Gente Tóxica (18 page)

Read Gente Tóxica Online

Authors: Bernardo Stamateas

Tags: #Divulgación, Autoayuda

BOOK: Gente Tóxica
7.47Mb size Format: txt, pdf, ePub

Si firmaste un contrato, cúmplelo. Las palabras tienen valor, seamos fieles a nosotros mismos. No pactes con nadie, sólo con ti mismo, pero una vez que des tu palabra, sé fiel a ella. Cuando somos capaces de llevar a cabo lo que hemos prometido, nuestras relaciones, sean familiares, laborales o sociales son cada vez más óptimas. Un hombre fiel a sus palabras es confiable y apto para estar en m veles de poder y liderazgo.

Controlemos lo que sí podernos controlar: nuestras palabras. Porque aquello en lo que más piensas y de lo que hablas, en eso te conviertes. No funcionemos por emoción, sino por convicción. Hay personas que actúan según lo que sienten: "Me siento mal", "me siento bien" . Un día se sienten reyes, y al otro día, insignificantes. El lunes sienten que el trabajo es lo más importante pero el martes lo más importante es la familia; el lunes se casan con alguien porque sienten que lo aman, pero a la otra semana, se separan porque sienten que ya no lo quieren; sienten ganas de tener un hijo pero a la otra semana lo abandonan porque ahora sienten que les arruinó la vida. Es· esa gente que vive aromada un día y desanimada al otro y de acuerdo a lo que siente es como maneja su vida. Son personas que hoy dicen blanco y mañana negro. Tú no te muevas por ideas o estados de ánimos, hazlo por convicción. La convicción es la determinación y la seguridad acerca de algo. El gran problema de la sociedad de hoy es que no tiene gente con convicción.

"Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio."
Proverbio hindú

No te dejes llevar por tu mente; tu mente es lo más demente que tienes, la palabra de fe es la única y la verdadera.

Tienes que aprender a frenar tu mente y a crecer. Nadie va a hacer nada por ti, tú tienes que hacer por ti lo que debes hacer. Suelta la palabra y actúa en base a ella. Llénate de palabras de ánimo, de fe.

"No te muevas por gusto sino por convicción. Convicción no es un rito que se defiende a rajatabla sino que es una verdad divina que se ha hecho raíz en tu vida."

Habla con fe. Renueva tu mente, tus palabras se nutrirán de lo que crees. Cree lo que confiesas.

¿De dónde sale lo que yo creo? De lo que yo pienso.

Lo que yo pienso, lo creo; y lo que yo creo, confieso.

¿De dónde sale lo que yo pienso? De lo que yo oigo. Lo que yo confieso es lo que creo. Lo que creo viene de lo que pienso.

No permitas que tus pensamientos te arrastren. No te muevas por lo que sientes. Sé leal a la verdad, a tu convicción y no a tus sentimientos.

Hubo dos hermanos que un día dijeron: "Se puede volar" y todo el mundo se rió. Alrededor del año 1900 construyeron un avión y quisieron levantar vuelo. Uno de ellos lo consiguió, pero el avión se cayó y el piloto murió; el otro hermano enterró al fallecido pero no enterró su sueño y su fe; y entonces volvió a probar. Pasaron doce años y el hermano vivo mejoró su avión y voló sobre Nueva York. Por primera vez el hombre alcanzaba el cielo con una máquina.

Se puede morir todo alrededor tuyo, pero nunca entierres con tus muertos a tu fe, nunca entierres tus sueños.

2. Lo que pido, eso recibo

Es común ver a ciertas personas que no pueden ser felices porque no expresan directamente lo que quieren, lo que desean o lo que piensan.

Piden, desean, anhelan pero no son específicos. Muchos tienen inmensos deseos en su corazón, en su mente anhelan alcanzar metas, pero no pueden ni saben expresarlos. Son esas personas que cuando les preguntas qué es lo que están esperando de la vida, responden "paz, amor, felicidad, salud, dinero". Y esos deseos no son malos, pero son indefinidos, metas abstractas imposibles de evaluar.

Cuando pedimos, necesitamos ser específicos; sólo así podremos enfocarnos en las estrategias que debemos diseñar para alcanzar nuestras metas. Necesitamos establecer cuánto queremos ganar, qué auto queremos, qué tipo de relación estamos buscando. De esta forma estaremos enfocados, y de esta manera podremos poner en acción lo que antes fue un deseo en voz alta.

Cuando pidas algo, sé específico. No seas vueltero. Afirma lo que estás esperando recibir, pídelo y llama a las cosas por su nombre. Si no conoces cuáles son tus derechos, nunca vas a poder pedir bien, como conviene correctamente. A diario nos encontramos con personas que asumen una actitud errónea en el momento de pedir lo que esperan recibir. Y aquí está la respuesta, el porqué unos reciben y otros no. "Pides y no recibes porque pides mal": pides dudando y la duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y llevada de una parte a otra. ¡Pide de acuerdo a lo que estás esperando recibir!

Sin embargo, muchas personas suelen hablar y pedir de las siguientes maneras:

  • Victimizándose:
    Son las personas que en lugar de pedir: "¿Me compras un helado?", o en vez de decir:

    "Me voy a comprar un helado, porque tengo ganas de comerlo", dicen: "Horas encerrado acá, trabajando, muriéndome de calor, y nadie hace nada por mí."

    Ahora bien, si en este momento te identificas con este estilo de personas, piensa por un momento: ¿Por qué no mejor pedir las cosas por su nombre y decir: "Quiero un helado"?

    ¿Cuál es el problema de que lo hagas?

    Lo que sucede es que la mayor parte del tiempo pensarnos que no tenernos la capacidad para expresar lo que querernos o peor aún, que no nos merecernos aquello que desearnos. Y esto es falso. Todo, aún los aspectos más ínfimos, fue creado para que podamos disfrutarlo.

  • Siendo
    vuelteros
    :
    son los que no dicen las cosas directamente. Por ejemplo, en lugar de indicarle a los demás que les gustaría que los visitaran, dan miles de vueltas para hacerles ver que se sienten solos y abandonados.
  • "Enfermándose" al hablar:
    Es el típico caso de aquellas personas que se enferman cuando están atravesando un problema o una dificultad. Son las que no pueden poner en palabras sus emociones y entonces son sus cuerpos los que deben hablar por ellas. En estos casos es común que manifiesten síntomas como fiebre, dolores de cabeza o mareos, malestares estomacales, que denotarán que algo malo está sucediendo. De esta forma, quienes los rodean se verán obligados a acercárseles y preguntarles qué es lo que les pasa. Estos personajes, en vez de decir: "Me voy una semana de vacaciones porque necesito descansar" o "esta semana no hago nada porque no doy más", prefieren enfermarse para poder estar en cama y justificar un tal vez merecido descanso.
  • Hablando a través de indirectas:
    al no poder expresar lo que quieren, envían indirectas y "misiles" todo el tiempo de alguna u otra manera, pensando que alguien entenderá "a los golpes" lo que ellos no pueden poner en palabras claras y concisas. Tienes que ser consciente de que "el que pide, recibe".

"No sólo de palabras vive el hombre, pese a que en alguna ocasión tenga que comérselas."
Adlai Stevenson

Si uno no puede expresar en palabras todo lo que desea, termina "comiéndose" todos esos sentimientos. Lo malo del caso es que si nos comernos lo que transcurre dentro nuestro, nos estaremos comiendo a nosotros mismos.

"El comienzo del fin de la vida ocurre el día en el cual guardamos silencio ante las cosas que nos importan."
Martín. L. King, Jr.

Podernos hablar por emoción, sentimiento, opinión o fe.

Emoción es lo que siento ahora, sentimiento es lo que vengo sintiendo desde hace mucho tiempo. Éstos últimos muchas veces terminan siendo resentimientos, es decir, sentimientos que evolucionan con el tiempo y que, si no son expresados en palabras como debieran ser, terminan lastimando nuestro cuerpo.

Necesitamos aprender a hablar y a darle valor a cada palabra que enunciamos. Las palabras tienen poder para construir pero también para destruir; dependerá de nosotros cuáles elegiremos para comunicamos. Para crecer y estar sanos necesitarnos a aprender a transmitir nuestros sueños, metas y proyectos.

Es tiempo de bendecir nuestra vida, de emitir palabras de aliento, de sabiduría, de proyección, de poder, de fe, de vida.

Mientras estemos hablando de vida, nuestros sueños se irán cumpliendo.

"Las palabras no sólo se ven o se oyen, sino que además brillan."
Alfonso Sastre

3. Los no que te sanan

"
Un "no" pronunciado con la más profunda convicción es mejor y más grande que un "sí" enunciado sólo con el propósito de complacer o, lo que es peor, de evitar un problema
" decía Mahatma Gandhi.

Para tener más salud y más éxito necesitarnos decir más "no" a determinados hechos y a ciertos tipos de personas.

William Ury decía: "
El arte de liderar no está en decir "sí", sino en saber decir "no". Muchas veces no logramos decir "no" cuando deseamos hacerlo y sabemos que deberíamos.
"

Para superar esta situación, debemos:

  • No idealizar a nadie:
    al idealizar a la otra persona la estamos colocando en un rol superior mientras nosotros mermamos, haciéndonos de esta manera más vulnerables y quedando expuestos a que el otro pueda herirnos. Si nos conectamos con otra gente, (cualquiera sea el lugar que la persona ocupe) debe ser de igual a igual, porque ponerse "arriba de" es un acto de soberbia y "por debajo de" habilita a que los otros decidan humillarnos. Debemos recordar que todos venimos del mismo tronco y todos nos merecemos las mismas oportunidades.
  • No reaccionar mal ante las palabras de la gente:
    hay palabras que llegarán para lastimarte y provocar una reacción a ese mensaje que te transmiten. Las personas que pronuncian esas palabras se llaman, en psicología, tóxicas.

Diferentes tipos de
personas tóxicas
:

  • El ofendido:
    es el que con una palabra o conducta tuya se ofende y de esa manera manipula. Trasmite el mensaje: "Según cómo te comportes, yo estaré o no", para que los demás queden a la expectativa de sus acciones
  • El que
    tira y corre
    :
    es el que pasa, tira un misil y sigue de largo porque lo único que está buscando es tu reacción
  • El que triangula:
    es el que "lleva y trae", te sumerge en el medio de una discusión que no te corresponde para que tomes partido y salgas en defensa de alguna de las partes
  • El psicópata:
    es el que felicita y descalifica al mismo tiempo
  • El reaccionario:
    le gusta discutir, criticar y buscar que te sumes a él para hacerte perder tiempo

Un consejo: para caminar con salud, no reacciones ante las palabras de la gente. Aprende a:

  • No esperar nada de nadie:
    si ponemos las expectahvas en la gente, sólo obtendremos frustración, porque un día responderá bien y otro día mal. No existe nada más variable que las emociones humanas.
  • No compararte con nadie:
    no te compares ni permitas que te comparen porque no necesitas ser como nadie. La persona con problemas de estima vive comparándose: "tú tienes marido, hijos y yo no", "tú trabajas tanta cantidad de horas pero yo trabajo más". Todas las bendiciones tienen un nombre: debes aprender a capturarlas y disfrutar de aquellas que tienen escrito el tuyo.
  • No "fusilar" a los demás:
    no tomes como personal lo que te digan otros: "Alguien me dijo que aquel dijo que el otro habló mal de mí." Si te rechazan, no lo asumas como personal: existirán cientos de justificaciones posibles a cada accionar. Quizá, la persona que te lastimó fue lastimada, por lo cual herirá a quien sea por su propio conflicto. No te apresures.
  • No valorar el dolor:
    debemos identificarnos con la felicidad y con e1 exito, no con el dolor. No vinimos a este mundo a cargar ninguna cruz ni a pagar ningún precio, sino a cumplir con nuestro propósito y a explotar al máximo todo el potencial del que disponemos.
  • No ponerte en víctima:
    cada uno tiene el control remoto de sus emociones y pensamientos: decide qué sentir, qué pensar y qué hablar. No entregues el poder de tus sentimientos a los demás, porque si lo haces, serás un títere en sus manos; nadie podrá lastimarte a menos que le des permiso.
  • No querer cambiar a nadie:
    no gastes tus energías queriendo cambiar a tu esposo, esposa, suegros, hijos, jefes, etc., porque si la persona no quiere, no cambia. La mejor manera de que el otro cambie es no queriéndolo cambiar. Si tenemos en claro y podemos decir "no" a todo aquello que nos perjudicará, si sabemos decir "no" a todo aquello que nos hace ser ca-dependientes de los otros, estaremos listos y preparados para accionar todas aquellas oportunidades que se merecen un "sí". Cuando sabemos decir "no" estamos preparados para defender nuestros propios intereses, lo cual denotará que estamos enfocados hacia nuestros objetivos.

"
La forma como comunicamos el "no" y el hecho mismo de hacerlo, determina la calidad de nuestra vida.
"
[13]
Démosle valor a cada palabra que decimos: no digamos "sí" cuando en realidad queremos decir "no", no tengamos miedo a perder ni a dejar de ser aceptados o amados o tenidos en cuenta por saber decir un "no" certero y eficaz a tiempo. Respetemos cada "no" que digamos.

El escritor William Ury describe en su libro "El Poder de un no Positivo" los tres grandes dones de un "no positivo" :

  1. Crea lo que necesitamos:
    por cada "sí" importante es necesario decir mil veces "no"
  2. Protege lo que valoramos:
    el "no" positivo nos permite establecer, mantener y defender los límites críticos
  3. Cambia lo que ya no funciona:
    digámosle "no" a la complacencia y el estancamiento de un lugar de trabajo.
    [14]

Un primer y certero "no" muchas veces es el principio del camino que necesitamos recorrer para llegar a establecer vínculos interpersonales sanos y acuerdos exitosos.

"Decir "no" significa, ante todo, decirse "sí" a uno mismo y proteger aquello que uno valora."
William Ury

Si crees en las palabras que dices a diario y las llevas a acciones concretas, dejarás de vivir de falsas expectativas, de la gente y de las limosnas que puedan darte. Si te aferras a la palabra de fe, comenzarás a ver todos tus sueños cumplidos, harás lo que nunca hiciste y las cosas viejas serán borradas. Todo, de ahora en más, será un hecho nuevo.

Other books

Nowhere City by Alison Lurie
Mother of Demons by Maynard Sims
Black Seduction by Lorie O'Clare
Paradise Falls by Abigail Graham
Essex Boy: My Story by Kirk Norcross
Eternity The Beginning by Felicity Heaton
Moffie by Andre Carl van der Merwe
Agua Viva by Clarice Lispector