Cuentos completos (127 page)

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Authors: Edgar Allan Poe

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BOOK: Cuentos completos
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Se ha querido ver en este cuento la utilización de una pesadilla (o la combinación de más de una) resultante del opio; alguien lo ha clasificado, después de
El escarabajo de oro
y Los
crímenes de la calle Morgue
, entre los relatos más famosos del autor. El hecho, generalmente admirado, de que el personaje no ose decir lo que vio en el fondo del pozo, encolerizaba a R. L. Stevenson, que veía en eso «una impostura, un audaz e imprudente escamoteo».

Manuscrito hallado en una botella

MS. found in a Bottle.

Baltimore Saturday Visiter
, 19 de octubre de 1833 (6)

George Snell ha creído ver en este cuento «una parábola del paso del hombre por la vida». La perfección de su factura fue elogiada por Joseph Conrad. Para Edward Shanks «posee esa atmósfera de lo inexplicablemente terrible que pertenece a Poe, a unos pocos autores más y a los anónimos creadores de leyendas».

El héroe del relato muestra los rasgos románticos del nomadismo, el desasosiego inexplicable, el exilio a perpetuidad; por debajo se adivinan impulsos menos literarios y más terribles que, al igual que el drama en sí, no alcanzarán explicación final. Pero la característica más memorable reside en la intensidad de efecto lograda con un mínimo de palabras. «Su don de armar situaciones con cien palabras», decía de Poe el crítico Charles Whibley.

Este cuento ganó el premio ofrecido por el
Baltimore Saturday Visiter
e inició en cierto modo la carrera literaria de Poe. En carta a Beverly Tucker, éste afirma que se trata de una de sus primeras composiciones.

El gato negro

The Black Cat.

United States Saturday Post (Saturday Evening Post)
,19 de agosto de 1843 (41)

Con más ingenuidad que ingenio, Alfred Colling ve en el trío central (el narrador, su esposa, el gato) un reverso infernal de Poe, Virginia y la gata
Caterina
, tan mimada por ellos. Parece más interesante recordar que Baudelaire conoció a Poe a través de una traducción francesa de
El gato negro
, publicada en
La Démocratie Pacifique
, de París. Marie Bonaparte ha demostrado psicoanalíticamente los elementos constitutivos de este cuento, uno de los más intensos de Poe.

La verdad sobre el caso del señor Valdemar

The Facts in the Case of M. Valdemar.

American Review
, diciembre de 1845. Título original:
The Facts of M. Waldemar’s Case
(59)

En
Marginalia
, I, Poe se ocupa de las repercusiones que este relato tuvo en Londres, donde fue tomado por un informe científico. El mesmerismo y sus campos afines interesaban extraordinariamente en su época; el tono clínico del cuento, donde no se retrocede ante el menor detalle descriptivo, por repugnante que sea, explica el engaño. Un preludio a este relato puede verse en
Revelación mesmérica
(véase también
Cuento de las Montañas Escabrosas)
. Margaret Alterton ha mostrado la influencia de la literatura efectista del
Blackwood’s Magazine
en Poe, sobre todo en la tendencia a las descripciones que buscan crear una sensación de informe científico. Pero de los cuentos del
Blackwood
a
Valdemar
hay exactamente la distancia del periodista al poeta.

El retrato oval

The Oval Portrait.

Graham’s Lady’s and Gentleman’s Magazine
, abril de 1842. Título original:
Life in Death
(35)

En una primera versión —al igual que en
Berenice
—, Poe presentó al héroe sometido a la influencia del opio, lo cual explica mejor la tonalidad de su visión del retrato oval. Charles Whibley afirmó de este cuento que «otro escritor necesitaría cinco páginas para explicar lo que Poe sugiere en las cinco primeras líneas». Marie Bonaparte ha visto otra prueba de un complejo de Edipo en Poe: «En ese retrato oval revive el medallón de Elizabeth Arnold» (la madre de Poe, cuyo retrato en miniatura conservó él siempre).

El corazón delator

The Tell-Tale Heart
.

The Pioneer
, enero de 1843 (39)

El tema de Caín —la soledad que sigue al crimen, el descubrimiento gradual que hace el asesino de su separación del resto de los hombres— se expresa en Poe a través de una serie de grados,
El demonio de la perversidad
es su forma más pura;
William Wilson
ilustra la alucinación visual;
El corazón delator
, la auditiva. En los tres casos el crimen rebota contra su autor y lo aniquila.

Se ha visto en este cuento otra expresión de obsesiones sádicas en Poe. El ojo de la víctima reaparecerá en el del gato negro. La admirable concisión del relato, su fraseo breve y nervioso, le dan un valor oral, de confesión escuchada, que lo hace inolvidable.

Un descenso al Maelström

A Descent into the Maelström.

Graham’s Lady’s and Gentleman’s Magazine
, mayo de 1841 (29)

Arlin Turner ha mostrado cuatro fuentes que Poe habría usado para este relato. La más importante procede de un cuento publicado, en 1836, en un periódico francés ilustrado,
Le Magasin Universel
, que lo tomó de otro aparecido en el
Fraser’s Magazine
(septiembre de 1834). W. T. Bandy hace notar que Poe debió de leer la historia en el
Fraser
y que aprovechó su tema —la caída en el remolino y la expulsión posterior— para elaborar una teoría explicativa de cómo pudo producirse esta última. La
Enciclopedia británica
le proporcionó acaso los elementos científicos que se utilizan en el relato.

El tonel de amontillado

The Cask of Amontillado.

Godey’s Lady’s Book
, noviembre de 1846 (61)

La suerte de Ugolino, la visión de tanta mazmorra donde se consumó la venganza del que sacrifica el espectáculo del sufrimiento del enemigo, sustituyéndolo por la imaginación de una agonía infinitamente más cruel, dan a este relato su fuerza irresistible. Y también la brillante técnica narrativa, el diálogo incisivo, seco, la presencia del carnaval en esa comedia monstruosa de desquite y sadismo. D. H. Lawrence ha señalado la equivalencia entre
Usher y
este cuento: Fortunato es enterrado vivo por odio como Lady Madeline lo es por amor. «El ansia que nace del odio es un deseo irracional de poseer y consumir el alma de la persona odiada, así como el ansia amorosa es el deseo de poseer hasta el límite a la persona amada».

Brownell, que ve en el
tono
lo mejor de los cuentos de Poe, dice del de éste que es «como el golpetear de castañuelas malignas». Y R. L. Stevenson: «Todo el espíritu de
El tonel de amantillado
depende del disfraz carnavalesco de Fortunato, el gorro de cascabeles y el traje de bufón. Una vez que Poe acertó en vestir a su víctima grotescamente, halló la clave del cuento».

La máscara de la Muerte Roja

The Mask of the Red Death.

Graham’s Lady’s and Gentleman’s Magazine
, mayo de 1842, título original: The Mask of the Red Death: A Fantasy (36)

Shanks dice de este cuento que «su contenido es el puro horror de la pesadilla, pero ha sido elaborado y ejecutado por un artífice de suprema y deliberada habilidad». Su tema y atmósfera corresponden en la poesía de Poe a
The Conqueror Worm
(incluido en
Ligeia)
. Al margen de su obvia alegoría —que quizá Poe negara— hay campo para otras, todas ellas igualmente ajenas a la fuerza y a la eficacia del relato. En los últimos años, Joseph Patrick Roppolo ha proporcionado un análisis exhaustivo de las fuentes e intenciones de este relato.

Un cuento de las Montañas Escabrosas

A Tale of the Ragged Mountains.

Godey’s Lady’s Book
, abril de 1844 (45)

Este relato, publicado en una época avanzada de la producción poeiana, no alcanzó el prestigio que merece. Su tema ilumina doblemente la persona de Poe: el paisaje de las
Ragged Mountains
es el que recorría con sus camaradas de la Universidad de Virginia, y las sensaciones, derivadas de la morfina, que experimenta Bedloe en su paseo, provienen de una experiencia harto repetida en la época de la composición de la historia.

Por su tema, que retoma la noción del «doble» en un plano diferente del de
William Wilson
, y la brillantísima ejecución, nerviosa y sucinta, este cuento es uno de los más hermosos del autor. Su tono, a salvo de toda exageración y todo énfasis, le confiere una actualidad sobrecogedora. Pudo ser escrito por Wells, por Kipling, por el mejor «Saki». Colling lo declara «uno de los cuentos de Poe más fuertemente impregnados de surrealidad».

El demonio de la perversidad

The Imp of the Perverse.

Graham’s Lady’s and Gentleman ‘s Magazine, julio de 1845 (57)

Acertadamente previene Émile Lauvrière al lector sobre la diferencia de sentido que la palabra
perverse
tiene para un inglés y un francés. El distingo se aplica igualmente en nuestro caso.
Perverseness
, perversidad, no es gran maldad o corrupción (aunque pueda serlo), sino —citamos a Lauvrière— «el sentido del encarnizamiento en hacer lo que no se quisiera y no se debiera hacer». Por su parte, Poe lo explica al comienzo del relato; en la traducción, empero, subsiste el inconveniente de no disponer de un término más preciso.

Poe, como casi todos en su tiempo, aceptaba en general los principios de la frenología; aquí, sin embargo, parece advertir que se trata de una seudociencia y no lo oculta.

El entierro prematuro

The Premature Burial.

Dallar Newspaper
, 31 de julio de 1844 (47)

En rigor, se trata menos de un cuento que de un artículo donde se enumeran casos de enterramientos prematuros, seguidos de una supuesta experiencia personal del autor. Se ha visto en este tema —fundándose en su tono obsesivo y las propias palabras de Poe— el resultado de las pesadillas del opio o, mejor aún, de los trastornos cardíacos con sensación de ahogo que aquél experimentaba en ocasiones.

Hop-Frog

Hop-Frog
.

The Flag of our Union
, 17 de marzo de 1849. Título original:
Hop-Frog, or the Eight Chained Orang-Outangs
. (64)

«Hop-Frog
—dice Jacques Castelnau— no es más que el relato donde Froissart nos muestra a los compañeros de Carlos VI quemándose vivos en el famoso
Bal des Ardents
. A falta de las
Crónicas
, que no pudo leer, Poe meditó sin duda frente a una miniatura que evoca el accidente, y donde se ve en una de las salas del hotel Saint-Pol a los jóvenes príncipes metidos en sus disfraces de hombres salvajes cubiertos de pelos de la cabeza a los pies y ardiendo bajo las arañas de madera donde se consumen las velas de sebo». Quizá Poe no leyó las
Crónicas
aunque Woodberry señala que pudo conocerlas en una vieja traducción inglesa del siglo XVI; de todos modos debió enterarse del episodio a través de un artículo del
Broadway Journal
, febrero de 1847, donde se cuenta cómo Carlos VI y cinco cortesanos se disfrazaron de sátiros y cómo se incendiaron sus trajes. Según Hobson Quinn, a esta fuente se agregaría
Frogère
, relato de un tal «Px» publicado en el
New Monthly Magazine
, en 1830, acerca de un bufón de la corte del zar Pablo de Rusia; víctima de una broma cruel de su amo, el bufón se presta a colaborar en su asesinato.

Hervey Allen ve en
Hop-Frog
un valor simbólico: La realidad, tirana, mantiene en esclavitud a la imaginación, la obliga a servir de bufón, hasta que ésta se venga de la más terrible manera.

Metzengerstein

Metzengerstein
.

Saturday Courier
, 14 de enero de 1832 (1)

Este cuento —el primero publicado— apareció por segunda vez con el subtítulo «Cuento a imitación de los alemanes». Su aire marcadamente «gótico» —en el sentido que toma la palabra cuando se aplica a las novelas de Maturin, Mrs. Radcliffe, Walpole y, naturalmente, a la narrativa de los románticos alemanes, como Hoffmann y Von Arnim— contiene ya valores puramente poeianos. La presencia del tapiz, por ejemplo, abre la serie de las decoraciones misteriosas y en extraña analogía con el drama que se cumple entre ellas.

La caja oblonga

The Oblong Box

Godey’s Lady’s Book
, septiembre de 1844 (49)

Otra transparente presencia de la necrofilia, que se muestra sin ambages y en su forma más repugnante.

El hombre de la multitud

The Man of the Crowd.

Burton’s Gentleman’s Magazine
, diciembre de 1840 (27)

El prestigio de este relato no parece basarse tanto en su tema, ya de por sí interesante y sugestivo, como en la gran habilidad técnica de su factura. El ensayo de caracterización de una multitud —que tanto obsesionará a muchos novelistas contemporáneos— se logra aquí con recursos aparentemente simples, pero tras los cuales se esconde la sensibilidad del observador «capaz de leer la historia de muchos años en el breve intervalo de una mirada».

La cita

The Assignation.

Godey’s Lady’s Book
, enero de 1834. Titulo original:
The Visionary
(7)

Hobson Quinn ha señalado el paralelismo de este relato con
Doge und Dogaressa
, de Hoffmann, mostrando, empero, una esencial diferencia de clima. La extravagante efusión romántica del principio, nada frecuente en Poe, y el no menos extravagante absurdo de que un niño pueda permanecer alrededor de diez minutos bajo el agua sin ahogarse, y ser salvado por un héroe que se arroja al canal
embozado en su capa
, contrastan con la justeza habitual de los relatos poeianos.

Digamos del poema
To one in Paradise
que Poe intercaló en el cuento, que su versión española no pasa de un equivalente aproximado, que busca salvar algo del ritmo del original. Lo mismo cabe decir de los poemas que aparecen en
Ligeia
y
La caída de la casa Usher
.

Sombra

Shadow.

Southern Literary Messenger
, septiembre de 1835. Título original:
Shadow. A Fable
(13)

W. C. Brownell ha aludido a «la elaborada y hueca solemnidad» de esta parábola, «que concluye, empero, con una nota de verdadera sustancia y dignidad», mientras Killis Campbell encuentra que, junto con
Silencio
, «se aproxima a la elocuencia y al esplendor de De Quincey».

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