¿Su conclusión lógica (de Bloom), habiendo sopesado el asunto y dejando un margen de posible error?
Que no era un árbol celeste, ni un antro celeste, ni un animal celeste, ni un hombre celeste. Que era una Utopía, no habiendo método conocido desde lo conocido hasta lo desconocido: una infinitud, transformable igualmente en finita por la aposición supositivamente verosímil de uno o más cuerpos igualmente de la misma y de diversas magnitudes: una movilidad de formas ilusorias inmovilizadas en el espacio, removilizadas en el aire: un pasado que posiblemente había dejado de existir como presente antes que sus futuros espectadores hubieran entrado en la efectiva existencia presente.
¿Estaba más convencido del valor estético del espectáculo?
Indudablemente a consecuencia de los ejemplos reiterados de poetas que en el delirio del frenesí de apego o en la humillación del rechazo invocan a las comprensivas constelaciones ardientes o a la frigidez del satélite de su planeta.
¿Aceptaba entonces como artículo de fe la teoría de las influencias astrológicas sobre los desastres sublunares?
Le parecía tan susceptible de prueba como de refutación, y la nomenclatura usada en sus cartas selenográficas tan igualmente atribuible a intuición verificable como a falaz analogía: el lago de los sueños, el mar de las lluvias, el golfo de los rocíos, el océano de la fecundidad.
¿Qué especiales afinidades le parecía haber entre la luna y la mujer?
Su antigüedad en preceder y sobrevivir a sucesivas generaciones telúricas; su predominio nocturno; su dependencia satelítica; su reflexión luminar; su constancia bajo todas las fases, elevándose y poniéndose a sus horas fijadas, creciendo y menguando; la forzosa invariabilidad de su aspecto; su respuesta indeterminada a la interrogación inafirmativa; su poder sobre las aguas efluyantes y refluyentes: su capacidad de enamorar, de mortificar, de revestir de belleza, de enloquecer, de incitar y ayudar a la delincuencia; la tranquila inescrutabilidad de su rostro; la terribilidad de su proximidad aislada dominante implacable resplandeciente; sus presagios de tempestad y de calma; el estímulo de su luz, su movimiento y su presencia; la admonición de sus cráteres, sus áridos mares, su silencio: su esplendor, cuando visible; su atracción, cuando invisible.
¿Qué signo luminoso visible atrajo la mirada de Bloom, quien atrajo la de Stephen?
En el segundo piso (detrás) de su casa (la de Bloom) la luz de una lámpara de parafina con pantalla oblicua proyectada en una pantalla de cortinilla enrollable proporcionada por Frank O’Hara, fabricante de cortinillas y persianas, varillas y cierres metálicos, calle Aungier 16.
¿Cómo elucidó el misterio de una persona invisible, su mujer Marion (Molly) Bloom, denotado por un resplandeciente signo visible, una lámpara?
Con alusiones o afirmaciones verbales directas e indirectas: con contenido afecto y admiración: con descripción: con impedimento: con sugerencia.
¿Quedaron entonces silenciosos los dos?
Silenciosos, cada cual contemplando al otro en los dos espejos de la recíproca carne de susdelotronosuspropias caras semejantes.
¿Quedaron indefinidamente inactivos?
Por sugerencia de Stephen, por instigación de Bloom, ambos, primero Stephen, luego Bloom, en la penumbra orinaron, sus costados contiguos, sus órganos de micción hechos recíprocamente invisibles por circumposición manual, sus miradas, primero la de Bloom, luego la de Stephen, elevadas a la proyectada sombra luminosa y semiluminosa.
¿De modo semejante?
Las trayectorias de sus micciones, primero sucesivas, luego simultáneas, fueron desemejantes: la de Bloom más larga, menos impetuosa, en la incompleta forma de la bifurcada letra penúltima del alfabeto, él que en su último año en la escuela media (1880) había sido capaz de alcanzar el punto de mayor altura contra toda la fuerza aliada de la institución, 210 estudiantes: la de Stephen más alta, más sibilante, él que en las horas finales del día anterior había aumentado por consumo diurético una insistente presión vesical.
¿Qué diferentes problemas se presentaban a cada cual respecto al invisible audible órgano colateral del otro?
A Bloom: el problema de la irritabilidad, tumescencia, rigidez, reactividad, dimensión, higiene, pelosidad.
A Stephen: el problema de la integridad sacerdotal de Jesús circuncidado (1 de enero, fiesta de precepto de oír misa y abstenerse de trabajo servil innecesario) y el problema de si el divino prepucio, el anillo carnal de matrimonio de la santa Iglesia católica apostólica romana, conservado en Calcata, merecía la hiperdulía simple o el cuarto grado de latría concedido a la abscisión de tales excrecencias divinas como pelo y uñas de los pies.
¿Qué signo celestial fue observado simultáneamente por ambos?
Una estrella precipitada con gran velocidad aparente a través del firmamento desde Vega en la Lira por encima del cénit más allá del grupo estelar de la Cabellera de Berenice hacia el signo zodiacal de Leo.
¿Cómo el centrípeto que se quedaba facilitó el regreso del centrífugo que se marchaba?
Insertando el tubo de una herrumbrosa llave macho en el agujero de una inestable cerradura hembra, obteniendo un punto de apoyo en el caño de la llave y haciendo girar su paletón de derecha a izquierda, retirando así una barba del pestillo, tirando espasmódicamente hacia dentro de una obsolescente puerta desquiciada y mostrando una apertura para libre egreso y libre ingreso.
¿Cómo se despidieron, uno del otro, en la separación?
Permaneciendo perpendiculares a dicha puerta y a diferentes lados de su base, las líneas de sus brazos valedictorios encontrándose en un punto cualquiera y formando cualquier ángulo menor que la suma de dos ángulos rectos.
¿Qué sonido acompañó la unión de su tangente, la desunión de sus manos respectivamente centrífuga y centrípeta?
El sonido del toque de la hora de la noche por el son de las campanas en la iglesia de San Jorge.
¿Qué ecos de ese sonido fueron oídos por cada uno de ellos?
Por Stephen:
Liliata rutilantium. Turma circumdet. Iubilantium te virginum. Chorus excipiat. |
Por Bloom:
Ay-oh, ay-oh, ay-oh, ay-oh. |
¿Dónde estaban los diversos miembros del grupo con que Bloom aquel día a la llamada de aquel toque había viajado desde Sandymount en el sur hasta Glasnevin en el norte?
Martin Cunningham (en la cama), Jack Power (en la cama), Simon Dedalus (en la cama), Tom Kernan (en la cama), Ned Lambert (en la cama), Joe Hynes (en la cama), John Henry Menton (en la cama), Bernard Corrigan (en la cama), Patsy Dignam (en la cama), Paddy Dignam (en la tumba).
Una vez solo, ¿qué oyó Bloom?
La doble reverberación de pies en retirada en la tierra sustentada por los cielos, la doble vibración de un arpa de judío en el resonante callejón.
Una vez solo, ¿qué sintió Bloom?
El frío del espacio interestelar, miles de grados bajo el punto de congelación o cero absoluto de Fahrenheit, Centígrado o Réaumur: las incipientes intimaciones de la aurora que se aproximaba.
¿Qué le recordaron toque de campana, apretón de mano, pisadas y frío de soledad?
Compañeros ahora difuntos de variadas maneras en diferentes sitios: Percy Apjohn (muerto en combate, Modder River), Philip Gilligan (tisis, hospital de la calle Jervis), Matthew F. Kane (ahogado accidentalmente, Bahía de Dublín), Philip Moisel (piemia, calle Heytesbury), Michael Hart (tisis, hospital Mater Misericordiæ), Patrick Dignam (apoplejía, Sandymount).
¿Qué perspectiva de qué fenómenos le inclinaba a quedarse?
La desaparición de tres estrellas finales, la difusión del amanecer, la aparición de un nuevo disco solar.
¿Había sido alguna vez espectador de esos fenómenos?
Una vez, en 1887, tras una prolongada ejecución de charadas en casa de Luke Doyle, en Kimmage, había aguardado con paciencia la aparición del fenómeno diurno, sentado en una tapia, la mirada vuelta en dirección a Mizrach, al este.
¿Recordaba los parafenómenos iniciales?
Aire más activo, un lejano gallo matutino, relojes eclesiásticos en diversos puntos, música aviar, el pisar aislado de un caminante tempranero, la visible difusión de la luz de un invisible cuerpo luminoso, el primer dorado miembro del sol resurgente perceptible bajo en el horizonte.
¿Se quedó?
Con profunda inspiración regresó, volviendo a atravesar el jardín, volviendo a entrar en el pasadizo, volviendo a cerrar la puerta. Con breve suspiro volvió a tomar la vela, volvió a ascender las escaleras, volvió a acercarse a la puerta del cuarto de delante, en el piso de la entrada, y volvió a entrar.
¿Qué detuvo súbitamente su ingreso?
El lóbulo temporal derecho de la cavidad esférica de su cráneo entró en contacto con un sólido ángulo de madera donde, una infinitesimal pero sensible fracción de segundo después, se localizó una sensación dolorosa a consecuencia de sensaciones antecedentes transmitidas y registradas.
Descríbanse las alteraciones efectuadas en la disposición de los artículos de mobiliario.
Un sofá tapizado en peluche ciruela había sido translocado desde enfrente de la puerta hasta el rincón junto a la chimenea cerca de la enrollada bandera británica (una alteración que él había pensado frecuentemente ejecutar): la mesa cubierta de azulejos de incrustaciones ajedrezadas azules y blancas había sido colocada frente a la puerta en el lugar dejado vacante por el sofá de peluche ciruela: el aparador de nogal (un ángulo saliente del cual había detenido momentáneamente su ingreso) había sido trasladado desde su posición junto a la puerta a una posición más ventajosa pero más peligrosa frente a la puerta: dos butacas habían sido trasladadas desde la derecha y la izquierda de la chimenea a la posición originalmente ocupada por la mesa cubierta de azulejos de incrustaciones azules y blancas.
Descríbaselas.
Una: una butaca baja, rellena, con robustos brazos extendidos, e inclinada hacia atrás, que, repelida en retroceso, había levantado entonces una franja irregular de una alfombra rectangular y ahora exhibía en su asiento ampliamente tapizado una descoloración centralizada difundiéndose y disminuyendo. La otra: una esbelta silla de patas vueltas hacia fuera, con brillantes curvas de mimbre, colocada enfrente mismo de la primera, con su armazón, desde arriba al asiento y desde el asiento a la base, barnizada en marrón oscuro, siendo su asiento un círculo claro de blanco mimbre trenzado.
¿Qué significados se adherían a esas dos butacas?
Significados de semejanza, de postura, de simbolismo, de prueba circunstancial, de supermanencia testimonial.
¿Qué ocupaba la posición originaria del aparador?
Un piano vertical (Cadby) con el teclado descubierto, sosteniendo sobre su cerrado ataúd un par de guantes largos de señora, amarillos, y un cenicero esmeralda que contenía cuatro cerillas gastadas, un cigarrillo parcialmente consumido y dos descoloridas colillas, teniendo en el atril la música en clave de sol natural para voz y piano de
Vieja y dulce canción de amor
(letra de G. Clifton Bingham, música de J. L. Molloy, cantada por Madam Antoinette Sterling) abierta en la última página con las indicaciones finales
ad libitum, forte
, pedal,
animato
, sostenido, pedal,
ritirando
, fin.
¿Con qué sensaciones contempló Bloom en rotación esos objetos?
Con esfuerzo, elevando un candelero: con dolor, sintiendo en su sien derecha una tumescencia contusa: con atención, enfocando su mirada en algo grande opaco pasivo y algo ligero claro activo: con diversión, recordando la teoría de los colores del Dr. Malachi Mulligan incluida la gama del verde: con placer, repitiendo las palabras y el acto precedente y percibiendo por medio de diversos canales de sensibilidad interna la consiguiente y concomitante difusión tibia y grata de la gradual descoloración.
¿Su siguiente acto?
De una caja abierta en la mesa cubierta de azulejos extrajo un diminuto cono negro, de una pulgada de altura, lo puso sobre su base circular en un platillo de estaño, colocó su candelero en el lado derecho de la repisa de la chimenea, sacó del chaleco una hoja doblada de prospecto (ilustrado) titulado Agendath Netaím, desdobló la misma, la examinó superficialmente, la enrolló en un fino cilindro, encendió éste en la llama de la vela, lo aplicó una vez encendido al extremo del cono hasta que éste alcanzó la fase de la rutilancia, y colocó el cilindro en el cuenco del candelero disponiendo su parte sin consumir la manera que facilitara la combustión total.
¿Qué siguió a esta operación?
Esa cima del cráter troncocónico del diminuto volcán emitió un humo vertical y serpentino oloroso a incienso aromático oriental.
¿Qué objetos homotéticos, además del candelero, había en la repisa de la chimenea?
Un reloj de mármol veteado de Connemara, detenido a las 4 y 46 de la mañana del 21 de marzo de 1896, regalo de boda de Matthew Dillon: un árbol enano de arborescencia glacial bajo un fanal transparente, regalo de bodas de Luke y Caroline Doyle: un búho embalsamado, regalo de bodas del concejal John Hooper.
¿Qué intercambio de miradas tuvo lugar entre esos tres objetos y Bloom?
En el espejo de marco dorado sobre la chimenea la no decorada espalda del árbol enano observaba la erguida espalda del búho embalsamado. Ante el espejo el regalo de bodas del concejal John Hooper con una clara melancólica sabia brillante inmóvil compasiva mirada observaba a Bloom mientras que Bloom con una obscura tranquila profunda inmóvil compasiva mirada observaba el regalo de bodas de Luke y Caroline Doyle.
¿Qué imagen compuesta asimétrica en el espejo atrajo entonces su atención?
La imagen de un hombre solitario (autorrelativo) mudable (heterorrelativo).
¿Por qué solitario (autorrelativo)?
Ni hermanos ni hermanas tenía pero su padre era hijo de su abuelo. |
¿Por qué mudable (heterorrelativo)?
De la infancia a la madurez se había parecido a su procreadora materna. De la madurez a la senilidad se parecería cada vez más a su creador paterno.
¿Qué impresión visual final le fue comunicada por el espejo?
El reflejo óptico de varios volúmenes invertidos impropiamente dispuestos y no en el orden de sus letras comunes con títulos refulgentes en los dos estantes de enfrente.