Read Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II Online
Authors: Maurice Nicoll
Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología
Una persona cita a Browning, un pasaje de 'Paracelso':
"La verdad está dentro de nosotros; no surge De las cosas exteriores; sea cual fuere nuestra creencia Hay un centro recóndito en todos nosotros Donde la verdad mora en su plenitud; y en torno, Muro tras muro, la grosera carne encierra Esta perfecta, clara percepción que es la Verdad. Una desconcertante y pervertida red de carne La ata y es causa de todo error: y conocer Más bien consiste en allanar el camino Para que el aprisionado esplendor pueda escapar Que en dar entrada a la luz Que se supone está fuera."
Afirmar que la verdad está en nosotros es muy exacto y no cuesta nada decirlo, pero es una tarea larga y difícil comprender la realidad de esta verdad en nosotros mismos porque estamos llenos de seudo-verdades y gastamos continuamente todo nuestro dinero, toda nuestra energía para conservar esa seudo-verdad acerca de nosotros mismos que tanto nos inquieta. Permítanme recordarles lo que se dijo en una reciente disertación: que la verdad nos aquieta y nos otorga la paz, mientras que la seudo-verdad nos hace vacilantes, preocupados y tensos. La conciencia adquirida es ruidosa, mientras que es preciso prestar atención para oír la Conciencia Real. Resolvemos multitud de problemas, suponemos que, guiándonos por la conciencia adquirida, quedamos satisfechos y en cierto modo nos justificamos. Al cabo de un tiempo nos cansamos de actuar desde esa conciencia adquirida y deseamos escuchar algo más profundo, es decir, no buscamos librarnos del dolor que sentimos, por alguna manifestación de la conciencia adquirida. ¿Recuerdan lo que se dice en Isaías —que Dios "habita en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu."?
(Isaías, LVII, 15.)
¿Comprenden la significación de las frases "Yo no soy así" o "Estoy en esta mentira" o "Yo soy esa persona inventada que se ha hecho cargo de mi vida en todos estos años"? Si entienden lo que esto significa comprenderán de qué trata el Trabajo. El objeto de este Trabajo radica en despertar la Conciencia Real, que es la misma en todas las personas. Nunca se repetirá bastante. En la observación de sí llegamos al punto de decir: "Yo no soy este 'Yo' que está hablando, que se está comportando así, no soy esa persona que imaginé ser, no soy todas esas cosas externas, esos honores, esas posiciones, esos fingimientos, esas virtudes, esas cosas que trato de hacer, esas ficciones que mantengo. No, yo no soy esas cosas que se han hecho cargo de mi vida. Yo no soy esos 'Yoes'. "Pues bien", dirá "¿Qué soy yo?" Le será imposible decir lo que es excepto viendo lo que no es y alejándose gradualmente, por medio del trabajo interior, de esa gran ficción que ha mantenido, sólo que debe hacerlo con una pizca de humor, con cierta capacidad para reírse de sí mismo. Entonces se agruparán gradualmente en torno de su sentido de sí mismo cosas más reales y esto lo verá súbitamente por el hecho de que será capaz de pensar, leer, de reflexionar. La razón es que podrá alejarse de la corriente de la vida, esa excitada vida a la cual uno se aferra para hallar la felicidad y a la que tan pocos son capaces de renunciar. Porque la mayoría de las gentes creen que renunciar quiere decir morir. Por el contrario, no quiere decir la muerte, sino la vida. Recuerden la frase del Trabajo:
nadie es feliz.
Pero a qué extremos llegamos para inventar esa felicidad. Cuántos somos los que seguimos a nuestra conciencia adquirida creyendo que nos dará la felicidad, mientras que es ella precisamente la que nos hace siempre desgraciados. Se asemeja a una especie de Juggernaut que aplasta todo lo que es real en nosotros y para lo cual sacrificamos nuestra vida.
Ahora bien, pensarán que cuanto he dicho es un tanto solemne, en realidad no lo es, pero, como todas las otras cosas en el Trabajo, puede ser tomado con una pizca de sal. Dirá simplemente que nuestros "Yoes" de vida ordinarios no son los 'Yoes' que nos darán la paz interior o la estabilidad y que, como enseña el Trabajo, es preciso separarse de esos "Yoes" que pertenecen a la Falsa Personalidad y a la Falsa Conciencia si queremos ponernos en contacto con algo más profundo y genuino. Cuando observa en sí mismo un "Yo" que siempre lo lleva por el mal camino hacia las falsas ambiciones y los falsos propósitos, hacia la rivalidad, hacia el desprecio por los otros, y cuando alcanza una vislumbre de esos "Yoes" que obraron en toda su vida, entonces es una maravillosa experiencia poder decirse a sí mismo "Yo no soy ese 'Yo'", y empezar a separarse de él.
Si tuviéramos una Conciencia Real todo el mundo podría unirse y toda la policía, las leyes, las guerras, el control militar, etc. dejarían de existir, porque la Conciencia Real, que está escondida en todos nosotros, es una y la misma, y si todas las gentes tuvieran Conciencia Real serían capaces de comprenderse unos a otros y de hablar una lengua común. En el Trabajo intentamos estudiar un lenguaje que nos pueda unir a todos, que todos podamos comprender, y su objeto es despertar la Conciencia Real. Pero mientras tengamos una conciencia adquirida, una conciencia artificial, que en la práctica es diferente en cada caso de acuerdo con la educación, la nación, el país, etc. no hay posibilidad alguna de comprensión común, y así todas las cosas seguirán siendo lo que siempre fueron y, me imagino que todos ustedes verán que si siguen así, en el futuro serán peores aún. Aquí tenemos a gentes que están en sus "Yoes" tradicionales y que luchan los unos contra los otros por doquier, y nadie trata de comprender nada, y nadie puede comprender nada, y así toda la caótica tramoya de la vida, que es debida a que el Hombre está dormido, seguirá como antes y hasta peor que antes. Pero nosotros debemos tratar de formar un núcleo de personas que desean trabajar sobre sí, sobre la conciencia adquirida, sobre la Falsa Personalidad, y separarse de esta terrible fábrica y conocerse mutuamente en un nivel más profundo, donde sea posible encontrarse los unos a los otros sin todos los insultos y confusión y malas interpretaciones propias de gente dormida que se comporta en una forma puramente mecánica. ¿No es extraordinario sentir que cada persona tiene en si, tal como lo enseña el Trabajo, la base común de la comprensión mutua que fue cubierta capa tras capa por la conciencia adquirida y por la poderosa capa exterior de la Falsa Personalidad que es la cosa con la cual la gente más se identifica? Recuerden que el objeto de este Trabajo es atravesar esta falsa capa que causa tanto daño a uno mismo y a los demás. Sabemos que es difícil respetar a una persona que no piensa por sí misma y que está simplemente compuesta de opiniones adquiridas, topes, actitudes tradicionales y prejuicios. En esa persona no hay sino la conciencia adquirida que puede ser mejor o peor, útil para la vida o no, pero no hay nada realmente individual. Si conversamos con ella vemos que no tiene pensamientos, ideas, nada vivo, ningún poder para lograr algo nuevo. De hecho, conocemos de antemano qué rollos de gramófono girarán en respuesta al estímulo aplicado, y cómo las mismas opiniones serán repetidas una y otra vez sin cambio alguno. La conciencia adquirida o falsa es pues una cosa fija, mecánica, mientras que la Conciencia Real es algo muy diferente. Ve todo a su verdadera luz y así juzga diferentemente en cada caso. Es relativa, no absoluta.
La idea de "ayuda" en el Trabajo es difícil de entender. En ciertos momentos todos recibimos ayuda de la vida cuando las cosas andan bien. En relación con esta idea de ayuda O. nos dijo hace mucho tiempo: "La vida es demasiado fácil para todos nosotros". Creo que quería decir que no comprendíamos qué significaba "ayuda" en el sentido del Trabajo. Cuando la vida es difícil en cierto modo nos sentimos ofendidos o deprimidos. Entonces la ayuda de la vida nos es retirada; las cosas no andan bien con respecto a nuestras expectativas de vida, a nuestra manera de esperar que la vida concuerde con lo que hemos imaginado. En este caso somos una función de la vida, de las circunstancias externas. Este es uno de los significados de la frase del Trabajo: "Somos máquinas manejadas por la vida". Pero el Trabajo no trata exactamente de esta relación mecánica con la vida. No trata de la estabilidad mecánica o del equilibrio que tenemos en la vida sino de un nuevo equilibrio que sólo puede ser creado por el trabajo sobre si. La idea del Trabajo es muy difícil de captar durante mucho tiempo. He pensado a menudo que nadie la entiende con suficiente profundidad. ¿Tiene algo en usted capaz de resistir los altibajos de la vida o es simplemente una criatura de las circunstancias externas? Es evidente que el Trabajo nos está enseñando una nueva manera de equilibrarnos, cuando, por ejemplo, dice que no debemos identificarnos tanto como lo hacemos, lo cual significa que no hemos de tomar la vida tal como se presenta a nosotros con sus aconteceres siempre cambiantes. Suponiendo ahora que uno se identifica mucho tanto cuando las cosas son buenas como cuando son malas, es decir, se siente muy emocionado cuando las cosas son buenas y muy deprimido cuando las cosas son malas. Entonces se es una función de la vida, una máquina, en el sentido del Trabajo. Se está simplemente en el mar, dejándose llevar de un lado a otro por las olas, y se carece de bote para navegar y seguir el rumbo que uno desea a despecho del tiempo. Supongamos que hallo que los hechos exteriores no son de mi gusto y empiezo a oponer objeciones a esto o aquello. Supongamos luego que se me ocurre que esta es una oportunidad en la que debería trabajar sobre mí mismo y que no debería expresar mis emociones negativas sino poner el mayor cuidado en no reaccionar mecánicamente a la luz de lo que se me ha enseñado en el Trabajo. Estarán de acuerdo conmigo en que aquí se presenta una nueva serie de ideas, las ideas enseñadas por el Trabajo. En este caso empezaré a aplicar las ideas de Trabajo a mí mismo y hasta cierto punto dejaré de ser una máquina, un mecanismo manejado por la vida y sus aconteceres externos. Suponiendo que lo haga en seguida, entonces me será más fácil hacerlo otra vez, cuando surjan circunstancias más o menos iguales. Esto es saborear el Trabajo y su calidad, pero si nunca saboreo el Trabajo y su calidad de este modo, y espero meramente que a causa de oír el Trabajo todo andará en adelante mejor para mí, entonces la idea que tengo del Trabajo es muy ingenua. Creer que el Trabajo hará que las cosas mejoren inmediatamente para mí es tener una concepción muy superficial del Trabajo, una concepción muy superficial del esoterismo y sus enseñanzas, porque el objeto de la enseñanza esotérica estriba en producir un cambio profundo en la persona que uno es, un profundo cambio en el nivel de ser. Hay muchas cosas en el Trabajo que no pueden ser entendidas con la cabeza, sino sólo con el corazón. Para comprender cualquier cosa son necesarios dos centros. Se puede trabajar muy duramente en el lado informativo del Trabajo e intentar trabajar cada idea ardua e interminablemente en lenguaje informativo, pero si bien este esfuerzo no se pierde completamente es absolutamente necesario tener una percepción emocional de la verdad del Trabajo. Se puede hablar y escribir durante mucho tiempo sobre el significado de la identificación sin que se tenga una percepción emocional de su sentido; o se tienen muchos pensamientos acerca de lo que significa la mentira y sin embargo no se percibe emocionalmente su sentido. Esto se debe a que no se aplicó esta percepción a sí mismo.
Ahora bien, esta noche deseo hablarles una vez más sobre el
Propósito.
Es imposible hacerse un propósito a no ser que se perciba de qué trata el Trabajo, es decir, que trata de uno mismo y de las relaciones que se tienen con los Centros Superiores o Conciencia Real. En el Trabajo todo propósito ha de estar conectado con el Trabajo —trabajo sobre sí ante todo, trabajo con los otros y con todo el sentido del esoterismo, es decir del Trabajo mismo. Es preciso tomar como punto de partida la primera línea de Trabajo que está en conexión con el propósito. Permítame que le haga esta pregunta: ¿Dónde cree usted que ha de trabajar sobre sí en conexión con las ideas del Trabajo? ¿Tiene alguna concepción clara de su vida y de lo que debe intentar cambiar en vista de lo que se le enseñó? A menos que empiece aquí, en este mismo lugar, nunca tendrá un propósito práctico con respecto a sí mismo.
¿Qué cree que ha de cambiar en sí mismo?
Ahora bien, esta cuestión es muy interesante y quiero detenerme en ella brevemente. Se puede, partiendo de la conciencia adquirida de los topes, de los fingimientos, de la Falsa Personalidad, concebir la necesidad de cambiar una u otra cosa. Lo que quiero señalar es que uno se deja guiar por ideas y opiniones adquiridas sigue a un mentor que no le conviene. Es preciso empezar desde lo que el Trabajo enseña, porque el Trabajo reemplaza a la Conciencia Real en nosotros tal como somos. Enseña lo que la Conciencia Real nos enseñaría si estuviera despierta en nosotros. Pero como tenemos nuestras ideas sobre lo que debemos hacer, o ser, o lo que ha de ser nuestro propósito, nos vemos obligados a seguir un camino equivocado desde el punto de vista del Trabajo porque obramos según nuestro conocimiento ordinario y no según el conocimiento del Trabajo. Entonces interferimos con la acción que ejerce el Trabajo sobre nosotros y nos sometemos a toda clase de inútiles privaciones y tentativas. El conocimiento verdadero es muy diferente de lo que llamamos conocimiento. El conocimiento esotérico es un conocimiento especial que es preciso aprender y comprender gradualmente mediante el desarrollo emocional que nos procura una percepción de su significado. Todo esto tiene que ver con la clase de esfuerzo que es exigido para cambiar nuestro ser. Nuestras ideas ordinarias, nuestro conocimiento ordinario, no cambiarán nuestro ser y probablemente sólo acrecentarán la fijeza de nuestro estado de ser actual. Si ya cree saber, entonces no aceptará ponderadamente el conocimiento del Trabajo. Si tiene la seguridad de que sabe lo que es justo e injusto, no será capaz de cambiar. Una persona ha de despertar eventualmente a la autoridad del Trabajo y debe empezar por verse a la luz de lo que dice. Puede pensar, por ejemplo, que muchas de sus emociones negativas son correctas y entonces no las llamará emociones negativas. Empero el Trabajo enseña que todas las emociones negativas son equivocadas, sea cual fuere la causa. El Trabajo no examina la causa de las emociones negativas sino el hecho de que son negativas. En una oportunidad O. dijo: "¿Por qué explican siempre sus emociones negativas por las causas que las originaron? Lo que importa es ser negativo y sobre eso es donde es preciso trabajar". Ahora bien, todos ustedes saben que las emociones negativas impiden todo desarrollo y hacen imposible toda comunicación del Centro Emocional con los Centros Superiores. Si pudiéramos comunicarnos con el Centro Emocional Superior, por ejemplo, nuestra vida sería por entero diferente. Hallaríamos una serie completamente nueva de reglas a las cuales ajustarnos, mucho más sutiles que todas las que seguimos en la vida. Hallaríamos, por ejemplo, cuando encaramos una situación de una manera, que hay 100 ó 1000 maneras, todas muy diferentes, y que no hay ninguna manera estereotipada de encarar los aconteceres de la vida. Esta es una de las cosas más importantes que hay que entender en conexión con el propósito y con nuestra manera de comportarnos. Nos comportamos de una manera rígida, estereotipada y así tendemos a que nuestros propósitos sean rígidos, estereotipados. Hay cierta alegría en darse cuenta de que no es preciso encarar las cosas siempre de la misma manera.