Read La vida exagerada de Martín Romaña Online

Authors: Alfredo Bryce Echenique

Tags: #Relato, #Humor

La vida exagerada de Martín Romaña (82 page)

BOOK: La vida exagerada de Martín Romaña
4.68Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Y pasaron los años y aquí estoy muy contento en mi sillón Voltaire, recordando lo amable y simpática que estuvo aquella noche la muchacha por la que casi me quedo sin ser escritor, por la que casi me quedo sin llegar a ser yo. La quise mucho, y este libro es prueba de cualquier cosa, menos de olvido. No puedo hablarles más de Inés, porque la perdí de vista después de aquella visita en Río. Mucho menos puedo imaginar qué habría dicho ella de mí, si alguna vez le hubiese interesado escribir. Me alegra pensar, eso sí, que nuestras páginas acerca de la hondonada podrían coincidir.

He terminado. He cerrado el cuaderno azul. He ordenado las hojas que tuve que agregarle. Un montón de detalles se encienden y se apagan, sin embargo, en mi memoria visual. La inmensidad de aquella casa en Río, un enorme mastín que Inés acariciaba con ternura, una refrigeradora que nos lanzaba hielos azules y automáticos, Roberto tratando de explicarme cómo funcionaba aquel artefacto increíble, yo diciéndole que era inútil, que ni lo intentara, soy el tipo menos aerodinámico del mundo, Roberto…

Aquel perro y aquella refrigeradora que se encienden y se apagan, me envían hacia este mismo departamento, hacia este mismo sillón Voltaire, en el que ahora trato de descansar, escuchando un poco de música. Es el curso natural de las cosas. Aquí estaba ya el sillón cuando el departamento era de Carmen y Alberto, aquellos amigos españoles que presenciaron la discusión en que se decidió mi boda con Inés. Yo hice un par de bromas, dije algo así como que no podía casarme sin tener antes un perro y una refrigeradora, Inés lloró. Yo era un imbécil, el fruto de una educación podrida, probablemente. No recuerdo bien ahora y ya para qué abrir el cuaderno y ponerse a buscar. Ahí estaba en el sillón Voltaire. Nos casamos…

Inés me abandonó por irse al Perú y después me enteré de que en realidad me había abandonado por irse al Brasil. En Lima se quedó sólo unos meses. Yo del aeropuerto regresé a mi antiguo departamento, y ahí viví su partida, hecho un desastre. Aquella desaparición era demasiado para un hombre que continuaba incluso merodeando por el dispensario en el que una monjita solía ponerle una inyección que ya no tenía para quién ponerle. Lograba trabajar, lograba comer, lograba tomar muchas pastillas, pero cada uno de esos actos terminaba conmigo en el fondo de la hondonada. No sabía qué hacer sin Inés. No sabía qué hacer con aquel departamento en el que siempre faltaba Inés.

Un día Carmen y Alberto decidieron regresar a España y vinieron a ofrecerme este departamento. Los propietarios deseaban alquilárselo a alguien conocido. Fui presentado, y aquí llegué trayéndome mi vieja hondonada porque a veces la cosa andaba tan mal que era mejor volverse loco un rato y concentrarse con mucha fuerza en el inminente retorno de Inés. Otra pena que me vencía muy a menudo, era el recuerdo de Enrique Álvarez de Manzaneda. Instintivamente me llevaba la mano hacia los cinco bultitos y me pasaba horas comprobando la existencia de algo que Inés siempre rechazó…

Pero por ahí tengo escrito que los enormes deseos de vivir esconden infinitas posibilidades de sorpresa. Es probable que, de alguna manera, haya sabido esto siempre. Pero sólo cuando Octavia, desde una prudente distancia, me señaló los cinco bultitos, y se mataba de risa y resulta que era bastante miope, algo divertido volvió a presentárseme, algo que un hombre tan enamorado de Inés era totalmente incapaz de definir. Pero Octavia continuaba riéndose conmigo y eso ya era mucho, era algo muy divertido, en realidad, y he vuelto a amar.

ALFREDO BRYCE ECHENIQUE, Nacido dentro de una prominente familia de banqueros, sus padres fueron Francisco Bryce Arróspide y Elena Echenique Basombrío de Bryce y se educó en el seno de la oligarquía limeña. Su tatarabuelo, José Rufino Echenique, fue presidente del Perú en 1851. Bryce Echenique cursó sus estudios primarios, en el Inmaculado Corazón, y secundarios, en el Santa María y, luego, tras un incidente en este colegio por el que hubo de ser hospitalizado,1 ingresó al San Pablo, un internado británico en Lima. En 1957, ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y se licenció en Derecho, obteniendo el título de Doctor en Letras en (1977).

En 1964 se trasladó a Europa y residió en Francia —en París se diplomó en La Sorbona en Literatura francesa clásica (1965) y contemporánea (1966), Magister en Literatura por la Universidad de Vincennes (1975)—, Italia, Grecia y Alemania. Desde 1984 hasta 2010 radicó en España, aunque solía pasar largas temporadas en su tierra natal.

Regresó brevemente al Perú en 1999 y abandonó el país ante el clima político reinante. Volvió a Barcelona en 2002 y publicó tres años más tarde su segundo libro de memorias, Permiso para sentir, en el que denuncia ácidamente la transformación de Perú.

Novelas 1970 - Un mundo para Julius 1977 - Tantas Veces Pedro 1981 - La vida exagerada de Martín Romaña 1985 - El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz. Ésta y la anterior forman el díptico que el autor bautizó como 'Cuaderno de navegación en un sillón Voltaire. 1988 - La última mudanza de Felipe Carrillo 1990 - Dos señoras conversan 1995 - No me esperen en abril 1997 - Reo de nocturnidad 1999 - La amigdalitis de Tarzán 2002 - El huerto de mi amada 2007 - Las obras infames de Pancho Marambio 2012 - Dándole pena a la tristeza Cuentos 1968 - Huerto cerrado, contiene 12 relatos: Dos indios, Con Jimmy en Paracas, El camino es así, Su mejor negocio, Las notas que duerman en las cuerdas, Una mano en las cuerdas, Un amigo de cuarenta y cuatro años, Yo soy el rey, El descubrimiento de América, La madre, el hijo y el pintor, El hombre, el cinema y el tranvía y Extraña diversión 1974 - La felicidad ja ja 1979 - Todos los cuentos, Mosca Azul, Lima 1986 - Magdalena peruana y otros cuentos 1987 - Goig. Relato infantil escrito en colaboración con la escritora salvadoreña Ana María Dueñas y dibujos de Sonia Bermudez 1995 - Cuentos completos 1999 - Guía triste de París 2009 - La esposa del rey de las curvas Textos biográficos 1977 - A vuelo de buen cubero 1987 - Crónicas personales (edición aumentada de A vuelo de buen cubero), Anagrama, Barcelona 1993 - Permiso para vivir (Antimemorias I) 2003 - Doce cartas a dos amigos 2005 - Permiso para sentir (Antimemorias II) Ensayos y artículos 1996 - A trancas y barrancas 2000 - La historia personal de mis libros, Fondo Editorial Cultura Peruana, Lima 2002 - Crónicas perdidas, artículos, estudios, conferencias y cartas públicas publicadas en diferentes medios entre 1972 y 1997, Anagrama, Barcelona6 2004 - Entrevistas escogidas, selección, prólogo y notas de Jorge Coaguila; Fondo Editorial Cultura Peruana, Lima 2005 - Entre la soledad y el amor, libro dividido en 4 partes, precedidas de unas Palabras preliminares, contiene los siguientes 10 textos: I LA SOLEDAD: El otro y nostros, La señora X, Soledades contemporáneas y La vejez no se cura II LA DEPRESIÓN: Del humos, del dolor y de la risa (crónica de una depresión) III LA FELICIDAD: La felicidad nuestra de cada día IV EL AMOR: El amor absolutamente melancólico, Cuatro estaciones del amor (y su melancolía), El amor juvenil y Los amores tardíos.

Notas

[1]
Incluyo aquí la canción entera, porque a Inés le gustaba, porque añade ambiantacho, y porque, como tantas de José Alfredo Jiménez, me la sé de memoria.

Amanecí otra vez

entre tus brazos.

Me desperté llorando

de alegría.

Me cobijé la cara

con tus manos

para seguirte amando

todavía…

Te despertaste tú

y casi dormida

me querías decir

no sé qué cosas,

pero callé tu boca

con mis besos,

y así pasaron muchas,

muchas horas…

Cuando llegó la noche,

apareció la luna,

entró por la ventana.

Qué cosa más bonita,

cuando la luz del cielo

iluminó tu cara…

Yo me volví a esconder

entre tus brazos.

Tú me querías decir

no sé que cosas,

pero callé tu boca

con mis besos.

Y asi pasaron muchas

muchas horas.
<<

[2]
Como esto podría publicarse algún día (uno es también ilusiones), no deseo que puedan pensar que Octavia es un ser ingrato, o algo asi, en vista de que aún no la conocen. Ella también tiene sus problemas. Y, además, es posible que la pobre me esté llamando por teléfono como loca, y que yo no esté respondiendo a causa de este orgulloso goce tristísimo que me he impuesto mientras navego.
<<

[3]
a honestidad que también me he impuesto me obliga a informarles que, a lo mejor, no es Octavia la que llama a cada rato, y que la nota 1 no es más que uno de los extraños y numerosos mecanismos de consuelo a los que suelo recurrir.
<<

[4]
Ambas cosas son posibles porque, tratándose de Martín Romaña, todo es posible, según afirmación de mi padre, mi madre, Inés, mis hermanos, mis amigos, yo, etc…
<<

[5]
o de la expulsión quedó olvidado para siempre, en realidad, y yo me fui solito del departamento. Solito en el doble sentido de la palabra solito: 1) porque quise, porque encontré un departamento mejor; 2) sin Inés, que acababa de irse al Perú, dejándome un departamento demasiado triste para mis tuerzas.
<<

BOOK: La vida exagerada de Martín Romaña
4.68Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Docketful of Poesy by Diana Killian
Heartless by Mary Balogh
A Companion to the History of the Book by Simon Eliot, Jonathan Rose
The Warrior Heir by Cinda Williams Chima
The Ex Games 2 by J. S. Cooper, Helen Cooper