[4]
Pueblo de sabios que no ha existido más que en la imaginación del autor de los Viajes imaginarios, Vairasse de Allaia. Véase el tomo V de esa obra.
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[5]
Voltaire pone en duda que Licurgo, el más célebre legislador de Esparta, legitimara el hurto; esa creencia la ha transmitido Plutarco, y éste vivió mucho después que Licurgo. Por otra parte, no se concibe el robo donde no existía la propiedad. En todo caso, lo que el legislador se propondría no pudo ser otra cosa sino castigar a los avaros, detentadores de todo lo que podían, y adiestrar en el pillaje a los chicos, destinados todos a la guerra.
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[6]
Esta isla se defendió tres años; su resistencia fue tal que no la igualaron los reinos más poderosos. Véase Tito Livio.
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[7]
Véase Floro.
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[8]
Comparación peregrina la de los Cuáqueros con los Espartanos.
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[9]
El autor se refiere a los Jesuitas.
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[10]
Según Plutarco, los Epidamnios eran los habitantes de Dirraquiem, hoy Durazzo; los Escitas y los Celtas vinieron a establecerse en las cercanías. Pero, ¿es cierto que los Epidamnios, al nombrar un comisario competente para traficar con los extranjeros en nombre de la ciudad, hayan querido con eso mantener las costumbres? ¿Cómo habrían podido corromper a los Griegos estos bárbaros? Semejante institución ¿no sería efecto de un espíritu de monopolio? Acaso podrá decirse algún día que nosotros hemos establecido la
Compañía de Indias
, para conservar nuestras costumbres. (Voltaire).
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[11]
Historia, lib. IV, cap. XX y XXI.
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[12]
Parece probado que los Griegos daban el nombre de música a todas las bellas artes; sin embargo, al fin dieron este nombre a la teoría y la práctica de los sonidos, así de la voz como de los instrumentos. Y la cultivaban con pasión: hasta hacían con música la declaración de guerra y se batían cantando. (Voltaire).
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[13]
Lib. IV de La República.
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[14]
Lib. VIII de La Política.
<<
[15]
Véase la Vida de Pelópidas.
<<
[16]
Libro 1.
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[17]
Dice Platón, en el libro IV de Las Leyes, que las prefecturas de música y de gimnástica eran las más importantes; y en el libro III de La República, dice:
Damón os dirá cuáles son los sonidos que hacen nacer en el alma la bajeza, la insolencia y las virtudes contrarias
.
<<
[18]
Dichos memorables lib. V.
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[19]
En La Política, lib. III cap. IV.
<<
[20]
Aristóteles dice que los niños de Esparta, por empezar desde su edad más tierna los ejercicios más duros, adquirían un exceso de ferocidad. (Política, lib. VIII, cap. IV).
<<
[1]
A mi entender, no conviene prodigar así los aplausos y la admiración. Alcibíades era un simple ciudadano, rico, ambicioso, vano, insolente y de un carácter versátil. No veo nada admirable en que comiera mal una temporada con los Lacedemonios cuando se vió condenado en Atenas por un pueblo más vano, más ligero, más insolente que él… No veo más en Alcibíades que un atolondrado, un calavera, que, a la verdad, no merece la admiración del universo como dice Montesquieu y como dijo Plutarco; no creo que la merezca por haber corrompido a la mujer del que le dió hospitalidad, ni por haberse hecho expulsar de Esparta, ni por haberse visto obligado a mendigar nuevo asilo de un sátrapa de Persia, ni por haber perecido entre los brazos de una hetaira. Ni Plutarco ni Montesquieu se me imponen: admiro demasiado a Caton y a Marco Aurelio para admirar a Alcibíades. (Voltaire).
<<
[2]
Plutarco, Vida de Solón.
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[3]
Filolao de Corinto legisló en Atenas que el número de porciones o heredades fuera siempre el mismo. (Aristóteles, Política, lib. II, cap. XII) - (Filolao no legisló en Atenas, sino en Tebas).
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[4]
La República, lib. VIII.
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[5]
Lo que dice Estrabón no se refiere a las leyes de Lacedemonia, sino a las de Creta. De todos modos, no se comprende bien lo que Filón explica. (El abate Barthélemy).
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[6]
Athenis dimidium licet, Alexandriae totum
. (Séneca, de Morte Claudii).
<<
[7]
El casamiento de hermano con hermano, además de ser contra el derecho natural, era inusitado en Roma; y lo del casamiento de Silano vale la pena de que se examine. Montesquieu ha tomado el hecho de una sátira de Séneca, festiva, ingeniosa, cuyo objeto era divertir y no enseñar:
Silano
, dice,
tenía una hermana muy hermosa y muy coqueta, a quien todo el mundo llamaba Venus; su hermano prefirió llamarla Juno
. ¿Quién duda que esta expresión puede autorizar la creencia de que hubo relaciones incestuosas? Pero esas relaciones pudieron existir sin casamiento. En realidad no hubo una cosa ni otra, según el testimonio de Tácito. (Crevier).
<<
[8]
Aristóteles, Política, lib. II, cap. VII.
<<
[9]
Solón determinó cuatro clases, de mayor a menor renta, fuese en granos o en líquidos; a la cuarta clase pertenecían todos los que vivían de sus brazos. (Plutarco, Vida de Solón).
<<
[10]
Solón excluye de los cargos públicos a los comprendidos en el cuarto censo, es decir, a los trabajadores.
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[11]
Aquellos soldados pedían mayor porción de la tierra conquistada. (Plutarco, Obras morales, Dichos notables de los antiguos reyes y caudillos).
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[12]
En Roma, los magistrados lo eran por un año y los senadores para siempre. En Lacedemonia, según dice Jenofonte, quiso Licurgo que los senadores fueran elegidos entre los ancianos para darles a estos ocupación y respetabilidad. En Atenas, el Senado no era vitalicio, pero el
Areópago
lo era.
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[13]
El
Areópago
mismo estaba sujeto a la censura.
<<
[14]
República de Lacedemonia.
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[15]
Véase en Estrabón, lib. XIV, lo que hicieron los Rodios en este particular.
<<
[16]
Amelot de la Houssaye, Del Gobierno de Venecia (tercera parte).
<<
[17]
Buzón donde los delatores depositan sus denuncias.
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[18]
Véase Tito Livio, lib. XLIX. - La censura de los Venecianos es secreta; la de los Romanos era pública.
<<
[19]
Los supuestos príncipes de Esparta no eran tales reyes: eran simples magistrados subalternos, subordinados a los
éforos
, que eran los verdaderos soberanos; o eran caudillos de las tropas, que deponían casi todo su poder al entrar en la ciudad. (Linguet, Teoría de las Leyes civiles, Discurso preliminar).
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[20]
Testamento político.
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[21]
Barbaris cunctatio servilis; statim exequi regium videtur
. (Tácito, Anales, lib. V, párrafo 32).
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[22]
Porque tiene más luces y más morigeración.
<<
[23]
Libro III, de Las Leyes.
<<
[24]
Memorias del cardenal de Retz y otras historias.
<<
[25]
Testamento político.
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[26]
No puede negarse magnanimidad a un hombre que sea guerrero, justo, generoso, clemente, liberal. Me estoy acordando de tres grandes visires que han poseído estas cualidades. Si el que tomó a Candía, al cabo de diez años de sitio, no tiene aún la celebridad de los héroes de Troya, tenía más méritos que ellos y será más estimado por los peritos que un Ulises o un Diómedes. Y el gran visir Ibrahín, que en la última revolución se ha sacrificado por conservarle el imperio a Acmet III, su señor, y que esperó la muerte arrodillado durante largas horas, ciertamente no carecía de magnanimidad. (Voltaire).
<<
[27]
Este capitulo es corto; no es más que un antiguo proverbio castellano. El sabio rey de Castilla Alfonso X decía:
Poda sin dañar
. Es lo mismo que repite Saavedra Fajardo, otro español, en sus Meditaciones políticas, y lo que otro español, Ustáriz, verdadero hombre de Estado, recomienda sin cesar en su Teoría práctica del comercio, donde dice:
El labrador, cuando necesita leña, corta unas ramas, no derriba el árbol
. (Voltaire).
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[28]
Las mujeres y los eunucos no conocen más mundo que el serrallo y tienen por gran desdicha el perder de vista al príncipe, aunque sea por pocas horas; así se oponen con toda su influencia a todo proyecto de guerra o de conquista. Apoderándose con mil artificios del corazón del monarca, arrancan de él con suma facilidad los sentimientos de gloria que en él nazcan y el ministro que haya tenido la valentía de inspirárselos, no tardará en ser inmolado a las pasiones de aquellas almas débiles. (Chardin, Viaje a Persia, cap. IV).
<<
[29]
Puffendorff, Historia universal.
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[30]
Según Chardin, en Persia no hay consejo de Estado.
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[31]
La principal fuerza de Persia consiste en su situación, pues todas sus fronteras están defendidas por mares, por desiertos, por montañas que hacen la entrada bien difícil. De todos sus vecinos, solamente los Turcos pudieran ser temibles para Persia. Los Indios son enemigos que desprecia, pues siempre los ha vencido. Los Tártaros se hallan divididos en principados diversos, aislados unos de otros, y no hacen guerras formales sino correrías. (Chardin).
<<
[32]
Véase Rigaut, Estado del imperio Otomano, pág. 196.
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[33]
Véase especialmente la de 1722.
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[34]
Artajerjes tuvo ciento quince hijos, de los que sólo tres eran legítimos; cincuenta conspiraron contra su padre y les hizo dar muerte.
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[35]
Todavía reina desenfrenado en Rusia, uno de los climas fríos del continente.
<<
[36]
Véase el libro en que se habla de Las leyes en sus relaciones con los climas.
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[37]
La Guilletiere, Lacedemonia antigua y moderna.
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[38]
Al fin la estableció la ley Julia, de
Cessione bonorum
. Se evitaba la prisión y el embargo ignominioso.
<<
[39]
Me parece que en la República ateniense estaban demasiado por las confiscaciones.
<<
[40]
Admitirlas para toda suerte de delitos, es crear tiranos y enriquecer delatores.
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[41]
Ut esse Phoebi dulcius lumen sole Jamiam cadentis
…
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[42]
En Persia
, dice Chardin,
no se solicita nada sin llevar un presente. Los más pobres e infelices no se presentan a los grandes, ni a nadie a quien hayan de pedir algún favor, sin ofrecerles algo. Y todo lo admiten aun los más altos señores: frutas, pollos, un cordero, pues cada uno da lo que puede y lo que le proporciona su oficio; los que no tienen oficio dan dinero. Es un honor el recibir esta especie de presentes, y se reciben en público; nadie se recata para hacerlos ni para recibirlos. Esta costumbre es universalmente practicada en los países de Oriente y tal vez sea una de las más antiguas
. (Chardin, cap. XI de la Descripción de Persia). N. del A.
Creo que esta costumbre estaba establecida entre los Régulos Lombardos, Ostrogodos, Visigodos, Burguiñones y Francos. Según Joinville, el rey San Luis también admitía presentes. La costumbre la han conservado hasta nuestros días los reyes de Polonia. (Nota de Voltaire).
<<
[43]
Colección de viajes que han servido para establecer la Compañía de las Indias, tomo l, pág. 80.
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[44]
Libro XII de Las Leyes.
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[45]
Platón, en su República, pone la negativa a dicha aceptación entre las señales de corrupción de la República. En Las Leyes quiere que sea castigada con una multa. En Venecia, se castiga con la deportación.
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[46]
Victor Amadeo.
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[47]
Algunos centuriones apelaron al pueblo reclamando el empleo que ya habían tenido, y uno de ellos les dijo a los demás:
Compañeros, hemos de mirar como igualmente honrosos todos los puestos en que defendamos la República
. (Tito Livio, lib. XLII).
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[48]
Ne imperium ad optimus nobilium transferretur, senatum militia Gallienus; etiam adire exercitum
. (Aurelio-Victor, de Virus illustribus).
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[49]
Augusto les quitó el derecho de llevar armas a los senadores, procónsules y gobernadores. (N. del A.)
Augusto no privó de ese derecho más que a los senadores, pues los propretores, lugartenientes del emperador, mandaban los ejércitos en las provincias que gobernaban. (Nota de Crévier).
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[50]
Fragmentos sacados de las Embajadas de Constantino Porfirogenetes.
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[51]
República, lib. VII.
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[52]
En España se trabaja poco porque todos los empleos se dan.
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