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Authors: Julio Cortazar

Rayuela (59 page)

BOOK: Rayuela
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Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio, un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria. Sólo hay una belleza que todavía puede darme ese acceso: aquella que es un fin y no un medio, y que lo es porque su creador ha identificado en sí mismo su sentido de la condición humana con su sentido de la condición de artista. En cambio el plano meramente estético me parece eso: meramente. No puedo explicarme mejor.

(-154)

113

Nódulos de un viaje a pie de la rue de la Glacière hasta la rue du Sommerard:

—¿Hasta cuándo vamos a seguir fechando «d.J.C.»?

—Documentos literarios vistos dentro de doscientos años: coprolitos.

—Klages tenía razón.

—Morelli y su lección. De a ratos inmundo, horrible, lastimoso. Tanta palabra para lavarse de otras palabras, tanta suciedad para dejar de oler a Piver, a Caron, a Carven, a d.J.C. Quizá haya que pasar por todo eso para recobrar un derecho perdido, el uso original de la palabra.

—El uso original de la palabra (? ). Probablemente una frase hueca.

—Pequeño ataúd, caja de cigarros, Caronte soplará apenas y cruzarás el charco balanceándote como una cuna. La barca es para adultos solamente.

Damas y niños gratis, un empujón y ya del otro lado. Una muerte mexicana, calavera de azúcar;
Totenhinder lieder...

—Morelli mirará a Caronte. Un mito frente al otro. ¡Que viaje imprevisible por las aguas negras!

—Una rayuela en la acera: tiza roja, tiza verde. CIEL. La vereda, allá en Burzaco, la piedrita tan amorosamente elegida, el breve empujón con la punta del zapato, despacio, despacio, aunque el Cielo esté cerca, toda la vida por delante.

—Un ajedrez infinito, tan fácil postularlo. Pero el frío entra por una suela rota, en la ventana de ese hotel una cara como de payaso hace muecas detrás del vidrio. La sombra de una paloma roza un excremento de perro: Paris

—Pola París. ¿Pola? Ir a verla, faire l’amour.
Carezza.
Como larvas perezosas.

Pero larva también quiere decir máscara, Morelli lo ha escrito en alguna parte.

(-30)

114

4 de mayo de 195... (A.P.) A pesar de los esfuerzos de sus abogados y de un último recurso de apelación interpuesto del 2 del corriente, Lou Vincent fue ejecutado esta mañana en la cámara de gas de la prisión de San Quintín, estado de California.

...las manos y los tobillos atados a la silla. El carcelero jefe ordenó a los cuatro ayudantes que salieran de la cámara, y luego de palmear vincent el hombro, salió a su vez. El condenado quedó solo en la habitación, mientras cincuenta y tres testigos observaban a través de las ventanillas...

...echó la cabeza hacia atrás y aspiro profundamente.

...dos minutos más tarde su rostro se cubrió de sudor, mientras los dedos se movían como queriendo librarse de las correas...

...seis minutos, las convulsiones se repitieron, y Vincent echó hacia delante y hacia atrás la cabeza. Un poco de espuma empezó a salirle de la boca.

...ocho minutos, la cabeza cayó sobre el pecho, después de una última convulsión.

...A las diez y doce minutos, el doctor Reynolds anunció que el condenado acababa de morir. Los testigos, entre los que se contaban tres periodistas de...

(-117)

115

Morelliana.

Basándose en una serie de notas sueltas, muchas veces contradictorias, el Club dedujo que Morelli veía en la narrativa contemporánea un avance hacia la mal llamada abstracción. «La música pierde melodía, la pintura pierde anécdota, la novela pierde descripción.» Wong, maestro en collages dialécticos, sumaba aquí este pasaje: «La novela que nos interesa no es la que va colocando los personajes en la situación, sino la que instala la situación en los personajes. Con lo cual éstos dejan de ser personajes para volverse personas. Hay como una extrapolación mediante la cual ellos saltan hacia nosotros, o nosotros hacia ellos. El K. de Kafka se llama como su lector, o al revés.» Y a esto debía agregarse una nota bastante confusa, donde Morelli tramaba un episodio en el que dejaría en blanco el nombre de los personajes, para que en cada caso esa supuesta abstracción se resolviera obligadamente en una atribución hipotética.

(-14)

116

En un pasaje de Morelli, este epígrafe de
L’Abbé C,
de Georges Bataille: «Il souffrait d’avoir introduit des figures décharnées, qui se déplaçaient dans un monde dément, qui jamais ne pourraient convaincre.»

Una nota con lápiz, casi ilegible: «Sí, se sufre de a ratos, pero es la única salida decente. Basta de novelas hedónicas, premasticadas, con
psicologías
. Hay que tenderse al máximo, ser
voyant
como quería Rimbaud. El novelista hedónico no es más que un
voyeur
. Por otro lado, basta de técnicas puramente descriptivas, de novelas, ‘del comportamiento’, meros guiones de cine sin el rescate de las imágenes.»

A relacionar con otro pasaje: «¿Cómo contar sin
cocina
, sin maquillaje, sin guiñadas de ojo al lector? Tal vez renunciando al supuesto de que una narración es una obra de arte. Sentirla como sentiríamos el yeso que vertemos sobre un rostro para hacerle una mascarilla. Pero el rostro debería ser el nuestro.»

Y quizá también esta nota suelta: «Lionello Venturi, hablando de Manet y su
Olympia
, señala que Manet prescinde de la naturaleza, la belleza, la acción y las intenciones morales, para concentrarse en la imagen plástica. Así, sin que él lo sepa, está operando como un retorno del arte moderno a la Edad Media. Esta había entendido el arte como una serie de imágenes, sustituidas durante el Renacimiento y la época moderna por la representación de la realidad. El mismo Venturi (¿o es Giulio Carlo agrega: ‘La ironía de la historia ha querido que en el mismo momento en que la representación de la realidad se volvía objetiva, y por ende fotográfica y mecánica, un brillante parisiense que quería hacer realismo haya sido impulsado por su formidable genio a devolver el arte a su función de creador de imágenes...’»

Morelli añade: «Acostumbrarse a emplear la expresión figura en vez de imagen, para evitar confusiones. Sí. Todo coincide. Pero no se trata de una vuelta a la Edad Media ni cosa parecida. Error de postular un tiempo histórico absoluto: Hay tiempos diferentes
aunque
paralelos. En ese sentido, uno de los tiempos de la llamada Edad Media puede coincidir con uno de los tiempos de la llamada Edad Moderna. Y ese tiempo es el percibido y habitado por pintores y escritores que rehúsan apoyarse en la circunstancia, ser ‘modernos’ en el sentido en que lo entienden los contemporáneos, lo que no significa que opten por ser anacrónicos; sencillamente están al margen del tiempo superficial de su época, y desde ese otro tiempo donde todo accede a la condición de
figura,
donde todo vale como signo y no como tema de descripción, intentan una obra que puede parecer ajena o antagónica a su tiempo y a su historia circundantes, y que sin embargo los incluye, los explica, y en último término los orienta hacia una trascendencia en cuyo término está esperando el hombre.»

(-3)

117

He visto a un tribunal apremiado y hasta amenazado para que condenara a muerte a dos niños, en contra de la ciencia, en contra de la filosofía, en contra del humanitarismo, en contra de la experiencia, en contra de las ideas más humanas y mejores de la época.

¿Por qué razón mi amigo Mr. Marshall, que exhumó entre las reliquias del pasado precedentes que harían enrojecer de vergüenza a un salvaje, no leyó esta frase de Blackstone:

«Si un niño de menos de catorce años, aunque sea juzgado incapaz de culpa prima facie es, en opinión del tribunal y el jurado, capaz de culpa y de discernimiento entre el bien y el mal, puede ser convicto y condenado a muerte?»

Así, una niña de trece años fue quemada por haber muerto a su maestra.

Un niño de diez y otro de once años que habían matado a sus compañeros, fueron condenados a muerte, y el de diez ahorcado.

¿Porqué?

Porque sabía la diferencia que hay entre lo que está bien y lo que está mal. Lo había aprendido en la escuela dominical.

CLARENCE DARROW,
Defensa de Leopold y Loeb, 1924.

(-15)

118

¿Cómo convencerá el asesinado a su asesino de que no ha de aparecérsele?

MALCOLM LOWRY,
Under the Volcano.

(-50)

119

¡COTORRITA AUSTRALIANA IMPOSIBILITADA DE TENDER SUS ALAS!

¡Un inspector de la R.S.P.C.A. entró en una casa y encontró el pájaro en una jaula de apenas 8 pulgadas de diámetro! El dueño del pájaro tuvo que pagar una multa de 2 libras. Para proteger a las criaturas indefensas necesitamos algo más que su ayuda moral. La R.S.P.C.A. precisa ayuda económica. Dirigirse a la Secretaría, etc.

The Observer,
Londres.

(-51)

120

a la hora de la siesta todos dormían, era fácil bajarse de la cama sin que se despertara su madre, gatear hasta la puerta, salir despacio oliendo con avidez la tierra húmeda del piso, escaparse por la puerta hasta los pastizales del fondo; los sauces estaban llenos de bichos-canasto, Ireneo elegía uno bien grande, se sentaba al lado de un hormiguero y empezaba a apretar poco a poco el fondo del canasto hasta que el gusano asomaba la cabeza por la golilla sedosa, entonces había que tomarlo delicadamente por la piel del cuello como a un gato, tirar sin mucha fuerza para no lastimarlo, y el gusano ya estaba desnudo, retorciéndose cómicamente en el aire; Ireneo lo colocaba al lado del hormiguero y se instalaba a la sombra, boca abajo, esperando; a esa hora las hormigas negras trabajaban furiosamente, cortando pasto v acarreando bichos muertos o vivos de todas partes, en seguida una exploradora avistaba el gusano, su mole retorciéndose grotescamente, lo palpaba con las antenas como si no pudiera convencerse de tanta suerte, corría a un lado y a otro rozando las antenas de las otras hormigas, un minuto después el gusano estaba rodeado, montado, inútilmente se retorcía queriendo librarse de las pinzas que se clavaban en su piel mientras las hormigas tiraban en dirección del hormiguero, arrastrándolo, Ireneo gozaba sobre todo de la perplejidad de las hormigas cuando no podían hacer entrar el gusano por la boca del hormiguero, el juego estaba en elegir un gusano más grueso que la entrada del hormiguero, las hormigas eran estúpidas y no entendían, tiraban de todos lados queriendo meter el gusano pero el gusano se retorcía furiosamente, debía ser horrible lo que sentía, las patas y las pinzas de las hormigas en todo el cuerpo, en los ojos y la piel, se debatía queriendo librarse y era peor porque venían más hormigas, algunas realmente rabiosas que le clavaban las pinzas y no soltaban hasta conseguir que la cara del gusano se fuera enterrando un poco en el pozo del hormiguero, y otras que venían del fondo debían estar tirando con todas sus fuerzas para meterlo, Ireneo hubiera querido poder estar también dentro del hormiguero para ver cómo las hormigas tiraban del gusano metiéndole las pinzas en los ojos y en la boca y tirando con todas sus fuerzas hasta meterlo del todo, hasta llevárselo a las profundidades y matarlo y comérselo.

(-16)

121

Con tinta roja y manifiesta complacencia, Morelli había copiado en una libreta el final de un poema de Ferlinghetti:

Yet I have slept with beauty
in my own weird way
and I have made a hungry scene or two
with beauty on my bed
and so spilled out another poem or two
and so spilled out another poem or two
upon the Bosch-like world*****

(-36)

122

Las enfermeras iban y venían hablando de Hipócrates. Con un mínimo de trabajo, cualquier pedazo de realidad podía plegarse a un verso ilustre. Pero para qué plantearle enigmas a Etienne que había sacado su carnet y dibujaba alegremente una fuga de puertas blancas, camillas adosadas a las paredes y ventanales por donde entraba una materia gris y sedosa, un esqueleto de árbol con dos palomas de buches burgueses. Le hubiera gustado contarle el otro sueño, era tan curioso que toda la mañana hubiera estado obsesionado por el sueño del pan, y zás, en la esquina de Raspail y Montparnasse el otro sueño se le había caído encima como una pared, o más bien como si toda la mañana hubiera estado aplastado por la pared del pan quejándose y de golpe, como en una película al revés, la pared se hubiera salido de él, enderezándose de un salto para dejarlo frente al recuerdo del otro sueño.

—Cuando vos quieras —dijo Etienne, guardando el carnet—. Cuando te venga bien, no hay ningún apuro. Todavía espero vivir unos cuarenta años, de modo que...

—Time present and time past —recitó Oliveira— are both perhaps present in time future. Está escrito que hoy todo va a parar a los versos de T.S. Estaba pensando en un sueño, che, disculpá. Ahora mismo vamos.

Sí, porque con lo del sueño ya está bien. Uno aguanta, aguanta, pero al final...

—En realidad se trata de otro sueño.

—Misère! —dijo Etienne.

—No te lo conté por teléfono porque en ese momento no me acordaba.

—Y estaba el asunto de los seis minutos —dijo Etienne—. En el fondo las autoridades son sabias. Uno se caga todo el tiempo en ellas, pero hay que decir que saben lo que hacen. Seis minutos...

—Si me hubiera acordado en ese momento, no tenía más que salir de la cabina y meterme en la de al lado.

—Está bien —dijo Etienne—. Vos me contás el sueño, y después bajamos por esa escalera y nos vamos a tomar un vinito a Montparno. Te cambio a tu famoso viejo por un sueño. Las dos cosas son demasiado.

—Diste justo en el clavo —dijo Oliveira, mirándolo con interés—. El problema es saber si esas cosas se pueden cambiar. Lo que me decías justamente hoy: ¿mariposa o Chang-Kai-Chek? A lo mejor al cambiarme al viejo por un sueño, lo que me estás cambiando es un sueño por el viejo.

—Para decirte la verdad, maldito lo que me importa.

—Pintor —dijo Oliveira.

—Metafísico —dijo Etienne—. Y ya que estamos, ahí hay una enfermera que empieza a preguntarse si somos un sueño o un par de vagos. ¿Qué va a pasar? Si viene a echarnos, ¿es una enfermera que nos echa o un sueño que echa a dos filósofos que están soñando con un hospital donde entre otras cosas hay un viejo y una mariposa enfurecida?

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