Se representaría pintándose a sí mismo, y se verían ya los cucharones y los cuchillos, las espumaderas, los picaportes, los libros, los diarios, las alfombras, las jarras, los morillos, los paragüeros, los salvamanteles, los aparatos de radio, las lámparas de las mesillas de noche, los teléfonos, los espejos, los cepillos de dientes, los tendedores de secar la ropa, los naipes, las colillas en los ceniceros, los retratos de familia en sus marcos antiinsectos, las flores en los floreros, las repisas de los radiadores, los pasaverduras, los patines para no manchar el suelo, los llaveros en los cajones, las sorbeteras, las cajas con serrín de los gatos, los cajones de botellas de agua mineral, las cunas, las pavas para hervir el agua, los despertadores, las lámparas Pigeon
48
, las pinzas universales. Y los dos maceteros, de rafia trenzada del doctor Dinteville, los cuatro calendarios de Cinoc, el paisaje tonkinés de los Berger, el aparador esculpido de Gaspard Winckler, el facistol de la señora Orlowska, las babuchas tunecinas que Béatrice Breidel le trajo a la señorita Crespi, la mesa de forma riñón del administrador, los autómatas de la señora Marcia y el plano de Namur de su hijo David, las cuartillas llenas de ecuaciones de Anne Breidel, el bote de especias de la cocinera de la señora Marcia, el Almirante Nelson de Dinteville, las sillas chinas de los Altamont y su tapiz precioso con los viejos enamorados, el encendedor de Nieto, la gabardina de Jane Sutton, el cofre de barco de Smautf, el papel estrellado de los Plassaert, la concha de nácar de Geneviève Foulerot, el cubrecama estampado de Cinoc con sus grandes ramajes triangulares y la cama de los Réol de cuero sintético —
hechura ante acabado alta talabartería con cinturón y hebilla cromada
—, la tiorba de Gratiolet, los curiosos botes de café del comedor de Bartlebooth y su sistema de alumbrado sin sombras, la alfombra exótica de los Louvet y la de los Marquiseaux, la gran araña de cristal de Olivia Rorschash, los objetos empaquetados con esmero de la señora Albin, el antiguo león de piedra descubierto por Hutting en Thuburbo Majus, y rodeándolo por todos lados, la larga cohorte de sus personajes, con su historia, su pasado, sus leyendas:
1 Pelayo vencedor de Alkama que se coronó rey en Covadonga
2 La cantante exiliada de Rusia que siguió a Schönberg a Ámsterdam
3 El gatito sordo con los ojos de color diferente que vivía en el último piso
4 El alcalde de barrio imbécil que hizo preparar toneles de arena
5 La mujer avara que apuntaba sus menores gastos en un bloc
6 El realizador de puzzles y sus furibundas partidas de chaquete
7 La portera que cuidaba las plantas de los inquilinos ausentes
8 Los padres que le pusieron Gilbert a su hijo en homenaje a Bécaud
9 La esposa del conde liberado por la otomana que aceptó la bigamia
10 La mujer de negocios que se lamentaba de no vivir en el campo
11 El niño que bajaba la basura pensando en su novela
12 El sobrino pisaverde que acompañó a la trotamundos australiana
13 La tribu esquiva que huía continuamente del tierno antropólogo
14 La cocinera que no quiso usar un horno autolimpiable
15 El PDG
49
de la hostelería internacional que sacrificó un 1 % al arte
16 La enfermera que miraba con desgana un semanario ilustrado
17 El poeta peregrino que naufragó en Arkhangelsk
18 El violinista italiano que hizo perder la paciencia a su miniaturista
19 La pareja gorda amante de las salchichas que no apagaba la radio
20 El coronel que se quedó manco a raíz del ataque al Gran Cuartel General
21 Los sueños tristes de la muchacha que velaba a su padre
22 Los clientes austriacos negociando la adquisición de un «Baño turco» más vaporoso
23 El criado paraguayo que se disponía a quemar una carta
24 El joven multimillonario que aprendía la acuarela con pantalones de golf
25 El inspector de la Administración de Montes que fundó una reserva de aves
26 La viuda que envolvía sus recuerdos en papel de periódico
27 El atracador internacional que pasaba por un gran magistrado
28 Robinson Crusoe viviendo muy a gusto en su islote solitario
29 El hámster jugador de dominó amante del queso de Edam
30 El dolido «asesino de palabras» que mataba el tiempo junto a los puestos de libros
31 El representante vestido de negro que vendía una nueva llave de los sueños
32 El negociante en aceite que puso un restaurante de pescado en París
33 El viejo mariscal muerto por la caída de una hermosa araña veneciana
34 El stayer desfigurado que se casó con la hermana de su pacemaker
35 La cocinera que no tenía más que cocer un huevo y escalfar un trozo de haddock
36 El joven matrimonio que se endeudó durante dos años por una cama de lujo
37 La esposa del negociante de arte abandonada por culpa de una estrella italiana
38 La amiga de infancia que releía la biografía de sus cinco sobrinas
39 El señor que metía figuras de corcho dentro de una botella
40 El arqueólogo que buscaba las huellas de los reyes árabes en España
41 El antiguo clown de Varsovia que llevaba una vida oscura en el departamento del Oise
42 La suegra que cortaba el agua caliente si se iba a afeitar su yerno
43 El holandés que decía que todo número es suma de X números primos
44 El autor de crucigramas que definió el bacalao: «va empapao, aun seco»
45 El atomista que leía en los labios del hombre-tronco sordomudo
46 El bandido albanés que cantaba su amor a la star de Hollywood
47 El industrial alemán que se empeñaba en asar una pierna de jabalí
48 El hijo de la señora del perrito que prefirió la pornografía al sacerdocio
49 El barman malayo que trocó en pidgin-english su diosa madre
50 El niño privado de pastel que vio un pastel en sueños
51 Los siete actores que rechazaron el papel después de leer el guión
52 El americano desertor que dejó morir a su patrulla en Corea
53 El guitarrista que cambió de sexo para convertirse en super-star
54 El maharajá que invitó a una cacería de tigres a un europeo pelirrojo
55 El abuelo liberal que halló su inspiración en una novela
56 El calígrafo que copió una azora del Corán en la Medina
57 Orfanik que solicitó el aria de Angélica en el Orlando de Arconati
58 El actor que tramó su propia muerte con la ayuda de su hermano de leche
59 La joven japonesa que blandía la antorcha olímpica
60 Aecio que detuvo las hordas de Atila en los Campos Cataláunicos
61 El sultán Selim III que alcanzó ochocientos ochenta y ocho metros
62 El sargento jefe que murió de una absorción masiva de goma
63 El segundo de a bordo del Fox que descubrió el último mensaje de Fitz-James
64 El joven estudiante que se pasó seis meses en su cuarto
65 La esposa del productor que marchaba para una nueva vuelta al mundo
66 El montador de la calefacción central que regulaba la combustión del gasóleo
67 El rico aficionado que legó a la biblioteca su catálogo musical
68 El niño que clasificaba su colección de secantes
69 El cocinero actor contratado por una riquísima americana
70 La antigua jugadora de garito convertida en una mujer tímida
71 El frustrado auxiliar de laboratorio que perdió tres dedos de la mano izquierda
72 La joven que vivía con un albañil belga en Chaumont-Porcien
73 El antepasado del doctor que creyó descubrir el enigma del diamante
74 La joven que hacía concluir pactos con Mefistófeles
75 El hijo del anticuario que alborotaba con su moto luciendo su equipo rojo
76 El apoderado que divulgó el secreto de los químicos alemanes
77 El antiguo profesor de historia que quemó su manuscrito rechazado
78 El viejo industrial japonés magnate del reloj submarino
79 El diplomático que clamaba venganza para su mujer y su hijo
80 La señora que no pudo marcharse hasta el día siguiente y reclamó sus judías tiernas
81 La estrella que meditaba sobre una receta de mousseline de fresas
82 La vieja lady que coleccionaba relojes y autómatas
83 El mago que lo adivinaba todo por medio de números sacados al azar
84 El boyardo que regaló a la Grisi un delicioso sofá vis á vis de caoba
85 El chófer que ya no conducía nunca y se distraía haciendo solitarios
86 El médico que sueña con dar su nombre a una receta de cocina
87 El ingeniero que se arruinó con el comercio de pieles africanas
88 El japonés que iniciaba dolorosamente a los Tres Hombres Libres
89 El viejo autodidacta que repasaba machaconamente mil recuerdos del sanatorio
90 El sobrino lejano obligado a subastar la herencia
91 Los aduaneros que desempaquetaron el samovar de la princesa furiosa
92 El comerciante de objetos indios que puso un pisito en el 8.°
93 El compositor que ofreció a Hamburgo su Obertura a la francesa
94 Margarita que miraba con un cuentahílos la miniatura que había de restaurar
95 Chéri-Bibi que dio su nombre al gato rubio del autor de puzzles
96 El camarero del night-club que subía al escenario a presentar la revista
97 El ejecutivo que ofrecía una recepción suntuosa a sus colegas
98 La mujer de la agencia inmobiliaria que visitó un piso vacío
99 La señora que preparaba cajas para los puzzles del inglés
100 La niñita que mordía una punta de su galleta Lu
101 El pretor que en un día dio muerte a 30.000 lusitanos
102 La chica del abrigo que ojeaba un plano del metro de París
103 El administrador de la casa que pensaba en redondear sus mensualidades
104 La dueña de la perfumería que escogía las sortijas del viejo artesano
105 El editor de Damasco arruinado por los nacionalistas antifranceses
106 El crítico que cometió un delito por una marina del inglés
107 La vieja criada que soñaba con un enterrador de mirada aviesa
108 El sabio que comparó los efectos de la estricnina con los del curare
109 El estudiante que echó una botella de viandox
50
en la sopa de los vegetarianos
110 El tercer obrero que leía una carta al salir de la obra
111 El viejo mayordomo que calculaba sin fin un vectorial
112 El cura que ayudó emocionado a un francés perdido en Nueva York
113 El farmacéutico enriquecido que descubrió el rastro del santísimo vaso
114 El químico que se inspiró en la técnica de un fundidor italiano
115 El hombre del abrigo negro que se ponía unos guantes nuevos
116 Guyomard que separó un dibujo de Hans Bellmer
117 El amigo de Liszt y Chopin que compuso un vals arrollador
118 Dom Pérignon que hizo catar a Colbert su mejor champán
119 Américo moribundo que se enteró de que se daba su nombre a un nuevo continente
120 El señor Riri que dormitaba en su mostrador después de comer
121 Mark Twain que descubrió en un diario la noticia de su muerte
122 La secretaria que pulió el puñal que mató a Kléber
123 El filólogo que dejó un legado a la universidad de la que fue rector
124 La joven madre soltera que se bañaba leyendo a Pirandello
125 El historiador que escribió novelas verdes con diferentes seudónimos
126 El viejo bibliotecario que acumulaba pruebas de que Hitler estaba vivo
127 El ciego que afinaba el piano de la cantante rusa
128 El decorador que sacó partido del esqueleto rojo de un cerdito recién nacido
129 El empresario que pensaba hacer fortuna con el tráfico de cauríes
130 La cliente estafada que perdió el cabello queriéndoselo teñir
131 La vicebibliotecaria que rodeaba con trazo rojo las críticas de óperas
132 El cochero enamorado que creyó que había una rata debajo de la tapicería
133 Los mozos pasteleros que traían canapés calientes para la gran fiesta
134 Pip y La Minouche derramando la jarra de leche de la enfermera
135 El soldadito encerrado con su novia en el ascensor averiado
136 La inglesa
au pair
que leyó por fin la misiva de su boy-friend
137 El librero de viejo que halló tres cartas de Victor Hugo
138 Los aficionados a los safaris que posaban al lado de su guía indígena
139 La bella polaca que regresó de Tunicia con su hijo pequeño
140 El ingeniero general muerto por una bala en el salón de su hotel
141 El cirujano a quien se obligó a operar amenazado con armas de fuego
142 El profesor de lengua que corregía deberes de vacaciones
143 La esposa del magistrado que descubrió perlas negras después del incendio
144 El corredor que intentaba hacer homologar su record por hora
145 El soldado que reconoció a su antiguo profesor de física
146 El antiguo propietario que soñaba con crear un verdadero héroe de novela
147 El jazzman demasiado perfeccionista que repetía los ensayos
148 Los fans de Tasmania que ofrecieron a su ídolo 71 ratitas blancas
149 La empollona de matemáticas que anhelaba construir la torre más alta del mundo
150 El coreógrafo loco de amor que regresó para acosar a la bella bailarina
151 La antigua portera española que se negó a desbloquear el ascensor
152 El repartidor de los establecimientos Nicolas
51
que limpiaba los espejos del portal
153 El fumador de Por Larranaga que escuchaba un gramófono de trompa
154 El viejo
pornográfico
que aguardaba a la salida de los institutos
155 El botánico del Kenya que esperaba bautizar un epifilo ebúrneo
156 Mozart joven que tocó delante de Luis XVI y María Antonieta
157 El ruso que hacía todos los juegos que salían en los periódicos
158 El titiritero que se traga un cuchillo y vomita clavos
159 El fabricante de artículos piadosos que murió de frío en Argonne
160 Los viejos caballos ciegos que tiraban de las vagonetas en las minas
161 El urólogo que soñaba con la polémica entre Esculapio y Galeno
162 El bello aviador que buscaba en el mapa el camino de Corbénic
163 El obrero ebanista que se calentaba en un efímero fuego de virutas
164 Los turistas que intentaban recomponer el anillo turco
165 El profesor de danza muerto a palos por tres gamberros
166 La joven princesa que oraba ante el lecho de su padre el rey
167 La inquilina esporádica que probó la cañería del sanitario
168 El jefe de servicio que lograba faltar cuatro meses al año
169 La anticuaría que metía los dedos en un tarro de pepinillos
170 El joyero que leía el entrefilete que firmaba su sentencia de muerte
171 El pintor cotizado que añadía su bruma a las obras famosas
172 El príncipe Eugenio que mandó contar todas las Santas Reliquias
173 El Emperador que pensaba en «L’Aiglon»
52
para atacar a los británicos
174 La señora con un vestido de lunares que hacía punto junto a la playa
175 Los melanesios que hacían gimnasia con un disco de Haendel
176 El joven acróbata que no quiso dejar nunca más su trapecio
177 Gédéon Spilett que halló en su bolsillo un último fósforo
178 El ebanista italiano que materializó la impalpable labor de la carcoma
179 El viejo pintor que hizo caber toda la casa en su tela