Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II (55 page)

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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Volumen II
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Es sabido que a medida que se asciende por el Rayo de Creación se llega a estar bajo menos leyes. Comprender esta idea es muy importante y a ello se debe que se diga tan a menudo que es preciso comprender el significado del Rayo de Creación. Supongamos que nuestro Ser está bajo 48 órdenes de leyes y hacemos lo que nos da la gana. Ahora bien, un hombre que está bajo 48 órdenes de leyes está en un punto muy bajo del Rayo de Creación y en un mundo muy malo, tal como se lo puede ver claramente, porque este no es un buen mundo. Para empezar, tal hombre puede llegar a estar bajo 24 órdenes de leyes, aun cuando exista en la Tierra, y por último bajo 12, mas para poder lograr esta nueva libertad —porque es evidente que al estar bajo 24 órdenes de leyes se goza de más libertad que bajo 48 órdenes de leyes— debe ponerse momentáneamente bajo más leyes para llegar a estar bajo menos leyes, es decir, debe obedecer el Trabajo según su creciente comprensión de él, y vivir cada vez más de acuerdo con lo que el Trabajo enseña. Cuando empieza a ver esta necesidad emocionalmente, ya está muy cerca de un cambio en su nivel de Ser, pero este cambio no tendrá lugar mientras siga viendo al Trabajo como algo externo, meramente, como una serie de reglas, de afirmaciones. Comenzar a ver la verdad del Trabajo por sí mismo es la primera etapa. La próxima etapa es cuando dicho hombre comienza a aplicar su voluntad al Trabajo, cuando empieza a querer lo que comprende del Trabajo en sí mismo —ésta es la segunda etapa—. Entonces pasa a estar bajo menos leyes al tener que observar más leyes. Esta es la dirección que sigue la libertad en relación con el Trabajo, y con toda la enseñanza esotérica. Por otra parte, si sólo obedece a sus impulsos y sólo satisface sus apetitos e intereses propios, mira hacia abajo y no hacia arriba o, si se prefiere, mira hacia el exterior y no hacia el interior, y así tiende a descender en el Rayo de Creación hasta llegar al nivel de la Luna —es decir, es víctima de sus apetitos y obstinación y se encierra cada vez más en una prisión y se vuelve cada vez más exigente e inútil. Son muchos los ejemplos evidentes de este orden de cosas, tal como la gente que recurre a las drogas, etc. Pasan evidentemente cada vez bajo más leyes, simplemente haciendo lo que gustan, y llegan a ser incapaces de hacer un esfuerzo cualquiera. Ahora bien,
todo crecimiento sólo se hace por medio del esfuerzo
. Hablando esotéricamente, es sólo posible por medio de un esfuerzo
correcto
y por esta razón un sistema esotérico genuino nos debe enseñar
la clase de esfuerzo
que tenemos que realizar para crecer. No podemos crecer por nosotros mismos, por nuestras ideas. Sólo podemos crecer por medio de un conocimiento totalmente nuevo y una concepción por entero nueva de nuestros sentimientos y de lo que somos. Aquí es preciso introducir toda la enseñanza del Trabajo que se refiere a hacer pasiva la Personalidad, porque mientras estemos bajo la plena influencia de la Personalidad no gozamos de ninguna libertad. Sólo teniendo algún vestigio de Centro Magnético verdadero en nosotros, nos hubiéramos dado cuenta de ello aun antes de conocer el Trabajo. Llegar a ser más libre significa un cambio en el nivel de Ser hacia arriba —esto es, hacia dentro—. Significa una comprensión más profunda de nosotros mismos y de las otras gentes y del significado de la vida y del porqué estamos aquí. Si somos capaces de crecimiento y sentimos un sincero deseo de ponernos bajo las influencias del Trabajo, entonces el cambio de nivel de Ser será cada vez más probable. Puede tener su punto de partida en una semilla minúscula, una experiencia nimia pero genuina que nos ha impresionado. Entonces se entabla la lucha con enjambres de malos 'Yoes', de actitudes equivocadas, de estados equivocados. Empero, si la semilla fue plantada crecerá eventualmente, a condición de que obtenga suficiente ayuda en una continua rememoración de las ideas del Trabajo. Pero, al cabo de cierto tiempo podrá crecer sin o con escasa ayuda externa. Y la dirección que sigue este crecimiento hacia lo alto o hacia lo interior lleva a la libertad interior, porque crecer significa
ascender
por la Octava Lateral, hablando diagramáticamente, hacia el Sol, y así pasar a menos y menos leyes al liberarse uno mismo de la Personalidad. Todas estas ideas deben interrelacionarse en nuestra mente pensando a solas en ellas, con el fin de comprender que significa una mayor libertad. Regresemos ahora a la primera parte de la cuestión: "¿Qué entiende por ser más libre?" Una persona dio el siguiente ejemplo:

"Se pueden tener considerables ambiciones mundanales, y en la persecución de estas ambiciones estar constantemente atormentado por el temor del efecto adverso que uno puede producir en las personas capaces de promover dichas ambiciones. Si entonces se llega a ver la vanidad de tales empeños y que la ambición no lleva a ningún lugar sino a la ansiedad y a la desdicha, y si, obedeciendo a una ley superior, se las abandona completamente, su poder queda quebrantado y se logra una libertad inmediata de todas las preocupaciones que resultan de la ambición."

Sí, esto es muy cierto. Cuanto más identificado se está con la vida, más temor se sentirá, más se sentirá que la existencia depende de las cosas externas. Cuanto más identificado se está con lo que es exterior a uno mismo, más se sentirá el temor de perderlo todo. Si mi centro de gravedad es completamente exterior a mi persona, digamos en dinero o en posesiones, etc., más atado estaré a las circunstancias externas y así seré más máquina, dirigida por las circunstancias externas y dependiendo de ellas. Por ejemplo, si toda la felicidad de un hombre depende de una persona, entonces en verdad ese hombre llega a ser función de dicha persona, lo cual de seguro no es justo. No veo cómo es posible comprender la idea del Recuerdo de Sí si mi vida es vivida en función de otra persona. Similarmente, tal como lo dice una persona: "Se puede estar en poder de una persona hacia quien se tiene una actitud negativa". Es justo, pero quiero que sean ustedes quienes reflexionen sobre ello. Se puede estar enteramente en poder de una persona a quien se odia. Pero ¿es esto Recuerdo de Sí? No, es puramente estar en poder del mundo, estar en la "Tierra" y en poder de ella, es decir de los sentidos. Repito que el Recuerdo de Sí no tiene nada que ver con esto. El sentimiento que obtiene del odio puede parecernos un sentimiento muy fuerte de "Yo" pero ese sentimiento no es el "Yo". Es al contrario, un "Yo" que se deleita odiando y siendo cruel, bajo cuyo dominio ha pasado y al cual ha consagrado su existencia.

Una persona cita un pensamiento que se mencionó en una de las disertaciones anteriores sobre la libertad interior. El pasaje es el siguiente: "La naturaleza de la libertad es completamente desconocida para aquellos que no poseen conciencia moral, porque para ellos la libertad consiste en hacer exactamente lo que quieren". Esto es muy cierto y solo agregaré que si se trata de la Conciencia Real no estará atormentado por ella sino que la percibirá de un modo muy gentil, mientras que si se trata de la Conciencia Adquirida será atormentado por ella. La Conciencia Real nunca es violenta y su acción es tan gentil que para la mayoría pasa desapercibida. Es preciso detener el tránsito de la vida para oírla —y es mucho más inteligente que nosotros.

Aquí tenemos una buena respuesta que además es muy práctica. Hay una antigua frase estoica que dice que todos estamos atados a la vida como un perro a un carro y que tenemos que aceptar las cosas, es decir, no ser arrastrados por el carro sino andar a la par. Cito dicha respuesta:

"Recuerdo haber oído decir, cuando me inicié en el Trabajo, que la posición del Hombre era en cierto modo semejante a la de un perro atado a un carro y al que el carro arrastraba porque el perro se resistía a la cadena que lo llevaba. Si el perro no se hubiera resistido al empuje de la cadena y hubiera corrido a la par del carro habría gozado de mucho más libertad. Es así como entiendo el primer paso que hay que dar hacia la libertad interior: ver nuestra verdadera posición respecto de la verdad sobre nosotros mismos y sobre las leyes bajo las cuales estamos."

Sí, pero es preciso más discernimiento. Si objetamos todo siempre esperando lo que no hallamos y estamos muy identificados con la vida, recibiremos muchas heridas y seremos arrastrados llenos de resentimiento. Por eso el Trabajo dice que debemos ser pasivos a la vida, lo cual es una cosa muy difícil de entender porque siempre pensamos qué
podemos hacer
y que las cosas deberían ser diferentes de lo que son. Practicar la no objeción a todo cada día durante un breve período es un muy buen ejercicio y enseña muchas cosas sobre uno mismo y los "Yoes" del no Trabajo. Ser más pasivo a la vida significa ser más pasivo a la Personalidad.

Una persona pregunta: "¿Hay algún grado de libertad interior en la atención dirigida?". Sí, se es más libre porque uno está en las partes más conscientes de los centros que están bajo menos leyes. Las diferentes partes de los centros están bajo diferentes leyes.

Al término de una respuesta se cita a Francis Thompson:

"Sólo te sentirás bendito cuando Dios te obligue a ser libre y sus alas te cubran."

Sí, si se sustituye Dios por el Trabajo y se concibe realmente lo que significa ser obligado por el Trabajo. Desdichadamente nos entregamos a toda clase de emociones y ni siquiera por un instante las relacionamos con el Trabajo o imaginamos que tengan algo que ver con el Trabajo. Es preciso recordar que el Trabajo necesita mucho tiempo para penetrar en unos pocos "Yoes" y que en nosotros la mayoría de los "Yoes" aún no han oído hablar del Trabajo. Es menester enseñar el Trabajo a "todos los paganos"', como dicen los Evangelios.

Varias personas dijeron que hacer lo que se quiere significa que un "Yo" es el que hace lo que quiere. Por ejemplo, una persona dijo:

"En este nivel hacer lo que se quiere significa seguir el impulso del 'Yo' que está de servicio en ese momento. Sin embargo, esto no es libertad, porque la segunda fuerza en la vida impedirá probablemente que sigamos ese impulso por mucho tiempo, y aun cuando la vida sea fácil para nosotros no tardaremos en estar bajo otro 'Yo' que quiere algo completamente diferente. Por lo tanto en este nivel 'hacer lo que se quiere' en realidad carece de sentido porque no hay un 'Yo' permanente que quiera."

Esta es una buena respuesta. Cada "Yo" tiene su propia voluntad y cada "Yo" tiene su propio poder en determinado momento y caemos entonces en una paradoja. Un "Yo" suele hacer algo que le gusta y otro "Yo" se presenta y no le gusta lo que este 'Yo' ha hecho. Todas estas diferentes voluntades constituyen líneas y direcciones contradictorias y como solemos tener topes muy fuertes no lo advertimos y nos quedamos muy tranquilos. Es estar en un estado muy peligroso cuando no se ven contradicciones en nosotros mismos ni se siente ningún desasosiego, o 'calor', como lo llama el Trabajo.

Cito otra respuesta:

"Entiendo por 'ser más libre', en parte liberarse de la mecanicidad, del poder que la gente y los eventos ejercen sobre mí; de la Consideración Interna, del echar culpas, de inútiles auto-acusaciones y de una hueste de otras funciones psíquicas equivocadas. Liberarse de la Actitud en su calidad de Actitud, del Hábito en su calidad de Hábito. La libertad interior no es 'hacer lo que se quiere tal como uno es ahora'. Esto significa la esclavitud del impulso, la voluntad del momento La idea que tengo de la Libertad Interior es que no se la puede lograr entregándose a la voluntad del momento sino por el deseo de ser guiado por la Voluntad nacida de la percepción de la Verdad. A medida que crece la percepción, crece la Voluntad y la Libertad Interior se siente más plenamente."

Sí, es muy justo. Si obedecemos a las ideas del Trabajo viendo su verdad y percibimos eventualmente el bien que radica en ellas, entonces estaremos más libres de las voluntades momentáneas de los diferentes "Yoes". Esto significa que se produce un movimiento más interno en nosotros mismos y esto sólo se logra por medio de la observación de sí que nos aleja del fingimiento exterior. La observación de sí acrecienta la Conciencia y una Conciencia acrecentada significa una vista más amplia, una apreciación más total.

Una persona cita algo que fue dicho por Ouspensky: "Puede hacer lo que le da la gana mientras se recuerde a sí mismo". Esto es muy cierto, pero ¿han tratado de hacerlo? Si gustan recordarse a sí mismos más que otra cosa cualquiera, entonces podrán hacer lo que quieren, pero no pueden esperar que esto ocurra en seguida. En la práctica, sólo se comprende lo que esto significa después de pasar muchos años en el Trabajo, y aun entonces sólo se empieza a entender por qué se dijo esto.
No
serán capaces de hacer lo que quieren
si
están en el tercer Estado de Conciencia. Hacer lo que se quiere es mecánico: estar en un estado de Recuerdo de Sí es consciente.

Birdlip, 10 de marzo, 1945
Comentario sobre la diferencia que hay entre el objeto y el
pensamiento del objeto

El objeto nos es dado por los sentidos. Les ruego comprender que lo que llamamos mundo físico es dado por nuestros sentidos. Veo a una persona, la toco y la oigo, y luego llamo a dicha persona un objeto físico. Si no tuvieran ojos, ni oídos, ni el sentido del tacto, ese llamado objeto físico desaparecería. Este es el primer punto que es preciso comprender, a saber, qué sentido damos al mundo físico que nuestros sentidos nos dan y al que tomamos como la realidad. No dejen de advertir que si no tuvieran sentidos no habría realidad física.

Ahora bien, recientemente se hizo la siguiente pregunta respecto de una cita de una disertación: "El maestro Sufí señala que es exactamente la misma cosa complacerse en no gustar de una cosa o complacerse en pensar en ello". Esta pregunta se refería a comprender la diferencia existente entre no gustar del objeto y no gustar del pensamiento del objeto. Les recordaré aquí algo que se dijo sobre este particular: Comen algo, digamos, con mucho placer, y lo gozan como si fuera determinado objeto físico, pero alguien les dice que es un guiso de caracoles, e instantáneamente tienen náuseas. Aquí evidentemente el pensamiento es diferente de la sensación física. Nuestro pensamiento es diferente de nuestros sentidos, y está en otro plano. Se puede ver a una persona o se puede pensar acerca de ella. El pensar acerca de esa persona es psicológico, pertenece a nuestro mundo interior; se puede seguir pensando en esa persona a la que se tiene antipatía sin tener necesidad de verla. Cuando el maestro sufí dice que complacerse en no gustar de una cosa y complacerse en el pensamiento de ello es la misma cosa quiere decir simplemente lo que dice. Ante todo les haré esta pregunta: ¿Conocen un ejemplo de complacerse en no gustar de un objeto o una persona? Recuerden que una persona es un objeto y recuerden que el Trabajo enseña muchas cosas en cuanto a sentir placer en no gustar de una cosa. La cuestión es sutil porque nos imaginamos siempre que no nos complacemos en no gustar de la gente. Si no gustan de una persona —es decir, de un objeto— les produce mucho placer oír decir que alguien no gusta igualmente de dicha persona. Esto es complacerse en no gustar y este placer es reforzado porque otros están de acuerdo con ustedes. ¿No es esta una cosa muy común si son francos consigo mismos? Pero el placer de no gustar de alguien o de algo es lo mismo que el placer que se tiene pensando en ello. Cuando una persona, que mira a otra persona como un objeto transmitido a través de los sentidos, dice: "Oh, cómo odio a ese hombre", se complace en no gustar del objeto que tiene ante los ojos, y luego, si piensa en esa persona cuando ya no la ve con sus sentidos, se complace en pensar cuánto la odia, entonces es, tal como lo dice el maestro sufí, exactamente la misma cosa. Tiene placer en no gustar del objeto cuando lo ve y tiene placer en pensar que no gusta del objeto cuando no lo ve, y así el efecto es de todo punto el mismo. En un caso, recibe las impresiones de disgusto desde el objeto visible y en el otro, recibe las impresiones desde el pensamiento de dicho objeto, de modo que en ambos casos recibe impresiones negativas y psicológicamente el efecto es el mismo.

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