lo notase y decidió que no era el mismo de siempre. Había algo, un cambio muy sutil, pero posible de notar para alguien que lo conociera bien, y no veía las horas de quedarse a solas con él.

Tras el postre decidieron dar un paseo para bajar la cena y enseñarle un poco de la ciudad a Tommy. Larry los dejó al poco rato y los dos continuaron caminando. De pronto Sasha abrazó a Tommy por primera vez en la calle sin preocuparse de la gente.

Cuando llegaron a Turl Street encontraron a un joven rubio que los saludó agitando la mano y se quedó mirando a Tommy con curiosidad.

—Pensar que dejé mi apartamento para volver a vivir en un edificio donde tengo que tocar a la puerta para poder entrar. Otra vez prisionero, como en Saint Michael —observó Sasha cuando llegaron al
college
.

—¿Tan malo fue?

—Tuvo sus cosas buenas —susurró Sasha, acercándose para besarle la mejilla. Estaban en media calle, abrazados mirando la enorme puerta del
college
, y se sentía por fin libre.

—Sí, hay buenos recuerdos.

—Hablando de eso, ¿qué pasó con el apartamento donde querías mudarte? Es tu segundo año y me imagino que querrás mayor libertad —preguntó tentativamente pensando en Alison.

Tommy pensó rápidamente. Por supuesto que le hubiera gustado mayor libertad, pero no podía permitírselo, así que respondió:

—Estoy acostumbrado a vivir en el
college
. Me siento acompañado allí y no me importa estar un par de años más. —No pudo contener un bostezo—. Lo siento.

Sasha se lo quedó mirando.

—¿Tienes sueño? —Eso era insólito. Viernes a las diez de la noche, a esa hora solían empezar a arreglarse para salir de juerga al Heaven o a algún hotel—. ¿Sucede algo?

—Tengo un poco de sueño, pero no pasa nada. Últimamente he dormido poco por estudiar —respondió Tommy rápidamente. No podía decir que realmente no dormía bien desde lo que había pasado con su familia.

—Entremos entonces. Conozco un método infalible para que duermas como un bebé.

Tommy asintió, tratando de esconder un nuevo bostezo. La puerta se abrió por fin y Collins los dejó pasar.

6

Apenas llegaron, Sasha lo abrazó y le susurró al oído:

—Puedes acostarte, no tardaré.

Tommy se sentó sobre la cama Le pareció un tanto curioso que Sasha tuviera que salir dejándolo solo, pero decidió preguntarle qué pasaba cuando volviera.

«Será mejor esperarlo listo», se dijo y se desnudó, mirándose de refilón en el espejo. Había adelgazado y no había pisado el gimnasio en mucho tiempo. Esperaba que a Sasha no le importase.

Se metió en la cama y se cubrió hasta la barbilla. La habitación era un poco fría pero confortable y la almohada olía al perfume de Sasha. Cerró los ojos evocándolo y perdió la noción del tiempo. El sueño retrasado y el aburrimiento acabaron por vencerlo y se quedó dormido.

Sasha volvió al cabo de un rato, con algunas cosas que había comprado para preparar el desayuno, pues dedujo acertadamente que no madrugaría para desayunar en el comedor principal. Como Tommy no dio señales de haberlo oído se acercó a la cama.

«Dormido… y apenas son las diez y treinta.»

Sonriendo, se desnudó en silencio y se acostó a su vez. Sus planes para esa noche habían sido estudiar, cenar con Larry y luego conocer una discoteca que le habían recomendado, pero Tommy había trastornado todo… Incluso así prefería una tranquila noche durmiendo junto a él que una follada rápida con un desconocido.

Tommy no despertó, pero en sueños se arrimó al calor del rubio y acabó abrazado a él. Sasha le comenzó a acariciar la espalda con lentos movimientos circulares. Todo estaba en silencio porque muchos estudiantes aprovechaban el fin de semana para visitar a sus familiares o salían de marcha. Pensó que era extraño estar con Tommy un viernes y dormirse temprano. Era definitivamente un cambio, pero un cambio agradable. Reparó entonces en que era la primera vez que ambos tenían un fin de semana en perspectiva y estaban absolutamente solos. Otras veces habían dormido juntos en el colegio, en el
college
, en hoteles, en su apartamento, en casa de Alex o en casa de Richie, bien teniendo que ocultarse o esperando que fuera de día para volver, pero jamás habían estado juntos como lo estaban ahora.

Por primera vez tendría a Tommy para él solo y no importaba si estaba dormido, al día siguiente podrían estar juntos todo el tiempo y al siguiente día también.

«Tommy es una adicción, es una especie de droga a la que no me puedo resistir. Tampoco quiero hacerlo.»

Con este último pensamiento, se durmió.

Capítulo 5
1

Sasha abrió los ojos a las ocho de la mañana del sábado sintiéndose plenamente feliz. Se preguntó una vez más si así serían siempre los días junto a él y si esa idea de ser pareja funcionaría alguna vez.

Podría llegar a acostumbrarse.

Pero no convenía apresurar las cosas. Ambos habían estado de acuerdo en esperar y pensaba que, en el fondo, Tommy no estaba seguro de poder mantener una relación a largo plazo. Para Sasha significaba algo de por vida.

«Ya basta de pensar en eso. Debo sacarle el máximo provecho a su visita.»

Se levantó sin despertarlo, bastante bien sabía que no era partidario de despertarse temprano. Se vistió en silencio para adelantar en algo sus tareas; estaba seguro de que apenas despertase, Tommy absorbería toda su atención.

Lo primero que hizo fue ir a la lavandería, donde lavó su ropa lo más aprisa que pudo. Estaba por salir cuando se topó con el joven rubio de la noche anterior.

—¿Qué tal, Derek? Tienes cara de juerga.

—Me siento fatal pero mis padres vendrá a comer hoy y quiero demostrarles que soy lo suficientemente responsable como para ir de juerga y lavar mi ropa a primera hora de la mañana. ¿Qué hay de ti? ¿Noche tranquila?

—Algo así. Tengo visita.

Derek le tomó la mano, opimiéndole suavemente los dedos por un momento.

—Eso vi. Y no soy celoso. ¿Iréis más tarde a «
La Nube Nueve
»?

—Seguro.

—En ese caso nos vemos allí.

Derek se internó en la casi desierta lavandería y Sasha se encaminó a su habitación. Eran casi las nueve y Tommy seguía dormido, lo que no tenía nada de raro.

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