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Authors: Marcos Aguinis

Tags: #Panfleto

¡Pobre Patria Mía! (10 page)

BOOK: ¡Pobre Patria Mía!
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Seamos objetivos. Para que vuelvan los ahorros y se realicen inversiones productivas es imprescindible la confianza. ¿Qué confianza se puede tener en una gestión que se la ha pasado burlándose del derecho de propiedad? Tanto lo han violado que se ha hecho carne la idea del utópico Proudhon sobre el carácter espurio de la propiedad privada. En nuestro país no suena bien defender la propiedad, ni siquiera invocando el artículo 17 de la Constitución, porque sería como defender el robo o la explotación más vil. Se escoge la frase "nos meten la mano en el bolsillo", pero no el demonizado
vocablo "propiedad"
. Ni siquiera ocurrió durante el corralito, que fue la más bruta ofensa a la propiedad privada cometida en nuestro país. Pero en ninguna parte, menos en las tapas de los diarios, se mencionó que estaba siendo profanada. Suena a políticamente incorrecto.

Después de confiscar el dinero de los aportantes a la jubilación privada —asalto del que poco se habla ya—, algunos diputados oficialistas presentaron otros proyectos de ley para seguir lastimando la propiedad privada en forma oblicua, quizás creyendo que hacían un bien público. Proponían, por ejemplo, eliminar la exención del impuesto a las ganancias que rinden los intereses de los depósitos bancarios y que estimulan el ahorro privado. Además, proponían elevar la alícuota máxima del impuesto del 35% al 39%. Es decir, más impuestos, manotazos y rapiñas que dan placer al matrimonio presidencial. Pero lo cierto es que la gestión K ha entrado en pánico, porque ve disminuir los caudales que necesita su
Kaja
. Como resultado de su pésima conducta con la inversión y el desarrollo productivo, ha bajado la renta metalúrgica, se frenó la construcción inmobiliaria, fue destruido el sector agropecuario y se decretó un tarifazo brutal que deja exangües los bolsillos para comprar bienes, servicios y comida.

¿Qué más pueden hacer estos "progresistas" contra los malditos derechos de propiedad? ¿No se la pasaron ahuyentando capitales desde que se encaramaron y ahora, como si eso no hubiera ocurrido, piden que vuelvan los capitales, porque han descubierto que sin capitales no se abren fuentes de trabajo, ni se disminuye la pobreza, ni se reduce la exclusión, ni crece la economía? ¡Extraordinario! ¡Qué grandes son! Pero, ¿y la contradicción entre lo que hacían y hacen? No la ven. Créeme, no la ven. Es la
escisión del yo
que señaló Freud y que explica cómo es posible mantener al mismo tiempo dos visiones distintas, sin que el individuo advierta sus contrastes, a veces mayúsculos. Ambas visiones están a la vez en la conciencia, pero sin molestarse, como pasajeros de la misma estrecha carroza. Perciben el negro y el blanco, lo vivo y lo muerto, lo cariñoso y lo agresivo, lo favorable y lo desfavorable.

Otra escisión del yo (¿no será sólo arrogante impudicia?) empujó a que la Presidenta sermonee a las grandes potencias sobre la falta de controles financieros que determinaron la crisis económica mundial, de la que la Argentina, gracias a la sabia política de su marido y suya, puede excluirse. ¿Te acordás? Pronto (¿otra escisión?, ¿otra impudicia?) empezó a echarle la culpa de los males que ahora nos afligen a esa crisis que no nos iba a rozar.

Cada vez que los K pontifican o lanzan un proyecto, más se hunden en las arenas movedizas. Sus intentos para convencer al mundo de que la Argentina bajo su comando es un lugar seguro para invertir consiguen sonrisas o burla. Cuando de forma repentina la "reina" había ofrecido pagar de golpe los miles de millones adeudados a los países ricos que integran el Club de París, la mayoría de los analistas lo leyó como un síntoma de desesperación, no de fortaleza. Lo mismo sucedió cuando Néstor se despertó con la lamparita cerebral prendida y decidió apropiarse con un manotazo de los dineros ahorrados durante catorce años en las AFJP. La reacción fue una nueva y fenomenal fuga de capitales. Obtienen los resultados del aprendiz de brujo.

La "lavandería K"-así se denominó con triste humor al popular al blanqueo— permitiría que ingrese el dinero más sucio del mundo. Podrá venir sin que se le pregunte su origen, instalarse cómodo en nuestro territorio y desde aquí comandar operaciones de alto impacto, fabricar droga a lo grande, asociar cuantos ambiciosos andan sueltos y, de paso, lucir el resplandor de alguna obra solidaria, como enseñó Pablo Escobar durante su imperio en Medellín. Nuestro país podría convertirse en un paraíso para fortunas mal habidas, donde brillaría un nuevo y deslumbrante jet set. Surgirán barones y condesas, príncipes y marquesas, condes, vizcondes, emires y hasta reyes. Algunos descubrirán lazos de sangre con los emperadores incas o aztecas y otras remotas dinastías. Total, el dinero puede mucho y compra lo que quiere.

Por supuesto, tanto dinero puede generar inflación. Pero, ¡qué importa! El INDEC se ocupará de negarlo y Guillermo Moreno seguirá portándose como el buen salvaje que impone las cifras y domestica a los rebeldes. Además, también podemos soñar que parte de esas fortunas se orientará hacia inversiones productivas como ferrocarriles, caminos, hoteles, viviendas, exploraciones petroleras. Que podrían abrir numerosas fuentes de trabajo y generar un boom económico. Que el capital, tan odiado por los "progresistas" —esta vez realmente nauseabundo—, hará el milagro que no consiguen las buenas intenciones, ni los subsidios, ni las expropiaciones. Si se llegase al milagro de un crecimiento
miliunanochesco
, será la consumación de un pacto fáustico que no hubiera imaginado ni el talento de Goethe. Tendremos una vehemente dicha, un rejuvenecimiento colectivo, una potencia envidiable. Podremos contemplar maravillas como las que se elevan en un desierto como el de Dubai y otros emiratos del Golfo. El dicharachero matrimonio presidencial podrá justificar el ingreso de mañosos y narcotraficantes recordándonos que los numerosos paraísos fiscales del mundo no preguntan de dónde proviene el dinero que les llega, sino que lo reciben con amor y se ocupan de cuidarlo.

Mientras tanto, ¿adonde fueron a parar la ética y los ideales del "modelo" progresista? ¡Pero quién se va a ocupar de esas bagatelas mientras nadamos en la abundancia! Néstor será aplaudido como un genio. Mefistofélico, claro, pero genio al fin. Entonces, con tanta plata anegándole los mocasines y más plata pegándosele al tronco gracias a mantener siempre abiertos los flancos de su saco, podrá decir:
"¡Argentinosh, ahora shí tenemosh un paísh en sherio!"

Porque ocurre que hace rato dejamos de ser un país en serio. La ex jefa de la UIF (Unidad de Investigación Financiera), que depende del Ministerio de Justicia, advirtió que no existen suficientes controles para detectar el lavado de dinero incluso antes de que se instalase la lavandería. Esa Unidad carece de infraestructura y de poder para cumplir su rol. Así de simple. Además, es un organismo a
"dedómetro"
, agregó dolida. Sus conocimientos le permiten asegurar que el plan de la lavandería a role te que se acababa de aprobar vulneraba tratados y normas internacionales. Hasta ese momento, de todos los reportes efectuados por la débil UIF, que superan los cuatro mil, no se había aplicado aún ni una sola sanción. ¿Qué te parece? Bueno, animémonos a expresarlo: nuestro país es un paraíso. Claro, un paraíso de los delincuentes.

En cambio los verdaderos productores son y serán castigados cuando no se arrodillen ante el trono. La AFIP permanecerá ciega ante los evasores "amigos". Pero lastimará al resto. Ya lo hace con los odiados hombres del campo. Por supuesto que no son ángeles, pero generaron los años buenos que dilapidó Néstor y son los que menos capital mandaron al exterior. No alcanza al espíritu vengativo de los K el hecho de que votaron a Cristina en 2007. Tampoco que hayan destinado sus ganancias a comprar tractores, tecnología, agroquímicos, computadoras, mejorar sus viviendas y las viviendas de los peones. No. Como ganaron la pulseada del Congreso, son "enemigos" y, siguiendo una vieja orden del General, "¡a los enemigos ni justicia!"

Puede convertirse en un héroe de película o puede quedar involucrado en una operación de bajo vuelo. ¿De quién hablo? Del fiscal Gerardo Pollicita. Este hombre puso en marcha un operativo que al comienzo parecía imposible: sacudir a los más encumbrados nombres del kirchnerismo por graves delitos de asociación ilícita, crimen que no se considera excarcelable. Las reiteradas denuncias de la oposición fueron al fin escuchadas por este fiscal que ya lidió con Moliné O'Connor, los ex presidentes Menem y De la Rúa, y el ex vicepresidente Ruckauf. Afirmó que hay suficientes elementos para llevar adelante una investigación contra Néstor Kirchner, supuesto jefe de esa ominosa asociación, en la que se involucra nada menos que a figuras hasta ahora incombustibles como Zanini, De Vido, Ricardo Jaime, Claudio Uberti y empresarios amigos de la talla potente de un Lázaro Báez, Rudy Ulloa y Cristóbal López.

El juez Julián Ercolini, más prudente, explicó que la causa transita su etapa preliminar y que por ahora no habrá detenciones, sino que se reunirán pruebas para descubrir si hubo beneficios a costa del erario público. Deberán investigarse las concesiones de la obra pública, las áreas petroleras y los juegos de azar, entre otros rubros. Las evidencias deberán ser válidas, eficaces y congruentes con las hipótesis de la denuncia. Ercolini ya se había desempeñado para cerrar —cerrar— causas de enriquecimiento ilícito que comprometían al matrimonio presidencial. Hoy por hoy, la opinión publica quiere imaginar que aprovechará este segundo round para revelar si en su espíritu gravita un ángel ecuánime. Mientras, el gobierno no reflexionó sobre el papelón autoacusatorio que efectuaba al prohibir que una radio, una revista, un sitio de Internet y un canal de cable adictos difundieran la valiente decisión del juez Ercolini, que quizás sea histórica si llega a las últimas consecuencias.

El fiscal Pollicita, por su lado, viene con la credencial de una carrera impecable: quince años en los Tribunales y el cargo de secretario de la Cámara de Casación Penal bonaerense. Luego de algunos escalones fue designado fiscal adjunto de Stornelli. En 2005 le fue adjudicada la Fiscalía en lo Criminal y Correccional N° 11. Ha ganado un alto prestigio en el foro. Ojalá lo incremente.

La duda que me corroe, sin embargo, nace de la celeridad con la que han procedido tanto el fiscal como el juez. No ocurre en la Argentina de nuestros días, donde los colmillos de la Justicia sólo se exhiben contra quienes han perdido el poder, jamás contra quienes lo blanden como si fuese la espada del rey Arturo. Ya han surgido especulaciones —frecuentes en el clima escéptico que nos imponen tantos traumas— de que esta investigación se efectúa con el visto bueno de los acusados. De esa forma, antes de las elecciones legislativas de este año podrían, merced al virtuoso bordado de artimañas procesales, lucir su conducta como la de unos santos limpios de toda mancha.

No puedo disimular mi indignación ante el asunto que estoy por abordar. La Argentina dejó de ser un simple territorio de tránsito en las rutas de la droga. Es ahora consumidor y productor. Cada vez estamos más enlodados por el delito. Carteles mexicanos y colombianos ya se han cruzado de modo criminal en el interior de nuestras fronteras. Durante la gestión K terminaron por instalarse. Tres personas fueron asesinadas en General Rodríguez por narcotraficantes mexicanos. Hubo dos homicidios en pleno shopping Uni-center al más indiscutible estilo mañoso. Y otros dos muertos en la estación ferroviaria de Constitución, acribillados por pistoleros colombianos.

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