Ejército enemigo (21 page)

Read Ejército enemigo Online

Authors: Alberto Olmos

BOOK: Ejército enemigo
10.52Mb size Format: txt, pdf, ePub

Partimos de la base de que tampoco podremos acabar con esto. De ahí que apelemos a la dignidad.

Nuestra dignidad es nuestro compromiso (y echa uno de menos más palabras en los diccionarios) de poner nuestras vidas en el centro exacto de la lucha. Las acciones que llevaremos a cabo no serán un entretenimiento, ni un orgullo; serán una necesidad.

La filosofía de «La solidaridad ha fracasado» no entronca con el terrorismo. El terrorismo es una contradicción del sistema del capital, es decir, forma parte de él. El terrorismo es la publicidad del miedo. Un acto terrorista es un spot diferido, la puesta en marcha de una campaña de promoción. Usa las mismas reglas que el sistema del que reniega. Por tanto, es esencialmente inútil.

Olvidémonos de la Baader-Meinhof. Al final les hicieron una película.

Olvidémonos también de Banksy o Michael Moore. Recordemos cómo acabó Jerry Rubin.

El anhelo de publicidad desacredita cualquier intención crítica; el éxito sería nuestro fracaso: no debemos «triunfar». Es decir, salir por televisión. No debemos tener nombre ni logotipo. No debemos dejar huellas que permitan unir los puntos de nuestras acciones hasta formar el dibujo de nuestra cara. No existimos.

Porque muestro modelo es la guerrilla.

La guerrilla no busca aparecer en la Wikipedia. Busca entorpecer, busca estar ahí, creando su propio espacio habitable; con sus propias reglas. La guerrilla acomete acciones que tienen un sentido en el momento de realizarlas, y luego no hay nada, salvo más acciones significantes y útiles.

La guerrilla no gana, pero tampoco se rinde. La guerrilla convierte una guerra en una pequeña batalla única, y sólo ella sabe cuándo, dónde y por qué se está produciendo esa batalla.

La guerrilla sabe ganar las pequeñas batallas.

No hay más. No hay banderas blancas ni armisticios. Sólo diminutos enfrentamientos fugaces.

La guerra, la Gran Guerra, la declaran los Estados, la dirigen los Generales, la usufructúan Bancos y Empresas, la ganan los Héroes y la inmortalizan los Monumentos. La guerrilla la hace la gente con minúsculas. En lugar de un Coronel, un camarero; en lugar de un Estadista, un profesor; en lugar de un Ministro, un taxista.

Usemos lo minúsculo. Conocemos a personas en todas las grandes organizaciones, personas con salarios mínimos y funciones subalternas. Un ejército dormido hecho sólo de peones.

Es el nuestro.

Nuestro bando.

El ejército enemigo. (I)

Asunto: Acción número 2

Propongo una nueva acción. Creo que la que llevamos a cabo en primer lugar fue bien, pero creo que deberíamos apuntar más alto. Entiendo lo que dice (I), nuestra filosofía no publicitaria, pero eso no nos impide hacer acciones que los demás vuelvan publicidad, sin conocer su fuente. Antes de seguir, me gustaría conocer vuestra opinión. (alfa)

¿A qué te refieres con que «los demás vuelvan publicidad» una acción? (I)

Me refiero a que hagamos algo que sea de conocimiento público, no como lo del cine, que nos lo taparon en prensa. (alfa)

Dinos qué es y lo pensamos en términos prácticos. (1)

Perdonad mi timidez. No estoy acostumbrado a escribir, ni a desarrollar ideas. La cosa es la siguiente: me parece que sería muy buena acción desvelar el patrimonio y el caché de numerosos artistas de los llamados solidarios. Si la gente supiera cómo, por decirlo a la pata la llana, mucha gente que parece estar contra el sistema y contra los ricos en realidad son ricos y, claro, sólo porque están de parte del sistema, por mucho que digan lo contrario, es posible que su actitud cambiara, o que reconsideraran su presencia pública, o que la gente no hiciera caso de sus tonterías. Eso es. (alfa)

Me parece una excelente idea para una acción. Todos deberíamos saber cuánto gana todo el mundo. (a)

Ok. Pero cuidémonos de llevarlo a cabo sin que se genere ninguna expectativa, sin que haya visos de grupo organizado. Y, por favor, dejemos las reflexiones para mensajes con el asunto adecuado. No mezcléis teoría y práctica. Cuéntanos tu plan. (I)

Yo sí creo que deberíamos hacer cosas más llamativas, la verdad. (1)

Tengo varios amigos trabajando en bancos, otro en el mundillo de la música. Seguramente vosotros también conocéis a gente en editoriales, productoras de cine y televisión, agencias inmobiliarias, concesionarios de coches… en ese tipo de sectores. Tendríamos que reunir primero una lista (¿cien nombres?) de personalidades públicas cuyo modo de actuar nos pone enfermos, gente que no consideremos trigo limpio. Después, pensar con cada nombre qué contacto necesitamos para conocer datos de su patrimonio. Luego, enviar los nombres a los contactos y esperar su información y organizarla. Sugiero, como modo de hacerla pública, utilizar una red social. (alfa)

Parece muy laborioso, (alfa). (a)

Llevará semanas, incluso meses, sí. Pero no veo por qué no puede hacerse. (I)

Estoy de acuerdo. Conozco varias personas con acceso a datos patrimoniales. También tengo un amigo que trabaja en la organización de festivales. Sin embargo, creo que sería mejor hacer público el informe mediante la creación de un blog. Las redes sociales son fascistas. Demasiado control. (1)

De acuerdo con lo del blog. No lo había pensado. (alfa)

Hagamos la lista. ¿Cien nombres entonces? Empecemos con ella. (a)

¿Nombre del blog? (alfa)

Ok, lista cerrada. Cien nombres. Ahora cada uno señalará aquellos nombres de la lista acerca de los cuales puede conseguir información económica. Luego coordinaremos esos contactos y el modo de abordarlos. Sugiero un mail o cita distendidos, exhibir una pálida curiosidad. (I)

Yo sugiero no repetir un contacto si podemos conseguir la información de otro. Lo ideal serían cien contactos distintos, uno para cada uno de los nombres. No veo inteligente pedirle datos de cincuenta personas al mismo contacto. ¿No? (alfa)

Bien pensado. Como os dije, esto va a ser laborioso. (a)

Se me ocurre un nombre simple para el blog: «Cuánto ganan». (I)

Me gusta. (alfa)

Dos meses ya. Siento que estamos paralizados por esta acción. (1) Tranquilo (I), no hay ninguna prisa. En un mes más creo que habremos acabado. (I)

Yo creo que no. (1)

De hecho, tus contactos, tus nombres, son los que van más retrasados. (I)

Que te jodan. (1)

Por favor, calma. Podemos hacerlo. Un mes más. (alfa)

Perdón por mi brusquedad. (1)

Ha pasado un mes. ¿Estado? (1)

100 nombres; 87 con algún dato. Completos: 23. (alfa)

¿No podemos ir poniendo nombres según vayamos recopilando datos? A fin de cuentas, es un blog. (a)

Creo que sería mejor poner la lista de los cien de golpe. Me parece más contundente. Además, contraviene nuestra política actualizar un blog, estar ahí día a día. (I)

Estoy de acuerdo. O los cien o ninguno. (1)

Propongo que retrasemos la acción. Cuando tengamos los cien nombres con todos sus datos, o con el máximo número de datos, volvemos a ella. Creo que deberíamos pensar en otras acciones mientras ésta se cocina. (a)

Va a ser lo mejor. Estoy algo histérico, sin hacer nada. (1)

Ok, poco a poco. Lo conseguiremos, aunque lleve más tiempo del previsto. (I)

¡Y qué ganas de ver ese informe completo! (alfa)

Asunto: Lluvia de ideas

Creo que ha llegado el momento de una lluvia de ideas. Proponed acciones, por favor. (I)

¿El brainstorming no es capitalismo? (1)

Muy gracioso, (1). Sin bromas. No perdamos el tiempo con mails amigables. Para eso tenemos el bar. ¿Ideas? (I)

Os cuento la mía, entonces. Creo que podríamos convencer a algunas chicas sudamericanas para que llevaran a cabo algún tipo de acción en los lugares donde limpian, casas lujosas, chalets, pisos. Conozco a una. Es muy amiga mía. A pesar de que se gana la vida con ese trabajo coincide conmigo en la repugnancia que le provoca alguien que no es capaz de limpiar su propia casa. Podríamos hacer algo en esa dirección. (I)

¿Como robar las casas? (a)

Todas las criadas deberían robar a sus señores. (1)

Robar no. Alguna acabaría en la cárcel. Pienso por supuesto en la idea de contactar con varias. (I)

Hay una película,
Los edukadores
. Me ha venido a la cabeza la imagen, la escena, de estos tipos entrando en una casa y dejándola patas arriba, sin robar nada. Luego escribían algo, dejaban un mensaje. No recuerdo cuál. (alfa)

Eso me gusta. ¿Y si les ensuciamos la casa hasta dejarla hecha una pocilga? Y que sea al día siguiente de que la «señora de la limpieza» se haya despedido. O que se despida mientras eso ocurre, entre el día último que fue y el siguiente. Se puede organizar. (1)

¿No sería la criada la principal sospechosa de la gamberrada? (a)

Quizá. Mi amiga está dispuesta a hacerlo, en todo caso. Ya se lo he comentado. (I)

¿Qué le has comentado? ¿No dijimos que todo quedaría entre nosotros? (alfa)

No le he hablado de nosotros. Tranquilo. (I)

Es una idea atractiva, pero no veo la manera de llevarla a cabo con seguridad para todos. Quizá eligiendo a un señor realmente rico podría tener más sentido. ¿Pensáis dejar notas, mensajes, como en la película? ¿«La solidaridad ha fracasado»? (alfa)

Yo estoy en contra de dejar huellas, firmas, marcas o mensajes. (I)

Yo creo que habría que hacerlo, al menos en algunos casos. (1)

No sé, dejemos esta idea madurar. ¿Alguna otra? (I)

Deberíamos arremeter contra la publicidad en los espacios públicos. Algunos anuncios son realmente invasivos. Me ponen enfermo. Cuando llega el metro y viene todo él cubierto por la publicidad de una película o un refresco. No sé cómo habría que hacerlo. Pintando encima. Buscando grafiteros amigos que lleven a cabo la acción. No cambiaría nada pero me encantaría ver toda la publicidad de un tren echada a perder. A lo mejor bastaría con tachar, ocultar los logotipos, hacer la publicidad inservible. Que no se supiera qué anuncia. Quizá eso creara un conflicto entre la empresa anunciante y el servicio de transportes, que no querrían pagar. No sé. (alfa)

Propongo hacer algo contra la empresa láctea Brem. Me he enterado de que van a sacar una partida de leche en tetrabrik de cuyas ventas el 1 % estará destinado a fundaciones benéficas que trabajan en países en vías de desarrollo. Mi hermano trabaja en la fábrica de envases para Brem, y he visto en casa el logotipo del 1% en la plantilla del nuevo envase. Mi hermano se trae curro a casa. Pienso que sería genial arruinar ese nuevo envase, una vez que esté fabricado. Evitar que se llene de leche y se distribuya. Quemarlo. Creo que esta acción se encuadra perfectamente en la filosofía que tenemos. No busca salir en prensa, sólo poner palos en las ruedas de esa estrategia de limpieza que utilizan ahora las empresas. Habría que ver cómo hacerlo. Puede ser peligroso quemar algo. (a)

Otra. ¿Y si boicoteamos algún concierto de los llamados solidarios? No sería muy difícil. Un técnico de luces, o un montador, un cable desenchufado, un cuadro eléctrico roto, y listo. (alfa)

El festival de cine que se celebra en la costa (no recuerdo la ciudad) donde todas las películas tratan temas sociales o son documentales sobre países pobres o personas en la indigencia, mientras que desde la misma puerta del cine hasta el término municipal de la ciudad no hay más que coches de lujo, cenas de lujo, yates de lujo, hombres y mujeres encantados de haberse conocido y derroche constante también merecería algún tipo de apocalipsis. ¿Cuál? (I)

Yo propongo quemar la sede de la ONG La Esperanza. (1)

* * *

Está bien claro que la guerrilla es una fase de la guerra que no tiene en sí misma la posibilidad de conseguir la victoria.

Ernesto Che Guevara,
La guerra de guerrillas

Saber la verdad no nos impide actuar como si no la supiéramos. La verdad es inútil, lo único útil es
otra realidad
.

Zacarías Munt,
Relato vivido

De acuerdo con el concepto que nos hemos formado de la guerra del pueblo, ésta, como una sustancia nebulosa, no debe nunca adensarse hasta constituir un cuerpo compacto; de lo contrario el enemigo dirigirá contra estos núcleos fuerzas adecuadas, los aniquilará y hará muchos prisioneros. En tal caso, la audacia disminuirá, todos creerán que la cuestión principal ya está decidida, que es inútil cualquier esfuerzo, y las armas caerán de las manos del pueblo.

Carl von Clausewitz,
De la guerra

A fin de que todo se vea reducido al mismo nivel es, en primer término, necesario procurarse un fantasma, un espíritu, una abstracción monstruosa, un algo que todo lo abrace y que no es nada, un espejismo; y ese fantasma es
el público
.

Soren Kierkegaard,
La era presente

El pueblo ya no existe, o todavía no…
el pueblo está ausente
.

Gilles Deleuze

¿Es posible vencer en una guerra sin combatir ni derramar sangre?

Wu Ming 4

Queremos destruir todos los ridículos monumentos a todos aquellos que murieron por la patria que desde su altura nos miran en cada pequeña ciudad, y queremos erigir en su lugar monumentos a los desertores. Los monumentos a los desertores representarán también a aquellos que murieron en la guerra, porque cada uno de ellos murió maldiciendo la guerra y envidiando la felicidad del desertor. La resistencia nace de la deserción.

Partisano antifascista, Venecia, 1943

La guerra del pueblo cuenta con el apoyo de la población local, con su enemistad generalizada en los enfrentamientos del ejército enemigo.

Wu Ming 4

La guerrilla es antes que nada una guerra individual, en la que cada voluntario está obligado a rendirse cuentas a sí mismo y no puede delegar en nadie (superior o inferior) la responsabilidad y el resultado de las propias acciones.

Wu Ming 4

¿Dónde podré tomarme un vaso de leche y conseguir explosivos para hacer saltar por los aires el Museo del Prado?

Thomas Bernhard,
Conversaciones

* * *

Podéis verlo en los documentos adjuntos. Son unos hijos de puta. Llevan diez años robando literalmente cantidades escandalosas de dinero para supuestos proyectos que nunca se realizan, aprovechándose de subvenciones debido al contacto entre su fundador y director y varios miembros del Ministerio. Utilizan las exenciones fiscales de la compra de vehículos en su sede en Asia para revender automóviles. Cuando trabajaba allí pude comprobar este dato. También asistí a todo tipo de prácticas barriobajeras para eliminar competidores a la hora de hacerse con un proyecto humanitario. Un compañero de entonces que sigue todavía allí ha alcanzado el estatus y la confianza suficiente para viajar como cooperante. Ha estado en Camboya. Vino horrorizado. Me envió un mail contándome lo que vio (os lo reenvío). Básicamente, los jefes de la sede en Camboya viven como potentados, frecuentan todos los vicios originados por la pobreza que dicen estar combatiendo (putas, para entendernos), organizan fiestas costosísimas y socavan la dignidad del país más que una invasión militar norteamericana. Algunas de estas prácticas corruptas salieron en prensa hace cuatro años, pero esa publicidad no hizo mella alguna en su organización. Se están saliendo con la suya. Me hierve la sangre. Merecen que hagamos algo serio en su contra. Yo propongo atacar directamente su sede aquí; quemarla. Me da igual si luego abren otra, si la reconstruyen, si sólo se les molesta un poco. Podemos volver a atacarla. Se lo merecen. Dan asco. Decidme qué os parece. (1)

Other books

The Silent Dead by Tetsuya Honda
Corpus Christmas by Margaret Maron
Five Fortunes by Beth Gutcheon
Dark Awakening by T. A. Grey
Las brujas de Salem by Arthur Miller
Tending to Grace by Kimberly Newton Fusco