Hollywood queer (33 page)

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Authors: Leandro Palencia

BOOK: Hollywood queer
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John Fraser (1931) fue un gay más o menos abierto. Quizá su papel más recordado sea el del petulante Lord Alfred Douglas en
Los juicios de Oscar Wilde
(Ken Hughes, 1960). Aseguró que si no consiguió el papel de
Lawrence de Arabia
(David Lean, 1962) fue porque no aceptó acostarse con James Woolf. Cuenta que pasó un fin de semana en París con el bisexual Tony Richardson aunque su amor más apasionado fue con Rudolf Nureyev. Si bien breve, ya que su agente le advirtió que «si no paras inmediatamente esta locura, tu carrera desaparecerá». Dirk Bogarde logró convencerle para un
ménage a trois
con su examante Tony Forwood. Aburrido de la industria cinematográfica, desde los años sesenta vive retirado en Italia escribiendo.

HAWKS, HOWARD

Howard Winchester Hawks

30 de mayo de 1896 en Indiana (EE.UU.) — 26 de diciembre de 1977 en California (EE.UU.)

En
Sólo los ángeles tienen alas
(Howard Hawks, 1939) Jean Arthur demuestra su vena dramática y se ejemplifica lo que dice Tag Gallagher de que la homosexualidad sea la condición favorita de las películas de Hawks, dada la primacía del grupo sobre el individuo, del valor de los lazos masculinos. Los personajes masculinos se dan motes entre sí para expresar sus afectos homoeróticos, con lo que tornan su identidad en "femenino". Los apodos son una especie de bautismo para acceder al "mundo masculino". Pero dado el temor de que una mujer entre en el mundo autosuficiente de la camaradería masculina para destruirlo, las protagonistas hawksianas deben revestirse con los emblemas de la virilidad. Es decir que, como Arthur en esta película, sólo es aceptada por el grupo de hombres cuando deja de comportarse como una mujer, cuando se convierte en un no-hombre. O lo que es lo mismo, en un sujeto sin género. En Hawks, cuánta más importancia tiene una mujer más tiende a parecerse y a comportarse como un hombre. En su filmografía las mujeres corren siempre el peligro de perder su identidad.

Con este acceso tan poco convencional de las mujeres al mundo masculino se articula una forma alternativa de arreglos sociales y sexuales lejos de la idealizada familia nuclear hollywoodiana. En todo caso, en Hawks, a pesar de su homoerotismo, lo saludable son las relaciones no sexuales entre los hombres. Así, en
Luna nueva
(1940) el personaje del periodista Hildy Johnson se convierte en una mujer. O a la inversa, el personaje de Angie Dickinson en
Río Bravo
(1959) inspirará al de James Caen en
Eldorado
(1967). En
La novia era él
—1949 (con guión del gay Leonard Spigelgass)— Cary Grant debe disfrazarse de mujer para poder casarse. En
Río Rojo
(1948) Montgomery Clift y John Ireland se admiraban mutuamente las pistolas —«bonita arma (le dice Ireland al ver el revólver de Clift) ¿me permite verla? Quizá quiera ver la mía. Bonita, muy bonita. Sólo hay dos cosas más bonitas que una pistola. Un reloj suizo y una mujer hermosa. ¿Has tenido alguna vez un reloj suizo?»-. O en
Los caballeros las prefieren rubias
(1953) mientras una
travesti
Jane Russell —agresiva, insolente, independiente— canta "¿Alguien aquí quiere hacer el amor?", un gimnasio repleto de culturistas no la prestan la más mínima atención, momento presidido por pinturas griegas. Si bien es cierto que antes y después de la escena se deja claro que todos ellos eran heterosexuales. Más obvio es cuando en París el personaje del novio de Marilyn Monroe devuelve con naturalidad un beso al chófer que erróneamente consideró destinado a él. Y es que este novio es el único que se ha interesado por el cerebro (minúsculo) de la curvilínea Lorelei Lee. Se rumoreó que el coreógrafo gay Jack Cole rodó todos los números musicales de esta película. Las películas de Hawks, como tantas otras, "legitiman" el temor a lo femenino. En términos de castración desde una óptica psicoanalítica o en términos de poder desde un enfoque sociohistórico. Por eso en su cine las mujeres dejan de ser femeninas.

HAYNES, TODD

2 de enero de 1961 en Encino (EE.UU.)

Desde niño está fascinado por el cine —una de sus cintas favoritas fue
Mary Poppins
(Robert Stevenson, 1964)— y con diez años rueda su primera película. En 1985 se licencia en Arte y Semiótica por la Universidad Brown, donde comienza a sentirse atraído por el cine de vanguardia. Esta influencia marcará su posterior filmografía, de gran estilización formal y subversiva con las estructuras narrativas tradicionales que se asocia a la cultura dominante heterosexual. Ese mismo año se traslada a Nueva York y funda Apparatus Productions junto a Berry Ellsworth y Christine Vachon, una organización que apoya la producción y distribución de autores noveles. Inicia su carrera con
Assassins: A Film Con-cerning Rimbaud
(1985), un súper 8 que cuenta anacrónicamente la historia del violento
affaire
entre Rimbaud y Paul Verlaine.
Superstar: The Karen Carpenter Story
(1987) es un mediometraje protagonizado por muñecas Barbie y su compañero Ken para contar la vida de la famosa cantante de los años setenta aquejada de una anorexia nerviosa que la llevó a la tumba. Un estudio sobre la esfera pública y privada de las personas. Con ella se inician dos constantes respecto a su filmografía, a rebosar de premios en los más prestigiosos festivales, pero a la vez acompañada de polémica, en este caso la prohibición de la familia Carpenter de utilizar la música del grupo sin su autorización. Igualmente
Superstar
introduce el tema que desarrollará en la mayoría de sus posteriores producciones, el problema de la identidad, de cómo las convenciones sociales la condicionan. Su primer largometraje es
Poison
(1991), un tríptico sobre la trasgresión basado en tres obras de Jean Genet. «Genet despreciaba permanentemente el mundo, jurando desde muy joven rechazarlo igual que éste le rechazaba. Y su resolución sigue inspirándome». A su inicio hay una cita de éste: «El mundo entero está muriendo». "Homo", la última de las historias, es un claro homenaje a la intensa relación sexual entre los presos de
Un chant d'amour
(Genet, 1950).
Poison
convirtió a Haynes en una figura clave del cine y de la cultura
queer,
movimiento que trabaja al margen de las convenciones heterosexistas. Haynes, gay declarado (supo que lo era cuando iba al instituto) es miembro fundador de Gran Fury, colectivo de artistas activistas contra el sida.
Poison
fue duramente atacada por extremistas de derechas que la acusaron de «basura pornográfica» siendo definido el director como «el Fellini de la
fellatio».
Según algunos, es un intento de mostrar cómo se siente en su interior un gay en diferentes edades, un esfuerzo por expresar una perspectiva
queer
sobre la experiencia humana. Con el mediometraje para televisión "Dottie Gets Spanked" (1993) muestra cómo su personaje infantil no puede escapar al deseo. Su segunda cinta,
Safe
(1995), cuenta la historia de un ama de casa misteriosamente alérgica a lo que la rodea, al siglo XX, a causa de un extraño virus que algunos interpretaron como una metáfora del VIH y una crítica a aquéllos que intentaban definir la identidad mediante la enfermedad.
Velvet Goldmine
(1998) toma la estructura narrativa de
Ciudadano Kane
(Orson Welles, 1941) para retratar la ascensión y caída de una estrella del
rock Glam.
Se inspira en la relación homoerótica entre David Bowie e Iggy Pop. Bowie fue la primera gran estrella del rock que admitió públicamente ser gay en 1972 y luego bisexual en 1976, si bien a finales de los años ochenta reconoció que se había tratado de una mera estrategia publicitaria y que él siempre fue heterosexual. A pesar de todo, la teatralidad de la apariencia
drag queen
de Bowie dio visibilidad a lo gay en una época represiva.
Velvet Goldmine
es una reflexión sobre la evolución de la juventud. En ella se muestra como una cultura gay utiliza las extravagantes manifestaciones del movimiento
glam
para desafiar y liberarse de las regulaciones sociales y borrar los límites entre lo masculino y lo femenino, lo homosexual o lo heterosexual. Y así celebrar la androginia y la ambigüedad sexual. Es decir, cómo en los años setenta cristalizó la subcultura gay moderna en forma de moda comercial. En la película se evoca a Oscar Wilde como el inicial ídolo pop («Da igual lo que uno haga en la vida. Lo importante es crearse una leyenda».) amén de padre del
camp
(«El estilo siempre acaba ganando» o «Un hombre es su imagen») y descendiente de una estirpe extraña al mundo cotidiano («Ser gay no es un camino de rosas»). Hecho que como declaró Haynes se sitúa «en una larga tradición de la(s) lectura(s) del mundo».
Velvet Goldmine
como
Mi Idaho privado
(Gus van Sant) finaliza con el fondo de los créditos cambiando de color (¿la bandera del arcoiris?). En 2002 llega
Lejos del cielo,
un homenaje deconstruido de los melodramas de Douglas Sirk en el que sí se da cabida a la homosexualidad y al racismo que los años cincuenta no permitieron explorar. Dennis Quaid encarna a un marido atormentado por su homosexualidad («Estoy seguro de que esto es una enfermedad porque me hace sentir despreciable»). El éxito de esta película
queer
(nominada a cuatro Oscars) desconcertó a Haynes. Su último proyecto es una biografía autorizada de Bob Dylan (
I'm Not There: Suppositions on a Film Concerning Dylan,
2007), donde el cantante es interpretado por siete actores, uno de ellos, mujer. Haynes ha sido el guionista de todas sus películas y se siente frustrado porque la gente defina el cine gay por su contenido, ya que lo heterosexual es una estructura —patriarcal— además de un contenido. El cine gay también debería poseer una específica estructura pero, ¿cuál? En su búsqueda Haynes yuxtapone realidades dialécticas que reestructuren las relaciones espacio-temporales para que emerja un nuevo espacio y tiempo que exista al margen de la forma y en oposición a la cultura patriarcal. Una confrontación política y sexual entre presente y pasado. Para Haynes «el cine no es un vehículo para la expresión profunda del alma del director sino un acto de interpretación de las formas y lenguajes que conocemos». Él quiere seguir el camino de Luis Buñuel.

HEPBURN, KATHARINE

Katharine Houghton Hepburn

12 de mayo de 1907 en Hartford (EE.UU.) — 29 de junio de 2003 en Old Saybrook (EE.UU.)

Conocida como "La otra" o "La eterna soltera" aunque estuvo casada entre 1928 y 1934. Parece que su altamente publicitada relación de casi treinta años con Spencer Tracy —juntos rodaron nueve películas— nunca fue de carácter sexual, sino una especie de fachada para cubrir sus respectivas inclinaciones homosexuales. Es más, los considerados homosexuales armarizados tipo Howard Hughes o John Ford —de quienes fue novia— la provocaban un instinto maternal. Y eso que tenía fama de ser intolerante con los gays, considerando sus «prácticas tan ridiculas». En el caso de Hepburn la nómina de amoríos lésbicos es amplia, en el de Tracy sólo se alega un intercambio sexual con un gasolinero, aunque, ¿no estaba el personaje de Tracy enamorado del de Clark Gable en
Piloto de pruebas?
(Victor Fleming, 1938) ¿Tracy se volvió alcohólico por no aceptar su homosexualidad? Parece que cuando Hepburn y Tracy se citaban en la famosa casita trasera de la vivienda de George Cukor sólo era porque Tracy disfrutaba con los chismes que ella le contaba. O al menos eso cuenta William J. Mann en "Kate, el lado oscuro de Kate Hepburn" (2007). Según él, Hepburn con diez años se inventó un alter ego, Jimmy, con el que quiso agradar a su padre. Ya que ella siempre quiso parecerse a su progenitor. También durante décadas aseguró que su fecha de cumpleaños era el ocho de noviembre, cuando en realidad ésta correspondía a la de su hermano Tom, quien se había suicidado quizá por ser gay. Hepburn se consideraba a sí misma un chico, un hombre atrapado en un cuerpo de mujer. Durante su adolescencia no paraba de hacer deporte y disfrutaba poniéndose pantalones y mocasines. Hepburn siempre repitió que vivía como un hombre y llegó a declarar que buscaba «una unión entre los géneros». De acuerdo a Darwin Porter —en "Katharine the Great: A Lifetime of Secrets Revealed (1907-1950)" (2004)— sus conquistas femeninas incluyen a Claudette Colbert, Greta Garbo, Judy Holliday, Judy Garland, Irene Selznick (hija de Louis B. Mayer y esposa de David O. Selznick, parece que ambas disfrutaban allanando casas de Hollywood y una vez fueron pilladas por Ramón Novarro) y quizá Eleanor Roosevelt, la esposa del presidente Franklin, al menos hay constancia de sus cartas de amor. También su lista de amantes masculinos es amplia: Ernest Hemingway, George Stevens, John Barrymore, Douglas Fairbanks Jr., Robert Ryan, Robert Mitchum, Burt Lancaster, Paul Henreid, etc. Tanto Mann como Porter coinciden en que el gran amor de su vida fue la heredera de
American Express,
Laura Harding, a quien sus amigos se referían como el «marido de Katie». Una relación que se mantuvo de 1928 hasta la muerte de Harding en 1994. Tras el matrimonio de Hepburn con Ludlow Ogden Smith, ésta se fue a Hollywood para vivir apaciblemente en las colinas con Harding. Pero también tuvo otra pasión durante cuarenta años, Phyllis Wilbourn, su asistente personal, llegando a declarar que «Phyllis y yo somos un solo cuerpo, una sola persona». En Hollywood consideraban a Hepburn como la desafiante actriz no femenina que rehusaba vestir
glamourosa
o aparecer maquillada. Que se negaba y se rebelaba contra los papeles tradicionales de mujer, interpretando personajes decididos, impetuosos, apasionados, orgullosos, valientes, enérgicos, voluntariosos, solitarios, francos, etc. Junto a los personajes de Greta Garbo y Marlene Dietrich los suyos eran muy atractivos para las lesbianas al proyectar mujeres positivas seguras de sí mismas. No obstante, en sus películas, su lesbianismo virtual nunca acaba de manifestarse. En una época en la que se resaltaba la feminidad, Hepburn impuso su androginia. Cukor encontraba en ella un alter ego idealizado, una mujer que ejemplificaba todo lo que él creía tener y quería ser.
Doble sacrificio
(1932) se basada en la obra de la escritora británica Clemente Dane, una pionera en la representación del lesbianismo en contextos cotidianos. En
Cuatro hermanitas
(1933) interpreta a Jo, casi un muchacho. Y que decir de la ambigua
La gran aventura de Silvia
(1936), estrepitoso fracaso que la obligó a una travesía por el desierto —fue definida como "veneno para la taquilla"— de la que no salió hasta
Historias de Filadelfia
(1940). Con esta última cimentó sus papeles de heroínas modernas. El éxito ya no la abandonaría. En los años cincuenta se especializó en personajes de solterona a las que llega tarde el amor, como en
La reina de África
(John Huston, 1952) o
Locuras de verano
(David Lean, 1955). En 1972 debuta en la televisión haciendo de la madre en la obra de Tennessee Williams "El zoo de cristal". En 1996 se retira a Connecticut donde vivió tranquilamente hasta su muerte de causas naturales. Antes había recibido cuatro Oscar y doce nominaciones a los mismos, récord sólo superado por Meryl Streep.

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