NO PIERDAS LA MIRADA DEL TIGRE
Puede que
Rocky III
no sea una obra maestra del arte cinematográfico, pero nos aporta una lección valiosa:
Con las mujeres, jamás pierdas la mirada del tigre.
¿Qué quiere decir esto?
¿Has sentido alguna vez que alguna mujer es demasiado poderosa? ¿La has visto alguna vez como una diosa invulnerable y muy por encima de tus inquietudes de mortal? ¿Has sentido qué no existes para ella ni tienes ninguna posibilidad de hacerlo? ¿Qué no hay forma de que le impactes?
¿Has estado tan seguro de esto que has entregado tu poder antes de que ella te lo arrebate siquiera? ¿Has tirado la toalla antes de empezar?
Ya sabes lo que quiero decir: ella te dice algo y tú respondes con la mirada baja. Sabes que ella te desprecia y que tú nunca podrás estar a su altura.
En cierto modo, estás reconociendo ante ella y ante ti que eres indigno de una mujer tan poderosa. En otras palabras, le estás reconociendo sumisión.
Eso es lo que se conoce por perder la mirada del tigre
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PREPÁRATE PARA SUS TENTATIVAS DE SUCCIÓN
Antes de nada, grábate esto a fuego: la seducción es una guerra mental. Tu mente —y con ella tu Realidad— debe imponerse a la suya. Ella va a intentar lo contrario
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Te va a ocurrir una y otra vez: van a tratar de encerrarte en Marcos que no te convienen. El caso más común es: ella es el Premio, tú el aspirante.
Tu misión es esperarlo y estar preparado. Y, por supuesto, no dejar que esto ocurra, pues es tu Realidad la que debe prevalecer.
En definitiva, no dejes que nada de lo que haga para succionarte hacia su marco te afecte. Por así decirlo, sigue en tus trece. Fortalece tu Realidad hasta que sea más sólida que la suya, y aprende a ser congruente cuando te comuniques desde ella.
Al final, aquel cuya realidad sea más fuerte y su comunicación mejor, terminará arrastrando a la otra persona hacia su propio universo.
Por ello, sé congruente y no renuncies a tu Marco. Lucha por tu Realidad. Merece la pena
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OLVÍDATE DEL SEXO
¿Sabes en qué radica el éxito del Aven? En su juego.
¿Por qué?
Porque su juego es distinto del que juegan normalmente la mayoría de hombres y mujeres. En tanto que el segundo se centra en nuestros puntos débiles, el juego del Aven se centra en los de su Objetivo
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Y, ya que hablamos de puntos débiles, quiero aprovechar para señalar tu mayor punto débil: el sexo.
Por ello, jamás veas al Objetivo como una golosina sexual hasta que os encontréis desnudos bajo las sábanas.
Si lo haces, va a resultarte muy difícil parecer congruente cuando intentes despojarla de su principal poder
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NO VAS A RECIBIR, VAS A DAR
Si acudes a una interacción desde la actitud de dar, frente a la de recibir, ni siquiera tendrás que esforzarte por no prestar atención a sus armas sexuales. Lo harás automáticamente.
De hecho, uno de los problemas más frecuentes en los Fruscos es que, ya desde el primer momento, se acercan a la interacción con psicología de rapiña.
Por supuesto, esto crea toda clase de inseguridades y, además, es rápidamente detectado por el Objetivo.
¿Cómo actuarías si, por el contrario, estuvieses convencido de que tienes algo que ofrecer que ellas son libres de aceptar o no? ¿Y si supieras con toda seguridad que, en caso de rechazarte, ellas pierden más que tú?
Pues bien, eso es exactamente lo que tienes que pensar. Que vas a ofrecerles emociones nuevas, únicas, que nadie más puede darles.
VIVE EN EL MOMENTO
Eres un monje recién escapado del templo de Shaolín. Hablas como tal, te mueves como tal. Respira. Profundamente, llevando el aire a tu diafragma. Relájate
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Relájate. Olvídate de ti mismo por un momento y cobra conciencia de cuanto ocurre a tu alrededor. Fúndete con el entorno. Siente las sensaciones de cada parte de tu cuerpo que, por así decirlo, han pasado también a formar parte de cuanto te rodea. Abre cada uno de los poros de tu sensibilidad. Cobra conciencia de ti mismo y de cada uno de los átomos de ese universo que te envuelve. Respira. Relájate.
El pasado y el futuro han dejado de existir. Solo hay una realidad: tú, el entorno, el juego…
ESCUCHA TU LADO FEMENINO
Hay una parte de ti que está hecha para entender a la mujer. Se llama tu lado femenino. Puede que el estruendo provocado por el torrente de tu testosterona te impida oírla. Pero esa vocecita está ahí, susurrándote, deseando ser oída. ¿La escuchas? Es tu lado femenino
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Todos lo tenemos y, como cualquier otra parte de ti, solo tienes que ejercitarlo para que se haga más palpable. Ejercítalo, porque se trata del puente. Puede que no llegues a entender a la mujer completamente
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, pero podrás intuirla. Cultiva esa voz. Escúchala.
Para el Aven, conocedor del juego, esa pequeña vocecita supone a veces la diferencia entre un buen o un mal Calibraje, entre una conexión de calidad o echar a perder la interacción
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PREPÁRATE PARA EL SABOTAJE DE TUS EMOCIONES
Es importante que seas consciente de que tus emociones van a intentar sabotearte. Es normal.
A fin de cuentas, tu circuito emocional no está diseñado para abordar mujeres desconocidas o que no te hayan mostrado claramente su interés
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Además, te han adiestrado para fracasar. En cierta medida, eres un experto en ello porque llevas toda una vida sometido a dicho aprendizaje.
Las buenas noticias son que eres muy bueno aprendiendo. Si no fuese así, no serías tan eficaz cuando se trata de estropear tus oportunidades con las mujeres
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Te digo esto para que te entiendas y te perdones por sentirte mal. Es natural pero, solo cuando comprendas esto, podrás reinvertir el proceso.
Porque, por suerte, puedes reprogramarte. Y esto es algo que sí eliges tú.
ARTISTA EN LA ACCIÓN, CIENTÍFICO EN LA REVISIÓN
El Aven piensa en resultados, pero no deja que estos afecten a su actuación presente.
Estos se analizan científicamente después de cada actuación, de un modo y sin permitir que estos nos afecten personalmente. Afectan solo a la teoría. En otras palabras, los resultados solo se tienen en cuenta a la hora de diseñar, revisar y retocar estrategias
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En suma, teoriza antes y después, no durante. En el momento de la acción, solo tu actuación (tu obra artística) importa y solo en ella te deleitas.
EL AVEN NO NECESITA GANAR
No caigas en la trampa del seductor novato. Jamás te digas: «soy un Aven, estoy más preparado que el resto. Por lo tanto, tengo que ser yo quien la consiga».
La llamamos la trampa del alumno avanzado, pero no del maestro
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Yo te recomiendo el camino de la maestría humilde, por dos razones:
Recuerda, pues, que no pasa nada porque no pase nada. Si permites que tu propia sabiduría se vuelva contra ti, estarás actuando como alguien poco sabio.
GÚSTATE
Haz lo que sea, pero gústate.
Gustarse supone algo distinto para cada persona, pero en general todos tendemos a gustarnos más cuando tenemos un proyecto vital que hemos elegido desde la honestidad con nosotros mismos, nos dedicamos a él y experimentamos progreso.
Repito que para cada uno es distinto
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. Pero, desde luego, no voy a ser yo quien te diga lo que tienes que hacer para gustarte. Si tú tampoco lo sabes, experimenta hasta que lo descubras.
Pero eso no cambia la conclusión: gústate. Hazlo.
CONCIBE EL JUEGO COMO UN VIDEOJUEGO
Es como salir a matar soldados alienígenas. Te preparas, coges todas tus armas, usas estrategias e intentas improvisar en los momentos desesperados. Te matan.
Game Over
…
Lo bueno es que solo tienes que presionar «Start» para volver a empezar.
Con el juego ocurre exactamente lo mismo. Ya sea porque no pases un test, porque te descalifiquen o porque te den el peor de los cortes, vas a tener que perder muchas partidas. Las buenas noticias son que puedes iniciar otra cuando quieras. Es gratis.
Y sí, al igual que en los videojuegos, cada vez que pierdes debes empezar desde el principio. Y, cuanto más juegues, más bueno acabarás siendo. De hecho, si logras llegar hasta el final una o dos veces, resulta más probable que puedas hacerlo a menudo a partir de ese momento.
Graba bien el principio en tu actitud. Se trata de un videojuego. No te estás jugando nada y, si te matan, puedes resucitar apretando un simple botoncito… ¡Qué empiece la acción!
CREENCIAS DEL AVEN
Habrás oído muchas veces la expresión: «ver para creer». Se basa en la postura de que, para creer algo, hace falta verlo primero, esto es, tener constancia de ello.
En el Juego de la Atracción esta es una postura, cuando menos, peligrosa.
Los Aven, conscientes de ello, hemos adoptado un lema diferente:
«Creer para ver».
Verás, el juego no existe fuera de las mentes de quienes interactúan en él. En otras palabras: el juego es subjetivo. O, más exactamente: el juego es el resultado de las interacciones de las percepciones subjetivas que intervienen en él.
Graba la frase que acabas de leer a fuego en tu memoria.
Y, como ya hemos mencionado en otras ocasiones, cuando varias personas interactúan, aquella con creencias más arraigadas y mejores dotes a la hora de comunicarlas, acabará succionando a las otras hacia su propia realidad
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Pues bien, en el Juego Externo nos ocupamos de cómo comunicar nuestra Realidad. En el Juego Interno, de cómo fortalecerlas a través de creencias sólidas. De ahí el peso que nuestras creencias tienen en el conjunto de la ecuación y de ahí la importancia del principio: creer para ver.
Porque, como ya sabes, Juego Externo no basta. Si este no está respaldado por un edificio de sólidas creencias y de una actitud que permita desarrollarlas y robustecerlas, se desmoronará —no importa cuán brillante o elegante sea— como un castillo de naipes
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Pero, ante todo, el principio es importante porque no existen fronteras entre creencia y realidad. ¿Por qué? Porque esta última es solo explicable desde las creencias.
Así, tener unas creencias u otras ya no es una cuestión de honestidad. Desde el momento en que cobramos conciencia de cómo nuestras creencias sobre la realidad pueden afectar a ésta, ya no basta con preguntarnos qué es real.
A menudo, mucho más útil resulta preguntarnos qué queremos que sea real.
Quien conoce a fondo este aspecto del funcionamiento de la mente humana sabe que poner límites a la realidad resulta, en el mejor de los casos, insensato.
Pregúntate: ¿Qué quiero ver? Y, por lo tanto, ¿qué debo creer?
A continuación te ofrezco algunas creencias típicas de los mejores seductores.
TODAS LAS MUJERES ESTÁN POR MÍ O PODRÍAN ESTARLO
Todas las mujeres están por ti.
Si no lo están, lo estarán pronto. Aun cuando al final de nuestra interacción no te hayan dado evidencias de ello sabes que, con el tiempo suficiente y las circunstancias adecuadas, podrían estarlo.
Puede que esta creencia te choque o parezca descabellada, pero lo cierto es que no es ni más ni menos cierta que la de: «soy una persona que no gusta a las mujeres» o «solo gusto a un determinado tipo de mujeres» o «solo podría gustar a las mujeres si cumpliese con tal o cual requisito que no cumplo».
Olvida todo esto. Déjalo atrás y repite conmigo:
«Todas las mujeres están por mí. Si no lo están, lo estarán pronto. Aun cuando al final de nuestra interacción no me hayan dado evidencias de ello sé que, con el tiempo suficiente y las circunstancias adecuadas, podrían estarlo».
LE VOY A OFRECER ALGO QUE NADIE LE HA DADO JAMÁS
Está bien creer que cualquier mujer puede estar por ti. Ahora bien, ¿no crees que te resultará más fácil hacerlo si tu creencia se sostiene sobre una buena razón?
Pues bien, ¿qué tal esta?
Con el tiempo suficiente y las circunstancias adecuadas, cualquier mujer puede caer rendida a tus pies porque, sencillamente, no va a encontrar en su vida a otro hombre como tú.
Y es que tú le vas a decir cosas que no le ha dicho nadie, te vas a comportar de maneras como no se han comportado nunca con ella y le vas a hacer sentir emociones que no ha sentido jamás.
LA MUJER ES ADAPTABLE: SU TIPO APENAS CUENTA
Puedes atraer a una mujer aunque yo no sea lo que «quiere», «busca» o «su tipo». ¿Por qué? Porque su tipo apenas cuenta.
Me explico.
Por supuesto que cuenta, pero solo inicialmente.
Lo cierto es que su tipo es, invariablemente, o bien alguien que les recuerda a alguien con quien ya han estado y de quien se han enamorado
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o bien un modelo de calzoncillos con la piel bronceada y el pene enorme. Sin embargo, las mujeres siguen saliendo con —y sintiéndose atraídas por— tipos que no son su tipo pero que pronto pasan a serlo
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De hecho, no ser su tipo supone a veces una ventaja, ya que activa menos sus mecanismos de defensa
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Recuérdalo. No existe tal cosa como el «no soy su tipo» o «no le gusto». La mujer es adaptable. Se adaptará si tu Realidad es más fuerte y se dan —o creas tú mismo— las condiciones para que puedas mostrársela.
HABITO EN MI REALIDAD
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«Habito en mi Realidad y tú eres un huésped en ella».
Díselo. Díselo cada vez que la mires. Díselo con tu voz. Con tus gestos. Díselo con tu comportamiento. Díselo cuando la toques, cuando la acaricies, cuando la beses.