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Authors: Lee Correy

Tags: #Ciencia ficción

La morada de la Vida (12 page)

BOOK: La morada de la Vida
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Hasta donde había tenido tiempo en la academia de la Flota Estelar, había visto múltiples aspectos de la xenosociología y la diplomacia, llegando incluso hasta el punto de enfrentarse con simulaciones de incidentes hipotéticos.

Kirk pensó que en este aspecto deberían operarse algunos cambios en el programa de estudios de la academia. Sabía que en aquel momento estaba enfrentándose literalmente con el equivalente mercaniano de la Santa Inquisición… y había pasado mucho tiempo desde que los seres humanos de la Tierra se habían visto sometidos a semejante prueba. Según recordaba, habían hecho falta 346 años para que los líderes religiosos de la Tierra perdonaran y absolvieran a Galileo. Kirk abrigaba la esperanza de que no hiciera falta tanto tiempo en Mercan.

Kirk comenzó con la siguiente pregunta:

—Sus leyendas del principio dicen que Mercaniad y la Morada provienen de la Cinta de la Noche, a veces llamada la Espiral de Vida, ¿es correcto?

Pallar asintió con la cabeza.

—Nuestros remotos ancestros llegaron de la Cinta de la Noche cuando la Morada ya estaba completamente equipada para servir como Morada de la Vida del universo… y nuestro deber ha sido desde entonces cuidar de la Morada de la Vida como único lugar en el que existe la vida dentro del universo…

—¿Pero todo comenzó en la Cinta de la Noche? —insistió Kirk.

—Incuestionablemente —intervino Tombah—. Hemos realizado un estudio de las antiguas leyendas mediante los registros que aún obran en nuestra sacra posesión. No hay duda alguna del hecho de que Mercaniad y la Morada, con todo lo que hoy puede verse en la Morada, llegaron alguna vez de la Cinta de la Noche.

—Y, guardián Tombah, dado que usted es un reconocido experto en la materia, ¿cómo se formaron Mercaniad y la Morada en la Cinta? —insistió Kirk, intentando el sistema de formular preguntas de una manera que las respuestas de los guardianes los condujeran eventualmente a las conclusiones que él deseaba, un viejo truco de debate que había aprendido por el camino duro del teniente comandante John Woods, uno de los más irascibles y brillantes profesores de la academia, hacía muchos años.

—Mediante la reunión de las rocas brillantes de materia vitaliar de que está compuesta la Cinta —respondió el guardián sin hacer pausa alguna—. Una gran parte de la Morada está hecha de ese material vitaliar. El mismo fenómeno que hace brillar al vitaliar en la oscuridad, proporcionó la energía necesaria para unir los bloques básicos de la vida, las moléculas espirales que contienen el código genético…

—¿Han sido capaces de duplicar el proceso? —quiso saber Kirk.

—Por supuesto que no. Estamos aquí para asegurar que la vida continúe existiendo, no para intentar duplicarla de otra forma que no sea el proceso natural —le espetó Tombah a modo de respuesta.

—La técnica puede hacerlo —intervino Orun—. No es ningún secreto que ya somos capaces de reproducir la molécula espiral a partir de las substancias químicas básicas. Sin embargo, no podemos unir dichas moléculas para producir un organismo vivo tan simple como un gusano de tierra.

—¡Pues eso es una tremenda violación del Código de la Morada!

Era la primera vez que hablaba la mujer llamada Aldys, y lo hizo con una gran indignación.

—Estamos creando vida, no destruyéndola —señaló Orun.

Pallar alzó ambas manos.

—Distinguidos colegas y huéspedes. Nosotros, los guardianes, hemos venido aquí hoy para formular preguntas y obtener respuestas. En lugar de eso, hemos estado respondiendo preguntas. Y hemos estado diciéndoles a estas gentes de la Técnica cosas que todos los mercanianos saben desde los años de aprendizaje. James Kirk, es usted inteligente y listo. Pero seremos nosotros quienes formularemos las preguntas.

—Honorable guardián —replicó Kirk—, nos ha dado usted permiso para contarles nuestra historia sobre el lugar del que procedemos. Yo no he estipulado cómo contaríamos dicha historia. He escogido hacerlo mediante una antigua técnica conocida por nosotros como el método socrático. Cuando acabe, sabrán ustedes de dónde hemos venido y por qué. ¿Puedo continuar?

—Habla usted de métodos de los que nosotros nada sabemos —replicó Aldys.

—En ese caso, quizá puedan ustedes aprender de nosotros tanto como nosotros estamos aprendiendo de ustedes, lo que podría llevar a una más estrecha amistad a causa de la información compartida —dijo Kirk, con tono suave—. No me cabe duda de que los guardianes no dejan de aprender cosas nuevas una vez que han alcanzado la condición de guardianes.

—Prosiga, James Kirk. Tanto si su historia es verdad como si no, debo manifestar mi fascinación por sus procesos de pensamiento lógico —admitió Pallar.

—Ojalá Spock hubiera oído eso —masculló McCoy para sí.

—Muy bien, guardianes del Código de la Morada, nosotros cuatro tenemos un aspecto diferente y hablamos de forma diferente porque provenimos del mismo lugar del que provienen ustedes: la Cinta de la Noche, la que verdaderamente es la Espiral de Vida porque contiene billones de estrellas como Mercaniad y lugares como la Morada. —Kirk alzó ambas manos para contener la explosión de comentarios emocionales que comenzaba a manar de las bocas de los guardianes ante aquella afirmación—. Esta información no invalida el Código de la Morada. Mercan es realmente el único lugar en el que existe la vida en esta zona del universo. Sin embargo, la vida existe en otros lugares de la Cinta de la Noche, de la que llegaron los ancestros de ustedes. Una parte de esa vida es similar a ustedes… como pueden ver. Todos nosotros procedemos de una morada que se llama Tierra o Sol III. Hay varios cientos más de nosotros que juntos hemos llegado accidentalmente a la Morada, desde la Cinta de la Noche, de la misma forma que Mercaniad y Mercan fueron transportados hasta aquí. Nuestro mundo viajero, que hemos construido nosotros mismos, está ahora en el cielo, y podremos hacerlo visible para ustedes esta misma noche, cuando pase por encima de nuestras cabezas. Estamos dispuestos a demostrarles, guardianes, la verdad de todas y cada una de la palabras que acabo de pronunciar. El doctor Leonard McCoy está dispuesto a trabajar con los guardianes médicos y especialistas en salud con el fin de demostrarles que somos similares a ustedes y aún así diferentes…

—¡Esto es un tremendo disparate! —gruñó Johon—. Guardián Pallar, ¿tenemos que escuchar unas tan obvias invenciones de tal inverosimilitud que desafían abiertamente al Código de la Morada y a todas nuestras leyendas y verdades sobre el comienzo?

—No existe nada incompatible entre las creencias de ustedes y lo que yo acabo de contarles —intervino prestamente Kirk—. Es quizá una extensión de sus creencias, una información adicional, si lo prefiere. Pero no tenemos ninguna intención de minar la autoridad que ustedes, detentan en la Morada ni destruir su herencia cultural porque eso es contrario a nuestro código básico de comportamiento.

—Las manipulaciones de sus cuerpos y mentes por parte de la Técnica los ha vuelto a todos bastante locos, guardián Pallar —intervino Noal—. Yo diría que es bastante correcto el que los retengamos como animales y llevemos a cabo una minuciosa investigación biológica con el fin de valorar los últimos avances de la Técnica. Dado que son cuatro, eso nos proporciona suficientes ejemplares como para realizar autopsias en uno o dos de ellos al tiempo que dejamos otros con vida para las pruebas psicológicas…

—¡Por encima de mi cadáver! —gruñó Scotty.

—Cállese, Scotty. Es precisamente así como podría ocurrir —le dijo quedamente Kirk.

—Esto se nos está yendo un poco de las manos, capitán. Es hora de que les demostremos qué somos capaces de hacer.

—No, Scotty; no harían más que considerarlo otro avance de la Técnica del que no tenían noticia —observó McCoy.

—No se preocupen; no van a utilizarnos como conejillos de indias —prometió Kirk. Pero sabía que tendría que pensar rápidamente para hallar el camino de salida de aquel apuro. Si no podía trabajar con los guardianes como líderes político–sociales de aquel planeta, tendría que hacerlo con la desconocida Técnica, cuyo único contacto con ellos era, de momento, su compañero de cautiverio, Orun.

¿Pero por qué no se había presentado la gente de la Técnica para rescatar a Orun?

Pallar estaba todavía considerando la observación del guardián Noal.

—Para eso haría falta un cónclave pleno de los guardianes. El permiso para hacerle algo semejante a una forma de vida que se parece tanto a nosotros sería una cosa de la máxima delicadeza y requeriría considerables discusiones. No puedo ordenar lo que acabas de sugerir, guardián Noal.

—En ese caso solicito que sean enviados mensajeros para convocar al grupo de los guardianes —replicó Noal.

La mujer guardiana Parna alzó ambas manos y habló por primera vez en mucho rato.

—Guardián uno, será difícil obrar de acuerdo con la solicitud del guardián Noal. Las observaciones de Mercaniad indican que una gran Prueba tendrá lugar antes de que consigamos celebrar la reunión. Nuestros esfuerzos tendrán que ser desviados hacia la protección de la vida frente a la Prueba. Tendremos que comenzar a trasladar a la gente a las Reservas antes de que Mercaniad se hunda en el horizonte de Celerbitan, mañana.

—El deber ante todo —suspiró Pallar.

—Por lo tanto yo sugiero que estos productos de la Técnica sean retenidos en la Reserva de los guardianes hasta que haya concluido la Prueba. Entonces podremos proceder al cónclave y los estudios subsiguientes —sugirió el guardián Jona.

—Tengo una idea mejor —intervino el guardián Noal—. Como guardián especialista en salud y medicina, yo os sugiero que estos productos podrían estar diseñados por la Técnica para resistir la Prueba. Creo que deberíamos dejar a dos de ellos en la superficie y averiguar si eso es verdad, y llevarnos a los otros dos a la Reserva para estudios posteriores. Si dos de ellos sobreviven en la superficie, tendremos a los cuatro para trabajar. Si no, aún tendremos a dos que habrán sido protegidos dentro de nuestra Reserva.

Kirk tuvo la sensación de que era el momento de hacerse valer como mercaniano si aquélla era la forma en que iban a tratarlo los guardianes.

—Guardián Noal —gruñó Kirk, mientras movía lenta y deliberadamente la mano hacia la culata de la pistola que pendía del tahalí a su derecha—. Los cuatro nos sentimos ofendidos por el hecho de que se nos defina como animales. Exigimos una disculpa o satisfacción inmediata. ¡Los cuatro la exigimos!

Con satisfacción, advirtió que Scotty había captado la insinuación y desplazado la mano hacia el arma, seguido por Janice Rand y Bones McCoy.

Pallar se apresuró a interponerse entre Kirk y Noal.

—¡Guardián Noal! ¡Te abstendrás de semejantes comentarios! Incluso en el caso de que estos cuatro sean construcciones de la Técnica, continúan siendo mercanianos y se están comportando de acuerdo con el Código de la Morada… independientemente de sus creencias. Son demasiado valiosos como para permitirles que se enfrenten en duelo contigo o cualquier otro. Si tú prevalecieras sobre cualquiera de ellos, me vería obligado a declarar que habías destruido a un valioso individuo y que tú habías provocado el enfrentamiento. ¡Dejen las armas, todos!

—No comprendo tu clasificación de ellos como valiosos, guardián uno —dijo Noal, apartando la mano de la pistola.

Al rostro de Pallar afloró una expresión astuta.

—Consideradlo desde el siguiente punto de vista, compañeros guardianes: son gentes de la Técnica. Como guardianes, tenemos el derecho ancestral de negar el acceso a las Reservas durante la Prueba. Por lo tanto, les negaremos a ellos ese derecho… y también se lo negaremos a Orun. Las consecuencias sin duda se decantarán en nuestro favor…

—Por supuesto —se animó el guardián Johon—. Si lo hacemos saber… y ésta será la primera vez en muchas Pruebas que se le niega a alguna persona la seguridad de las Reservas… es seguro que la Técnica intentará rescatarlos.

—En cuyo caso podremos asegurarnos de disponer de más gentes de la Técnica para interrogarlos, quizá de algunos de los cuales ni siquiera tenemos conocimiento en este momento —agregó el guardián Jona.

—Y si no son rescatados por la Técnica, averiguaremos si estas creaciones suyas pueden o no resistir la Prueba fuera de las Reservas —dijo el guardián Noal, levantando la cabeza a modo de aprobación—. No obstante, ¿se me permite sugerir que les neguemos el acceso a las Reservas a sólo dos de ellos, guardián uno? Si no sobreviven, todavía tendremos a dos de ellos.

—¿Y a quién sugieres tú que debe negársele el acceso? —preguntó Pallar.

—A James Kirk, que ha expresado esas declaraciones herejes, y al obvio miembro técnico del grupo, el ingeniero Montgomery Scott —recomendó Tombah.

—Muy bien —dijo Pallar a modo de conclusión, y se irguió en toda su imponente estatura—. Es la decisión de los líderes del uno al siete, que a James Kirk, Montgomery Scott y Orun ar Partan se les niegue la protección de las Reservas durante la Prueba que se avecina a causa de su negativa a aceptar plenamente los dogmas del Código de la Morada, y por sus creencias en las herejías de la Técnica. ¡Que así sea! —Tendió ambas manos ante los cinco prisioneros literales, amanerado como era habitual dentro de la tradición mercaniana, y agregó—: Ahora, debemos despedirnos. El procurador Lenos y su patrulla vendrán a buscar a McCoy y Rand poco después de que Mercaniad se alce en el cielo mañana.

Inmediatamente después de que se marchara el grupo de guardianes, Kirk sacó su comunicador y lo abrió.


Enterprise
, aquí Kirk. Póngame al habla con el señor Spock.

—Aquí Spock, capitán.

—Las cosas no marchan tan bien como nosotros esperábamos, señor Spock.

—¿De veras? Parece que la estrella del sistema está preparándose para incrementar de manera drástica su constante estelar.

—Ahá. ¿Así que lo ha averiguado por usted mismo?

—Por supuesto, capitán. El control normal del viento estelar, el pulso gravitacional, el flujo de neutrinos y la densidad de los folículos son mediciones arquetípicas de la inestabilidad estelar. Esos datos sumados a otros factores me permiten estimar que la probabilidad de que una estrella entre en una fase de inestabilidad es casi absoluta.

—¿Dispone de alguna estimación de la posible intensidad del incremento, Spock?

—Negativo, señor. Parece que el incremento de la emisión de infrarrojos, luz visible y longitud de onda de ultravioletas, será moderado. No estoy seguro del incremento de las radiaciones gamma. Sin embargo, algunos de los datos son insólitos porque no he podido correlacionarlos con ninguna radiación emitida normalmente por una estrella de clase G.

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