En busca de la edad de oro (40 page)

Read En busca de la edad de oro Online

Authors: Javier Sierra

Tags: #Histórico

BOOK: En busca de la edad de oro
8.29Mb size Format: txt, pdf, ePub

[76]
El texto íntegro de este informe fue publicado por Graham Hancock en su libro Las
huellas de los dioses
, Ediciones B, Barcelona, 1998, p. 13.
<<

[77]
Hapgood,
op. cit.
, p. 39.
<<

[78]
Maurice Chatelain,
Nuestros ascendientes llegados del Cosmos
, Plaza y Janés, Barcelona, 1977.
<<

[79]
Hapgood,
op. cit.
, p. 19.
<<

[80]
Hapgood,
op. cit.
, p. 83.
<<

[81]
Hapgood,
op. cit
, p. 233.
<<

[82]
J. Pitoni cuenta parte de sus experiencias en un libro que ha pasado prácticamente desapercibido en lengua española, y que se titula
El misterio de la raza perdida
, Edaf, Madrid, 1997.
<<

[83]
Robert M. Schoch,
Voices of the rocks
, Harmony Books, Nueva York, 1999, p. 38.
<<

[84]
En octubre de 1991 el jefe del departamento forense de la Policía de Nueva York viajó hasta Egipto para comparar el rostro de la Esfinge con el de las estatuas conocidas de Kefrén. Su trabajo diario consiste en examinar retratos robot de delincuentes y establecer paralelismos con sus rostros reales, por lo que una tarea así era algo común para Frank Domingo. Pues bien, tras las comparaciones oportunas, el forense no tuvo dudas en afirmar que Kefrén y la Esfinge… no tenían el mismo rostro. Es más, incluso mostró su convencimiento de que reflejaban a personas de razas diferentes.
<<

[85]
John Anthony West,
The traveller's key to Ancient Egypt
, Harrap Columbus, Londres, 1987, p. 143.
<<

[86]
Plutarco,
Isis y Osiris
, Editorial Lidium, Buenos Aires, 1986.
<<

[87]
Graham Hancock,
Las huellas de los dioses
, Ediciones B, Barcelona, 1998.
<<

[88]
Gilles Lambert,
El guardián del desierto
, Vergara, Barcelona, 1999, p.95.
<<

[89]
J. Bigu, Mohammed Y. Hussein y A. Z. Hussein, «Radiation measurements in Egyptian pyramids and tombs —occupational exposure of workers and the public»,
Journal of Enviromental Radioactivity
, n.° 47, 2000.
<<

[90]
Fulcanelli,
El misterio de las catedrales
, Plaza y Janés, Barcelona, 1967.
<<

[91]
John Anthony West,
La serpiente celeste
, Grijalbo, Barcelona, 2000.
<<

[92]
Robert Bauval,
Secret Chamber
, Century Londres, 1999, p. 29.
<<

[93]
Para saber más sobre la implantación de los cultos egipcios en la Europa precristiana, recomiendo el libro de Jurgis Baltrusaitis,
En busca de Isis
, Siruela, Madrid, 1996.
<<

[94]
Buena parte de las teorías de Empereur fueron recogidas por él mismo en su libro
Alexandria rediscovered
, British Museum Press, Londres, 1998.
<<

[95]
Garcilaso de la Vega, el Inca,
Comentarios reales
, M. Aguilar, Madrid, 1929, pp. 120-121.
<<

[96]
Los historiadores no se ponen de acuerdo en relación a la fecha exacta de la ejecución de Atahualpa. Pizarro la situó el 29 de julio de 1533, mientras que autores como Juan de Velasco la ubican exactamente un mes más tarde. Otros, como Hammond Hines, apuestan por el 16 de julio, mientras que Vicente Paris y quien esto escribe decidimos aceptar la versión del 24 de junio por las extraordinarias implicaciones simbólicas de esta fecha que se detallan unas líneas más adelante.
<<

[97]
Según refirió el cronista Felipe de Pomares a principios del siglo XVII.
<<

[98]
Víctor Angles Vargas,
Historia del Cusco incaico
, tomo 1, edición del autor, Lima, 1988, p. 52J.
<<

[99]
María Scholten d'Ébneth,
La ruta de Wiracocha
, Editorial Juan Mejía Baca, Lima, 1985.
<<

[100]
Cristóbal de Molina, otro cronista antiguo del Perú, en su obra
Ritos y fábulas de los incas
, también describe con precisión los lugares por los que pasó Viracocha y que sirvieron a María Scholten como guía para su trabajo. «El Hacedor, a quien en lengua de éstos llaman Pachayachachic (Creador del Mundo) y por otro nombre, Tecsi Viracocha, que quiere decir incomprensible Dios, convirtió en piedras con figuras de hombres y mujeres a los que no habían cumplido su mandato en Tiahuanaco, Pukara, Jauja, Pachacamac y Cajamarca; y en Pukara bajó fuego del cielo y dicen que el Hacedor mandó que desde allí se partiese al mayor de sus hijos llamado Imaimana Viracocha», escribió.
<<

[101]
Sólo de este texto se deducen nueve puntos geográficos que —como Cajamarca y Pukara— encajan a la perfección sobre la línea recta que une Tiahuanaco y Cuzco, y se desprenden otras líneas hacia Pachacamac o Jauja que, según el doctor Julio C. Tello, bien podrían marcar puntos clave en el recorrido anual del Sol. No en vano a Imaimana se le consideraba un «arreglador de solsticios». Un astrónomo, vaya. Otro más, en la línea de los misteriosos «compañeros de Horus», cuyas trazas perseguí en el Egipto de los antiguos faraones.
<<

[102]
Ese temor sigue vivo aún en la actualidad. En una carta fechada el 28 de enero de 2002, dirigida a diferentes instancias políticas y arqueológicas peruanas por monseñor Federico Richter, arzobispo de Ayacucho, se recordaba «oficialmente» que «la Orden Dominica ostenta los títulos de propiedad (de la Coricancha) desde hace más de 450 años». Y explica «nuestra alarmante preocupación por la difusión de esta nueva "teoría de expropiación", simulando un nacionalismo que calificamos de pernicioso, puesto que se quiere desconocer el respeto a la propiedad privada y a la defensa y conservación del Patrimonio Cultural de la Nación y de la Iglesia». La herida que ha abierto la investigación de los túneles y el posible hallazgo del oro sagrado de los incas puede tener, pues, incluso derivaciones políticas y religiosas inesperadas.
<<

[103]
Citado por Béjar, p. 14.
<<

[104]
Zecharia Sitchin, Los reinos
perdidos
, Martínez Roca, Barcelona, 1994, p. 25.
<<

[105]
Ángela de Dalmau, «El misterio de la cueva de los Tayos»,
Más Allá
, n.° 65, julio de 1994.
<<

[106]
Erich von Dániken, El
oro de los dioses
, Martínez Roca, Barcelona, 1973.
<<

[107]
Frank Waters,
El libro de los hopis
, Fondo de Cultura Económica, México D. E, 1992.
<<

[108]
Para el lector interesado, parte de esos intereses son descritos en mi libro
Las puertas templarías
(Martínez Roca, Barcelona, 2000), en forma novelada.
<<

[109]
Como en tantas ocasiones, fue un oportuno recorte de prensa el que me puso en guardia. Esta vez fue un completo artículo de Iñaki Gil para el diario El Mundo, titulado «Julio Verne vio el presente» (del 23 de septiembre de 1994), el que me lanzó a esta investigación.
<<

[110]
Julio Verne,
París en el siglo XX
, Planeta, Barcelona, 1995.
<<

[111]
Michel Lamy,
Jules Verne, initié et initiateur
, Payot, París, 1984.
<<

[112]
No deben sorprendernos las inclinaciones esotéricas de Dumas. Aunque este aspecto no es muy conocido, lo cierto es que este escritor contó entre sus amistades más estrechas con ocultistas de la talla de Papus o Eliphas Lévi. Uno de ellos, un famoso quiromante llamado D’Arpentigny fue quien presentó al joven Julio a Dumas, y éste fue a su vez quien lo puso en contacto con su editor Pierre-Jules Hetzel.
<<

[113]
Francesco Colonna,
Sueño de Polifilo
, El Acantilado, Barcelona, 1999.
<<

[114]
Michel Lamy,
op. cit.
, pp. 53-58.
<<

[115]
Franck Marie,
Le surprenant message de Jules Verne
, Vérités Anciennes, París, 1981.
<<

[116]
Citado por Henry Lincoln, «Rennes-le-Château, laberinto de enigmas»,
Año Cero
, n.° 27, octubre de 1992, p. 59.
<<

[117]
Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln,
El enigma sagrado
, Martínez Roca, Barcelona, 1985.
<<

[118]
Richard Andrews y Paul Schellenberger,
La tumba de Dios
, Martínez Roca, Barcelona, 1996.
<<

[119]
Tan profunda que terminé por convertirlo en uno de los protagonistas principales de mi primera novela,
La dama azul
(Martínez Roca, 1998). En aquel relato expliqué ampliamente los fundamentos del Cronovisor, que es el nombre del ingenio para «ver a través del tiempo» que el padre Ernetti —Giuseppe Baldi, en mi narración— desarrolló en el más absoluto de los secretos.
<<

[120]
En realidad la entrevista para el
Domenica della Coiriere
no fue —como pude saber después— la primera referencia pública que se publicó de la implicación de Ernetti en el proyecto del Cronovisor. Ya en julio de 1965 la publicación mensual religiosa francesa
L’Heure d'Étre
informó de la existencia del equipo de trabajo de Ernetti y de su máquina para recuperar el pasado. Unos meses después, en enero del año siguiente, bajo el título de «L’oscillografo elettronico» la revista
Civiltà delle Macchine
insistió en ese punto. Sin embargo, será la entrevista del
Domenica della Corriere
la que tuvo mayor impacto, llegando a ser tomada como referencia en fechas posteriores incluso en España, por el
Heraldo de Aragón.
<<

[121]
Peter Krassa,
Father Ernetti's Chronovisor
, New Paradigm Books, Boca Ratón, California, 2000.
<<

[122]
Giangiuseppe Paolino Origlia,
Historia dello Studio di Napoli
, St. Giovanni di Simone, Nápoles, 1754 (2 tomos).
<<

[123]
Carlo Celano,
Notizie del bello, dell'antico e del curioso della Città di Napoli e contorni
, IV ed., Nápoles, 1792 (3 tomos).
<<

[124]
A mediados de los años setenta, una periodista napolitana llamada Clara Miccinelli se propuso rehabilitar la imagen del príncipe de San Severo gracias a algunos artículos que publicó en el
Corriere di Napoli
. Una dama de la alta sociedad, escondida tras las siglas C. A., se puso en contacto con ella y le reveló que ella recibía «mensajes mediúmnicos» del príncipe Raimondo que la instaban a buscar algunos documentos en el Archivio Notarile Distrettuale de la ciudad. La periodista indagó en el lugar indicado y halló no sólo el testamento del príncipe sino también otros textos, como el contrato firmado entre Raimondo di Sangro y un médico de Palermo para construir una «máquina circulatoria de las arterias y venas con cera», que no puede referirse más que a los cuerpos de la capilla de San Severo. Fue la escritora Paola Giovetti, en su libro
I mistero in torno a noi
(Rizzoli, Milán, 1988) quien desveló este nuevo capítulo de la historia de este personaje.
<<

[125]
Carta del 31 de agosto de 1994. Archivo Sierra.
<<

[126]
El título completo de este tratado es:
Dissertation sur une lampe antique trouvée a Munich en l'anne 1753. Écrite par Mr. Le Prince de St. Sevère. Pour servir de suite à la prémière partie de ses lettres à Mr. L’Abbé Nollet á Paris, sur une découverte qu'il a faite dans la Chimie avec l’explication Phisique de ses circonstances
.
A Naples, 1756 chez Morelli. Avec approbation.
<<

[127]
La Alquimia, ¿superciencia extraterrestre?
, Plaza y Janés, Barcelona, 1979.
<<

[128]
Robert Bauval,
Secret Chamber
, Century Londres, 1999, p. 17.
<<

[129]
Lina Sansone Vagni,
Raimondo di Sangro, principe di Sansevero
, Bastogi, Foggia, 1992.
<<

[130]
PH. Fawcett,
Las expediciones del coronel Fawcett
, Librería Editorial Argos, Barcelona, s/f.
<<

[131]
Helmut Zettl, «On inca building techniques»,
Ancient Skies
, vol. 15, n.° 2, mayo-junio de 1988.
<<

[132]
El llamado «fuego griego» fue, probablemente, un descubrimiento del mecánico heleno Calínico de Heliópolis, y presumiblemente se empleó por primera vez como arma defensiva durante el asedio de Constantinopla por los árabes en el 673 d.C. Aunque no se sabe a ciencia cierta su composición, se sospecha que entre sus componentes se contaban la brea, el azufre, la savia de árboles y algún tipo de petróleo destilado.
<<

[133]
Michael Drosnin, El
código secreto de la Biblia
, Planeta, Barcelona, 1998, p. 13.
<<

[134]
Para que una SLE sea considerada como no azarosa, debe tener en cuenta dos factores fundamentales. Primero, la proximidad. Esto es, que antes de comenzar a trabajar sobre un texto se predetermine qué número de espacios entre dos letras que deben leerse juntas es considerado correcto. Y segundo, los datos. Esto quiere decir que el grupo de letras a buscar debe ser fijado con anterioridad a la búsqueda, y en el caso de la búsqueda en la Tora, Witzum y su equipo consideraban también en qué parte de los textos sagrados se encontraba la información codificada y si ésta tenía alguna relación con el texto normal de la Biblia.
<<

Other books

Gentleman's Agreement by Hobson, Laura Z.
Till I Kissed You by Laura Trentham
Lily's Pesky Plant by Kirsten Larsen
Owls in the Family by Farley Mowat
The Gift by Danielle Steel
Executive by Anthony, Piers
Out of Nowhere by Maria Padian
The Broken Sword by Molly Cochran
Only You by Deborah Grace Stanley
Underground Time by Delphine de Vigan