¡AL ABORDAJE, MIS PIRATAS!
Nada más echar el ancla en la isla Alcachofa, la capitán Weevil dará la bienvenida a la familia Moody. Se trata de un bucanero tuerto con barba despeluchada y elmapa de un tesoro escondido. Stink y Judy recorrerán la isla a toda carrera en busca del oro. Pero ¡rayos y truenos!, no son los únicos lobos de mar buscando el botín. ¿Podrán Molly, la Loca, y Escorbuto Stink derrotar a sus rivales, chico alto y chica lista? ¿Encontrarán los pistas escondidas, descifrarán los códigos secretos y resolverán las pruebas antes de que sea tarde? ¡Aarrrg!
Megan McDonald
La Loca, Loca Búsqueda Del Tesoro
Judy Moody & Stink - 1
ePUB v1.0
Staky04.09.12
Título original:
The mad, mad, mad, treasure hunt
Megan McDonald, 2009
Traducción: P. Rozarena
Ilustraciones: Peter H. Reynolds
Diseño/retoque portada: Peter H. Reynolds
Editor original: Staky (v1.0)
ePub base v2.0
Para Eliza
M. M.
Para Holly McGhee
P. H. R.
Molly, la Loca O'Maggot
Alias Judy Moody
Escorbuto Stink
Alias Stink Moody
Escorbuto Sam
Alias Capitán Weevil
Capitán Jack Borda Rota
Alias Papá
Kate Fregona Escarlata
Alias Mamá
Haley Doble Filo
Alias Chica Lista
Grumete Calzones
Alias Chico Alto
Desde el día en que el primer barco surcó los mares, existen los piratas. Y desde que existen los piratas, Stink Moody ha deseado navegar en un barco hasta una isla. Una isla del tesoro.
Un ferry no era exactamente un barco pirata, pero de todos modos Stink se llevó su equipo de supervivencia: brújula, linterna, cuaderno, un ejemplar de
La isla del tesoro
, una bandera pirata, las reglas del buen pirata y… ¡Un catalejo!
Desde la cubierta superior del ferry, Stink observó con un ojo a través de su catalejo. El ojo no tapado por el parche, claro.
Lo único que fue capaz de ver era azul, azul, azul. El cielo azul. El agua azul. Y azul… ¿una camiseta? Su hermana Judy se había plantado en medio.
—¡Oye, Judy, la carne de burro no es transparente!
Cuando Judy se apartó Stink enfocó su catalejo hacia el horizonte.
—Creo que ya la veo —dijo Stink—. ¡Isla Vegetal! Quiero decir, isla Alcachofa.
—Querrás decir isla Ocracoke —le corrigió Judy.
—Bueno, como se llame —dijo Stink—. Yo lo que quiero es ver piratas y encontrar un barco hundido y ver oro de verdad y descubrir un tesoro.
—Sí, bueno. Sólo estaremos en Carolina del Norte unos pocos días.
A través de su catalejo, Stink vio a su padre y a su madre en la cubierta de abajo.
—¡Eh! Vosotros. Los de la cubierta de popa —llamó.
—¿Cuál es la cubierta de popa? ¿Qué sabes tú de eso? ¡Déjame ver! —Judy le quitó el catalejo a Stink.
Stink alzó los brazos y cantó como un pirata:
«Quince hombres muertos en un arcón
¡qué divertido! ¡No piden ron…!»
—Oye, Stink, hay un chico en la cubierta de popa que te está mirando. Ese alto que lleva una camiseta con una tortuga. Al lado de esa chica con gafas. Parece simpática. Y también ella te está mirando.
Stink dió un tajo al aire con su espada invisible:
«Quince arcones y un hombre muerto.
¡Era el pirata del ojo tuerto!»
Stink hizo como si caminara por la pasarela fatal en la cubierta superior. El barco atravesó un remolino de olas y dio un bandazo. Judy se aferró a la barandilla. Stink se cayó de bruces sobre la cubierta y se agarró el estómago poniendo caras raras.
—¿Qué te pasa? —preguntó Judy—. ¿Vas a vomitar?
—¡Calla…! No digas la palabra «vomitar» cuando un pirata está a punto de
ídem
.
Judy trató de pensar en algo… algo que distrajera a Stink. ¡Otra palabra!
—Stink, ¿cómo dices que un pirata «devuelve»?
—¡Te dije que no dijeras
vomitar
!
—¡No he dicho
vomitar
! He dicho devolver, que es más fino.