Enciclopedia de las curiosidades: El libro de los hechos insólitos (24 page)

BOOK: Enciclopedia de las curiosidades: El libro de los hechos insólitos
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A
l poco de extenderse la costumbre de ingerir chocolate, surgió en el seno de la Iglesia la polémica de si el consumo de este nuevo producto incumplía los preceptivos ayunos tradicionales. Esta discusión teórica se mantuvo viva durante muchos años desde que fue planteada formalmente en 1569 al Papa San Pío V (1504-1572). Nunca hubo un pronunciamiento oficial definitivo.

S
e cuenta, como ejemplo de su ideología racista y antisemita, que siempre que Richard Wagner dirigía obras del compositor judío Félix Mendelssohn se ponía guantes porque, según afirmó repetidamente, «le asqueaba dirigir música compuesta por un judío».

V
idkun Quisling (1887-1945) fue el fundador en 1933 del partido noruego
Nasional Samling
(«Agrupación Nacional»), de ideología nazi, después de haber sido consecutivamente Alto Comisario para los Refugiados de la Sociedad de Naciones y Ministro de Defensa. Invadida Noruega por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, Quisling derrocó al rey Haakon VII y se puso al frente de un gobierno-títere, de inspiración filonazi. Por aquella acción, considerada casi unánimemente por todos los noruegos supervivientes como una traición sin paliativos a su país, Quisling fue ahorcado el 24 de octubre de 1945. Desde entonces, su apellido ha quedado en todo el mundo como sinónimo en todo el mundo de traidor a la patria, llamándose
quisling
por antonomasia al colaboracionista con los gobiernos extranjeros.

E
l senador Marco Junio Bruto (86-42 a. de C.), que ha pasado a la historia como inductor y coautor del asesinato de Julio César, poseyó una de las más grandes fortunas de su época. En cierta ocasión, exigió a la ciudad de Salamina un interés del 48% por un préstamo, cuando el interés habitual que se aplicaba en aquellos tiempos era el 12%. El filósofo Cicerón, por entonces gobernador de Sicilia, descubrió este caso extremo de usura y lo hizo público. Con ello, la reputación política del senador se vio seriamente afectada.

L
a dinastía Chin (221-207 a. de C.), de cuyo patronímico deriva el nombre actual de China, enterró vivos a muchos sabios, como consecuencia de su programa de supresión de los conocimientos y del confucionismo.

E
n la antigua Roma, se llamaba
monitor
al esclavo que acompañaba a su señor por la calle o en los actos públicos para recordarle los nombres de las personas a quien iba encontrando, o para recordarle los datos de un discurso mientras aquél lo pronunciaba.

L
os bollos conocidos como
croissant
(o
cruasán
) fueron creados en 1683 por los pasteleros vieneses, tras caer el asedio turco al que había estado sometida la ciudad. La forma de aquel bollo original reproducía el emblema de la bandera turca. Así, cuando los vieneses se comían uno era como si se estuviesen comiendo, simbólicamente, a los turcos y, por tanto, vengándose de ellos.

D
urante la segunda guerra anglo-norteamericana (1812-1814), todos los barriles de carne en salazón preparados para el ejército confederado llevaban estampado el sello con las iniciales
U.S.
de
United States
, («Estados Unidos»), que fueron automáticamente asociadas por algunos trabajadores (tal vez en tono jocoso) con las del sobrenombre de su jefe, Samuel
Sam
Wilson, inspector sanitario de carnes de la ciudad de Troy, en el estado de Nueva York, conocido familiarmente por el apodo de
Uncle Sam
(«Tío Sam»). La confusión o broma local tomó carta de naturaleza y se hizo famosa en todo el país, extendiéndose a cualquier artículo que llevase grabadas las iniciales
U.S.
para indicar que estaba fabricado en el país. Después, durante la Guerra Civil Norteamericana (1861-1865), los periódicos norteños dieron a aquella figura del
Tío Sam
la apariencia física de Abraham Lincoln. Su traje, confeccionado con los colores de la bandera estadounidense, es decir, con las barras y estrellas, se remonta a los años treinta del siglo XIX, tomando la imagen de las caricaturas del humorista político Seba Smith, muy populares en aquellos días. Dan Rice, un célebre payaso, se encargó de popularizar su figura a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. Finalmente, en 1961, el Congreso de los Estados Unidos lo proclamó oficialmente símbolo nacional.

E
n tiempos de Julio César, se erigieron dos teatros semicirculares colindantes, de tipo griego, de modo que los 20.000 espectadores de uno daban la espalda a los 20.000 del otro. Si se utilizaban para espectáculos circenses, los dos teatros giraban sobre sí mismos (nunca se ha averiguado mediante qué mecanismos), hasta convertirse en un teatro circular, en cuyo interior se desarrollaba el espectáculo.

E
l historiador romano del siglo I Valerio Máximo relata, en su obra
Factorum et dictorum memorabilium libri IX
, la actividad de importantes abogadas en los últimos tiempos de la República. Entre ellas destaca a Afrasia que, según sus propias (y misóginas) palabras, «acosaba al tribunal con sus chillidos».

S
e cuenta que, en cierta ocasión, queriendo el Príncipe de Orange (1502-1530), virrey de Nápoles, aligerar el presupuesto de su casa, despidió en un mismo día a veintiocho de sus innumerables jefes de cocina.

E
l redactor de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y tercer presidente de aquel país, Thomas Jefferson (1743-1826) fue un activo inventor, que patentó, entre otros logros, el sillón giratorio y la cama empotrable.

A
l finalizar la cruenta y destructiva guerra colonial del Sudán, el gobernador británico, Lord Kitchener (1850-1916) planificó la reconstrucción de la destruida capital de aquel reino africano, Jartum. Diseñó una ciudad de nueva planta cuyos planos reproducían, casi perfectamente, los trazos de la bandera británica (la conocida como
Union Jack
).

C
harles Chaplin se libró de combatir en la Primera Guerra Mundial al no dar la talla mínima requerida a cualquier recluta. Otro gran personaje que vivió esa misma circunstancia fue, curiosamente, el guerrero, revolucionario y místico Thomas Edward Lawrence, más conocido como
Lawrence de Arabia
. Ambos no sobrepasaban 1,60 metros.

E
l político norteamericano Franklin Delano Roosevelt (1882-1945), que llegaría a ser Presidente de los Estados Unidos, creó años antes la Oficina para la Fiscalización de los Precios. En calidad de presidente de esta oficina gubernamental, redactó y firmó la siguiente indescifrable disposición: «El máximo precio que un productor de cosméticos puede imponer a un determinado producto, para toda clase de compradores, en relación con las normas para la regulación de precios máximos, debe ser igual al máximo de precios tolerados en las normas de regulación de precios máximos de tales productos vendidos a un comprador de la misma categoría». Sin duda, se trata de un buen ejemplo de falta de transparencia legislativa.

H
asta el 11 de septiembre de 1882, el Vaticano no levantó la sanción contra la teoría coperniquiana de que la Tierra no es el centro del Universo, anatematizada desde 1616. Un siglo después, el 31 de octubre de 1992, una comisión vaticana nombrada al efecto, tras once años de deliberación, declaró ciertas las teorías heliocéntricas de Galileo Galilei, revocando la sentencia que lo condenaba, que fue promulgada 359 años, 4 meses y 9 días antes.

E
l calendario romano o
juliano
(por Julio César), vigente en Europa hasta finales del siglo XVI, era 11 minutos más largo que el solar, lo que, con el transcurso de los años, generó un importante desfase. En vista de ello, el Papa Gregorio XIII (1502-1585), preocupado porque las fiestas religiosas se fueran desplazando a lo largo del año debido a esta diferencia acumulada, impuso el calendario actual el 24 de febrero de 1582, por medio de la bula
Inter Gravissimas
, a consejos de los sabios consultados al efecto, y especialmente del astrónomo napolitano Aloysius Lilio y del jesuita alemán Christopher Clavius. Este nuevo calendario, llamado precisamente
gregoriano
, suprimió los diez días que iban del jueves 4 al viernes 15 del mes de octubre de aquel año, para así adecuar el almanaque vigente con el calendario solar, por lo que 1582 (llamado a partir de entonces
Año Corrector
) sólo tuvo 355 días. Sin embargo, el calendario gregoriano no fue aceptado instantáneamente por todos los países europeos. Sí, por ejemplo, por España, que reformó la fecha en el mismo día (4 de octubre) que Roma. Ello dio lugar, por cierto, a que Santa Teresa de Jesús, que murió justamente el 4 de octubre de 1582, fuera enterrada el día siguiente, es decir, el 15 de octubre de 1582. Francia adaptó su calendario el domingo 9 de diciembre del mismo año de 1582. Pero otros países tardaron más: Inglaterra no lo hizo hasta 1752 (aprovechando, además, para trasladar el comienzo legal del nuevo año del 25 de marzo al 1° de enero de cada año); Rusia, en 1918, y Grecia, en 1923. El caso inglés, por cierto, dio lugar a otra anécdota. Según los calendarios vigentes en ambos países, Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron en la misma fecha: 23 de abril de 1616. Así se afirma, por lo menos, con equivocada obstinación, en numerosos libros históricos.

Sin embargo, no murieron de hecho el mismo día, sino que Shakespeare lo hizo 11 días antes que Cervantes, puesto que, hasta que en 1752 Inglaterra pasará directamente del 3 al 14 de septiembre, existía tal desfase entre ambos calendarios.

L
a mayoría personal más alta alcanzada por un político moderno en unas elecciones democráticas fue la obtenida por Boris Yeltsin, el candidato no oficial en la circunscripción de Moscú, en las elecciones parlamentarias soviéticas de marzo de 1989. Yeltsin consiguió cerca del 89% de los votos emitidos, al obtener un total de 4.726.112. Su más directo rival se hubo de conformar con 392.633 votos (casi el 7%).

E
l científico francés Antoine Laurent Lavoisier (1743-1794) murió guillotinado durante la Revolución Francesa. Se cuenta que la verdadera razón para ser ejecutado fue el odio personal que le profesaba el líder revolucionario Jean-Paul Marat (17431793). Al parecer, el científico había refutado años atrás un nuevo tratado de química que, a su fundado parecer, era simplemente despreciable. El autor de tal tratado no era otro que el propio Marat. Tan pronto como el revolucionario fue tomando poder trató por todos los medios de atacar y hacer impopular la figura de Lavoisier, objetivo que finalmente consiguió plenamente, logrando su ejecución, aunque, eso sí, no antes de que él mismo fuese asesinado. En la vista del juicio en que fue condenado Lavoisier se alegó que un sabio tan distinguido no podía ser guillotinado, a lo que el juez contestó taxativamente: «La República no necesita hombres de ciencia».

E
l rey de España Carlos I propuso la construcción de un canal en el istmo de Panamá en la temprana fecha de 1524.

E
l zar ruso Nicolás 11 (1868-1918) consideró la idea de levantar una cerca electrificada que bordease todo el perímetro de las inmensas fronteras rusas. Del mismo modo, consideró la posibilidad de tender un puente sobre el estrecho de Bering.

D
urante el reinado de Felipe II se produjo una fuerte inflación en España que provocó que la moneda de ocho reales de la metrópoli (
real de a ocho
) redujese su valor casi a la mitad del de las monedas de ocho reales que circulaban en las colonias americanas, conocidas como
pesos
. Esto hizo que el peso americano fuese conocido a partir de entonces como
peso fuerte
o
peso duro
, denominación que caló tanto que las monedas que se acuñaron en Gerona en 1808 fueron llamadas
duros
de plata. Aquellas monedas eran octogonales y tenían un valor de cinco pesetas, y desde entonces todas las monedas de este valor han llevado popularmente este mismo nombre.

E
l 19 de febrero de 1909, una banda militar tuvo que interpretar 16 o 17 veces seguidas el himno nacional inglés,
Dios salve al rey
, en el andén de la estación ferroviaria de Rathenau, en Brandenburgo, mientras esperaba que el rey inglés, Eduardo VII (1841-1910), saliese del vagón que le había traído a Alemania. El motivo del retraso era que Eduardo VII no conseguía enfundarse el ajustado uniforme de mariscal de campo alemán que, según el protocolo marcado para la ceremonia, tenía que lucir al descender en suelo germano.

L
a primera vez que se ofreció en Roma un torneo de gladiadores fue por iniciativa de los hermanos Marco y Décimo Bruto, durante los funerales de su padre, que se celebraron en el año 264 a. de C., cuando ya habían transcurrido casi 500 años desde la fundación de la ciudad. En aquella ocasión combatieron tres parejas. Sin embargo, cien años después, para honrar la memoria del padre del general Tito Flamineo (230-175 a. de C.), el número de los combatientes aumentó a 74, que lucharon durante tres días consecutivos. Julio César (100-44 a. de C.), en los últimos tiempos de la República, llegó a presentar en un solo torneo a 320 parejas. César Octavio Augusto (63 a. de C.-14), pocos años después, organizó durante su reinado ocho juegos circenses en los que combatieron unos 10.000 hombres. Batiendo todas las marcas, el emperador de origen hispánico Marco Ulpio Trajano (53-117) hizo luchar a 4.941 parejas durante 117 días consecutivos. Pero la progresión no se detuvo ahí: el emperador Cayo Aurelio Valerio Diocleciano (h. 243-313?) llegó a ofrecer espectáculos nocturnos y, falto de otras novedades, hizo combatir entre sí a pigmeos y mujeres. Estos excesos resultarían, sin duda, carísimos, pues se ha calculado que, durante toda la historia del circo romano, un combate de gladiadores medio supondría unos gastos que oscilarían entre uno y siete millones de pesetas actuales.

H
acia el año 210 a. de C. el cruel, despótico y hedonista faraón Tolomeo IV
Filopáter
mandó construir la nave
Tessarakonteres
, un formidable barco sustentado por tres enormes flotadores que medía 128 metros de eslora, 17 de manga y 28 de altura, llevaba cuatro grandes remos timoneros de 18 metros de longitud cada uno y 200 remos de gran tamaño a cada lado del barco, dispuestos en 4 hileras superpuestas, y contaba con una tripulación formada por unos 6.700 hombres, entre remeros (forzados), marineros y sirvientes. La nave estaba acondicionada como un palacio flotante, pues contaba con amplios salones, piscinas, una gran biblioteca y jardines, además de un gran salón para recepciones y fiestas.

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