De la dictadura a la democracia (8 page)

BOOK: De la dictadura a la democracia
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En los capítulos anteriores hemos argumentado que el desafío político ofrece ventajas significativas en comparación con las otras técnicas de lucha. Los estrategas tendrán que analizar la dinámica de sus conflictos particulares, y determinar si el desafío político responde afirmativamente a las interrogantes anteriores. Planificando para la democracia.

Debemos recordar que el objetivo de la gran estrategia contra la dictadura no es simplemente la caída de los dictadores sino establecer un sistema democrático y hacer imposible el surgimiento de una nueva dictadura. Para alcanzar estos objetivos será necesario que los medios de lucha que se escojan contribuyan a cambiar la distribución del poder efectivo de la sociedad. Bajo la dictadura, la población y las instituciones civiles de la sociedad han sido demasiado débiles y el gobierno demasiado fuerte. Si no se corrige este desequilibrio, la nueva camarilla, si así lo quisiere, podría ser tan dictatorial como la anterior. Una "revolución palaciega" o un golpe de estado, por consiguiente, no es bienvenido.

El desafío político contribuye a una más equitativa distribución del poder efectivo, mediante la movilización de la sociedad contra la dictadura, tal como fue discutido en el Capítulo Cinco. Este proceso ocurre de diversas maneras. El desarrollo de una capacidad de lucha noviolenta significa que la capacidad de represión violenta de la dictadura ya no va a producir la intimidación ni la sumisión de la población tan fácilmente. Ésta va a tener a su disposición poderosos medios de acción para contrarrestar y, a veces, hasta bloquear el ejercicio del poder de los dictadores. Además, la movilización del poder popular por medio del desafío político va a fortalecer las instituciones independientes de la sociedad. La experiencia de haber ejercido alguna vez un poder efectivo no se olvida fácilmente. El conocimiento y adiestramiento que se adquieren en la lucha harán que la población sea menos propensa a que los posibles dictadores la dominen en el futuro. Este cambio en las relaciones de poder hará mucho más probable el establecimiento de una sociedad democrática duradera.

Ayuda del exterior

Como parte de la preparación de la gran estrategia, se necesita calcular qué papel han de jugar la resistencia interna y las presiones externas en la desintegración de la dictadura. En este análisis, hemos insistido que la fuerza principal de la lucha debe provenir del inte-rior mismo del país. El nivel que llegue a alcanzar la ayuda internacional dependerá de cuánto pueda ésta ser estimulada por la lucha interna.

Como un complemento muy limitado, se pueden hacer esfuerzos por movilizar la opinión pública mundial contra la dictadura desde un punto de vista humanitario, moral o religioso. Se puede trabajar para lograr que los gobiernos y las organizaciones internacionales apliquen sanciones diplomáticas, políticas y económicas contra la dictadura. Éstas podrán ser embargos económicos o de armamento, reducción de los niveles de reconocimiento diplomático, negación de asistencia económica y prohibición de inversiones en el país bajo una dictadura, expulsión del gobierno dictatorial de las diversas organizaciones internacionales y de los organismos de las Naciones Unidas. Además asistencia internacional como ayuda financiera o de comunicaciones, podrá suministrárseles directamente a las fuerzas democráticas.

Formulando una gran estrategia

Después de un estudio de la situación, la selección de los medios y la determinación de qué papel ha de jugar la ayuda del exterior, los planificadores de la gran estrategia tendrán que esbozar a grandes rasgos la mejor manera de desarrollar el conflicto. Este amplio plan se extendería desde el presente hasta la liberación e instauración de un sistema democrático en el futuro. Al formular una gran estrategia, estos planificadores tendrán que hacerse una serie de preguntas. Las siguientes interrogantes, de una manera mas específica que antes, plantearán los considerandos que han de tenerse en cuenta al diseñar una gran estrategia para una lucha mediante el desafío político.

¿Cuál es la mejor manera de empezar una lucha a largo plazo? ¿Cómo podría la población oprimida acumular suficientes fuerzas y confianza en sí misma para desafiar la dictadura, aunque inicialmente sea de manera limitada? ¿Cómo puede aumentarse con el tiempo y la experiencia la capacidad de la población de aplicar la nocooperación y el desafío político? ¿Cuáles deberán ser los objetivos a alcanzar en una serie de campañas limitadas, dirigidas a recuperar el control democrático de la sociedad y a limitar el de la dictadura?

¿Quedan aún instituciones independientes que hayan sobrevivido la dictadura y que pueden usarse en la lucha por establecer la libertad? ¿Qué instituciones de la sociedad pueden ser rescatadas del control de los dictadores, o cuáles instituciones han de ser creadas de nuevo por los demócratas para satisfacer las necesidades de éstos y para establecer esferas de ejercicio democrático aún cuando la dictadura continúe?

¿Cómo puede desarrollarse la fuerza organizacional en la resistencia? ¿Cómo se puede adiestrar a los participantes? ¿Qué recursos (financieros, materiales, etc.) se requerirán a lo largo de la lucha? ¿Qué tipo de simbolismo será el más efectivo para movilizar a la población?

¿Por medio de qué tipo de acción y en qué etapas se verán progresivamente debilitados o eliminados los recursos del poder de los dictadores? ¿Cómo puede la población que resiste persistir en el desafío y a la vez mantener la necesaria disciplina noviolenta?

¿Cómo podrá la población satisfacer sus necesidades básicas durante el curso de la lucha? ¿Cómo se podrá mantener el orden social en medio del conflicto? ¿Qué hará la resistencia democrática, a medida que se aproxime la victoria, para seguir construyendo las bases de la sociedad de la post-dictadura y lograr que la transición sea lo menos brusca posible?

Recuérdese que no hay un curso prescrito, ni se puede crear un modelo de estrategia para cada movimiento de liberación contra las dictaduras. Cada lucha por derribar un régimen de fuerza y establecer un sistema democrático tendrá que ser diferente. Nunca habrá dos situaciones exactamente iguales. Cada dictadura tiene algunas características individuales, y variarán las capacidades de la población que busca liberarse. Los planificadores de una gran estrategia para una lucha de desafío político requerirán una pro-funda comprensión, no sólo de su situación específica de conflicto sino también de los medios de lucha que hayan escogido.
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Cuando la gran estrategia para la lucha ha sido cuidadosamente planificada hay razones de peso para darla a conocer ampliamente. Las grandes cantidades de gente que hace falta que participen estarán más dispuestas y aptas para actuar si entienden la concepción general así como las instrucciones específicas. Es posible que el saber esto tenga un efecto muy positivo en la moral y en su voluntad de participar y actuar apropiadamente. En todos los casos los lineamientos generales de la gran estrategia se darán a conocer a los dictadores y esto, potencialmente, puede llevar a aquéllos a ser menos brutales en su represión, a sabiendas de que, políticamente, puede salirles el tiro por la culata. El haber sido alertados sobre las características especiales de la gran estrategia podría también contribuir a causar disensiones o descontento entre los partidarios del dictador.

Una vez que se ha adoptado un plan estratégico global para hacer caer la dictadura y establecer un sistema democrático, es importante que los grupos democráticos persistan en aplicarlo. En muy raras circunstancias deberá la lucha apartarse del plan inicial de la gran estrategia. Cuando haya abundante evidencia de que la gran estrategia escogida fue mal concebida, o cuando las circunstancias de la lucha hayan cambiado fundamentalmente, es posible que los planificadores tengan que alterar la gran estrategia. Aún entonces, deberá hacerse solamente después de que el cálculo fundamental se haya hecho de nuevo, y se haya desarrollado y adoptado una estrategia nueva más adecuada.

Planificando las estrategias de campaña

No importa cuán sabia y promisoria sea, una gran estrategia desarrollada para terminar con la dictadura no se ejecuta por sí sola. Hará falta que se desarrollen estrategias particulares para orientar las principales campañas enfocadas al socavamiento del poder de los dictadores. Estas estrategias, en su momento, van a incorporar y dirigir una serie de movimientos tácticos que aspiran a infligir golpes decisivos contra el régimen de los dictadores. Las tácticas y los métodos de acción específicos deben escogerse cuidadosamente para que contribuyan a alcanzar los objetivos de cada estrategia particular. La discusión aquí se enfoca exclusivamente a nivel de estrategia.

Hace falta que los estrategas que planifican las campañas mayores, así como los que planificaron la gran estrategia, tengan una comprensión minuciosa de la naturaleza y de los modos operacionales de la técnica que hayan escogido para la lucha. Así como los oficiales militares tienen que entender de estructuras de fuerza, táctica, logística, pertrechos, efectos geográficos y demás para urdir una estrategia militar, los planificadores del desafío político deben conocer bien la naturaleza y los principios estratégicos básicos de la lucha noviolenta. Aunque así fuere, la atención a las recomendaciones de este ensayo y la respuesta a las preguntas que planteamos aquí, no producirán por sí mismos las estrategias. La formulación de las estrategias para la lucha requiere además de una creatividad bien informada.

Al planificar las estrategias para las campañas específicas y selectivas de resistencia, y para el desarrollo a largo plazo de la lucha de liberación, los estrategas del desafío político tienen que considerar varios puntos y problemas, entre los cuales se encuentran los siguientes:

• Determinación de los objetivos específicos de la campaña y de cómo éstos contribuyen a hacer efectiva la gran estrategia;

• Consideración de los métodos específicos o armas políticas que mejor se puedan emplear para implementar la estrategia escogida. Dentro del plan estratégico integral para una campaña en particular, será necesario determinar qué planes tácticos menores y qué métodos de acción específicos se deben emplear para imponer presiones y restricciones a las fuentes de poder de la dictadura. Recuérdese que el alcanzar los objetivos mayores vendrá como resultado de haber escogido cuidadosamente, e implementado específicamente, los pasos menores.

• Determinación de si los asuntos económicos deben relacionarse con la lucha total, que es esencialmente política, y de cómo. Si los asuntos económicos han de ser prominentes en la lucha, hay que cuidar que los malestares económicos de veras podrán remediarse luego de liquidada la dictadura. Si no, la desilusión y el descontento cundirán, a menos que se provean soluciones rápidas durante el período de transición a una sociedad democrática. Esa desilusión puede suscitar el ascenso de las fuerza dictatoriales que prometan poner fin a los malestares económicos.

• Determinación a priori de qué clase de estructura de liderazgo y sistema de comunicaciones funcionarán mejor al comienzo de la lucha de resistencia. ¿Qué medios de tomar decisiones y de comunicación serán posibles durante el curso de la lucha para orientar continuamente a los de la resistencia y a la población en general?

• Comunicación de las noticias de la resistencia a la población, las fuerzas del dictador y la prensa internacional. Las denuncias e informaciones deben ser rigurosamente veraces. Las exageraciones y las reclamaciones infundadas minan el prestigio de la resistencia.

• Planes sobre actividades constructivas independientes— económicas, sociales o educativas—que aumenten la confianza de las personas en sí mismas, para que sean capaces de responder a las necesidades de su propia gente durante el conflicto que va a producirse. Tales proyectos pueden ser administrados por personas que no estén directamente involucrados en las actividades de la resistencia.

• Determinación de qué clase de ayuda exterior es deseable para apoyar una campaña específica o la lucha de liberación en general. ¿Cómo puede la ayuda exterior movilizarse de la mejor manera, y utilizarse, sin hacer depender la lucha interna de factores externos no confiables? Hará falta decidir cuáles de los grupos del exterior son los más apropiados y los más aptos para ayudar, por ejemplo las organizaciones nogubernamentales (movimientos sociales, grupos religiosos o políticos, sindicatos, etc.), los gobiernos y/o las Naciones Unidas y sus diversos cuerpos.

Es más, los planificadores de la resistencia tendrán que tomar medidas para preservar el orden y planear cómo puede responder la gente a sus propias necesidades durante los procesos de resistencia masiva contra los controles dictatoriales. Esta planificación se orienta no sólo a crear estructuras alternativas independientes y democráticas y a responder a las verdaderas necesidades, sino también a reducir la credibilidad del régimen cuando éste declare que es necesaria una represión más severa para poner fin al desorden y la delincuencia.

Difundiendo la idea de la nocooperación

Para un desafío político exitoso contra una dictadura, es esencial que la población capte la idea de la nocooperación. Como se ilustró en el cuento del "Amo de los Monos" (ver Capítulo Tres), la idea básica es sencilla. Si un número suficiente de subordinados se rehusa a seguir cooperando por un tiempo suficiente a pesar de la represión el sistema opresivo se debilitará, y acabará por desplomarse.

Las personas que viven bajo una dictadura pueden ya estar familiarizadas con este concepto por diversas fuentes. Aún así las fuerzas democráticas deben deliberadamente difundir y comunicar a todos los estratos sociales la idea de la nocooperación. La fábula del "Amo de los Monos", o una semejante, podría difundirse por toda la sociedad. Un cuento así puede comprenderse fácilmente. Una vez que la población en general haya asimilado el concepto de la nocooperación, la gente podrá entender la relevancia que van a tener en el futuro los llamados a practicar la nocooperación contra la dictadura. De la misma manera podrán, por cuenta propia, improvisar miles de formas específicas de nocooperación en situaciones nuevas.

A pesar de las dificultades y peligros en los intentos de comunicar ideas, noticias e instrucciones de la resistencia cuando se está viviendo bajo una dictadura, los demócratas a menudo han demostrado que sí es posible hacerlo. Aún bajo los regímenes nazis o comunistas, fue posible que los de la resistencia se comunicaran, no sólo con otros individuos, sino con grandes públicos, mediante la publicación de periódicos ilegales, folletos, libros y más recientemente por medio de casetes de audio y video.

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