de las armas más nobles deste reino.
TEODORO
Señor, yo estaba de partida a España,
y así me importa...
LUDOVICO
¿Cómo a España? ¡Bueno!
España son mis brazos.
DIANA
Yo os suplico,
señor Conde, dejéis aquí a Teodoro
765
hasta que se reporte y en buen hábito
vaya a reconoceros como hijo,
que no quiero que salga de mi casa
con aqueste alboroto de la gente.
LUDOVICO
Habláis como quien sois, tan cuerdamente.
770
Dejarle siento por un breve instante,
mas porque más rumor no se levante
me iré, rogando a vuestra señoría
que sin mi bien no me anochezca el día.
DIANA
Palabra os doy.
LUDOVICO
Adiós, Teodoro mío.
775
TEODORO
Mil veces beso vuestros pies.
LUDOVICO
Camilo,
venga la muerte agora.
CAMILO
¡Qué gallardo
mancebo que es Teodoro!
LUDOVICO
Pensar poco
quiero este bien, por no volverme loco.
(Váyase el CONDE y lleguen todos los criados a TEODORO.)
FABIO
Danos a todos las manos.
780
ANARDA
Bien puedes, por gran señor.
DOROTEA
Hacernos debes favor.
MARCELA
Los señores que son llanos
conquistan las voluntades.
Los brazos nos puedes dar.
785
DIANA
Apartaos, dadme lugar;
no le digáis necedades.
Deme vuestra señoría
las manos, señor Teodoro.
TEODORO
Agora esos pies adoro
790
y sois más señora mía.
DIANA
Salíos todos allá.
Dejadme con él un poco.
MARCELA
¿Qué dices, Fabio?
FABIO
Estoy loco.
DOROTEA
¿Qué te parece?
ANARDA
Que ya
795
mi ama no querrá ser
el perro del hortelano.
DOROTEA
¿Comerá ya?
ANARDA
¿Pues no es llano?
DOROTEA
Pues reviente de comer.
(Váyanse los criados.)
DIANA
¿No te vas a España?
TEODORO
¿Yo?
800
DIANA
¿No dice vuseñoría:
«Yo me voy, señora mía;
yo me voy, el alma no»?
TEODORO
¿Burlas de ver los favores
de la Fortuna?
DIANA
Haz estremos.
805
TEODORO
Con igualdad nos tratemos
como suelen los señores,
pues todos lo somos ya.
DIANA
Otro me pareces.
TEODORO
Creo
que estás con menos deseo;
810
pena el ser tu igual te da.
Quisiérasme tu crïado,
porque es costumbre de amor
querer que sea inferior
lo amado.
DIANA
Estás engañado,
815
porque agora serás mío,
y esta noche he de casarme
contigo.
TEODORO
No hay más que darme.
Fortuna, tente.
DIANA
Confío
que no ha de haber en el mundo
820
tan venturosa mujer.
Vete a vestir.
TEODORO
Iré a ver
el mayorazgo que hoy fundo
y este padre que me hallé
sin saber cómo o por dónde.
825
DIANA
Pues adiós, mi señor Conde.
TEODORO
Adiós, Condesa.
DIANA
Oye.
TEODORO
¿Qué?
DIANA
¿Qué? Pues ¿cómo? ¿A su señora
así responde un crïado?
TEODORO
Está ya el juego trocado
830
y soy yo el señor agora.
DIANA
Sepa que no me ha de dar
más celitos con Marcela,
aunque este golpe le duela.
TEODORO
No nos solemos bajar
835
los señores a querer
las crïadas.
DIANA
Tenga cuenta
con lo que dice.
TEODORO
Es afrenta.
DIANA
Pues ¿quién soy yo?
TEODORO
Mi mujer.
(Váyase.)
DIANA
No hay más que desear. Tente, Fortuna,
840
como dijo Teodoro. Tente, tente.
(Salen FEDERICO y RICARDO.)
RICARDO
¿En tantos regocijos y alborotos
no se da parte a los amigos?
DIANA
Tanta
cuanta vuseñorías me pidieren.
FEDERICO
De ser tan gran señor vuestro crïado
845
os las pedimos.
DIANA
Yo pensé, señores,
que las pedís, con que licencia os pido,
de ser Teodoro conde, y mi marido.
(Váyase la CONDESA.)
RICARDO
¿Qué os parece de aquesto?
FEDERICO
Estoy sin seso.
RICARDO
¡Oh, si le hubiera muerto este picaño!
850
(Sale TRISTÁN.)
FEDERICO
¿Veisle? Aquí viene.
TRISTÁN
Todo está en su punto.
¡Brava cosa que pueda un lacaífero
ingenio alborotar a toda Nápoles!
RICARDO
Tente, Tristán, o como te apellidas.
TRISTÁN
Mi nombre natural es Quitavidas.
855
FEDERICO
¡Bien se ha echado de ver!
TRISTÁN
Hecho estuviera
a no ser conde de hoy acá este muerto.
RICARDO
Pues ¿eso importa?
TRISTÁN
Al tiempo que el concierto
hice por los trecientos solamente,
era para matar, como fue llano,
860
un Teodoro crïado, mas no conde.
Teodoro conde es cosa diferente,
y es menester que el galardón se aumente,
que más costa tendrá matar un conde
que cuatro o seis crïados que están muertos,
865
unos de hambre, y otros de esperanzas,
y no pocos de envidia.
FEDERICO
¿Cuánto quieres,
y mátale esta noche?
TRISTÁN
Mil escudos.
RICARDO
Yo los prometo.
TRISTÁN
Alguna señal quiero.
RICARDO
Esta cadena.
TRISTÁN
Cuenten el dinero.
870
FEDERICO
Yo voy a prevenillo.
TRISTÁN
Yo a matalle.
¿Oyen?
RICARDO
¿Qué? ¿Quieres más?
TRISTÁN
Todo hombre calle.
(Váyanse, y entre TEODORO.)
TEODORO
Desde aquí te he visto hablar
con aquellos matadores.
TRISTÁN
Los dos necios son mayores
875
que tiene tan gran lugar.
Esta cadena me han dado,
mil escudos prometido
porque hoy te mate.
TEODORO
¿Qué ha sido
esto que tienes trazado?
880
Que estoy temblando, Tristán.
TRISTÁN
Si me vieras hablar griego,
me dieras, Teodoro, luego
más que estos locos me dan.
¡Por vida mía, que es cosa
885
fácil el greguecizar!
Ello, en fin, no es más de hablar,
mas era cosa donosa
los nombres que les decía:
Azteclias, Catiborratos,
890
Serpelitonia, Xipatos,
Atecas, Filimoclía...
que esto debe de ser griego,
como ninguno lo entiende,
y en fin, por griego se vende.
895
TEODORO
A mil pensamientos llego
que me causan gran tristeza,
pues si se sabe este engaño
no hay que esperar menos daño
que cortarme la cabeza.
900
TRISTÁN
¿Agora sales con eso?
TEODORO
Demonio debes de ser.
TRISTÁN
Deja la suerte correr
y espera el fin del suceso.
TEODORO
La Condesa viene aquí.
905
TRISTÁN
Yo me escondo; no me vea.
(Sale la CONDESA.)
DIANA
¿No eres ido a ver tu padre,
Teodoro?
TEODORO
Una grave pena
me detiene, y finalmente
vuelvo a pedirte licencia
910
para proseguir mi intento
de ir a España.
DIANA
Si Marcela
te ha vuelto a tocar al arma,
muy justa disculpa es esa.
TEODORO
¿Yo Marcela?
DIANA
Pues ¿qué tienes?
915
TEODORO
No es cosa para ponerla
desde mi boca a tu oído.
DIANA
Habla, Teodoro, aunque sea
mil veces contra mi honor.
TEODORO
Tristán, a quien hoy pudiera
920
hacer el engaño estatuas,
la industria versos y Creta
rendir laberintos, viendo
mi amor, mi eterna tristeza,
sabiendo que Ludovico
925
perdió un hijo, esta quimera
ha levantado conmigo,
que soy hijo de la tierra
y no he conocido padre
más que mi ingenio, mis letras
930
y mi pluma. El Conde cree
que lo soy, y aunque pudiera
ser tu marido y tener
tanta dicha y tal grandeza,
mi nobleza natural
935
que te engañe no me deja
porque soy naturalmente
hombre que verdad profesa.
Con esto para ir a España
vuelvo a pedirte licencia,
940
que no quiero yo engañar
tu amor, tu sangre y tus prendas.
DIANA
Discreto y necio has andado:
discreto en que tu nobleza
me has mostrado en declararte,
945
necio en pensar que lo sea
en dejarme de casar,
pues he hallado a tu bajeza
el color que yo quería,
que el gusto no está en grandezas,
950
sino en ajustarse al alma
aquello que se desea.
Yo me he de casar contigo,
y porque Tristán no pueda
decir aqueste secreto,
955
hoy haré que cuando duerma
en ese pozo de casa
le sepulten.
TRISTÁN
(Detrás del paño.)
[19]
¡Guarda afuera!
DIANA
¿Quién habla aquí?
TRISTÁN
¿Quién? Tristán,
que justamente se queja
960
de la ingratitud mayor
que de mujeres se cuenta.
Pues siendo yo vuestro gozo,
aunque nunca yo lo fuera,
¿en el pozo me arrojáis?
965
DIANA
¿Qué? ¿Lo has oído?
TRISTÁN
No creas
que me pescarás el cuerpo.
DIANA
Vuelve.
TRISTÁN
¿Que vuelva?
DIANA
Que vuelvas.
Por el donaire te doy
palabra de que no tengas
970
mayor amiga en el mundo,
pero has de tener secreta
esta invención, pues es tuya.
TRISTÁN
Si me importa que lo sea,
¿no quieres que calle?
TEODORO
Escucha.
975
¿Qué gente y qué grita es esta?
(Salen el CONDE LUDOVICO, FEDERICO, RICARDO, CAMILO, FABIO, ANARDA, DOROTEA, MARCELA.)
RICARDO
Queremos acompañar
a vuestro hijo.
FEDERICO
La bella
Nápoles está esperando
que salga, junta a la puerta.
980
[LUDOVICO]
Con licencia de Dïana
una carroza te espera,
Teodoro, y junta, a caballo,
de Nápoles la nobleza.
Ven, hijo, a tu propia casa.
985
Tras tantos años de ausencia,
verás adónde naciste.
DIANA
Antes que salga y la vea
quiero, Conde, que sepáis
que soy su mujer.
LUDOVICO
Detenga
990
la Fortuna en tanto bien
con clavo de oro la rueda.
Dos hijos saco de aquí
si vine por uno.
FEDERICO
Llega,
Ricardo, y da el parabién.
995
RICARDO
Darle, señores, pudiera
de la vida de Teodoro,
que celos de la Condesa
me hicieron que a este cobarde
diera, sin esta cadena,
1000
por matarle mil escudos.
Haced que luego le prendan,
que es encubierto ladrón.
TEODORO
Eso no, que no profesa
ser ladrón quien a su amo
1005
defiende.
RICARDO
¿No? Pues ¿quién era
este valiente fingido?
TEODORO
Mi crïado, y porque tenga
premio el defender mi vida,
sin otras secretas deudas,
1010
con licencia de Dïana
le caso con Dorotea,
pues que ya su señoría
casó con Fabio a Marcela.
RICARDO
Yo doto a Marcela.
FEDERICO
Y yo
1015
a Dorotea.
LUDOVICO
Bien. Queda
para mí, con hijo y casa,
el dote de la Condesa.
TEODORO
Con esto, senado noble,
que a nadie digáis se os ruega
1020
el secreto de Teodoro,
dando con licencia vuestra
de
El perro del hortelano
fin la famosa comedia.
FIN DE LA FAMOSA COMEDIA DE EL PERRO DEL HORTELANO
[2]
«sombra» en Vega Carpio, Félix Lope de, Comedias escogidas, Juan Eugenio Hartzenbusch ed., Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 1946, tomo I, p. 341; y Vega Carpio, Félix Lope de, Obras escogidas, Federico Carlos Sáinz de Robles ed., Madrid, Editorial Aguilar, 1966, tomo I, p. 1058; «hombre» en el original (N. del E.)