La Magia se divide en dos categorías, ritual o ceremonial, y no ritual o manipulaora. La magia ritual consiste en la realización de una ceremonia formal, que generalmente se lleva a cabo en una zona que se ha dispuesto para tal fin y en un momento específico. Su propósito principal es aislar y concentrar la energía adrenal (que de otra forma estaría disipada), y la energía emocional inducida en la persona, y convertirla en una fuerza transmitible dinámicamente. Es más un acto emocional que intelectual. Cualquier otra actividad intelectual debe llevarse a cabo antes de la ceremonia, no durante ella. Este tipo de magia es más conocida como «Magia Mayor».
La Magia No-Ritual, o magia manipuladora, a veces llamada «Magia Menor» consiste en las mañas y artimañas en situaciones diversas, que cuando se utilizan, pueden crear «cambios, de acuerdo a la propia voluntad». En tiempos antiguos, esto se le conocía como «glamour», «fascinación» o «mal de ojo».
La mayoría de las víctimas de los juicios contra brujas no eran brujas. La mayoría eran mujeres excéntricas, generalmente viejas, que o bien estaba seniles, o no se conformaban con los estándares de la sociedad. Otras eran mujeres excepcionalmente atractivas que eran solicitadas por personas en cargos de autoridad, y que no les correspondían, o daban sus favores a quienes no debían. Las brujas de verdad rara vez eran ejecutadas, o llevadas a juicio, ya que eran eficientes en el arte del encantamiento, y podían hechizar a los hombres y así salvar sus propias vidas.
La mayoría de las brujas de verdad dormían con los inquisidores. Este es el origen de la palabra «glamour» El significado antiguo de «glamour» es brujería. El poder más importante de una bruja es su capacidad de utilizar su glamour. La palabra «fascinación» tiene un significado oculto.
Fascinación era el término utilizado para el «mal de ojo». Ya que hechizar con la mirada, es decir, fascinar, era echarle el «mal de ojo». Por esto, si una mujer tenía la capacidad de fascinar a un hombre, se le tenía por bruja.
El aprender a utilizar la APARIENCIA es una parte integral del entrenamiento de una bruja o brujo. Para manipular a una persona, debes ser capaz de atraerla y mantener su atención. Los tres métodos por los cuales se puede emplear la APARIENCIA son la utilización del sexo, el sentimiento o el asombro o perplejidad, o cualquier combinación entre los tres. Una bruja debe, honestamente, decidir en cuál categoría encaja. La primera categoría, la de sexo, es más que evidente. Si una mujer es atractiva, o sexualmente deseable, debe hacer todo lo que esté a su alcance para hacerse lo más tentadora posible, utilizando el sexo como su arma más efectiva. Una vez ha llamado la atención masculina, utilizando su atractivo sexual, es libre de manipularlo a su antojo.
La segunda categoría es el sentimiento. Las mujeres mayores suelen ir en esta categoría. Por ejemplo, la «dulce anciana» que es nuestra vecina, y que a muchas personas podrá parecerles excéntrica, puede utilizar y aprovechar ciertas ventajas que le confiere su situación. La tercera categoría es la del asombro o perplejidad. En esta categoría iría la mujer que es de apariencia extraña y sin embargo espectacular.
Haciendo que su apariencia trabaje a su favor, puede manipular a las personas por el solo hecho de su presencia intimidante, ya que puede llegar a temer las consecuencias si no hacen lo que ella les pide.
Muchas mujeres encajan en más de una de las categorías anteriores. Por ejemplo, la chica de apariencia frágil e inocente, pero que a la vez es muy sexy, combina sexo con sentimiento. O la «femme fatale» que combina su atractivo sexual con una apariencia «siniestra» combina sexo y asombro. Al evaluar cada categoría, una buena bruja sabrá en que categoría va, y utilizará sus atributos de manera apropiada.
Para ser un brujo de éxito, un hombre debe saber ubicarse en la categoría adecuada. Un hombre apuesto o sexualmente atractivo encajaría, naturalmente, en la primera categoría —«sexo». La segunda, o de «sentimiento» se ajusta más al hombre mayor que tiene una apariencia élfica, o de hechicero.
El tierno abuelito también cabe en esta categoría. (¡los llamados «viejos verdes» están incluidos aquí!). El tercer tipo con apariencia 'diabólica' o 'siniestra'. Cada uno de estos hombres sabrá como dominar su atractivo y su apariencia para conseguir los fines que se propone.
La imaginería visual que se utiliza para la reacción emocional es ciertamente la parte más importante de la magia menor. Cualquiera que sea lo suficientemente tonto como para decir que «la apariencia no lo es todo» o que «la pinta no lo es todo» está más que engañado. La buena apariencia puede que no sea necesaria, pero la «apariencia» ¡sí que lo es!
El olor es otro factor manipulador en la magia menor. Recuerden: ¡los animales desconfían o rechazan cualquier cosa que no huela! Y aunque, como animales humanos que somos, neguemos de manera consciente nuestros juicios basados en este sentido, somos motivados de manera instantánea por nuestro sentido del olfato tal como cualquier otro animal que camine en cuatro patas. Si eres hombre, y deseas encantar a una mujer, deja que las secreciones naturales de tu cuerpo permeen el ambiente inmediatamente próximo a ti, y actúa de manera animalmente contraria a los standards de amabilidad y cortesía social que cargas a tus espaldas. Si tú, como mujer, deseas 'embrujar' a un hombre, no temas 'ofenderle' debido a que los aceites y fragancias naturales de tu carne no se hayan disipado, o que ese pequeño lugar entre tus muslos no está seco y estéril.
Esos olores naturales son los estimulantes sexuales con los que la naturaleza, en su mágica sabiduría, nos ha dotado.
Las sensaciones y sentimientos estimulantes son esos olores que apelan a nuestros recuerdos y nuestra nostalgia. El conquistar a un hombre, por su estómago, ¡comienza por el arte de saber cocinar! Una bruja que utilice el «sentimiento» apelará a este recurso, ¡y encontrará que es el más útil de todos sus 'encantos'! No es tan risible el tener en cuenta la técnica del hombre que deseaba conquistar a una mujer que había sido alejada del lugar donde disfrutó de la alegría de la infancia, que resultó siendo una aldea de pescadores. El hombre, conocedor del arte de la magia menor, guardó durante poco tiempo un pescado en un bolsillo de sus pantalones, para después probar los frutos de la victoria, que la ternura suele otorgar.
HAY tres tipos de ceremonias incorporados en la práctica de la Magia Satánica: Cada uno corresponde a una emoción humana básica. Al primero de éstos lo llamaremos ritual de sexo.
Un ritual de sexo es lo que se conoce comúnmente como 'hechizo de amor'. El propósito al realizar tal ritual es el de crear un deseo de parte de la persona a quien deseas, o invocar un compañero sexual para satisfacer tus deseos. Si no tienes en mente una persona específica o un tipo de persona como para causar un estímulo sexual lo suficientemente intenso de manera que culmine con un orgasmo, no tendrás éxito en tu ritual. La razón para esto es que si, por accidente, el ritual tiene éxito, ¿de qué ha de servirte si, debido a la falta de estímulo o deseo, no puedes tomar ventaja de dicha oportunidad? Por los motivos anteriores, es muy fácil confundir un encantamiento, con lanzar un conjuro para satisfacer tus deseos sexuales.
El encantar para auto-engrandecerse, cuando va acompañado de magia ceremonial, puede ir tanto en la categoría de ritual de compasión, como en la de destrucción, o posiblemente ambas. Si quieres o necesitas algo hasta el punto de sentir tristeza o angustia sin ello, y puede obtenerse mediante el uso del glamour y el encanto, sin hacerle daño a alguien más, entonces puede incorporarse a un ritual de compasión para incrementar tu poder. Si deseas encantar tenderle una trampa a una víctima propicia, para tus propios propósitos, lo adecuado es un ritual de destrucción. Estas fórmulas han de tenerse en cuenta, ya que el aplicar el tipo de ritual equivocado a un resultado deseado, puede llevarte a problemas muy complicados.
Un buen ejemplo de esto es la chica que se ve asediada por un pretendiente demasiado insistente. Si ha hecho bien poco para alentarlo, lo que puede hacer es reconocerlo como el vampiro psíquico que es, y dejarle seguir interpretando su papel masoquista. Sin embargo, si ella lo ha encantado frívolamente, alentándole de todas las formas posibles, y se da cuenta que, muy a su pesar, se ve como su objeto de deseo sexual, no puede culpar a nadie más excepto a ella misma. Tales ejercicios sirven para levantar el ego, nacidos de una formación que niega el yo, que hace de estos 'embrujos' algo necesario. El Satanista tiene la fuerza suficiente para utilizar los encantamientos para su propia gratificación sexual, o para ganar poder o éxito de naturaleza específica.
El segundo tipo de ritual es de naturaleza compasiva. El ritual de compasión, o 'sentimental', se realiza con el propósito de ayudar a otros, o de ayudarse a uno mismo. Salud, felicidad en el hogar, negocios, éxito material y destreza en los estudios, son unos cuantos ejemplos de las situaciones que puede abarcar un ritual de compasión. Puede decirse que esta forma de ceremonia podría clasificarse como caridad genuina, teniendo en mente que «la caridad comienza en casa».
La tercera fuerza motivacional es la de destrucción. Esta es una ceremonia utilizada para exteriorizar rabia, molestia, desdén, desprecio, o bien odio puro. También es conocido como hechizo, maldición, o agente destructor.
Una de las falacias más grandes sobre la práctica de la magia ritual, es la noción de que uno debe creer en los poderes de la magia para poder ser herido o destruido por ellos. Nada podría estar mas lejos de la verdad, ya que las víctimas más receptivas siempre han sido los que más se mofan de ella. La razón es terriblemente sencilla. Un miembro de una tribu, no civilizado, es el primero en acudir al médico brujo o chamán más cercano cuando siente que va a ser atacado por un enemigo. La amenaza y la presencia del daño es consciente en él, y la creencia en el poder de la maldición es tan fuerte que tomará cualquier precaución contra ella. De esta manera, por medio de la aplicación de magia simpática, contrarrestará cualquier hechizo que se le atraviese. El hombre cuida sus pasos, y no corre ningún riesgo.
Por otra parte, es el hombre «emancipado» o «ilustrado» para quien no hay lugar en su vida para tales «supersticiones», relegando a su inconsciente el miedo a la maldición, nutriéndola de manera que se convierta en una fuerza fenomenalmente destructiva que se multiplicará con cada desgracia que tenga el sujeto. Obviamente, está de mas decir que con cada retroceso o paso en falso que tenga, el no-creyente negará automáticamente cualquier relación con el conjuro, especialmente a sí mismo. Esta negación enfática consciente del potencial del conjuro es el mismo ingrediente que posibilitará su éxito, haciendo que el sujeto sea cada vez más proclive a tener accidentes. Muchas veces, la victima negará que su destino tenga cualquier influencia mágica, aún en el momento de expirar, —aunque el mago se halle completamente satisfecho, siempre y cuando obtenga el resultado deseado. Debe tenerse en cuenta que no importa si alguien le da o no importancia a tu «trabajo», siempre y cuando los resultados estén acordes con tu voluntad. Siempre existirá el super-lógico que explicará la conexión que hay entre la magia ritual y el resultado final como una 'coincidencia'.
Tanto si la magia se practica con propósitos constructivos o destructivos, el éxito de la operación depende de la receptividad de la persona que va a recibir la bendición o maldición, cualquiera que sea el caso. En el caso de un ritual de sexo o de compasión, resulta de gran ayuda si el recipiente tiene fe y cree en la magia, pero la victima de un hechizo o maldición es mucho más proclive a ser destruido ¡si NO cree en ella! Mientras el hombre conozca el significado del miedo, necesitará de medios y formas para defenderse. Nadie lo sabe todo, y mientras exista la capacidad de asombro, habrá fuerzas potencialmente peligrosas. Es éste miedo a lo desconocido, y la fascinación por lo desconocido, el que impulsa al hombre de lógica a elaborar sus explicaciones.
Obviamente, el hombre de ciencia está motivado a descubrir con sus propios sentidos y su capacidad de asombro. Y sin embargo, qué triste que éste hombre que se considera a sí mismo 'de lógica' suele ser el último en reconocer la esencia de la magia ritual. Si la fe y el fervor religiosos pueden hacer que aparezcan heridas sangrantes en el cuerpo, a semejanza de las que se supone fueron inflingidas a Cristo, se les llama «estigmas». Estas heridas aparecen como resultado de la compasión llevada a un extremo emocionalmente violento. ¿Por qué, entonces, hay dudas sobre los extremos destructivos que pueden lograr el miedo y el terror? Los llamados 'demonios' tienen el poder de destruir, y hacer daño en la piel, teóricamente, tanto como un puñado de clavos, desde hace tiempo oxidados, pueden crear un extático derrame de sangre en una persona que está convencida de que está clavada a la cruz del Calvario.
Por ende, nunca intentes convencer al escéptico sobre quién planeas lanzar una maldición. Deja que se burle. El enseñarle, disminuiría tus posibilidades de éxito. Escucha con complacencia mientras se ríe de tu magia, sabiendo que sus días están llenos de amargura. Si es lo suficientemente despreciable, ¡por Satán que hasta puede morirse —riéndose aún!
UNAS PALABRAS DE ADVERTENCIA A QUIENES PRACTICASEN ESTAS ARTES
Respecto al Ritual de Deseo | Aprovéchate lo más que puedas de los hechizos y conjuros que den resultado; si eres un hombre, inserta en ella tu miembro erecto con deleite lascivo; si eres una mujer, abre tus piernas con ardiente anticipación |
Respecto al Ritual de Compasión | Asegúrate que no te arrepentirás de la ayuda que vas a brindarle a otros, si el beneficio que han de recibir pone un obstáculo en tu camino. Sé agradecido con las cosas que te llegan como producto de la magia |
Respecto al Ritual de Destrucción | Asegúrate que NO te importa si tu víctima sigue viviendo, o muere, antes de lanzar la maldición, y una vez hayas causado su destrucción, alégrate, en lugar de sentir remordimiento alguno |
OBSERVA ESTAS REGLAS —DE LO CONTRARIO, LO QUE DESEAS TERMINARÁ DAÑÁNDOTE, EN LUGAR DE AYUDARTE