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Authors: Michio Kaku

Tags: #Divulgación Científica

Física de lo imposible (25 page)

BOOK: Física de lo imposible
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Como he expuesto en mis libros anteriores, nuestra civilización se clasifica como una civilización tipo 0 (es decir, utilizamos plantas muertas, petróleo y carbón para alimentar nuestras máquinas).
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Solo utilizamos una minúscula fracción de la energía del Sol que llega a nuestro planeta. Pero ya podemos ver los inicios de una civilización de tipo I surgiendo en la Tierra. Internet es el inicio de un sistema telefónico de tipo I que conecta todo el planeta. El inicio de una economía de tipo I puede verse en la aparición de la Unión Europea, que a su vez fue creada para competir con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC). El inglés es ya el segundo lenguaje más hablado en la Tierra y el lenguaje de la ciencia, las finanzas y los negocios. Imagino que puede llegar a ser el lenguaje tipo I hablado por prácticamente todo el mundo. Las culturas y costumbres locales seguirán floreciendo en miles de variedades en la Tierra, pero superpuesta a este mosaico de pueblos habrá una cultura planetaria, quizá dominada por el comercio y una cultura joven.

La transición entre una civilización y la siguiente no está ni mucho menos garantizada. La transición más peligrosa, por ejemplo, puede ser entre una civilización tipo 0 y una tipo I. Una civilización tipo 0 está aún llena del sectarismo, fundamentalismo y racismo que caracterizaron su aparición, y no está claro si estas pasiones religiosas y tribales impedirán o no la transición. (Quizá una razón de que no veamos civilizaciones tipo I en la galaxia es que nunca hicieron la transición, por ejemplo, se autodestruyeron. Quizá algún día, cuando visitemos otros sistemas estelares, encontremos los restos de civilizaciones que se destruyeron de una forma u otra, por ejemplo, sus atmósferas se hicieron radiactivas o demasiado calientes para albergar vida).

Cuando una civilización haya alcanzado el estatus de tipo III tendrá la energía y el conocimiento suficientes para viajar libremente a través de la galaxia e incluso llegar al planeta Tierra. Como en la película
2001: una odisea del espacio
, tales civilizaciones pueden enviar sondas robóticas autorreplicantes a través de la galaxia en busca de vida inteligente.

Pero es probable que una civilización tipo III no esté inclinada a visitarnos o conquistarnos, como en la película
Independence Day
, en la que una civilización semejante se extiende como una plaga de langostas, invadiendo los planetas para agotar sus recursos. En realidad, hay muchísimos planetas muertos en el espacio exterior con enormes riquezas minerales que ellos podrían recoger sin molestarse en tenérselas que ver con una población nativa. Su actitud hacia nosotros podría parecerse a la nuestra ante un hormiguero. No tendemos a inclinarnos y ofrecer a las hormigas cuentas y abalorios, sino que simplemente las ignoramos.

El principal peligro al que se enfrentan las hormigas no es que los humanos queramos invadirlas o acabar con ellas, sino que las pisemos porque están en el camino. Recordemos que la distancia entre una civilización tipo III y nuestra propia civilización tipo 0 es, en términos de uso de energía, muchísimo más grande que la distancia entre nosotros y las hormigas.

Ovnis

Algunas personas afirman que los extraterrestres ya han visitado la Tierra en forma de ovnis. Los científicos suelen mostrarse incrédulos cuando oyen hablar de ovnis y descartan la posibilidad, ya que las distancias entre estrellas son enormes. Pero con independencia de las reacciones científicas, los persistentes informes sobre ovnis no han disminuido con los años.

En realidad, los avistamientos de ovnis se remontan al principio de la historia registrada. En la Biblia, el profeta Ezequiel menciona enigmáticamente «ruedas dentro de ruedas en el cielo», que algunos creen que es una referencia a un ovni. En el 1450 a.C., durante el reinado del faraón Tutmosis III en Egipto, los escribas egipcios registraron un incidente con «círculos de fuego» más brillantes que el Sol, de unos 5 metros, que aparecieron durante varios días y finalmente ascendieron al cielo. En el 91 a.C. el autor romano Julius Obsequens escribió sobre «un objeto redondo, como un globo, un escudo redondo o circular [que] seguía su trayectoria en el cielo». En 1255 el General Yoritsume y sus ejércitos vieron extraños globos danzando en el cielo cerca de Kioto, Japón. En 1561 se vio un gran número de objetos sobre Nuremberg, Alemania, como si estuvieran enzarzados en una batalla aérea.

Más recientemente, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha realizado estudios a gran escala de avistamientos de ovnis. En 1952 la Fuerza Aérea inició el Proyecto Blue Book, que analizó un total de 12.618 avistamientos. El informe concluía que la inmensa mayoría de estos avistamientos podía explicarse por fenómenos naturales, aviones convencionales o fraudes. Pero un 6 por ciento fueron clasificados como de origen desconocido. Como resultado del Informe Condon, que concluía que no había nada de valor en tales estudios, el Proyecto Blue Book fue cancelado en 1969. Fue el último proyecto conocido de investigación a gran escala sobre ovnis por parte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

En 2007 el gobierno francés abrió a la opinión su voluminoso archivo sobre ovnis. El informe, puesto a disposición de la sociedad en internet por el Centro Nacional Francés para Estudios Espaciales, reunía 1.600 avistamientos de ovnis durante un período de cincuenta años, con 100.000 páginas de informes de testigos oculares, películas y cintas de audio. El Gobierno francés afirmaba que un 9 por ciento de tales avistamientos podían ser completamente explicados, y que el 33 por ciento tenían explicaciones probables, pero no podían dar más detalles del resto.

Por supuesto, es difícil verificar independientemente estos avistamientos. De hecho, tras un análisis cuidadoso la mayoría de los informes sobre ovnis pueden explicarse como un efecto de:

  1. El planeta Venus, que es el objeto más brillante en el cielo nocturno después de la Luna
    . Debido a su enorme distancia de la Tierra, parece que el planeta nos sigue cuando nos movemos en un automóvil, como sucede con la Luna; esto crea la ilusión de que está siendo pilotado. Juzgamos la distancia, en parte, comparando los objetos en movimiento con sus entornos. Puesto que la Luna y Venus están muy lejos, sin que haya nada con qué compararlos, no se mueven con respecto a sus entornos, y por ello tenemos la ilusión óptica de que nos están siguiendo.
  2. Gases empantanados
    . Durante una inversión de temperatura sobre un área pantanosa, el gas flota sobre el suelo y puede hacerse ligeramente incandescente. Las bolsas de gas más pequeñas podrían separarse de una bolsa más grande, dando la impresión de que naves exploradoras están dejando la «nave nodriza».
  3. Meteoritos
    . Arcos brillantes de luz pueden recorrer el cielo nocturno en cuestión de segundos, produciendo la ilusión de una nave pilotada.
  4. Anomalías atmosféricas
    . Existen todo tipo de tormentas eléctricas y fenómenos atmosféricos inusuales que pueden iluminar el cielo de extrañas maneras, produciendo la ilusión de un ovni.

En los siglos XX y XXI también los siguientes fenómenos podrían generar avistamientos de ovnis:

  1. Ecos de radar
    . Las ondas de radar pueden rebotar en montañas y crear ecos, que pueden ser recogidos por las pantallas de radar. Tales ondas parecen incluso zigzaguear y volar a velocidades enormes en una pantalla de radar, porque son tan solo ecos.
  2. Globos meteorológicos y de investigación
    . En un controvertido informe el ejército afirma que el famoso rumor de un choque alienígena en Roswell, Nuevo México, en 1947, fue debido a un globo perdido del Proyecto Mogul, un proyecto secreto para detectar niveles de radiación en la atmósfera en caso de que se desencadenara una guerra nuclear.
  3. Aviones
    . Se sabe que aviones comerciales y militares han provocado informes de ovnis. Esto es especialmente cierto de los vuelos de prueba de aviones experimentales avanzados, tales como el bombardero furtivo. (De hecho, el ejército de Estados Unidos alentó las historias de platillos volantes para desviar la atención de los proyectos secretos).
  4. Fraudes deliberados
    . Algunas de las fotografías más famosas que pretenden haber captado platillos volantes son en realidad fraudes. Un platillo volante bien conocido, que mostraba ventanas y patas de aterrizaje, era en realidad un alimentador de pollos modificado.

Al menos el 95 por ciento de los avistamientos puede explicarse por alguno de los fenómenos anteriores. Pero esto aún deja abierta la cuestión del pequeño porcentaje restante de casos inexplicados. Los casos más verosímiles de ovnis incluyen a) avistamientos múltiples por testigos oculares creíbles e independientes, y b) evidencia procedente de múltiples fuentes, tales como visión directa y radar. Estos informes son más difíciles de descartar, puesto que implican varias comprobaciones independientes. Por ejemplo, en 1986 el vuelo JAL 1628 sobre Alaska avistó un ovni, que fue investigado por la Fuerza Aérea. El ovni fue visto por los pasajeros del vuelo JAL y también seguido por un radar desde tierra. Asimismo, hubo avistamientos en masa de triángulos negros sobre Bélgica en 1989-1990, que fueron seguidos por radares de la OTAN y aviones interceptores a reacción. En 1976 hubo un avistamiento sobre Teherán, Irán, que generó múltiples fallos en los sistemas de un F4 interceptor, como está registrado en documentos de la CIA.

Lo que resulta frustrante para los científicos es que, de los miles de avistamientos registrados, ninguno ha dejado una sólida prueba física que pueda llevar a resultados reproducibles en el laboratorio. No se ha recogido ningún ADN alienígena, ningún chip de ordenador alienígena ni ninguna prueba física de un aterrizaje alienígena.

Suponiendo por el momento que tales ovnis pudieran ser naves espaciales reales y no ilusiones, podríamos preguntarnos qué tipo de naves serían. He aquí algunas de las características que han sido registradas por los observadores.

  • a. Se sabe que zigzaguean en el aire.
  • b. Se sabe que han bloqueado los sistemas de encendido de los automóviles y perturbado la energía eléctrica a su paso.
  • c. Se ciernen silenciosamente en el aire.

Ninguna de estas características encajan en la descripción de los cohetes que hemos desarrollado en la Tierra. Por ejemplo, todos los cohetes conocidos dependen de la tercera ley de movimiento de Newton (por cada acción, existe una reacción igual y opuesta); pero los ovnis citados no parecen tener ninguna tobera. Y las fuerzas-g creadas por platillos volantes zigzagueantes superarían en un centenar de veces la fuerza gravitatoria de la Tierra —las fuerzas-g serían suficientes para aplastar a cualquier criatura en la Tierra.

¿Pueden explicarse estas características de los ovnis utilizando la ciencia moderna? En las películas, como La Tierra contra los platillos volantes, siempre se supone que seres alienígenas pilotan estas naves. Sin embargo, lo más probable es que, si tales naves existen, no estén tripuladas (o estén tripuladas por un ser en parte orgánico y en parte mecánico). Esto explicaría que la nave pueda ejecutar pautas que generan fuerzas-g que normalmente aplastarían a un ser vivo.

Una nave que fuera capaz de bloquear los sistemas de encendido de los automóviles y moverse silenciosamente en el aire sugiere un vehículo propulsado por magnetismo. El problema con la propulsión magnética es que los imanes siempre tienen dos polos, un polo norte y un polo sur. Si colocamos un imán en el campo magnético de la Tierra, simplemente girará (como la aguja de una brújula) en lugar de ascender en el aire como un ovni; cuando el polo sur de un imán se mueve en un sentido, el polo norte se mueve en sentido contrario, de modo que el imán gira y no va a ninguna parte.

Una posible solución al problema sería utilizar «monopolos», es decir, imanes con un solo polo, ya sea norte o sur. Normalmente, si rompemos un imán por la mitad no obtenemos dos monopolos. En su lugar, cada mitad del imán se convierte en un imán por sí misma, con sus propios polos norte y sur; es decir, se convierte en otro dipolo. De modo que si seguimos dividiendo un imán, siempre encontraremos pares de polos norte y sur. (Este proceso de dividir un imán de dos polos para crear dipolos más pequeños continúa hasta el nivel atómico, donde los propios átomos son dipolos).

El problema para los científicos es que nunca se han visto monopolos en el laboratorio. Los físicos han tratado de fotografiar la traza de un monopolo que atraviese sus equipos y han fracasado (excepto una única y controvertida imagen registrada en la Universidad de Stanford en 1982).

Aunque nunca se han visto experimentalmente monopolos de forma concluyente, los físicos creen en general que el universo tuvo abundancia de monopolos en el momento del big bang. La idea se ha incorporado a las últimas teorías cosmológicas del big bang. Pero debido a que el universo se infló rápidamente después del big bang, la densidad de monopolos en el universo se ha diluido, de modo que hoy no los vemos en el laboratorio. (De hecho, la ausencia de monopolos hoy fue la observación clave que llevó a los físicos a proponer la idea del universo inflacionario. De modo que el concepto de monopolos reliquia está bien establecido en física).

Por consiguiente, es concebible que una especie viajera del espacio pudiera extender una gran «red» magnética en el espacio exterior para recoger esos «monopolos primordiales» residuos del big bang. Una vez que hubieran recogido suficientes monopolos, podrían navegar en saltos a través del espacio, utilizando las líneas de campo magnético que se encuentran en la galaxia o en un planeta, sin dejar ninguna huella en forma de escapes. Puesto que los monopolos son objeto de intensa investigación por parte de muchos cosmólogos, la existencia de una nave semejante es compatible con el pensamiento actual en física.

Por último, cualquier civilización alienígena suficientemente avanzada para enviar naves espaciales a través del universo ha tenido que dominar la nanotecnología. Esto significaría que sus naves espaciales no tienen que ser muy grandes; podrían ser enviadas por millones para explorar planetas habitados. Lunas desoladas serían quizá las mejores bases para tales nanonaves. Si es así, quizá nuestra propia Luna haya sido visitada en el pasado por una civilización tipo III, como se muestra en la película
2001: una odisea del espacio
, que es tal vez la representación más realista de un encuentro con una civilización extraterrestre. Es más que probable que la nave fuera robótica y no tripulada, y se posara en la Luna. (Quizá pase otro siglo antes de que nuestra tecnología esté lo bastante avanzada para explorar la Luna en busca de anomalías en la radiación, y sea capaz de detectar pruebas de una visita previa por parte de nanonaves).

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