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Authors: David Bravo

BOOK: Copia este libro
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¡Este no es mi progre, que me lo han cambiado!
.

—¡Cómo has cambiado de ideas, Manolo!

—Que no, Pepe, que no.

—Que sí, Manolo. Tú eras monárquico. Te hiciste falangista. Luego fuiste franquista. Después, demócrata. Hasta hace poco estabas con los socialistas y ahora eres de derechas. ¿Y dices que no has cambiado de ideas?

—Que no, Pepe. Mi idea ha sido siempre la misma: ser alcalde de este pueblo.

Eduardo Galeano. «Patas Arriba. La Escuela del Mundo al Revés»

Lo que voy a contar en estas páginas es fruto de una investigación que me ha llevado meses. No me es fácil ni agradable revelar el secreto que me atormenta, pero es necesario que la ciudadanía sepa a qué se enfrenta.

¿No les extraña que los músicos progresistas sean los primeros en apuntarse al carro del insulto colectivo? ¿Cómo es posible que precisamente ellos tengan una visión de la propiedad tan asocial?

Muchos tirarán por el lado simplista del acto reflejo y dirán que la ideología tirita cuando el bolsillo tiembla. Los progres se aferran a la visión de la propiedad liberal como Gollum al anillo, en el mismo momento en el que la pugna entre interés colectivo e interés privado les deja a ellos en el otro lado del río. Desde allí, desde la orilla del privilegio, las banderas y las consignas tienen otro valor.

No puedo apuntarme sin embargo a esa teoría. Yo, aficionado a las tesis conspiranoicas, no puedo quitarme de la cabeza que hay algo más. Hay un plan que puede estar involucrando a las más altas instancias políticas y económicas.

Nuestros progres no han cambiado sino que han sido secuestrados y sustituidos por sus dobles. Sé que suena extraño. Sé que es difícil de creer. Pero tengo pruebas que les mostraré en este mismo capítulo.

No hay más que ver las declaraciones de estos músicos para darse cuenta de que son tan contradictorias entre sí que únicamente han podido ser realizadas por personas distintas. El 5 de Mayo de 2001, Víctor Manuel, dijo en
elmundo.es: «Yo mismo estuve ayer bajando unas canciones en Gnutella»
. Sin embargo, tan solo cinco días después, aseguró en el CIBERPAÍS: «No me creo esa reivindicación de la falsa pobreza que hacen los que se quejan de que los discos son demasiado caros. Copiarlos es tan delito como fabricar billetes de 10.000 pesetas».

La única teoría posible es que tras dar la primera declaración, un grupo secreto se puso en marcha, capturando a Víctor y sustituyéndolo por un doble previamente amaestrado que se apresuró a rectificar la declaración del cantante. No se podía permitir que alguien tan influyente dijera que él, sin ir más lejos, usaba las redes de pares para bajar música. El doble subsanó el error de su predecesor con una declaración más acertada.

Natalia Verbeke es posible que en estos momentos se encuentre junto a Víctor en una mazmorra sin saber qué ha pasado para haber llegado hasta allí. Puede que la razón esté en que el 11 de Julio de 2002 le dijo a un fan que, de las películas en las que ella había participado, su favorita era Jump Tomorrow y agregó «si se estrena aquí, la verás y si no, bájatela por Internet». El 1 de Abril de 2005 todo cambió y ahora para ella «la piratería hace estéril el esfuerzo que realizamos los actores o las personas dedicadas a la música, que luego vemos impotentes cómo las películas se bajan a través de Internet».

El caso en el que más rápido han actuado «aquellos que están en la sombra» fue en el de Presuntos Implicados. En una entrevista que dieron on line dijeron: «Justo ayer empecé a usar un programa P2P. Necesitaba encontrar algunas grabaciones que no estaban editadas y me fue muy útil». Esa no es la respuesta que debían dar. Asociar las P2P con la posibilidad de localizar música difícil de encontrar puede justificar, al menos parcialmente, su uso. Debe ser por eso por lo que en la misma entrevista, tan solo cinco preguntas más adelante, aseguraron que «en la manta solo se encuentran los discos que se promocionan en TV y radio, lo mismo ocurre con las descargas de Internet».

Pero, si les quedan dudas de mi teoría, este ejemplo las despejará completamente.

El 15 de Noviembre de 2002, el cantante Loquillo dijo que «está claro que los discos pueden ser más baratos y que bajando su precio todos los implicados pueden seguir teniendo un margen de beneficios. Pero nadie se atreve a dar el primer paso: cuando un sello se atreva a hacerlo, los demás le seguirán».

Pasaron siete días y todo cambió: «Los discos, a pesar de lo que dice mucha gente, deben subir su precio. (…) ¿Que la gente dicen que se puede bajar el precio? Sí, claro que se pueden bajar. Estupendo, toma el CD ¿Ahora qué haces? ¿Cómo se entera la gente de que has sacado un disco? ¿Qué vas, puerta a puerta y lo vas enseñando? No. Tendrás que tener una campaña de marketing para que la gente se entere. ¿Cuánto cuesta esa campaña? Pues cada vez más dinero, porque se han roto las reglas del juego y no es como hace 5, 6 o 7 años en los que había unos gastos muy parecidos en todas las compañías. En estos momentos un artista español no puede competir y, al no poder competir, a las compañías no les queda más remedio que subir el precio».

En aquellos tiempos, ANEDI, por una declaración de Alaska en la que decía que los discos estaban demasiado caros, retiró todos los discos de la cantante de las tiendas. Esa acción causó un revuelo importante y seguramente por eso, se decidió actuar con Loquillo con cierto sigilo pidiendo ayuda a «esos que actúan en la sombra». Así, capturando a Loquillo y sustituyéndolo por otro con idéntico tupé, se consiguió que tan solo una semana después el cantante suplantador dijera justo lo contrario de lo que había afirmado el suplantado.

Por miedo a ser raptados o porque ya lo han sido, la mayoría de nuestros progresistas se cambian de bando. No hay más que verlos en la tele para saber que no son ellos. Fíjense en ese extraño brillo en los ojos.

Vida de un músico de éxito

Antes de su gran éxito mundial, Ramón Peñicer, músico reconocido y probablemente el luchador más activo contra la piratería en el Top Manta e Internet, era un niño como cualquier otro. Hijo de compositores, pronto desarrolló una gran afición no solo por la buena música sino también por Luis Cobos. Artista autodidacta, comenzó a tocar la guitarra a la temprana edad de cinco años y a los ocho ya impresionaba con sus dotes como cantautor a sus amiguitos del colegio que rápidamente dejaron de hablarle.

Su adolescencia fue feliz. Ramón tenía un gran éxito con las chicas. Con sus melancólicas canciones, sus dotes como poeta y su elegante dulzura músical, lograba despertar la sensibilidad de las mujeres. Desgraciadamente, a la hora de practicar sexo todas se decantaban por Jorge, el futbolista estrella del instituto que era un tarugo machista y analfabeto pero de grandes pectorales.

A la edad de 18 años, un suceso trágico marcaría profundamente al joven artista. El coche que sus padres le habían regalado por su cumpleaños quedó destrozado a los pocos días de salir del concesionario en un accidente automovilístico. Por si fuera poco, los padres de Ramón iban dentro del coche y murieron en el acto. El joven, que se enfrentaba a todos sus problemas con la música, compuso la canción
Luna de Corcho
, en clara alusión al brutal suceso.

Fue la canción protesta
Tunos en alto hacia la Luna
la que decidió enviar a todas las discográficas. Esta canción, que paradójicamente reivindicaba un mundo más ecológico y un descenso en los inflados precios de los automóviles, fue un gran éxito entre los amigos y familiares del joven compositor, que rápidamente le animaron a que la eligiera como carta de presentación ante la industria de la música. Ramón, sin darse cuenta de que aquella recomendación era obviamente una broma como indicaban las carcajadas de sus compañeros, mandó también su composición a varias de las radios más importantes del país. Desgraciadamente no recibió respuesta de ninguna discográfica excepto de la Universal, que le rogó que no volviera a escribirles.

Con el convencimiento propio de los jóvenes y de los idiotas, Peñicer, decidió que su música debía oírse para que fuera el público el que juzgara por sí mismo. Con pocos medios pero muchas ganas, se autoprodujo su propio disco con la intención de lanzarlo y publicitario por Internet. Tras mucho esfuerzo, el joven cantautor terminó su primer trabajo discográfico:
Luna Loca de Noviembre
. Su obra rápidamente dividió a crítica y público. Mientras los primeros la consideraban «ridícula» y «un insulto para la inteligencia», los segundos la calificaban de «repugnante» y «asquerosa».

Fue entonces cuando Peñicer cambió de rumbo en su estilo músical. Tomando en cuenta la recomendación de un crítico que le sugirió que se buscara un grupo y que él no participara en el mismo, Ramón, llevó a la práctica el primero de los dos consejos. Así empezaría la etapa más rockera y dura del cantante, formándose el grupo
Komando Revoltoso
. Sus reivindicaciones tenían ahora una mayor potencia y sustituyó la poesía y la sutileza por potentes guitarras eléctricas y gritos desgarrados que reflejaban mejor su rabia contra lo establecido. La primera maqueta estuvo a punto de titularse
Contra el sistema impuesto por el capitalismo opresor en la era de la lucha de clases
, pero al ser un título largo y de escaso gancho, decidieron resumirlo y llamarlo
Gargajo Verde
. El disco, con un alto componente reivindicativo, criticaba el racismo, el fascismo, el capitalismo, el imperialismo, el machismo y los altos precios de los lotes en el botellón. Sin embargo, no todo era protesta, también tenían cabida en este álbum las melodiosas baladas. Memorable es el tema en el que se narra la romántica historia de un chico abandonado que llora la pérdida de su amada. La canción, que se tituló
No me dejes tronca, no me dejes hija de puta
, hizo las delicias de muchos jóvenes de la época que se vieron rápidamente identificados con el personaje del amigo del protagonista que tiene que aguantar sus lamentos mientras que él no se come nada.

Tras la segunda maqueta, el grupo
Komando Revoltoso
se disolvió. Concretamente Ramón fue despedido de su papel como cantante principal, siguiendo el resto de la banda su camino con un nuevo vocalista y alcanzando un rápido estrellato comercial con su nuevo grupo
Amor Especial
, que explotaba la música para chicas adolescentes con baladas románticas y bailes coreografiados y que, según los fans más puristas, traicionaba las raíces del conjunto.

Ramón contrató entonces los servicios de Paco Chascón, un manager que desde el primer momento creyó en las posibilidades del joven músico y que, nada más verlo, le recomendó que dejara de dar clases de canto y se metiera en un gimnasio. Tras varios meses de cambio de imagen, Peñicer, se convirtió en el joven apuesto que hoy todos conocemos. Con rebeldes rizos, camisetas ajustadas y barba de tres días, Ramón, se paseó por varias discográficas. Curiosamente, la Universal, que rechazó tajantemente al artista en sus primeros pasos como músico, fue la que más se interesó por él. Sin duda, Peñicer, guardaba todos los requisitos para ser una estrella de fama mundial: era apuesto, sexy y no sabía ni cantar ni componer, por lo que no intentaría modificar el disco con molestas pegas artísticas.

Así, al poco tiempo, se lanzó el primer trabajo discográfico de Ramón en una gran compañía. Su disco, que llevaba el picantón título de
Ritmo caliente de noche adolescente
, fue un éxito de ventas inmediato. Radios y televisiones estuvieron muy pendientes de este trabajo que se bailó en todas las discotecas del país. Incluso la revista especializada
Rolling Stone
le dedicó un extenso artículo titulado
El fin de la música
. El álbum, de estribillos pegadizos y contagioso son caribeño, estuvo durante varias semanas en lo más alto del Top Ten español.

Los medios más reconocidos comentaron este nuevo trabajo. Concretamente la sección cultural de El País calificó a Ramón como «el nuevo Bustamante». Pero no todo fueron malas críticas: el periódico ABC elogió el «excelente diseño» de la portada del disco.

Pero fue el público el que subió a Peñicer a los altares de la fama. Hubo unanimidad: Ramón era su nuevo ídolo. Este cambio tan radical fue muy difícil para la joven estrella y cuentan sus allegados que la fama se le subió a la cabeza y se convirtió en una persona difícil de tratar. Se paseaba por su antiguo barrio de clase obrera con su deportivo y cuando divisaba a algún antiguo amigo le soltaba indirectas del tipo «hasta siempre pringao» para después arrancar e irse a toda velocidad entre risotadas.

Fue con la llegada de su cuarto disco, cuando Ramón empezó a madurar músicalmente y a relacionarse de nuevo con los círculos sociales de los que procedía. Este disco, titulado
No es lo mismo, para nada
, criticaba el desastre del Prestige, la guerra de Irak y el maltrato doméstico. El disco tenía vocación de atemporal y es por eso por lo que colocó una coletilla en la contraportada que rezaba «hago extensiva la crítica a todas las reivindicaciones que se pongan de moda en el futuro y con las que esté de acuerdo una amplia mayoría». El antiguo Ramón había vuelto. Tal y como declaró al periódico EL MUNDO, «los pobres merecen todos mis respetos porque en el fondo también son personas», metiéndose así en el bolsillo a las clases más desfavorecidas.

A pesar de que los entendidos dicen que las canciones del artista son prácticamente indistinguibles entre sí, Peñicer se ha convertido en el cantante más laureado del panorama nacional. Sin importarle los constantes insultos de una minoría y la afrenta personal que supuso que le otorgaran el premio MTV al mejor cantante de 2004, Peñicer sigue adelante con su meteórica carrera profesional y en su lucha por salvar a la música de su peor cáncer: la piratería.

Algunas fuentes consultadas

BBC.
Piratería: un tema espinoso
. 28/8/02.

Anuario SGAE 2004.

El País.
El negocio musical se apunta a los conciertos
. Luis Hidalgo.

El Mundo.
Más conciertos y menos discos en el pasado año
. 1/7/04. SGAE: «Seguimos con la resaca de Operación Triunfo, porque en 2001 fue un gran año para los conciertos debido a estos artistas».

Memoria SGAE 2002.

Nota de prensa SGAE. «La SGAE repartió entre sus socios 262,5 millones en 2003, un 6% más que en el ejercicio anterior». 14/4/04.

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