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Authors: Lauren Weisberger

Tags: #Chic-lit

La última noche en Los Ángeles (53 page)

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Él le acercó la cara y la besó.

—¿Me harás el honor de ponértelo otra vez?

Brooke le echó los brazos al cuello, llorando una vez más, y asintió. Intentó decir que sí, pero no consiguió articular ni una sola palabra. Julian se echó a reír y le devolvió con fuerza el abrazo.

—Mira —dijo, sacando el anillo del estuche.

Le señaló la cara interna, donde había mandado grabar, al lado de la fecha de su boda, la fecha de ese día.

—De este modo —le explicó—, no olvidaremos nunca que nos hemos hecho la promesa de empezar de nuevo.

Le cogió la mano izquierda y le puso la alianza de matrimonio, y sólo entonces Brooke se dio cuenta de lo desnuda que había sentido la mano hasta ese momento.

—Eh, Rook, no quiero pecar de exceso de formalidad, pero todavía no me has dicho que sí.

Se la quedó mirando con expresión tímida y ella notó que todavía estaba un poco nervioso. Le pareció muy buena señal.

No podían solucionarlo todo en una sola conversación, pero aquella noche no le importaba. Todavía se querían. No podían saber qué les depararían los meses y los años venideros, o si sus planes tendrían éxito, pero Brooke estaba segura (completamente segura, por primera vez en muchísimo tiempo) de que quería intentarlo.

—Te quiero, Julian Alter —dijo, con las manos de él entre las suyas—. Y sí, quiero volver a casarme contigo. Sí, sí, sí…

Agradecimientos

Ante todo, quiero dar las gracias a mi agente, Sloan Harris. Tengo una deuda eterna con él, por su apoyo incansable, sus valiosos consejos y la calma y sensatez con que maneja todas las situaciones que le planteo. Cada día me despierto y me siento agradecida por tener a Sloan de mi parte. También admiro profundamente la habilidad que tiene para intercalar la palabra
kabuki
en casi todas las conversaciones.

También quiero dar las gracias a mi particular
dream team
editorial. Por orden de aparición: Marysue Rucci, Lynne Drew y Greer Hendricks. Todos los autores deberían saber lo que significa beneficiarse de los consejos y opiniones de personas tan brillantes y competentes. Le mando un abrazo especial a Lynne, por su viaje al otro lado del Atlántico y siempre más allá (¿tradición anual?).

Doy las gracias a Judith Curr, que contagia energía y entusiasmo, y a David Rosenthal, por creer siempre en mí (seguramente detesta la frase «por creer siempre en mí»). También agradezco muchísimo a todo el personal de Atria, en particular a Carolyn Reidy, Chris Lloreda, Jeanne Lee, Lisa Sciambra, Mellony Torres, Sarah Cantin, Lisa Keim, Nancy Inglis, Kimberly Goldstein, Aja Pollock, Rachel Bostic, Natalie White, Craig Dean y todo el departamento de ventas. ¡Me encanta formar parte de la familia!

Betsy Robbins, Vivienne Schuster, Alice Moss, Kate Burke, Cathy Gleason, Sophie Baker, Kyle White y Ludmilla Suvorova: ¡gracias! Os adoro a todas. Agradezco especialmente a Kristyn Keene por asesorarme en todo, desde el desarrollo de la trama hasta los zapatos de tacón. ¡Siempre tienes razón, Kristyn! Un abrazo a Cara Weisberger, por las fantásticas sesiones de devanarnos los sesos buscando ideas. Gracias a Damian Benders, por iluminarme sobre la industria discográfica, y a Victoria Stein, por educarme en todo lo relacionado con la nutrición. Todos los errores que se hayan colado son enteramente míos.

Quiero dar las gracias también a mi increíble familia: mamá, papá, Dana, Seth, abuela, abuelo, Bernie, Judy, Jonathan, Brian, Lindsey, Dave, Allison, Jackie y Mel, por aguantar interminables horas de cháchara sobre este libro, y por hacerlo con tanto amor y espíritu de apoyo. Nanny, sé que estás leyendo esto en algún lugar y quiero decirte que te echo mucho de menos.

Por último, siento un agradecimiento enorme para Mike, mi marido. Sin él, no existiría esta novela (ni tampoco mi cordura). Hablábamos de los personajes en el desayuno, de la trama en el almuerzo y de la estructura en la cena, y no sólo se abstuvo de amenazarme con el divorcio, sino que me hizo reír a cada paso del camino. MC, te quiero.

Notas

[1]
Fern significa «helecho» en inglés.
[N. de la T.]

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