Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II (4 page)

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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II
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Observen que esta segunda figura, el triángulo, que conecta ahora los puntos 3, 6 y 9, no se obtiene de la relación de 7 a 1 que sólo da la primera figura y deja fuera a 3, 6 y 9. Aquí hay algo extraño. Dos sistemas distintos (o figuras) son obtenidos de lo que al parecer es independiente uno de otro y sin embargo parece estar en alguna relación simétrica el diagrama en su conjunto. Examinemos el vértice del triángulo donde está el número 3. Está entre los puntos señalados por los números 2 y 4 que pertenecen a la figura de siete (llamaré a la figura simétrica ubicada entre los puntos 1 4 2 8 5 7 la figura de siete y al triángulo obtenido uniendo los puntos no tocados por la figura de siete, la llamaré figura de tres). Esos dos puntos 2 y 4 están señalados también por las notas de la octava
Mi
y
Fa.
La Ley de Siete es llamada a veces la Ley del Choque. Si las cosas procedieran de un modo regular y se desarrollaran armoniosamente sin interrupción alguna viviríamos en otro mundo. Uno de los orígenes del mal o de las cosas que no andan como deben ir es debido a la Ley del Choque —o, más bien, a su no cumplimiento. Es menester que todos reflexionemos sobre la enseñanza de este sistema que se refiere a los
choques.
Por lo que sabemos es totalmente desconocida tanto en la ciencia como en los antiguos sistemas esotéricos. (Cabe observar que reflexionar no es soñar y que muchos toman equivocadamente la reflexión por sueño.) En cada serie de desarrollos, en cada progresión, es necesario un choque en determinado punto. Este punto es
representado
por los intervalos de semitono en la escala mayor —entre
Do
y Si, y
Fa
y
Mi.
Nos ocuparemos ahora sólo del "lugar del semitono faltante", señalado por
Fa-Mi o Mi-Fa.
Si no se produce un choque la dirección del desarrollo o progreso sea cual fuere ésta cambiará por completo. Se empieza con la intención de hacer algo y se termina haciendo lo contrario. No puede haber un pasaje correcto desde el estado
Mi
al
Fa
sin choque. De otro modo lo que sigue a
Mi
no será
Fa.
Tracemos una "octava" vertical dejando fuera el
Do
en cada extremo.

Comparémosla con el Eneagrama. Verán que el lugar del choque en la octava vertical, señalado con un pequeño rectángulo, corresponde al ángulo de la figura de tres que está situada entre los números 2 y 4 —o las notas
Mi
y
Fa—
marcado en la circunferencia del Eneagrama. Por lo tanto ese ángulo representa de algún modo un
choque
que se produce en dicho punto en el sistema.

Puesto que hemos trazado la octava vertical, aprovecharé esta oportunidad para ver qué sucede cuando se le aplica la figura de siete.

La observación de este curioso diagrama produce el efecto de una cosa viviente, de ser atravesado por una especie de circulación. Pero cabe advertir que si se lo pone derecho la simetría de la figura en cierto modo se pierde.

En el Eneagrama la octava está situada en torno de un círculo. El círculo es la base del diagrama. Es menester que comprendan que les haga encarar el Eneagrama desde diferentes lados. Es del todo inútil tomarlo como si fuera un diagrama. Es una cosa viviente y toda la vida depende de él. Todas las cosas vivientes organizadas llevan en ellas la Ley de 3 y la Ley de 7. En el caso de animales hay sólo una parte del Eneagrama y un solo choque. Pero hablaré sobre este particular luego cuando discutamos los otros dos choques que sólo pueden ser alcanzados por el Hombre en este planeta.

Ahora les brindaré otro pensamiento pleno de sugerencias si se le presta la debida reflexión. Tomemos una cosa cualquiera en el tiempo que se produce en series y dispongámosla en torno de la circunferencia. Por ejemplo los días de la semana se producen en sucesión, en serie en el tiempo. Pongamos al Lunes enfrente de la cifra 1 en el lugar llamado
Re,
al Martes junto a la cifra 2 o lugar llamado
Mi,
al Miércoles junto a la cifra 4 y así sucesivamente. Esto nos da el Domingo en el lugar señalado por el nº 9. Ahora observamos la correspondencia señalada por la figura de siete con dichos días. Algo pasa del Lunes al Miércoles y regresa al Martes. Intentemos librarnos de la idea de tiempo concibiendo el mundo en dimensiones superiores, es decir, concibiendo que el tiempo no existe y que todo cuanto está en sucesión en el tiempo está vivo y, por así decirlo, está siempre
allí,
aunque nos parece pasar de una cosa a la otra. Es preciso prestar atención al lugar donde se produce el choque en la serie de días marcados en la circunferencia y asimismo la circulación interna que corre entre los días. Me he propuesto obligarlos a reflexionar sobre el Eneagrama y convertirlo en algo vivo dirigido a la mente y la imaginación. Aparentemente el Lunes se relaciona de algún modo con el Miércoles, con lo que llamamos el futuro, pero que, en la cuarta dimensión ya está allí. Luego otra vez, Miércoles está conectado con Martes, y Martes está conectado con Sábado, lo cual es al parecer extraordinario. Esta parece una manera de pensar inusitada, que no tiene relación alguna con nuestra manera temporal de pensar en la causa y el efecto, según la cual creemos que lo único que puede influir en el presente es el pasado. Como estarán todos de acuerdo creemos que la causa de una cosa es anterior al efecto en el tiempo. No nos imaginamos que el futuro pueda influir en el presente. Si pensáramos que ciertas cosas que tendrían lugar el Sábado estaban relacionadas de algún modo con lo que había sucedido el Martes, y que de resultas de ello lo que me sucede a mí el Jueves se debe al Sábado, al cual no he alcanzado aún en la serie de días, por cierto me sorprendería mucho. Pensaría naturalmente —con arreglo a mis sentidos— que un día sigue al otro, exactamente de este modo, y que las influencias de ayer sólo pueden actuar hoy o mañana. Sin embargo, por medio de una reflexión más honda llegaré a comprender que no es necesario que esto suceda así y dejaré de sorprenderme. Hasta puedo llegar a pensar que algo que estoy haciendo hoy puede afectar mis años pasados. La próxima vez proseguiremos exponiendo estos pensamientos y reflexiones acerca de este particular diagrama.

Birdlip, 5 de febrero, 1944
El Eneagrama III - Choque

Hemos hablado la última vez de la Ley de Siete y hemos dicho que a veces se la denomina la Ley de Choque. Para que algo crezca, se desarrolle, desde una etapa a otra, etapa por etapa, en un orden correcto, es necesario un
choque.
El lugar de este choque está señalado en el punto Mi-Fa, o lugar del semitono faltante. ¿Qué ejemplo encontraremos de tal evolución o desarrollo, etapa por etapa, en un orden correcto? Podemos encontrarlo en la evolución de la célula microscópica en el ser humano. Esta es en definitiva una ilustración de la evolución por etapas de transformaciones sucesivas, de una cosa que se convierte en otra cosa —o de una cosa perteneciente a un mundo, el mundo de las células, que pasa a otro mundo, el mundo del Hombre (por el doble proceso de diferenciación e integración). Es preciso darse cuenta que la hora de nuestro nacimiento está muy lejos, no meramente en el tiempo sino en escala vertical, en el orden de las cosas, en la unión de dos minúsculas células, en un mundo inferior al mundo en donde vivimos —un mundo que por lo común es invisible para nosotros. Pero la Ley de 7 se aplica a todos los mundos, a las galaxias estelares, al Hombre y a las células tal como lo hace la Ley de 3, porque estas dos leyes son las leyes creativas y formativas que están tras el Universo y todo cuanto contiene, en cada nivel. Son leyes últimas en el sentido de que no son más reducibles, esto es, a algo más simple. La Ley de Siete exige la existencia de un choque. Por lo tanto podemos tener la seguridad de que, puesto que la Ley de Siete se aplica en todo lugar a todas las cosas, en cada lugar de la creación, ya sea en el mundo de los átomos, ya sea en el de las células o de la humanidad; ya sea en los sistemas solares o en los cúmulos estelares, existe la
necesidad de un choque,
y que si este choque no es dado, tiene lugar la degeneración y la muerte. En el caso de la célula que se eleva por sucesivas etapas de auto-evolución hasta el mundo de los seres humanos y llega a convertirse en una persona visible, hay una etapa en que una completa alteración de su disposición interior le es exigida si ha de sobrevivir. Pero es preciso que lo estudien por sí mismos si les place hacerlo. A este respecto es menester recordar que 9 meses de nuestro tiempo es 30.000 veces 9 meses para la célula. (Calculen por si mismos lo que significa este período.) Estudien el diagrama.

Las etapas intermedias de transformación están entre
Re
y Si. Digamos, en la etapa
Sol,
existe algo intermedio, algo inacabado e inútil. Cada
Do
(el inferior y el superior) es completo en un sentido. Representan puntos "más inteligentes" que las notas intermedias. O cabe considerarlos como puntos de descanso. Pero se ve que existen dos lugares peligrosos en esta aplicación de la octava a la evolución de una célula en el hombre. La naturaleza del
Do
superior es fácil de ver. Para comprender el
Do
inferior se precisa un conocimiento especial aunque en cierto modo común.

Cuando se comprende que los choques son necesarios en toda la extensión del Universo debido a que la Ley de Siete es omnipresente en lo más minúsculo y en lo más gigantesco, se percibe que todo debe
esforzarse
por alcanzar un correcto crecimiento o desarrollo o debe recibir un choque en el momento apropiado.

Diremos unas pocas palabras sobre el
choque mecánico.
El hombre recibe un choque mecánico que se repite a cortos intervalos. Este choque es aire. Aceptamos el hecho de respirar, del mismo modo que aceptamos cualquier otra cosa, sin pensar en ello. El aire entra en los pulmones y se pone en contacto con la sangre. Aquí existe un muy notable árbol con un sinnúmero de ramas y ramillas. El Árbol-sangre se entrelaza con el árbol-aire en las ramificaciones más finas, pero sin penetración alguna, y entonces tiene lugar un intercambio, algo que está en el aire pasa a la sangre y viceversa. Este es el choque dado a la primera octava en el Hombre, esto es, la Octava de la Transformación de Alimento. A no ser que este choque sea dado mecánicamente en el bebé, el organismo físico es incapaz de trabajar. No puede trabajar porque el choque que necesita no fue recibido. Hablando desde este ángulo, es obvio que somos simples máquinas. Todo es hecho para nosotros y una vez que el proceso se ha iniciado correctamente andamos durante cierto tiempo. Los animales, los peces y las aves requieren el choque de aire. Es decir, vemos como obra en ellos la Ley de Siete.

Construyamos otra vez el Eneagrama y escribamos Sistema Digestivo, Sistema Aéreo y Sistema sanguíneo junto a
Re, Mi
y
Fa
respectivamente.

Ahora bien, los Pulmones por si mismos no pueden producir un choque. Este sólo puede producirse por la entrada del Aire. Ni tampoco el Aire puede producir un choque a menos que haya algo para recibirlo. El Aire penetra en los Pulmones y entonces su parte más valiosa (oxígeno) es escogida y llevada a la Corriente Sanguínea, siendo rechazado el resto (nitrógeno y bióxido de carbono).

Todas las cosas creadas trabajan por medio de
choques.
Si no hubiera esos choques morirían. Ahora bien, recibimos un choque mecánico que permite al cuerpo vivir —el choque de aire. ¿Por qué respiramos? ¿Podemos vivir sin respirar? ¿Es la respiración algo mecánico en nosotros, algo que fue arreglado para nosotros, algo que nos fue hecho a medida? Pero en el Hombre hay muchas cosas que no están hechas a medida, que no le fueron dadas.

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