Un objeto bello es una alegría eterna,
cuyo encanto aumenta, y jamás
se diluye, sino que nos reserva
íntimo refugio, y un reposo
con dulces sueños, salud, y respirar sereno
Así, Raul Endymion, hasta que nos encontremos de nuevo en tus páginas, en voluptuoso éxtasis, te digo adiós.
Hijastro del silencio y la indolencia,
silvestre historiador, que así relatas
mejor que nuestra rima una florida historia:
¿qué frondosa leyenda en tu figura acecha
de dioses o mortales, o de entrambos,
en Tempe o en los cuentos de la Arcadia?
¿Qué hombres y qué dioses? ¿Qué doncellas esquivas?
¿Qué búsqueda tenaz? ¿Qué fuga empecinada?
¿Qué trinos y gorjeos? ¿Qué voluptuoso éxtasis?
Por ahora, amor mío, te deseo dulces sueños, y salud y respirar sereno.
FIN
[1]
(Son los versos iniciales del poema
Fire and Ice
, del poeta norteamericano Robert Frost. En una versión en prosa, el poema dice: «Algunos dicen que el mundo terminará en fuego, algunos dicen que en hielo. Por lo que he saboreado del deseo, me inclino por los que favorecen el fuego. Pero si el mundo debiera perecer dos veces, creo saber bastante sobre el odio como para reconocer que el hielo también es un gran destructor y se las apañaría.» La «coincidencia» es que
frost
significa "escarcha". (Nota del Traductor)