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Authors: Léon Bloy

Tags: #Ensayo,Otros

En tinieblas (9 page)

BOOK: En tinieblas
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Esta fuente predestinada no puede ser otra que María, de quien surgió Jesús, María permanente e inmemorialmente simbolizada en los Libros sagrados por las aguas de todos los manantiales, fuentes, ríos, y mares y océanos; tanto es así que Moisés en su relato de la Creación no puede no llamar
María
a la universal «congregación de las aguas»… Cuando Jesús manda al ciego a lavarse en el estanque, es como si lo mandara a su Madre. Ella, que preside soberanamente las inmersiones bautismales y es madre de la Luz del mundo, toma de este hombre su ceguera para trasladarla —en medio de los suspiros inmensos de su Transfixión— a la Raza Judía, su propia raza, obligada desde entonces a esperar que se cumpla inefablemente la Primera Palabra del Redentor en su Cruz, para poder verse libres de las tinieblas de su terrible
Velamen.

Esto es todo cuanto alcanzo a ver en esta historia del Ciego de nacimiento. Un pordiosero que jamás vio nada y que parece ser, ocultamente, el mismo Jesús reflejado en el espejo enigmático de san Pablo; este mendigo, ciego a toda luz hasta entonces, convertido repentinamente en vidente, al frotar Jesús, Luz del Mundo, sus ojos con el lodo formado con su saliva y enviado luego al seno de su Madre, que no podía distar mucho, creo, de la fuente de sus propios ojos anegados en lágrimas que no tardarán en caer sobre la sepultura de Lázaro; y ambos, el Pordiosero y el Señor, las Tinieblas y la Luz, cada uno espejo del otro, al punto de que Jesús, pareciendo trasponerlo todo, afirma, finalmente, que ha venido al mundo para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados, criterio por el que se juzgará al mundo y que resultará fuente de sorpresas insólitas.

Luego, unos padres que saben que este ciego de nacimiento que acaba de ver la luz es hijo suyo, pero que no saben nada más y que parecen darlo por perdido, ahora que ve se separan de este hijo que ya no los necesita, pues edad tiene y puede hablar por sí mismo, actitud respetuosa que no diferirá de la de los Profetas cuando venga el Salvador que ellos anunciaron. Luego también los discípulos de Moisés, visiblemente enfurecidos por estos acontecimientos, sintiendo que ahora son ellos los ciegos, mientras el Ciego de nacimiento que los condena recibe por fin la vista, cree y adora.

Todo esto, huelga decirlo, ocurre sobre las cimas rojizas de la Contemplación, a inmensa distancia de la interpretación estrictamente moral o doctrinal del Texto sagrado e infinitamente por debajo de la límpida Visión Beatífica. Es una forma de llorar mirando al cielo, pensando en el incomprensible Dios de nuestras almas, que nos haría arder como yesca si se mostrase ante nosotros de distinta forma que en enigmas o en parábolas.

LÉON BLOY (1846-1917), escritor francés nacido en Perigueux. De familia burguesa con 18 años se muda a París, trabajando en los oficios más humildes. La amistad con el también escritor Barbey d'Aurevilly le conducen a la fe y a un temperamento extremista que pasa de un anticlericalismo violento a un catolicismo intolerante. Trabajó en la redacción del Univers, junto a Louis Veuillot y en 1877 conoció a una prostituta, Ana María Roulet, con la cuál ejerció una pasión violenta que se alternó con frenesíes místicos. Después de algunos meses, se retiró a un monasterio en Soligny con la idea de hacerse monje benedictino. Durante una estancia en el Santuario de Salette, conoció al abad Tardif, que lo introdujo en el estudio de la simbología bíblica y lo estimuló a escribir una obra sobre la aparición de la Virgen. En ese periodo maduran los elementos esenciales de su pensamiento y conoce a personalidades importantes de la vida literaria parisina, Paul Verlaine entre ellos. En 1889 se casó con Jeanne Molbeck, permitiéndole la serenidad que necesitaba para publicar libros y artículos. Entre sus obras destacan,
El desesperado
(1889),
La salvación por los judíos
(1892),
Cuentos descorteses
(1895),
La mujer pobre
(1897),
La que llora
(1907),
La sangre del pobre
(1909),
El alma de Napoleón
(1912),
Exégesis de Lugares comunes
(1913) y
Meditaciones de un solitario
(1917). También es autor de los diarios,
El mendigo ingrato
(1892-1896),
Mi diario
(1896-1900),
Cuatro años de cautiverio
(1900-1904),
El invendible
(1904-1907),
El viejo de la montaña
(1907-1910),
El peregrino del absoluto
(1910-1912),
En el umbral del Apocalipsis
(1912-1915) y
El portal de los humildes
(1915-1917). Léon Bloy murió el 3 de noviembre de 1917, tras una larga y dolorosa enfermedad.

Notas

[1]
La primera edición de
En tinieblas,
publicada por la editorial
Mercure de France
en 1918, se abría con este prefacio de la viuda de Léon Bloy.
(N. del T.)
<<

[2]
El 260 sucesor de Pedro fue el papa Benedicto XV, que ocupó la silla de Pedro de 1914 a 1922, contra quien Léon Bloy desata todo su furor por su decisión de permanecer neutral respecto de las potencias beligerantes en la Primera Guerra Mundial. Bloy, en éste y en otros muchos escritos, le reprocha acerbamente que no apoyase la causa de Francia en detrimento de la de Alemania.
(N. del T.)
<<

[3]
Referencia a la aparición de la Virgen a unos pastorcillos, llamados Melania y Maximino, ocurrida en la aldea francesa de La Salette-Fallavaux, situada en el monte del mismo nombre, distrito de Grenoble, el 19 de septiembre de 1846. Bloy censuró a la Iglesia católica francesa de su tiempo por no atender los mandamientos de la Virgen y, sobre todo, por negarse a revelar al pueblo de Dios los terribles males y las extraordinarias calamidades que ésta anunció que caerían sobre el mundo como castigo por sus pecados. Para conmemorar tan milagroso suceso, se levantó en ese monte una capilla bajo la advocación de Nuestra Señora de La Salette, destino desde entonces de numerosos romeros. Por las inmediaciones corre un arroyo que, según los creyentes, brota del lugar donde cayeron las lágrimas de la Virgen. Sus aguas, consideradas milagrosas, tienen la propiedad de curar las enfermedades. La pasión de Bloy por esta aparición mariana, refrendada por la Iglesia pero falsa para algunos, que la tachan de pura y simple superchería, tuvo su reflejo en obras como
Celle qui pleure
,
La Vie de Melanie
y
Le Simbolisme de l’Apparition. (N. del T.)
<<

[4]
Bloy alude de nuevo a los anuncios de la Virgen en su aparición de La Salette.
(N. del T.)
<<

[5]
Bloy reproduce aquí fragmentos del mensaje que la Virgen, en su aparición de La Salette, transmitió supuestamente a los pastorcillos Melania y Maximino.
(N. del T
.)
<<

[6]
Nueva alusión despectiva de Bloy a la Iglesia católica francesa de su tiempo y, en concreto, a la enseñanza y valores que recibían sus clérigos. Los sulpicianos era el nombre con que se designaba a la Congregación Sacerdotal de San Sulpicio, fundada en 1645 por M. Oliver, párroco de la iglesia parisina de esta advocación, dedicada tradicionalmente a la formación de seminaristas.
(N. del T.)
<<

[7]
La pastorcilla a quien se apareció la Virgen en la montaña de La Salette el 19 de septiembre de 1846 (ver nota de pág. 27).
(N. del T.)
<<

[8]
Visionaria alemana (1774-1824). Monja agustina del convento de Dulmen. Es fama que durante sus éxtasis se le abrían las cicatrices que tenía en el cuerpo y que de ellas manaba sangre.
(N. del T.)
<<

[9]
Esto es, Ana Catalina Emmerich.
(N. del T.)
<<

[10]
Le Feu,
célebre novela antibelicista del escritor francés Henri Barbusse (1873-1935), aparecida en 1916, un año antes de la fecha de composición de
En tinieblas. (N. del T.)
<<

[11]
L’Assommoir,
novela del escritor francés Émile Zola (18401902) que, como bien registra Bloy, conoció un inmenso éxito tras su aparición en enero de 1877.
(N. del T.)
<<

[12]
Charles Maurice de Talleyrand-Périgord, príncipe de Bénévent, hombre de Estado francés (1754-1838). Tras abandonar, coincidiendo con la Revolución Francesa, la dignidad de obispo, sirvió sucesivamente a Napoleón I, con el que terminó malquistado, a Luis XVIII y a Luis Felipe de Orleáns. Ha pasado a la historia como ejemplo eminente de político taimado, ladino y desleal, ducho en traiciones e intrigas.
(N. del T.)
<<

[13]
Jan Van Rusbrock o Ruusbroec el Admirable o, como se le conoce en la literatura piadosa española, el Divino Rusbroquio.

Beato flamenco nacido en 1293 en Ruusbroec, localidad próxima a Bruselas, y muerto en 1381 en loor de santidad. Tras ejercer durante muchos años como coadjutor de la iglesia bruselense de Santa Gúdula, funda la comunidad de Groenendaal de religiosos de vida retirada o en soledad, de la que fue prior. Autor de numerosas obras de subido misticismo
(Bodas del alma, El libro de la más alta verdad, El espejo de la salvación divina,
etc.), su producción ejerció un enorme influjo sobre la literatura espiritual europea, incluida la española, de los siglos siguientes. Bajo el título de
Obras
puede encontrase en español una edición de sus escritos mayores, a cargo de Teodoro H. Martín (Universidad Pontificia de Salamanca/Fundación Universitaria Española, Madrid, 1985).
(N. del T.)
<<

[14]
Jacobo (o Santiago) de la Vorágine, en su célebre
Leyenda dorada
, nos ofrece sobre el ciego de nacimiento información adicional a la contenida en el capítulo IX del Evangelio de san Juan. En efecto, en la hagiografía que dedica a santa María Magdalena anota que «Estos obligaron a subir a… san Cedonio el ciego de nacimiento curado de su ceguera por Cristo y a otros muchos cristianos; condujeron la nave hasta alta mar y allí la dejaron abandonada, sin remos, sin velas y sin nada cuanto pudiera servir para ayudar a la navegación, con la pérfida idea de que el navío naufragara y sus pasajeros murieran ahogados; pero Dios se encargó de conducir milagrosamente sobre las aguas del mar a los expedicionarios, haciendo que la maltrecha embarcación arribara a las costas de Marsella, en cuyo puerto desembarcaron sus pasajeros». Se cita por la edición de
La leyenda dorada,
a cargo de Fray José Manuel Macías, vol. 1, página 384, publicada por Alianza Editorial, Madrid, 1996.
(N. del T.)
<<

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