Fénix Exultante (18 page)

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Authors: John C. Wright

Tags: #Ciencia-Ficción

BOOK: Fénix Exultante
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—Por favor —dijo el mensajero—, no intentes cargar sobre mí el peso de la prueba de mi humanidad. La ley contra el homicidio calificado no sostiene que quienes no pueden demostrar su humanidad estén sujetos a una muerte instantánea o arbitraria.

La broma le pareció particularmente cruel a Faetón, pues él mismo, al efectuar esta llamada, podía exponerse a una muerte instantánea y arbitraria. ¿Y si los agentes silentes estaban escuchando?

—¿Puedes darme una síntesis de quién está a cargo, o goza de mayor prestigio e influencia en la Duma neptuniana?

Duma era el nombre que daban los neptunianos a su principal organización social. Estaba constituida por mentes parciales y mentes clientes irradiadas por neptunianos, que estaban demasiado desperdigados para representarse por medios directos. Los parciales se combinaban y evolucionaban en una bullente y enmarañada masa de vigoroso conflicto, para formar una entidad consensual o, mejor dicho, conjuntos sucesivos de entidades consensúales, cuyas proclamas influían sobre el curso del diálogo y la sociedad neptunianos. La Duma era más una casa de compensación y mercado central de ideas que un parlamento.

Los neptunianos eran muy individualistas y excéntricos, y ordenaban a sus representantes que otorgaran más valor al celo empedernido que a la componenda racional. En consecuencia, la Duma era a menudo descabellada, y buscaba varias metas contradictorias simultáneamente, con reacciones de fervor o apatía excesivos que no guardaban ninguna proporción con las peticiones, ideas y nuevas líneas de pensamiento que los neptunianos introducían de cuando en cuando. Los neptunianos nunca habían reprogramado la Duma para que se comportara lógicamente; esta barroca forma de gobierno social aparentemente divertía a los duquefríos y eremitas de Neptuno mucho más que un gobierno racional.

—Recientemente la escuela Gris Plata ha ganado gran aceptación en la Duma —dijo el árbol mensajero—. En la actualidad es la escuela dominante, seguida a gran distancia por la Escuela del Caos Paciente.

Faetón se inclinó hacia delante.

—¿La Gris Plata? ¿Cómo es posible? —Por lo que él sabía, nunca había habido ningún Gris Plata entre las excéntricas criaturas de Neptuno.

—Muchas cadenas de pensamiento y diálogos de la Duma revelan entusiasmo por las disertaciones de Diomedes de Nereida —continuó el árbol mensajero—, que recientemente humilló a los Exhortadores de la Tierra y, siendo pobre, los engatusó para que le cedieran una gran fortuna. Diomedes y Jenofonte se mezclaron para crear una mente temporal llamada Neoptolemo, quien burló a la Cerebelina llamada Rueda-de-la-Vida. Neoptolemo ahora posee la titánica nave estelar llamada
Fénix Exultante.
Hay a bordo billones de toneladas de antihidrógeno metálico, crisadmantio, material biológico y nanobiológico, y la mente de la nave es una entidad de un millón de ciclos con una vasta fortuna en rutinas y capacidad. Esta victoria brindó gran prestigio a Diomedes y su hijo Neoptolemo. Diomedes, en su testamento viviente, se valió de ese prestigio para promover una escuela Gris Plata en la Duma. Lo hizo en memoria de un amigo que fue tratado injustamente por el Colegio de Exhortadores, que lo envió a morir en el exilio.

—¿Puedo enviar un mensaje a Diomedes? ¿Puedes hablar en su nombre?

—Tengo plantillas de la mayoría de las principales cadenas de pensamiento de los miembros activos de la Duma, incluido Diomedes, así que puedo fingir que soy él y formar respuestas basadas en mi previsión de lo que él diría si estuviera aquí. Cuando este mensaje se transmita a la embajada neptuniana, Diomedes tendrá la opción de rechazar o aceptar las representaciones formuladas como suyas. Si él acepta, este mensajero será implantado en sus propios recuerdos, de modo que a partir de entonces creerá que él mismo estuvo aquí e hizo estos comentarios. No obstante, debo advertirte que Diomedes, en la última asamblea, ya no existía como entidad aparte. Aún formaba parte de la composición parcial de Neoptolemo. Los actores que representaban a Diomedes y Jenofonte entablaron una disputa acerca de cuáles partes de Neoptolemo pertenecían a Diomedes y cuáles a Jenofonte. Los pensamientos de Neoptolemo aún no han sido descifrados y devueltos a dos entidades diferenciadas. En otras palabras, Neoptolemo aún no ha tomado una decisión.

—¿Cuál es el origen de la disputa? ¿La nave?

—Los Caóticos Pacientes ansían desmantelar la nave y distribuir la riqueza entre las multitudes hambrientas de más allá de Neptuno; los Gris Plata desean que la nave se use para una expedición que funde colonias en las estrellas cercanas. El plan del Caos Paciente llevaría dinero a la deteriorada economía neptuniana, mientras que financiar una expedición como la que propone Semi Neoptolemo Semi Diomedes agotaría la economía. Ciertos análisis del Caos Paciente afirman que la actual ruina de la economía fue causada, en gran medida, por inversiones destinadas a la campaña expedicionaria de Faetón.

En ese punto, lo interrumpió un campanilleo. El panel de la pared de la izquierda se deslizó para revelar la imagen del rostro serpentario de Antisemris.

—Disculpa por interrumpir pero, como importante inversor que te ha confiado una gran suma de dinero, me pregunto por qué derrochas mi inversión hablando de política con una máquina neptuniana. ¡Te compramos este mensajero para que pudieras leer los anuncios de solicitud de empleo! Y no te molestes en decirme que investigabas sus necesidades de mercado. Lo único que necesitas saber es qué clase de trabajo servil de revisión de líneas necesitan. ¡Su política interna no afecta los mercados menores que estamos buscando!

—Tu intrusión es grosera y quizá ilegal —replicó Faetón—. ¿Así es como has decidido mostrarme que me espías? No te molestes en responder. Nuestra asociación mutua pronto terminará.

—¡Bah! ¡Deshazte de tu pomposo orgullo! Semris y Notor tampoco tratarán contigo una vez que averigüen cómo gastas nuestro dinero.

—Ya he tratado con neptunianos, y vosotros no. Ellos también usan su mensajero para actualizar sus bases de datos. Como has optado groseramente por interrumpir, en vez de consultar conmigo en privado después, el mensajero, que oye todo lo que estamos diciendo, sin duda ha clasificado nuestras necesidades y nuestra capacidad de negociación. Esto ha limitado considerablemente nuestras opciones, y perjudicado nuestros tratos futuros con los neptunianos. Si no puedes practicar la cortesía, al menos practica el silencio, así no atentarás contra tus intereses y los míos.

Antisemris emitió doce notas de risa susurrante.

—¡No trates de engatusarme! Sigue hablando con tu amigo neptuniano. Pero no lo transmitiré de vuelta a la embajada. A partir de ahora, quedas aislado de los fondos y la línea láser radial orbital que establecimos.

—No dispones de esa autoridad sin el consentimiento de Semris y Notor. Yo necesito su consentimiento para excluirte de todas las negociaciones futuras, pero no creo que tenga ninguna dificultad para convencerlos, una vez que vean el resultado de la conversación que tan neciamente has interrumpido.

Antisemris se contorsionó, y varias cabezas abrieron la boca y mostraron los colmillos.

—Ve adelante. Termina tu conversación y gánate un millón de gramos. Sorpréndeme.

Faetón se volvió hacia la pantalla central.

—¡Mensajero! Asumo que el gasto principal de tu propuesta expedición interestelar se debe a la carencia de personal técnico capacitado en Neptuno.

—Correcto. Los Exhortadores han prohibido a las bibliotecas de los planetas interiores que nos vendan las plantillas o configuraciones que necesitamos para terraformadores, astrónomos paraluminales, físicos de alta energía o celeritólogos. No tenemos piloto. Más aún, los interfaces de la nave fueron diseñados para una neuroforma básica, y no son aptos para tripulantes neptunianos, que tienen otra arquitectura neural, otras convenciones mentales y otras regulaciones temporales. Habría que cambiar los interfaces de la nave, rutina a rutina, y en algunos casos, línea a línea, antes que la nave fuera cómoda para una dotación neptuniana. Sin un sofotec, esto requeriría un esfuerzo enorme y tedioso, que no podemos realizar. En consecuencia, sin ayuda experta, no podemos pilotar la nave a las velocidades para las que fue diseñada. Éste es el mayor defecto del plan que ha expuesto Diomedes.

—¿Y si yo pudiera conseguirte mano de obra barata para realizar la traducción de interfaz a los formatos neptunianos?

—Con los interfaces adecuados, las mentes y personalidades neptunianas se podrían almacenar en los segmentos de la mente de la nave correspondientes a la tripulación, y se podrían programar hábitats inteligentes para sostener cualquier forma somática en que los tripulantes desearan manifestarse. Sin embargo, las características de vuelo, la masa y la longitud de la nave se transformarán considerablemente (según marcos externos de referencia) cuando se aproxime a la velocidad de la luz. El universo externo (desde el marco de referencia de la nave) sufrirá una transformación similar. Esto afectará a todos los objetos y partículas a bordo (tales como circuitos de comunicaciones y sensoriales) que deben interactuar con el universo externo, incluidos subproductos de motor y control de daño de objetos extraños. Ello requeriría una rama especial de estudio taquicelérico para redescubrir los hallazgos del diseñador original. Esa información no parece estar almacenada en el cerebro de la nave. No podemos ofrecerla.

—Yo poseo esa información.

—Entonces el formateo puede lograrse y se puede grabar una tripulación neptuniana. Pero ese formateo sería un ejercicio inútil sin un operador capacitado para ejecutar la navegación celeste, la xenoterraformación y las rutinas de física de alta energía.

—Yo puedo pilotar la nave. He realizado un vuelo de prueba con ella.

—Debo advertirte que, aunque sólo soy un árbol de mensajes, y no soy capaz de juicio independiente, esta conversación puede ser revisada por un operador viviente en un momento posterior. Ese operador condenará las falsedades y las declaraciones irracionales, y eso servirá para anular cualquier trato hecho conmigo.

—¿Por qué dices que mi declaración es falsa?

—Sólo un hombre ha realizado un vuelo de prueba con esa nave.

—Yo soy ese hombre.

—Ese hombre era Faetón de Radamanto, el diseñador…

—Yo soy Faetón.

Hubo un susurro ahogado de Antisemris (cuya presencia Faetón casi había olvidado). Faetón no tenía la estética para leer las expresiones serpentinas, así que no supo qué emoción o señal comunicaba esa sacudida nudosa. ¿Sorpresa? Quizá.

La masa serpentina de Antisemris dijo:

—¡Tú eres aquél que Unmoiqhotep nos pidió que adorásemos! ¡Tú eres ese Faetón! ¡El verdadero Faetón!

—Pero yo te dije mi nombre —respondió Faetón—. Sin duda sabías…

—¡Sss! Muchos de mi escuela han adaptado su memoria para creerse Faetón, o hemos cambiado nuestro nombre. Cuando te vi en esa armadura de aspecto estúpido, pensé que estabas en un circuito descabellado, como mis hermanos y otros, o quizá te habían desterrado porque intentaste comunicarte con el verdadero Faetón, o algo parecido.

Antisemris debía de estar bajo una interdicción de los Exhortadores, quizá no tan rigurosa como la de Faetón, pero que al menos lo excluía de la sociedad cortés, y quizá de la Mentalidad. Faetón aún no estaba habituado a la idea de que los exiliados y los parias, como él y Antisemris, no podían descubrir la identidad ni confirmar los pensamientos o intenciones de las personas con que hablaban. Eso debía causar mucha confusión y deshonestidad. Con razón Antisemris se había apresurado a espiar, interrumpir, acusar.

—¿Esto significa que me ayudarás a mantener la comunicación con los neptunianos? —preguntó Faetón.

—¿Por qué no? ¿Cómo puede alguien detenernos?

—Deseo hallar empleo como piloto a bordo de la
Fénix Exultante
—le dijo Faetón al mensajero—. Creo que mis calificaciones son singulares. También tengo un numeroso grupo de trabajadores capaces de ejecutar las rutinas estándar para traducir todos los interfaces a formatos neptunianos. ¿La Duma está dispuesta a emplearme a mí y mis operarios?

—Aún no está zanjada la cuestión de la propiedad de la
Fénix Exultante.
Este mensajero tiene sólo capacidad limitada para predecir el resultado de los acontecimientos; aun así, aventuraría que este ofrecimiento tuyo desviará las principales líneas de pensamiento en la Duma para favorecer el plan Gris Plata, y otorgará el título a Diomedes. En tal caso, podríamos contratarte a ti y a tus operarios con sueldos considerablemente más altos que los habituales. ¿Puedes garantizar la calidad del trabajo? Los exilados floteros son famosos por la mala calidad de su labor.

—Creo que esto viene causado por el carácter lúgubre y desesperanzado de sus circunstancias. Eso puede cambiar si algunos floteros transfieren su información cerebral a albergues neptunianos. Os pediría que afrontéis el gasto de esta metempsicosis, pues es la única manera de que los operarios conozcan íntimamente las transiciones y traslaciones a la arquitectura mental neptuniana. También os pediría que afrontéis el gasto de trasladarme hasta la posición actual de la
Fénix Exultante.

—Tengo pocas dudas de que mis amos recibirán favorablemente tu oferta.

—¿Eres, pues, un ser inteligente?

—He sido programado para responder que lo soy.

—En tal caso, te entregaré la orden de retransmisión, y te pediré que te arriesgues al suicidio al irradiarte desde mi memoria de comunicaciones hasta tu embajada. De este modo, no seré responsable bajo la ley de la Ecumene Dorada.

El emblema del mensajero emitió un saludo de despedida y desapareció del espejo central.

En el espejo izquierdo, las cabezas serpentinas de Antisemris cabeceaban, quizá un indicio de buen humor.

—Vaya, vaya. ¡El verdadero Faetón! Imagínate. Parece que pronto estarás al timón de tu nave. ¿Quién puede detenerte, eh?

La pared se abrió a la derecha, y tres cabezas de buitre blindadas aparecieron en el espejo. Una áspera voz de cíborg de combate salió del altavoz.

—¡Faetón! Habla el resabio de la Composición Belígera. Me informan que alguien acaba de leer mis registros de viaje, sin duda para descubrir tu posición. Un chequeo de índices muestra que la acción se desarrolló a velocidades de pensamiento de un millón de ciclos, lo cual indica que el intruso usaba sofotecnología sumamente sofisticada. Un pensamiento lateral mío se está comunicando ahora mismo con los alguaciles. Un tal alguacil Pursuivant está revisando las pruebas y me dice que los alguaciles no pueden hacer nada, dado que la lectura de mi información fue legal. Al parecer los movimientos de clientes anteriores a quienes transporto no están cubiertos por mi cláusula de privacidad, y en consecuencia existe un truco legal que permite a los ex clientes verificar planes de vuelo y registros de seguridad, aun para aquellos vuelos que no abordaron.

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