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Authors: Enrique de Villena

Los doze trabajos de Hércules (10 page)

BOOK: Los doze trabajos de Hércules
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Declaración.

Esta historia los pohetas mucho alabaron por las moralidades fermosas que della salir podían a la multiplicación o crecimiento de buenas costumbres y desfallecimiento de las malas, entendiendo por el Monte Aventino la alteza devida al humano entendimiento onde se puede el ladrón Caco asconder y fazer su morada, que es entendido por la disolución y desordenança que tenía y convierte la agudeza de aquel, [malgastando]
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los buenos fructos que enderredor deste monte crescen con gran abundancia, matando los ombres, es a saber confondiendo la disolución es movida por cobdicia. Dizen que era centauro. Otrosí d’él dixeron que era fijo de Vulcano, dios del fuego, a demostrar que poco espacio ardía y gastava lo que el entendimiento en muchos días avía edificado. Esta disolución sin contradezirle, usa de la su rapina fasta que viene Hércules que es el conoscimiento y arrepentimiento de los malos fechos que aya vencido al rey Girión, que se entiende por la abstinencia o dureza. E lieva consigo grandes furtos de bueyes y de bacas, demostrando que este conoscimiento ha levado y domado las bravas cogitaciones y abominaciones, es a saber, corporientas en mal y abondosas que embargan el entendimiento. E tiene estos fartos enderredor del monte del entendimiento por tornarlas a provechoso exemplo de bien. E la disolución aun no refrenando roba destos bienes y pensamientos faziéndolos tornar a refrescar el mal. El buen propósito y verdadero conoscimiento perseverando y teniendo firme en el arrepentimiento faze segund Hércules, buscando enderredor engañosamente la cueva o escodrijo deste ladrón y enemigo que sin dexar rastro se leva-
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-va la presa. E faze que los pequeños bezerros y apartados de sus madres bramen, es a saber, que los nuevos pensamientos no tomen fundamento de las malas costumbres donde nascieron. Así dan bozes, es a saber, son refrenados, por cuyo refrenamiento las costumbres pasadas mueven el ábito correspondiente a la cueva, que son los engañamientos o fonduras de los del entendimiento. Fazia aquel lugar enderesça Hércules su camino, es a saber, conoscimiento que quiere echar de allí la disolución. E llegado a la entrada no puede alçar la grande losa que significa la dureza pedrisca de falsa opinión o afición desordenada. E por esto sube a la cueva, es a saber, con punto tracidente y acatamiento y de al arrancar el árbol que encima della es nascido, esta es la sobervia o presunción que tiene sus raýzes sobre el ábito vicioso. Este árbol arrancado humíllase y conosce su culpa. Entonce es abierta la cueva y visto por ojo inteligible el ladrón de la disolución, y es fecho claro el lugar que primero por ignorancia escuro era. Esa ora lança fumo y fuego. El fumo es inclinación que prueva escurescer la verdad conoscida, el fuego es la presta disolución y aparejo que quiere inflamar el ayre serenado. Estos embargos no dubdó el propósito firme. Saltando entra en la cueva mortificado o arraygado so la maça de abstinencia y medicina es éste do está el ladrón. E cobrado el furto mostrando que las obras que son robadas por culpa son restituydas por gracia.

Verdad.

Esta moralidad o alegórica sale de la historia ante puesta más cercanamente no embargante que otros entendimientos asaz buenos a ello se podría dar. A este quise aquí poner por ser más convenible al estado de discípulo de que en este capítulo fablaré. E la verdad de la presente historia fue así: Hércules, oyendo que en España avía un rey que usava mal en la señoría y torticeramente regía sus reynos y pueblos, el qual era nombrado Girión, fue allá con grandes compañas por castigar y domar al dicho rey. Mas luego que Girión supo la venida de Hércules ovo temor y conosció que defender no se podía. Porende salió al camino y púsose en su poder sin contrariarle corrigiendo su vida a ordenança y voluntad del dicho Hércules. E presentóle grande muchedumbre de bueyes y vacas de la casta de España. Otros dizen que fueron muchos los giriones bivientes en una compañía, señoreando y ocupando toda España. E tanta era la concordia y amistad [entre]
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ellos aviendo una voluntad, que fingieron que no era más de un girión. E [siquier]
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fuese uno, [siquier]
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fuesen muchos, así como Hércules vino reduxo con mano fuerte a bien señorear. E quitó los tuertos que por Girión antes en España eran fechos sin contradizimiento o detenimiento. Por esta razón, este vencimiento no se pone en los trabajos de Hércules pues que fizo la conquista sin trabajo. E dende se tornó Hércules con los grandes hactos de bueyes y vacas que el rey Girión presentado le avía y fuese con ellos en
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Ytalia; y pasando por las riberas de Tibero al pie del Monte Aventino fallando allí buenos pastos, reposó en aquel lugar algunos días por engordar el ganado que de luengos días y caminos venía enojado, a fin que engordase [y] restuviese fermoso de ver. Allí estando en las tiendas, supo del ladrón Caco como robava aquella tierra y se fazía cabeça mayoral de los ladrones encerrándose, quando era seguido, en ciertas cuevas que tenía sabidas, en las quales ninguno podía acertar por la espesura de los árboles y escondimiento della, y dixéronle en esa ora como del su ganado avía fecho grand presa.

Por todas estas cosas movido, pensó de buscar la cueva del ladrón Caco y sus confadrones que acogía. Quando supo que eran dentro, por sus espías poniendo guardas a todas las bocas de la cueva do avía salida. E por encima fizo cavar fasta que libremente pudieron entrar en la dicha cueva onde mató al atrevido Caco y a los que con él eran factores de tan grandes daños, maguer la historia pohética solamente de Caco faze mención [porque]
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era cabeça y los otros en él eran representados. Mandó luego Hércules, no cobdiciándose de los tesoros robados que allí falló ascondidos, fuesen partidos a los damnificados de aquella tierra lo mejor que se pudo, sabida la quantidad y natura de los daños, sin tomar para sí alguna cosa salvo los bueyes que tomados le fueran. Por esto dizen que cobró la presa. Pone aún que aqueste Caco era centauro [porque]
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yva a cavallo así como los centauros que avían seydo cercanos de aquel tiempo, de los quales ya fablé en el primero capítulo. Esto fazía Caco por que mejor pudiese fuyr en el corriente cavallo. Afirman que era fijo de Vulcano que era un ombre sabido mucho en la sciencia de los fuegos por diversas guisas y faziéndolos instinguibles y que ardían toda cosa así la piedra como el madero y otras maravillas por algunos historiales por menudo puestas, cómo y con qué manera y materiales los él fazía. E esto no cure aquí algo dello poner [porque]
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más conviene a la historia de Vulcano o al tratado de los esperimentos de los fuegos. Tanto que por aquello que fazía y sabía Vulcano lo tovieron los ombres de aquel tiempo, por dios y le edificó la antigua gentilidad. E [porque]
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tanto sabía destos fuegos fazer artificialmente que no se podía así ligeramente amatar, dizen que era fijo de Vulcano. Posieron aun que lançava fuego y fumo de la boca [porque]
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cuando fuýa de los que lo seguían por lo tomar, lançava materiales ardientes y por poco que el sol los tocava o tañía o les era añadido material fuego, encendían los árboles y las matas y aun la tierra que detrás dexava. E esto detardava y enbargava que no lo podiesen seguir ni alcançar. Otras vezes fazía fumos que tornavan el ayre tan espeso que no podían fallar el camino los que alcançar lo cuydavan. Esto mismo quiso usar dentro en la cueva por que escapar pudiese de las manos de Hércules, mas valióle poco, ca Hércules entendiendo en
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estas y mayores cosas sabía fazer obras contrarias con que disolvió el fumo y amató el fuego.

Por esta manera, ovo vitoria de Caco en uno con la su virtud. De que fueron todos los vezinos de aquel monte muy consolados entonces, y mayormente el rey Enadro, que tenía muchedumbre de ganados y vacas y bueys en aquel monte y avía del dicho Caco mayor que alguno otro daño rescebido. E por eso él principalmente de aquella celebrava fiesta victoria, segund es dicho.

Esto fue escripto a loor y glorificación del grande Hércules presentado castigo esa ora y al tiempo después a los atrevidos malfechores, y doctrina a los que oy biven en qualquier de los estados del mundo, mayormente al estado de discípulo en la manera seguiente.

Aplicación.

Después que el discípulo avera vencido la hedad pueril de niñez, que fácilmente ocupe afán por el discurso del tiempo es domado, así como Hércules a Girión, y si levare los factos de los grandes, que se entiende por las disposiciones juveniles o de los mancebos, a multiplicar virtuosos actos, y será llegado a las escuelas do es el río de Tyberio, que significa la abundancia de la sciencia, a do son abundosos pastos para engordar el su ganado, que se entiende por los verdescientes exemplos que engordan y fartan las buenas disposiciones, estonce son los escolares al pie del Monte Aventino, es a saber, en el su venimiento del entendimiento para alcançar el su entender y conoscer las grandes verdades y provechosas conclusiones de las sciencias. E esa ora devese guardar que si el ladrón Caco, que es la disolución que está en potencia en la cueva, es a saber, en la profundidad del entendimiento do quería salir en arte y lo fazía de fecho abondoso esto es las buenas disposiciones que la embarga y mortifica en la su propria cueva con la maça de modestia y perseverança, y cuando él lançara fumo de ignorancia con lumbre de verdad, serene y disuelva la escuridad y espesura de aquel fumo. E quando lançara fuego de precipitación o presuramiento de gravidad lo amate. E así averá vitoria y vencimiento y vengança deste ladrón que las buenas disposiciones y ábitos ganadas en virtudes de [fijo]
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de Roma y así algunas obras mortifica por culpa faze venir reduziéndole a gracia. Desta guisa subirán al monte del entendimiento seguros y verán la dispusición de la llanura, es a saber, la orden de las sciencias y grand parte del provecho de aquellas. Allende desto cogerán el fructo por que trabajan, veniendo al estado de discípulo. De otra maña, si el ladrón Caco, que es disolución no embargan o contradizen, jamás no podrán al monte de inteligencia sobir. Por esto dezía Boecio en el libro
De disciplina scolarium
que disolución es el mayor embargo que los escolares aver pueden, que quieren ganar el ábito sencial y moral.

E así como es dicho del estado de discípulo puede ser allegado al estado de solitario, que deve en sus obras ser todo contrario y disolución si en aquel se quiere conservar estado. E así po-
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-drés de los otros por vuestro ingenio buscar mejor que yo mostraría, seguiendo la manera aquí movida en este capítulo.

Capítulo onze. Cómo fue muerto el grand puerco montés de Calidonia.

Estado de solitario.

ue el onzeno trabajo de Hércules quando mató el grand puerco montés de Calidonia librando aquella provincia del daño que el puerco aý fazía. Esta historia pone Ovidio en el octavo libro de su
Methamorphoseos
muy bien y otros pohetas en sus obras sustancialmente por esta manera.

Historia nuda.

En la provincia de Calidonia durante la despoblación y solidumbre, en tanto que fue gastada y embargada del gigante Antheo, como de suso es dicho en el capítulo viij, se criaron muchas salvajes bestias por aquella provincia, y por andar a su talante crescieron en la desacostumbrada manera faziéndole muy grandes y fieras. Entre las quales más aseñalado y nozible aparesció un puerco montés, de la grandez del qual los pohetas afirman que era menor que el buey de Calidonia y mayor que el buey de Cecilia. Tal era este puerco que semejable ni tan grande en algund tiempo no se lee que fuese visto en alguna partida del mundo. Éste engañava las pequeñas poblaciones que en Calidonia quedadas eran. E quando le fallesció de los ombres y fuertes en que fartase la su fambre yr a las salvajes bestias que en el monte con él moravan no dava folgura. Fue sentido el su enojo y daño, mas después por Hércules fue partido el río Athaleo. E por el regamiento de la una parte de aquel, Calidonia fue tornada a poblar segund en el dicho octavo capítulo es amencionado. Ca este puerco las viñas que nuevamente plantavan, gastándolas no dexava crescer. E los panes y otras fructas con grande trabajo y afán sembrados, ya produzidos o salidos, abatía o derribava. E los que tajavan la madera en el monte para labrar las casas se comía. E los que buscavan la caça de las aves para él eran de manera que sin armas y mucha compañía no osavan por los caminos de allí cercanos andar. Oviéronse porende los mayores de aquella provincia allegar en uno por dar remedio y aver consejo en tanto daño y tan cotidiano mal, aviendo ya provado por los lazos y tirar de ballesta el enemi-
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-gable puerco acabar. No les aprovechó algo, ca él quebrava las ataduras de las dobladas cuerdas con su fuerça. E el su cuero era tan duro que las saetas agudas pasar no le podían.

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