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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II (10 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II
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Deben comprender que si están identificados con la vida están en la vida. Sólo responden a las influencias A. Están en todos los sentimientos que produce la vida, en todas sus ansiedades. Pero están entonces muy lejos del Trabajo. El Trabajo les parece un sueño. Estarán muy alejados de la posibilidad del choque en el punto 6. Deseo que todos comprendan que es preciso
re-interpretar la vida
y verla a la luz del Trabajo. Pero mientras estén completamente inmersos en los 'Yoes' de la vida y absortos en las cuitas, ansiedades, roces y ambiciones de la vida ¿cómo pueden tener la esperanza de interpretar la vida de otro modo? Sólo los 'Yoes' del Trabajo pueden hacerlo. Los 'Yoes' de la vida sólo conocen un idioma, el de la vida, pero los 'Yoes' del Trabajo conocen dos lenguajes, el de la vida y el del Trabajo. Si no fuera así ¿qué esperanza tendríamos de evitar servir a la maquinaria de la Vida Orgánica? ¿Cómo podríamos separarnos de nosotros mismos si en nosotros no hubiera nada diferente de nosotros mismos? ¿Cómo, si se cree ser uno, puede separarse uno de sí mismo? Este es otro aspecto del choque en el punto 6. Consiste en valorar siempre más a los 'Yoes' del Trabajo en los períodos difíciles. Es preciso obedecer lo que dice el Trabajo en una situación dada. Reflexionar en cómo se obra con arreglo a las directivas del Trabajo y tratar de obedecer a aquello que se percibe y visualizarse a sí al hacerlo. Por esa razón es tan importante llegar a conocer el Trabajo, hacer un verdadero esfuerzo para comprender su enseñanza, mantenerla viva en la propia mente, descubrir nuevas conexiones.

Ahora deseo regresar a la primera definición del Recuerdo de Sí y a la comprensión de la propia mecanicidad. Cuando nos hallamos hablando de un modo característico nos damos cuenta de que hablamos desde una actitud relacionada con uno o dos discos de gramófono. Es sabido que no cuesta mucho ver los discos de gramófono en las demás personas una vez que alguien nos los señala. Es mucho más difícil ver los discos de gramófono en uno mismo y sorprenderlos cuando están trabajando. Se puede reconocerlos luego por cierto sabor y también por un sentimiento interior de pérdida de energía. Cada vez que pensamos mecánicamente o que sentimos mecánicamente tendemos a perder energía. Cuando se llega a percibir algunos típicos discos de gramófono, tanto de la clase que se expresa exteriormente por medio de la palabra hablada como de la clase que obra internamente dentro de uno mismo, ya se comienza a entender qué clase de mecanicidad se tiene dentro de sí. Por supuesto no se lo entiende si uno se justifica —es decir, si se hallan razones que dan cuenta de lo que se dice exterior o interiormente mientras se está hablando. Cada vez que se dicen las mismas cosas una y otra vez, esto es mecanicidad. Cuando se llega a percibir esta clase de mecanicidad, la ilusión acerca de uno mismo queda destruida. Entonces se produce una lucha muy interesante que no trataré de describir porque es una experiencia que todos deben sufrir y que cada cual deberá enfrentar inevitablemente en cierta etapa del trabajo sobre sí. Ahora bien, esa ilusión de uno mismo debe ser destruida antes de que se pueda dar en realidad el choque en el punto 6. Si se intenta darse ese choque mientras se está lleno de la ilusión de sí que siempre se tuvo, no se llegará a ser más consciente sino que, al contrario, se tenderá a caer en un sueño más profundo. Es preciso que nos demos cuenta de nuestra posición. ¿Recuerdan la historia de la cuerda y el precipicio? Un hombre no advierte a ninguno de los dos. Luego ve el precipicio, y entonces se da cuenta de su verdadera posición, y después ve la cuerda que cuelga encima de su cabeza. ¿Comprenden lo que esto quiere decir? Un hombre no piensa en asirse de la cuerda mientras no ve el peligro, y no ve el peligro mientras está dominado por la ilusión de que todo anda bien. De la misma manera, una persona con la ilusión de sí, una persona en la que aún no fue revelado algo, no hará un correcto esfuerzo de Recuerdo de Sí, puesto que no ve el precipicio, y por lo tanto no ve la cuerda. Ahora bien, la cuerda es el Trabajo. La cuerda es el Esoterismo que está por encima de nosotros, pero en un nivel más elevado. Las influencias curativas del Esoterismo pueden alcanzarnos en el 3er Estado de Conciencia pero no en el 2º Estado. El Primer Choque Consciente es elevar hasta la Conciencia las formas del Despertar, esa especie de Luz, que pertenecen al 3er Estado.

Ahora comprenderán por qué se dice que darse cuenta de la propia mecanicidad es una forma de Recuerdo de Sí. Significa que empezamos a percibir el peligro en que estamos al advertir que lo que hemos dado por supuesto en nosotros es una ilusión y que no existimos. Y una vez que esa ilusión de sí se desvanece es posible sentir que las influencias del Trabajo no sólo nos llegan sino que nos enseñan. En cambio, si se tiene el convencimiento de que el modelo de sí mismo es correcto, naturalmente cuesta mucho trabajar sobre sí porque no hay razón alguna que impulse a hacerlo. Si no se siente una carencia, ¿por qué se habría de trabajar? Si se siente que no se ha perdido cosa alguna, ¿por qué buscar? Si se siente que se conoce todo, ¿por qué aprender? Si se siente uno fundamentalmente satisfecho consigo mismo, ¿por qué cambiar?

Birdlip, 18 de marzo, 1944
El Eneagrama VII

Seguiremos hablando del Primer Choque Consciente. Si insisto en este punto se debe a que todo el Trabajo descansa en él. En cada disertación se habla sobre el choque en el punto 6 del Eneagrama encarándolo desde un diferente lado. Hasta este momento no puse orden alguno en mis disertaciones. La última vez hemos hablado del momento en que se advierte la mecanicidad como de una forma del choque.

Damos por supuesto lo que somos. Damos por supuesto el hecho de hablar, pensar, movernos, ver u oír. No nos damos cuenta de que somos incapaces de explicar nada y de que simplemente
nada sabemos.
Llegar a percibirlo nos hace sentir asombro, impotencia. En verdad, no hay persona que pueda decir, por más que lo niegue, que se ha creado a sí misma y que sabe exactamente qué es y cómo funciona el pensamiento, el sentimiento, etc. Basta reflexionar un instante para darse cuenta de que no se sabe nada. Nos fueron dadas máquinas muy complicadas llamadas cuerpos y vivimos en otra máquina muy complicada llamada mundo. Cuando se comprende todo esto emocionalmente se da todo por sentado, y este es un grado del Primer Choque Consciente. Meditando sobre la inexplicabilidad de todo, incluso de uno mismo, se puede llegar a un estado de comprensión muy diferente al de la comprensión ordinaria.

En la charla anterior, el tema de la comprensión de nuestra mecanicidad fue examinado sobre todo a la luz de la observación personal y de la constatación de cómo
Ello
hace, no uno. Les recordaré aquí la importancia de la Observación de Sí con respecto a la observación de la Personalidad. Todas las mañanas se presentan los mismos pensamientos, la misma manera de tomar las cosas, los mismos sentimientos, las mismas preocupaciones. La máquina de la Personalidad a la cual está ligada cada persona trabaja mecánicamente. Basta poner una moneda en la ranura y todo anda por rutina. Todos saben que esto no es "uno mismo", que no es esto lo que hay que observar sino la propia Personalidad. El Sr. Smith tiene que observar al Sr. Smith, no a "sí mismo". Creo que nunca se repite bastante que la Observación de Sí tal como la enseña el Trabajo es por completo diferente de lo que comúnmente concebimos como la observación de uno mismo. Este es uno de los lugares donde más fácilmente se cae dormido al significado del Trabajo y donde es preciso despertarnos constantemente. El Sr. Smith me viene a ver y me habla de sus dificultades en el Trabajo y me dice que trata de observarse a sí mismo pero que no sabe lo que ello significa. Entonces se le pregunta: "¿Ha tratado de observar al Sr. Smith?" Se sorprende mucho. Quizá comprendan lo que esto significa. Por supuesto es inútil observarse a sí mismo si todo es
uno mismo.
El hombre está atado a una muy complicada máquina que crea gran parte de su historia. Sin embargo, el
hombre no es
esta máquina, porque hay algo en el que puede librarlo de ella. Si no fuera así, la Observación de Sí sería pura pérdida de tiempo. Veamos nuestra conexión con la máquina, digamos, por un día. ¿Qué se propone hacer? ¿Qué estuvo diciendo? ¿Dónde estuvo? ¿Qué quería? ¿Acaso le gusta? ¿La justicia? Estamos más libres de ella si hacemos algo con atención? Basta observarse de ese modo en este mismo momento. Cuando comprendemos que la máquina de la Personalidad nos lleva de un lado para otro y se hace cargo de nosotros en todo momento tenemos vislumbres de lo que significa darse cuenta de nuestra mecanicidad. Empezamos a comprender por qué tal concepción es definida como una forma de Recuerdo de Sí. Se ve que un hombre no puede ir más allá de sus límites si toma todo en él como "sí mismo". ¿Cómo podrá cruzar la corriente con todas sus posesiones? ¿Cómo podrá salir de la prisión si se empeña en llevar todo consigo? Es preciso evitarse a sí mismo. Es preciso tener paciencia consigo mismo hasta que el ruido que hace la Personalidad se haya aquietado y por último se alcance a estar realmente "consigo mismo".

Existe una frase que se emplea mucho en el Trabajo, y también en otros antiguos escritos esotéricos, en el sentido de que el Hombre está en una prisión. G. acostumbraba decir que nadie se da cuenta de su situación. "Todos ustedes", decía, "están en la cárcel, y si son personas sensatas, lo único que deben desear es escapar de ella. Nadie, sin embargo, puede escapar de la prisión sin la ayuda de aquellos que han escapado antes. Sólo ellos les pueden enseñar de qué modo es posible escapar". Hubo un tiempo en que su afirmación favorita era que si un hombre en la prisión tiene alguna posibilidad de escapar, ante todo debe darse cuenta de que
está en la prisión.
Mientras no sea capaz de entenderlo, mientras siga creyendo que es libre, no tiene posibilidad alguna. Si nos damos cuenta de nuestra mecanicidad, seguiremos imaginando que somos libres. Imaginamos que hacemos todo por nosotros mismos, por nuestro libre albedrío. La prisión de la que tantas veces habló G. es ante todo nuestra Personalidad. En el caso del Sr. Smith, su prisión es el Sr. Smith a quien no observa en absoluto y a quien toma como él mismo. ¿Qué tiene que hacer?
Tiene que dividirse él mismo en 'Yo' y el Sr. Smith.
Está con el Sr. Smith a todo lo largo del día y tiene muchísimas oportunidades de observarlo y es en vano que diga que no puede ponerse en comunicación con el Sr. Smith por teléfono, porque está tantas veces junto al Sr. Smith que no lo ve ni tampoco se da cuenta de que el Sr. Smith le hace hacer todo. Comprenderán por qué, al encontrarse con el Sr. Smith, no hay que decir tan sólo: "¿Cómo está usted?", sino agregar: "¿Cómo está el Sr. Smith?" Y el Sr. Smith ha de contestar: "Oh, el Sr. Smith está en perfecta salud, pero
Yo
no me siento muy bien".

Ahora bien, es imposible ayudar a ese hombre a que se separe del Sr. Smith por medio de la persuasión. Quizá diga que no cree en la existencia de esa persona llamada el Sr. Smith, pues éste es sólo un hombre, y discutirá y exigirá pruebas. Claro está, esto es imposible, porque es el único que puede liberarse a sí mismo. Es preciso que vea por si mismo lo que significa la propia mecanicidad. Debe darse cuenta que si bien imagina que siempre se salió con la suya, es en realidad el Sr. Smith quien se salió con la suya, y tiene que llegar a sentir su propia impotencia en presencia del Sr. Smith. Desde luego, este ha de ser un proceso gradual, intermitente que se extiende a lo largo de años de estudio de sí. Pero una vez que ha empezado, una vez que percibe por un instante la presencia del Sr. Smith, entonces su eventual liberación ya es una posibilidad. En lugar de oponerse a la idea de observación empieza a usarla inteligentemente y entonces su vida se divide en dos corrientes: una será la vida del Sr. Smith y la otra será la historia y reflexiones del 'Yo' que observa al Sr. Smith. Entonces durante largo tiempo llevará una vida doble, lo cual es muchas veces penoso. Pero si no se permite ser negativo notará gradualmente que nuevos significados entran en su comprensión. Algo tiene lugar en él. Y ese cambio, por más leve que sea, es debido al choque que se produce en el punto 6 por medio de las nuevas influencias que llegan a un hombre.

Hay una forma de Yoga que se basa en la meditación sobre aquello que se es y a lo que se puede llamar 'Yo'. En este Trabajo debemos preguntarnos cuando decimos 'Yo,': "¿Qué 'Yo'?" Al entender que se emplea el término 'Yo' de una manera completamente equivocada se empieza el trabajo práctico sobre sí. Pertenece al Choque en el punto 6 porque puede acrecentar la conciencia —acrecienta la propia percepción de sí. Procura una relación completamente nueva consigo mismo. Basta decirse a uno mismo en un momento de acción: "¿Qué 'Yo'?"

Ahora daré un ejemplo refiriéndome a una persona que ha empezado a darse cuenta de la mecanicidad. Ser mecánico significa
reaccionar,
reaccionar ante las cosas como se hace siempre. Es preciso que reflexionen sobre esta observación personal de lo que significa ser mecánico.

"Siempre recordaré la amplia y gozosa sensación de libertad que experimenté cuando de pronto, en una reunión, entendí lo que la frase del Trabajo "No se debe reaccionar" significaba para mi y para mi vida. La vida podía ser transformada. Ya no estaba más a la merced de la vida. Había encontrado la manera de tratar a la vida. Ya no necesitaba reaccionar. Nadie ni nada podría herirme ni tocarme si pudiera hallar la suficiente fuerza para no reaccionar. La solución de esta dificultad estaba en mí. Tenía el poder, si sabía como usarlo, para hacer que la vida no me dañase. La vida
no
era el amo. Podía vencer las dificultades y las desdichas de la vida siendo pasivo, no reaccionado contra ellas.

Birdlip, 25 de marzo, 1944
El Eneagrama VIII

Hemos conversado el sábado sobre el Tiempo y la Recurrencia. Como este tema tiene que ver con el Primer Choque Consciente les daré un resumen de lo que se dijo.

Todas las ideas del Trabajo pueden obrar como choques. Las ideas son muy poderosas — mucho más poderosas que cualquier cosa visible y material. Las ideas pueden dominar a todas las naciones. No podemos ver una idea pero sentimos sus efectos. Ouspensky comparaba las ideas con máquinas muy potentes que si se manejaban mal solían ser muy peligrosas. Sentir todas las ideas del Trabajo es transformar nuestra comprensión. Por ejemplo, la idea de que no somos uno sino diferentes 'Yoes' puede transformar la propia comprensión y la de las demás personas. Del mismo modo, la idea sobre el Tiempo puede cambiar nuestra perspectiva.

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