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Authors: José García Abad

Tags: #Política

El Maquiavelo de León (35 page)

BOOK: El Maquiavelo de León
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Pero Blanco espera que en ese semestre puede acabar con Gómez aprovechando sus debilidades. El vicesecretario acusa a Gómez, entre otras cosas, de no haber sacado suficiente rentabilidad del escándalo Gürtel, a lo que éste replica que Blanco se lo pone muy difícil al propiciar desmesurados elogios a la lideresa del PP. Como posible candidato a la alcaldía de Madrid, o de recambio de Tomás Gómez, si finalmente se estrella, o como pieza clave en la futura ejecutiva de Ferraz, si Leire no se consolida, Blanco maneja el nombre de Antonio Hernando, escasamente conocido para el gran público, pero fiel auxiliar del segundo hombre del partido.

Todo está contenido hasta el final de la presidencia europea. Concluida ésta se espera que Zapatero dé un vuelco a la situación, con decisiones que pueden ir desde un cambio de gobierno hasta un adelanto electoral. Y no son pocos los que se están moviendo por lo que pueda pasar.

Las absorbentes tareas del macroministerio que dirige no son, pues, lo suficientemente absorbentes para que el ministro abandone su despacho en la sede federal del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz. Acude a él al menos un día a la semana, a veces los fines de semana. Blanco no está de oyente ni en el partido ni en el gobierno. No descuida ningún flanco, sabiendo que en política nadie te regala nada y si ambicionas algo no puedes perder la menor oportunidad en el empeño. A José Bono nunca hay que descartarle, aunque él asegura que no entra en sus planteamientos, que su carrera ya se ha culminado con la presidencia del Congreso de los Diputados. Bono es un animal político químicamente puro, que ha sobrevivido a mil peripecias con buen pie. Es un verdadero hombre de Estado y me permito dudar de que haya abandonado sus lícitas ambiciones.

Las probabilidades del catedrático de Derecho Constitucional Juan Fernando López Aguilar son lejanísimas, pero al parecer él no parece verlo así. Según me comenta un compañero en el grupo socialista del Parlamento Europeo: «Juan Fernando está convencido de que la historia le espera».

Al canario se le reprocha el pacto de la justicia que protagonizara desde la oposición. Un dirigente socialista muy próximo al presidente me dice:

—Es que hacer un pacto de la justicia como lo hizo, estando en minoría y con el PP en las instituciones, en el cual supeditas todo a lo que digan las mayorías que están en ese momento, las del el PP… hace falta no tener dos dedos de frente. Así estamos desde entonces. Un verdadero desastre. Todavía estamos pagando las consecuencias de la forma en que llevó la negociación; generar de cara al futuro mayorías cualificadas para un gobierno estable y suprapartidario de la justicia está bien, pero primero pacta lo que hay, pacta la renovación de lo que había, que era inadmisible.

Quizás la mejor baza de López Aguilar, sea su zapaterismo integral. Apoyó el cambio tranquilo de Zapatero desde el principio, y cuando, contra todo pronóstico, éste triunfó, ingresó en su núcleo duro como secretario de libertades públicas y desarrollo autonómico. Su disponibilidad a los deseos del jefe es plena. Aceptó sin rechistar que le cesara de ministro para mandarle a Canarias y que dejara Canarias para enviarle a Bruselas.

El nombre de Patxi como posible candidato surgió de unas declaraciones formuladas por el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka, quien afirmó que lo había oído a un diputado socialista de la vieja guardia. En una entrevista concedida a TVE, Erkoreka afirmó que López «puede llegar a ser el icono del imaginario patriótico español», y añadió como dato elocuente que «es el único cargo público del Partido Socialista que no es objeto de crítica por ninguna cabecera, por ningún medio de comunicación español, ni de la derecha ni de la izquierda». Ciertamente no hay una persona más intocada e intocable en el gobierno y en la oposición. Pero dudo mucho que el lendakari se plantee esta posibilidad.

Los que parecen mejor situados en el nuevo delfinario son Pepe Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, aunque no necesariamente en este orden. Rubalcaba es, en mi opinión, el mejor ministro de Zapatero, quizás de los mejores ministros del Interior con que ha podido contar este país; fue un magnífico portavoz parlamentario del PSOE y uno de los diputados más elocuentes, y además es un hombre a quien, como a Zapatero y a Bono, sólo le interesa la política. Tendría buenas condiciones, ambición no le falta y en las encuestas aparece entre los más valorados y en ocasiones como el primero.

Sufrió una gran frustración por no haber sido elevado a la vicepresidencia del Gobierno en la última crisis, ocupando el sillón de Teresa Fernández de la Vega. Quizás su mayor inconveniente es su edad. Rubalcaba es más joven de lo que parece, sólo tiene 58 años —nació el 28 de julio de 1951—, pero se supone que ya no está para afrontar los formidables trajines que exige semejante aspiración, aunque la ambición levanta a los muertos.

La influencia de este cántabro incombustible en el jefe ha ido creciendo; Zapatero se ha fiado de él en asuntos de tanta trascendencia como el nombramiento de Elena Salgado para sustituir a Solbes. Tras el fracaso de los primeros sueños de Zapatero de un final negociado con ETA, es el cántabro quien le ha servido los mejores éxitos en la lucha contra la banda. Es de suponer, pues, que si el candidato socialista depende de la propuesta de su secretario general, lo más natural, salvo catástrofes imprevisibles, es que éste escuche atentamente su opinión. No voy a componer ahora una reseña de este hombre que merece un libro. Me limitaré a recordar que ha sabido manejarse en todas las etapas de su partido, con unos y con otros dirigentes, lo que a veces le ha obligado a dar formidables saltos mortales.

Volviendo a la cuestión esbozada al principio, si un hombre con un acuciante imperativo de poder lo abandonará por su propio pie al concluir su mandato, me acojo, como hipótesis más probable, a la que me indicaba una ministra. A estas alturas no es posible decir si se presentará a un tercer mandato o no, pero estoy convencido de que no se aferrará al gobierno a toda costa. Es, como he señalado, un personaje mesiánico con un alto concepto de sí mismo y si considera que ha culminado su etapa como jefe del ejecutivo, está preparado para lo que realmente ambiciona: ser ex presidente para el resto de su vida. Aunque como me dice un amigo de León, «el dinero no le llama la atención, ni para tenerlo ni para gastarlo, no tiene vicios reconocidos», medios de vida no le van a faltar. En efecto, fue Felipe González quien hizo aprobar una ley que convierte a los ex presidentes de Gobierno en miembros natos del Consejo de Estado, donde el consejero que menos cobra percibe el equivalente al sueldo de un ministro. Por cierto, ni González ni Aznar han aceptado este puesto, no sé si por no verse las caras o porque ambos tienen pingües negocios privados que cuidar, lo que sería incompatible con pertenecer al más importante órgano consultivo del Estado.

Zapatero sí aceptará función y sueldo, pues así lo ha puesto de manifiesto. Durante un coloquio con los alumnos del Instituto Jabalcuz de Jaén, celebrado el 17 de enero de 2006, Zapatero anunció:

—Cuando deje de ser presidente dejaré de serlo de manera real. Formaré parte del Consejo de Estado, desarrollaré mi actividad y seguiré compartiendo mis ideas. Estaré en silencio. El silencio de un ex presidente se valora mucho.

Esta última promesa de callarse va dirigida obviamente a Felipe González, de quien llegaban constantes críticas pronunciadas en privado y algunas alusiones hirientes formuladas en público.

Por otro lado, su patrimonio, sin ser tan espectacular como el de su ministra Cristina Garmendia, empresaria de éxito, tiene un pasar. El valor catastral de sus bienes inmuebles asciende a 37.258,67 euros, a los que se suman otros 171.947,46 euros de otros bienes, lo que hace un total de 209.206,13 euros, mientras que en créditos, préstamos y deudas acumula un total de 80.847,89 euros.

Su fortuna, sin ser deslumbrante, es mayor de lo que estos datos reflejan, pues es posible que el valor real de los inmuebles sea superior al catastral, a pesar de la crisis inmobiliaria que padecemos. Por otro lado, en esta lista no aparecen los bienes puestos a nombre de su esposa, como la finca comprada en Almería.

Al parecer, en esta operación los Zapatero-Espinosa no han hecho un buen negocio, según comenta
El Idealista
, el portal inmobiliario más frecuentado en Internet. Según esta fuente el presidente del Gobierno y su familia están también entre las «víctimas» del desplome de la burbuja inmobiliaria. Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa, compraron en el primer semestre de 2007 un chalet en la urbanización El Mirador de Vera, en la playa de Vera (Almería). El precio del inmueble adquirido rondó los 440.000 euros, según las tasaciones profesionales vigentes en la zona hace dos años,
ldealista.com
asegura que tiene a la venta una vivienda similar por 350.000 euros. Si se toma como referencia el precio de compra de «los Zapatero», realizada en uno de los momentos de precios más altos del
boom
inmobiliario, el valor del inmueble sería en estos momentos un 20 por ciento más bajo.

El chalet del presidente del Gobierno, según dicha fuente, consta de tres dormitorios, ocupa una parcela de 320 metros cuadrados y tiene una superficie construida de 97 metros cuadrados. Además, dispone de un porche cubierto de acceso privado al inmueble, de 6 metros cuadrados, una escalera exterior de acceso a la cubierta, una terraza descubierta de 32 metros cuadrados y una zona ajardinada privativa de 177 metros cuadrados.

El matrimonio, que financió la compra con una hipoteca del Banco Santander, decidió escriturar la vivienda a nombre de Sonsoles Espinosa. Por este motivo la propiedad habría quedado excluida del patrimonio oficial del presidente, en el que se declaraban 37.258 euros en bienes inmuebles.

El matrimonio presidencial se está construyendo también un admirado chalet en León, concretamente en Eras de Renueva, zona de alto
standing
al norte de la capital, junto al futuro campo de golf. La parcela aparece también a nombre de Sonsoles Espinosa. Zapatero tendrá, pues, cuando cese, un chalet adosado en Las Rozas, a diez minutos de Madrid, que es siempre valioso para un político; un hermoso chalet en León, su tierra, y otro en Almería, donde podrá disfrutar de un buen sol, de un sugestivo paisaje y de la compañía de sus entrañables amigos, Miguel Martínez, el hoy presidente de Paradores, y Miguel Sebastián.

JOSÉ GARCÍA ABAD, presidente del Grupo Nuevo Lunes, editor de los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios, y El Siglo de Europa, de información general, es licenciado en Ciencias Políticas y en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, ha dedicado toda su vida al periodismo. Fue secretario de redacción de la revista Desarrollo, redactor de Triunfo, director de Panorama Económico, subdirector de Doblón e Historia Internacional, miembro de la sección de economía de Informaciones, fundador y primer director de la sección de economía de Diario 16 y director del grupo periodístico Nuevo Lunes. Ha presentado el programa En el umbral de Europa de TVE y participado en las tertulias de Hora 25 de la SER. Ha sido presidente en tres ocasiones de la Asociación de Periodistas de Información Económica.

García Abad, que ha recorrido todos los territorios del periodismo, es autor de los libros: El Príncipe y el Rey, La soledad del Rey, Adolfo Suárez. Una tragedia griega, Las mil caras de Felipe González, El Maquiavelo de León y la novela histórica Sobra un rey.

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