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Authors: Nancy V. Berberick

Tags: #Fantástico

Espada de reyes (52 page)

BOOK: Espada de reyes
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—¡Desembucha, kender, y déjate de tanto preámbulo! Sobresaltado, Lavim se volvió hacia el herrero con los ojos abiertos como platos.

—Estoy tratando de poner en conocimiento de Hornfel algo de suma importancia, joven Stanach, así que por una vez no me interrumpas y déjame acabar. ¿Dónde estaba? —continuó, dirigiéndose de nuevo al hylar—. ¡Ah, sí! En fin, debo informarte que sé dónde está el Mazo de Kharas.

Hornfel, que en un ademán instintivo había cerrado los dedos sobre la empuñadura de la tizona, examinó a Lavim con una explosiva mezcla de incredulidad y esperanza.

—¿Dónde?

—No muy lejos de aquí —respondió el kender con una sonrisa—. De todas formas, tendrás que enviar a alguien, probablemente a más de uno, dado que el tal Kharas fue muy hábil escondiéndolo. Lo hizo invisible y lo custodió mediante un sinnúmero de trampas y sortilegios a fin de evitar que cayera en manos de cualquiera. Era trascendental que se adueñara del talismán un verdadero rey supremo, como Duncan o como tú.

—¿Dónde? —repitió el soberano. Con expresión risueña, el kender señaló hacia arriba. Hornfel y Stanach alzaron los ojos al cielo. Observaron las primeras estrellas titilantes y aquella otra de tintes encarnados que recibía el apelativo de «Ascua de la Forja». «¡Oh, no, Lavim! ¿Qué has urdido ahora?», pensó el aprendiz.

La posadera, que había seguido con más minuciosidad la inclinación del dedo de Springtoe, lanzó de pronto un grito sofocado.

—No es el cielo lo que has de observar, Stanach, sino la tumba —dijo con voz rota por el súbito descubrimiento.

—En efecto, muchacha —asintió el kender—. El Mazo está en la tumba de Duncan. ¿Dónde mejor?

Hammerfell observó a Hornfel, que tanteaba cabizbajo el arma animada por el hálito volcánico, y vio al Rey Supremo de los enanos.

—Hornfel el Magnífico —susurró.

El
thane
alzó la cabeza y Stanach, siguiendo un impulso irreprimible, hincó la rodilla para rendirle vasallaje. Habló sin cavilar, lo que, confirió mayor espontaneidad a su proposición.

—Mi único rey y señor, el mítico cetro del poderío te pertenece. Concédeme la gracia de recobrarlo en tu nombre.

—¡Sería fantástico! —coreó Lavim, situándose al lado de su amigo—. No resultará complicado. Sólo hay que desactivar algunos mecanismos, anular efluvios mágicos y menudencias del mismo calibre. Piper es un experto, y cumpliremos con nuestra misión antes de que te des cuenta.

—¿Cumpliremos? ¿A quién engloba ese plural? —se horrorizó Hammerfell.

—A ti, a Piper, y a mí... —Lavim lanzó una mirada de soslayo a Kelida y a los Vengadores— y a cuantos opten por la aventura. Presumo que todos se sumarán a la expedición pues ¿qué podrían hacer aquí en Thorbardin mientras rescatamos el Mazo?

»
Ya sabes cómo son estas misiones, Stanach. Podríamos tardar una semana, o incluso dos.

* * *

Se instaló la noche en el Valle de los
thanes,
y los sombreados perfiles se fundieron en la negrura. Stanach, sentado en el suelo junto al túmulo funerario de Tyorl, dialogaba con Kelida.

—«Una semana o incluso dos», dice Lavim que Piper ha dicho.

—Stanach, ¿tú qué crees de todo esto?

—Sin duda, Finn respalda su historia de que Piper los guió en el desfiladero, y el mismo Springtoe persiste en su historia de que fue asimismo Piper quien equilibró la ballesta de Tyorl para exterminar al Dragón. El elfo tenía una excelente puntería, pero...

—Pero reinaba una oscuridad insondable, y nadie podría haber apuntado con tanta exactitud al único órgano vulnerable del reptil. Además, me encantaría que...

El enano suspiró, a la vez que se hacía eco del deseo a medias enunciado por la posadera: «Me encantaría que Piper, o algo de él, estuviera entre nosotros». Frunció el entrecejo, rechazando esos pensamientos.

—¿He de embarcarme en la empresa de rastrear el Mazo de Kharas siguiendo los delirios de un kender embrujado?

—Sea como fuere, hemos de traerlo de vuelta.

—Hemos, ¿eh?

Kelida tomó asiento cerca del hombrecillo sin responder. Acarició uno de los bloques del catafalco, y musitó:

—¡Cuánto voy a añorarlo!

—Y yo.

De pronto la muchacha se encaró con Hammerfell, con las mejillas encendidas.

—Stanach, la resolución que tomé en los Pozos Oscuros es válida hoy y lo será siempre: iré donde tú y Hauk vayáis. Os ayudaré a encontrar el Mazo de Kharas.

El herrero alzó los ojos hacia el sarcófago que colgaba suspendido sobre la laguna. Las calmas y frías aguas se agitaron en la brisa. La luz de las estrellas suavizaba su negra superficie y daba un matiz grisáceo a las ondas que chocaban contra la orilla.

Con extrema dulzura, Kelida cogió la mutilada extremidad del compañero entre las suyas. El enano se incorporó y ella lo imitó.

—Será mejor que regresemos. No he visto que Lavim cediera la flauta a Hornfel y, habida cuenta del uso que dicen que le ha dado, no descansaré hasta que el soberano se haga cargo del instrumento.

Abandonaron en silencio el Valle de los
Thanes.
Al detenerse en la puerta que conducía al interior de la montaña, Stanach miró hacia atrás y observó que, a la luz de Solinari, la sombra del monumento sepulcral de Duncan cubría como un sudario la tumba de Tyorl.

El aire se arremolinó en cantarines soplos, y Stanach se adentró en Thorbardin con un lujuriante bosque representado en la mente.

[[

·
CÁNTICO DE TYORL

·

· Discurre el ancho cauce por la fronda.

· Refulge el sol a su albedrío

· y como diurna estrella alumbra el río,

· reflejado el otoño en sus aguas hondas.

·

· De ramajes con hielo enjoyados,

· los desnudos árboles se yerguen boyantes.

· Su belleza, de cristal o diamantes,

· en la noche invernal se ha consagrado.

·

· Vivo en promesas susurradas, aún por crecer,

· se esconde un nuevo brote en el matojo.

· En sus nidos piando, con tierno ojo,

· espían las aves el primaveral renacer.

·

· Al compás del rocío que pronto se evapora,

· andando en la hora tórrida sin prisa,

· por el claro canta la ardorosa brisa,

· anuncio de un estío que todo lo devora.

·

· (CORO)

· Hermosas estaciones,

· en tierras de paz.

· Hay bajo los árboles solaz,

· de alegres vidas, vibraciones.

·

]]

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