Authors: Michelle Nielsen
Manifestar libertad y justicia
En 1962, un joven revolucionario africano fue sentenciado a cadena perpetua por actos de sabotaje contra su gobierno. (En ese momento, el régimen que gobernaba la nación empleaba la pobreza legislada, el abuso civil y la violencia para mantener sometidos a los ciudadanos negros en un estado servil equiparable a la esclavitud.) El joven pasó los 18 años siguientes realizando trabajos forzados, a los que siguieron 10 años más en prisión, en condiciones algo más humanas.
Durante todo este tiempo, él y sus compatriotas nunca dejaron de planear modos de liberar a su pueblo y de crear una nación justa para todos. En varias ocasiones los representantes del gobierno le ofrecieron liberarle si abandonaba su papel de líder revolucionario. Él se negó. Desde detrás de los muros de la prisión, su voz habló al mundo, uniendo a los pueblos de todo el planeta en nombre de su causa.
Cuando finalmente fue liberado de la prisión en 1990 (incondicionalmente), salió con un mensaje de reconciliación y esperanza para todos los ciudadanos de su país. Inmediatamente se convirtió en el líder moral de su pueblo y desarrolló una nueva constitución que protegía los derechos de todos los ciudadanos sin distinción de credo o color. Cuatro años después, en las primeras elecciones libres celebradas en 1994, Nelson Mandela fue elegido presidente de Sudáfrica.
EN RESUMEN: NOVENO PASO
Para aplicar el noveno paso a la manifestación, dóblate sin romperte. Sé flexible en cuanto cómo elige el Universo llevar tu visión a la realidad, pero sin ceder en cuanto al contenido de la visión.
Comprende los obstáculos como lo que son: pruebas del Universo para ver si realmente mantienes tu visión, y un
entrenamiento
para la vida que vivirás cuando tu misión se manifieste. Lleva un diario de la manifestación y elige medios acordes con ella. Alimenta aquellas relaciones que incrementan tu fe. Pide signos al Universo y confía en que su sabiduría resolverá los detalles del proceso.
Finalmente, cuando las cosas se pongan difíciles, o cuando te sientas ansioso con respecto a tu manifestación, suéltala. Ríndete al Plan Último, entregándote y dejando tu visión al cuidado de Dios y/o el Universo.
Ahora pasemos al Décimo Paso, en el que aprenderás por qué debes revisar y/o re-visionar tus visiones cada vez que empiecen a manifestarse plenamente.
Adrián y yo atravesamos las puertas del colegio de Matisse a las 16:00, justo a tiempo para nuestra conferencia padres-profesores.
Vemos a nuestro hijo correr y reír con otros niños en el patio de la escuela. Está gritando con esa alegría incontenible que sólo los niños más pequeños pueden expresar.
No podemos resistirnos y nos detenernos un momento para verle jugar con sus amigos al "escondite". Su voz resuena en todo el patio, clara y fuerte, cuando abrimos la puerta y entramos.
Ha transcurrido más de un año desde aquel encuentro que me rompió el corazón, y me hizo emprender el camino de la manifestación de Matisse. Entro en su nueva clase con el corazón acelerado y sonriendo.
Su profesora corresponde a mi sonrisa con otra sonrisa brillante y feliz:
—¿Cómo crees que va todo? ¡Estoy tan contenta con su progreso!
Las noticias son buenas. No nos sorprende. No obstante, saboreamos cada momento.
Matisse es un alumno entusiasta, le encanta aprender. Hace el trabajo de clase con gusto y curiosidad. Es un artista floreciente, un líder entre su pequeño grupo de amigos, y una personalidad muy potente. Sus habilidades lingüísticas son excelentes, y está rindiendo por encima de la media en todas las asignaturas.
Sobre todo, está floreciendo, pero no es el colmo de la perfección: tiene algunos problemas con las reglas y las normativas, ¡especialmente las que le impiden socializar con sus amigos! Nuestro hijo tímido y apocado ha florecido hasta convertirse en un líder para sus amigos, en un experto en relaciones sociales, y habla por los codos.
-¿Quieres que le llame? -me pregunta su profesora mientras camina hacia la ventana-. ¡Matisse!
Mi hijo se gira para vernos, saludándole a través de la ventana. Sus ojos se iluminan y una gran sonrisa se dibuja en su cara. Las comisuras de sus labios se curvan perfectamente.
Segundos después, corre a mis brazos y casi me tira al suelo.
—¡Mami! —grita— ¡Gracias por venir a recogerme!
Trato de mantener el equilibrio mientras me llena la cara de besos. Me aprieta tanto que podría pensarse que no nos hemos visto en días, aunque yo misma le traje a la escuela esta mañana (¡A petición suya!) Después me toma la mano y me lleva a su clase. Paseándome por el aula, me enseña entusiasmado sus trabajos, comentando todo lo que ha aprendido en la escuela y lo que quiere hacer al llegar a casa.
Su profesora me mira:
—¡Es una delicia!
Una deliciosa sensación de déjá vu me atraviesa. Ya he estado aquí. Ya he vivido estos momentos en el viaje imaginativo que hice para crear el escrito de mi visión y en mis visualizaciones de la curación de Matisse.
Ahora la realidad que he estado manifestando para Matisse y la realidad-tal-como-la-conocemos convergen. Mi ojos se llenan, mi corazón se abre como un loto.
En ese momento sé que ha llegado la hora de expandir mi visión. Ha llegado el momento de compartir mi proceso de diez pasos con el mundo, para que otros puedan aprender a transformar sus propias realidades. Es hora de escribir un libro...
"Soy incapaz de hacer ninguna distinción entre los sentimientos que me provoca la vida y cómo traspaso esos sentimientos a mis cuadros."
Henri Matisse
DÉCIMO PASO: REVISA Y RE-VISIONA
A medida que se manifieste tu visión, expándela o clarifica otra nueva, y comienza a aplicarle este proceso de diez pasos.
¿Por qué crean obras de arte los artistas?
Porque están hechos para eso, están perfectamente diseñados para hacer ese trabajo. ¡Eso es lo que son!
¿Por qué los artistas de la manifestación creamos nuevas realidades?
Porque estamos hechos para eso; ése es el propósito para el que estamos perfectamente diseñados. ¡Eso es quienes somos!
Cuanto más practicamos nuestro arte, más conseguimos plasmar nuestras visiones en el mundo que nos rodea, y más plenos y vivos nos sentimos. Somos más nosotros mismos. Vivimos con un propósito, en el corazón de lo que algunos denominan "La Voluntad de Dios", sintiéndonos uno con el Universo y con las personas que nos rodean.
La persona que comenzó este libro no es la misma que lo está acabando.
He superado desafíos que me alegra no haber conocido cuando me senté frente al ordenador y empecé a escribir. Y he vivido milagros que no podría haber previsto momentos antes de su ocurrencia.
He pasado horas tratando de superar los bloqueos, antes de recordar que debía confiar y rendirme. Y a veces me he quedado sin respiración mientras las palabras fluían desde mí a la página.
He luchado, he triunfado, he profundizado y madurado.
Y lo mismo te ocurrirá a ti a medida que manifiestes tu visión "inicial" y todas las demás visiones que vayas clarificando y manifestando mediante estos pasos.
De hecho, en tus primeras manifestaciones descubrirás que ver tu visión emerger a la realidad sólo es uno de los múltiples dones de este asombroso proceso. Aprenderás que lo que experimentas, y en quién te conviertes, a menudo es mucho más valioso que cualquier visión que puedas manifestar. Como yo, a medida que manifiestes tus sueños, te manifestarás a ti mismo.
Como dijo el doctor Martin Luther King: "Sin visión, el pueblo perece". A menudo recuerdo sus palabras cuando me encuentro con personas que están pereciendo, ahogándose en la desesperación o en la depresión. No están en apuros por sus circunstancias, están en apuros porque les falta la sustancia espiritual que es vital para su armonía y felicidad, y la de todo ser humano: la visión.
Piensa en esos momentos de tu vida en los que te has sentido aburrido, aletargado o apático. Piensa en esos momentos en los que estabas desilusionado, sin energía o incluso desesperado. No estabas loco ni equivocado en ningún sentido. No eras inadecuado para afrontar los desafíos que tenías por delante. Simplemente estabas pereciendo por
falta de visión.
Estabas intentando vivir sin inspiración. Y
no puedes.
(En cualquier caso, no por mucho tiempo.)
Sin duda es muy posible que estuvieses trabajando duro para conseguir ciertos objetivos en el sentido tradicional y agotador de "sólo-merece-la-pena-si-resulta-duro-y-te-desgasta". Pero no estabas trabajando por manifestar una visión importante en asociación con el inmenso poder del Universo.
Este poder inmenso siempre anhela trabajar contigo para crear nuevas experiencias transformadoras para ti y para otros. Cuando conectas con él, los estados no naturales -como el aburrimiento, el letargo, la depresión y la apatía- desaparecen de tu vida. Vives tal como te corresponde vivir, ¡impulsado por la inspiración!
Experimentar inspiración es como sentirse enamorado, porque eso es exactamente lo que es: un precioso romance entre el Universo y tú. Por medio de él, la energía del Universo fluye a través de ti hacia el mundo, creando nuevos acontecimientos, experiencias y realidades para ti y para todos los demás habitantes del planeta.
En el Décimo Paso empiezas a vivir en la inspiración, en lugar de visitarla ocasionalmente, y después expandes tus visiones y clarificas otras nuevas a medida que se acercan a su manifestación.
Los científicos dicen... ¡Cambiar nuestra realidad nos cambia a nosotros!
"Según las ideas cuánticas, no es únicamente que la materia está compuesta de patrones de ondas de probabilidad, sino que dichos patrones no están aislados... el sujeto, mientras investiga el objeto, cambia la realidad, cambia el estado del objeto.
Y ningún cambio en la naturaleza es jamás unilateral. Este proceso también cambia al sujeto.
Es imposible considerar al sujeto y al objeto como sistemas separados. Están interconectados."
Amit Goswami, PhD
The Cosmic Dancers: Exploring the Physics of Science Fiction
Hazlo más grande y más atrevido... ¡o rehazlo de nuevo!
Los Maestros Manifestadores sueñan constantemente sueños más grandes y atrevidos que los anteriores.
E impregnan sus sueños de intención, una voluntad concreta de dedicar su energía a manifestarlos. De este modo, convierten cada uno de sus sueños en algo mucho más útil, algo con el potencial de transformar la realidad tal como la conocemos: una visión clarificada.
Cuando han avanzado en el camino de una nueva manifestación, empiezan a hacer planes, a visualizar los resultados que desean y a emprender acciones. Irradian la alegría singular del propósito. Están haciendo su tarea, fijos en su diana y en su misión. Su inevitable felicidad afecta a las personas que les rodean.
Cuando tu visión esté cerca de manifestarse completamente, pregúntate:
• ¿Cómo puedo agrandarla?
• ¿Cómo puedo mejorarla?
• ¿Cómo puedo hacerla más atrevida?
• ¿Cómo puedo usarla para hacer un mayor servicio a los demás?
Si descubres respuestas inspiradoras para estas preguntas, revisa tu visión y reformúlala: hazla más grande, mejor y más atrevida. Conviértela en algo que pueda hacer un mayor servicio. Después vuelve a los primeros pasos de este proceso de manifestación y crea un nuevo escrito de la visión o revisa el que ya tienes para que refleje tus nuevos objetivos. Haz lo mismo con tu collage y con tu plan.
Si, por otra parte, no te vienen a la imaginación respuestas inspiradas para estas preguntas, es hora de volver a la visión. Es hora de que conectes con un nuevo sueño de tu propio corazón, del corazón de Dios y del corazón de la humanidad; es hora de crear una visión completamente nueva.
Cuando la tengas, vuelve al primer paso y aplica a tu visión todos los pasos (aunque te sientas tentado de saltarte uno o dos). Aplícale todo este proceso, animado y motivado por los milagros y cambios de realidad instantáneos que has experimentado hasta ahora en tu camino de manifestación.
Conforme lo hagas, te sorprenderá cuánto has cambiado por el simple hecho de llevar tu visión a través de todos los pasos. Descubrirás que eres una persona nueva. Descubrirás que eres una persona con más claridad, fe, madurez espiritual y competencia emocional de lo que eras antes de empezar.
Y este nuevo "tú" brillará a través de tu nueva visión.
Conforme la nueva realidad de Matisse se ha manifestado plenamente, he revisado mi visión y la he re-visionado, basándome en lo que hemos experimentado en nuestras vidas a lo largo de este proceso.
Como comparto al principio del capítulo, clarifiqué mi visión para este libro porque es parte importante del Décimo Paso de la manifestación de Matisse. Pero fui más allá e involucré a mi hijo, con mi ayuda, en la manifestación de una nueva visión de sí mismo.
Matisse sigue siendo bastante pequeño para su edad. Hasta hace poco, se sentía feliz con su tamaño. De hecho, durante algún tiempo Matisse anunció frecuentemente y con toda claridad su intención de ser pequeño a quien quisiera escucharle.
"Quiero ser el pequeño, pequeño Matisse" me dijo con gran convicción en más de una ocasión. (Cuando su padre le preguntó por qué quería ser pequeño, él dijo que le encantaba que la gente dijera que era "guapo y adorable". )
Pero, últimamente, se ha vuelto importante para él tener el mismo tamaño que los niños de su edad. "¡Estoy preparado para ser un niño grande!", me dijo hace unos meses. De modo que me senté al ordenador con él y le ayudé a clarificar su visión:
"MATISSE ES UN NIÑO GRANDE"
"¡MATISSE ES UN NIÑO GRANDE!"
"¡MATISSE ES UN NIÑO GRANDE!"
Él tecleó las palabras en un documento Word, eligiendo las letras tecla a tecla por sí solo. Después fue a Google Images y eligió imágenes para el collage "Matisse es un niño grande".Hicimos juntos el collage e imprimimos varias copias. Después pegó una en el techo de su litera, otra en su baño y otra en la puerta de su habitación. No puedo informar sobre esta manifestación puesto que aún está en marcha, ¡pero espero mucho de ella!"
CLARIFICA TUS VISIONES PARA CADA ÁREA DE TU VIDA
Tu vida es mucho más grande y profunda que cualquier manifestación puntual. ¿Por qué dejar que alguna parte de ella perezca por falta de visión?A medida que creces en tus habilidades, haciendo que se conviertan en una forma de vida, clarifica tus visiones para cada una de las ocho áreas básicas de una vida humana equilibrada:
• Tu salud general y tu estado de forma física.
• Tu vida religiosa y espiritual.
• Tu relación sexual-romántica.
• Tus relaciones con familiares y amigos.
• Tu educación y tu profesión.
• Tus aficiones y vocaciones.
• Tu bienestar psicológico y emocional.
• Tu servicio a los demás y al mundo en general.
Es posible que esto te parezca muy exigente, pero cuando hayas realizado este proceso con varias visiones, estarás más que preparado para afrontar el desafío. Querrás asegurarte que tu energía de manifestación está operando conscientemente en cada aspecto de tu vida.
¿Deprimido o desinflado? ¡Conecta con la visión!
Cuando una parte de tu vida parezca aburrida o sin interés, dedícate a clarificar una visión que requiera un salto de fe y que te inspire a darlo.
El año pasado, mis empleados y yo empezamos a perder el entusiasmo cuando vimos que estábamos a punto de manifestar plenamente una visión que habíamos clarificado juntos mediante este proceso. Unas pocas palabras de mi "coach" (asesor personal) bastaron para tomar conciencia de lo que estaba ocurriendo:
-Todo el mundo parece arrastrar un poco los pies -le dije-. No sé por qué. Cuidamos muy bien de nuestros pacientes, estamos en buena forma a nivel económico y todo va mejor de lo que habíamos planeado. Pero en la consulta ya no es tan divertido como antes.
Mike me preguntó:
-Bueno, ¿Cuánto tiempo hace que no habéis formulado una nueva visión?
Le expliqué que estábamos sólo a un paso de manifestar la visión de la que le había venido hablando a lo largo de los últimos meses.
-Michelle, eso es. ¡Necesitas una nueva visión! -exclamó-. A propósito, ¡tu misma me enseñaste eso en tu seminario!
¡Vaya llamada a despertar!
Juntos, mi personal y yo revisamos nuestra visión casi plenamente manifestada hasta que se convirtió en una nueva visión, que nos exigía un gran salto de fe y generar más creatividad. Al instante, la energía de la consulta pasó del letargo a la activación, de la falta de motivación a la inspiración.
Esta historia sirve para indicarte que incluso alguien cuya vida personal y profesional gira en torno a este proceso puede perder el rumbo en medio del ajetreo de la vida moderna. Resulta fácil perder de vista los árboles de la visión en medio de los bosques de la manifestación.
Tómate tiempo para el retiro y la reflexión
Cada mes o dos, reserva unas horas para retirarte y reflexionar sobre tu vida, tus misiones y tus manifestaciones. Y cuando la intuición (la voz del Espíritu) te llame, estate dispuesto a retirarte por periodos aún más largos: fines de semana, semanas o incluso meses.
Apaga la radio y la televisión y relájate en una conversación cómoda con dos amigos amables que no te plantean exigencias: el silencio y la serenidad. Pon una señal "No molestar" en la puerta de tu vida, e incluso en la puerta de tu casa, si esto te ayuda a crearte un "capullo" seguro y sereno.
Dedica tiempo a leer textos espirituales, a escuchar música que te conmueva, a rezar y meditar. Llena páginas de tu diario, medita más tiempo y estudia las obras que vienen en la sección Recursos Recomendados en la parte posterior de este libro, o explora nuevas enseñanzas para el crecimiento espiritual. Y, sobre todo, dedica tiempo a no hacer nada en absoluto, a simplemente ser.
Desconecta de lo familiar para conectar con lo no-familiar, y abre tu mente y espíritu a nuevas posibilidades que no pueden captar tu atención cuando estás dedicado a vivir tu "vida como siempre".
Antes de empezar a escribir Creando a Matisse, durante varios meses pasé la mayoría de mis noches y fines de semana en retiro. Me creé un "capullo" alejado de mi vida normal y de las exigencias sociales. Hice todas las cosas que te he pedido que hagas en los párrafos anteriores y simplemente me relajé.
Abandoné mi vida social, dejé de ver amigos y pasé el tiempo únicamente con mi familia, mi personal y mis clientes (durante las horas laborales). Pasé muchas horas en meditación profunda, en visualizaciones exploratorias y en reflexiones, registrando mis descubrimientos y escribiendo en mi diario. Cuando la gente llamaba para invitarme a salir o acudir a un evento, declinaba educadamente. Me quedé en casa y pasé en soledad todo el tiempo que pude.
Mi retirada era tan notoria que mi marido, mucho menos social que yo, empezó a aburrirse y a preocuparse por mí. Empezó a hacer planes interesantes para nosotros (¡un hermoso cambio!) y trató de animarme a participar en ellos. Por más tentadores que resultaban, sabía intuitivamente que estaba en una fase importante de mi vida, de modo que seguí declinando las invitaciones.
-No te preocupes -le dije-. Me estoy reinventando a mí misma. Pronto surgirá una hermosa mariposa.
Exactamente tres meses después del comienzo de mi retiro, acabó la sensación de que debía estar retirada. Me sentí preparada para volver a mi vida, y lo hice. Al reconectar con mis amigos, empecé a retomar los cabos sueltos que había dejado a un lado delicadamente y reconocí que era una persona cambiada. Había evolucionado hasta un nuevo nivel de conciencia en mi vida, y tenía un mensaje claramente definido que compartir con los demás.
Una noche me senté delante del ordenador y los perfiles de este libro fueron surgiendo de mí. Ocurrió sin esfuerzo, pero no por casualidad. Había desconectado de lo que me era familiar para que algo que no me era familiar, una nueva visión emocionante, pudiera emerger en mi conciencia creativa.
Sé mentor de otras personas y asóciate con otros en este proceso
¿Estás interesado en acelerar tus manifestaciones todavía más? ¡Comparte lo aprendido en este programa con otras personas! Todo lo que hagas como mentor (y como socio) para educar a Maestros Manifestadores, además de darte mucha energía de manifestación, impulsará hacia delante tu propio proceso. Como dice uno de mis clientes: "¡Tienes que compartirlo para conservarlo!"