Manual de la perfecta cabrona (4 page)

BOOK: Manual de la perfecta cabrona
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Fuerza de trabajo

El trabajo es lo que hacemos para ganar dinero. En esta sociedad, el dinero equivale a poder. Cuando sufrimos de encanto tóxico, tememos al poder. Nos parece poco atractivo. Podemos expresar esta creencia en frases como «El dinero no me importa», pero la realidad es que tememos al poder. Esto puede explicar por qué decimos que sí cuando que nos pide trabajar más sin recibir un aumento de sueldo.

Si estamos en contacto con nuestra cabrona interior no tememos al poder. Le abrimos las puertas.

También aceptamos la responsabilidad que acompaña al poder. Nos sentimos orgullosas de ser buenas en nuestro trabajo. Y aceptamos con entusiasmo nuevos desafíos. De igual modo abrimos la puerta al dinero entendiéndolo como una manifestación de la energía que inyectamos en nuestro trabajo. Merecemos todas las recompensas que nuestras habilidades nos han hecho ganar.

PODER

El poder engendra poder, y el poder puede utilizarse para realizar cambios. Cambios pequeños, grandes cambios.

Todas sabemos eso, pero la pregunta es: « ¿Cómo obtenemos poder? ». Bien, podemos estar seguras de que nadie va a venir a regalamos nada, por lo tanto, quizá sea buena idea seguir los pasos de Lenin, que dijo: « Vi cómo el poder yacía en la calle y lo levanté ». Mira a tu alrededor, El poder está a nuestros pies, o quizá sobre el escritorio.

Quizá haya que buscarlo un poco, dado el estado de la mayoría de nuestras mesas de trabajo, pero podemos encontrarlo. Lo vemos todos los días si abrimos los ojos.

¡Levántalo!

« No lo reconozco», dices. No te preocupes: a continuación paso a resumirte algunas características del poder que tal vez se te pasaron por alto.

Trabajo en equipo

El poder se construye a partir del trabajo en equipo (piensa en la Capilla Sixtina). Los equipos están formados por individuos. Cuanto más fuertes sean los individuos, más fuerte será el equipo. El encanto tóxico nos obliga a creer que ser parte de un equipo significa estar de acuerdo con todo cuanto dicen los demás. En realidad, ser parte de un equipo requiere que valoremos con honestidad cada situación y que discutamos todos juntos los problemas.

Imaginación

El poder proviene de la imaginación. Nada se ha creado sin imaginación; ningún problema se puede superar sin ella. Nuestra cabrona interior no sólo nos pone en contacto con nuestra imaginación, sino que también nos infunde el deseo de manifestarla. Quizá no siempre estemos en lo correcto, pero tenor razón no es lo importante. Hablar sí lo es. Nuestra contribución puede provocar una idea en alguien más, y esa idea puede conducir a una solución o a una invención.

Conocimiento

El poder es conocimiento, y el conocimiento es poder. Cada individuo tiene un conocimiento que nadie más tiene. Combinar el conocimiento de cada uno engendra mayor conocimiento, del mismo modo que si se combinan garbanzos con callos se obtiene un aporte calórico mucho mayor.

CÓMO FUNCIONA

Cada lugar de trabajo depende de las personas que colaboran juntas hacia un objetivo común, sea sirviendo comida, publicando un periódico, fabricando estropajos o cualquier otra cosa. Cuanto más poder aporte cada Individuo al logro del objetivo, mayor probabilidad existirá de alcanzarlo.

El encanto tóxico nos va secando, dejándonos sin poder. En consecuencia, también mina el poder de cualquier trabajo que emprendemos. Podemos creer que ser encantadoras hará que la gente acate nuestros deseos. Nada puede estar más alejado de la verdad.

Esto no quiere decir que debamos gritar y exigir y damos demasiada importancia. ¡No, no, no! Recuerda, estar en contacto con nuestra cabrona interior no significa abusar de nadie. Tan sólo consiste en saber cuándo debemos ser firmes, cuándo podemos establecer nuestra postura y poner de manifiesto que actuaremos de acuerdo con nuestras convicciones.

RIMA CON RICACHONA

Si es verdad que la gente empieza a llamarte cabrona cuando comienzas a tener éxito, entonces deberíamos alegramos de que nos llamaran cabronas en el trabajo.

Recibir el calificativo de cabrona significa que tenemos razón, o que estamos exigiendo lo mejor a los demás y a nosotras mismas.

De acuerdo con algunas personas, el uso del término «cabrona» ha crecido en pro-porción directa al número de mujeres que han alcanzado puestos directivos en su campo. ¿Cómo alcanzar la cima en nuestro campo? Haciendo nuestro trabajo muy bien para así avanzar al siguiente nivel. Por lo general, esto requiere que trabajemos con otras personas para, tarde o temprano, saber hacer bien lo que ellas hacen.

Si les pedimos a las personas que están a nuestro cargo hacer bien su trabajo, y eso significa esforzarse más que antes, probablemente nos llamarán cabronas.

Si aquellas personas que están a nuestro cargo no hacen su trabajo y los regañamos por ello, nos llamarán cabronas.

Si hemos regañado a esas personas y aun así no hacen su trabajo, sin duda alguna seremos más firmes con ellos la segunda vez. Definitivamente, nos llamarán cabronas.

Bien por ellos. Mejor por nosotras.

Porque lo que esto significa en realidad es que conocemos nuestro negocio. No te olvides de una cosa: no importa con cuanta amabilidad pidas las cosas, si eres la jefa, serás la cabrona.

¿Qué es lo que tienes que recordar exactamente de todo esto? Que tú eres la jefa.

[X]

“Morimos por confort y vivimos por conflicto”

MAY SARTON

Encuentros cercanos

Está escrito que sucederá. Y aunque a las no iniciadas les suene como un cataclismo potencial, un encuentro entre dos mujeres en contacto con su cabrona interior en realidad contiene el germen de algo grandioso.

Después de todo, ¿qué podría ser mejor que nuestra cabrona interior duplicada? ¿O triplicada, cuadruplicada, aumentada exponencialmente?

Reflexiona un poco: cuando dos de nosotras en contacto con nuestra cabrona interior nos encontramos frente a frente, aparece el magnetismo. Podemos sentirnos atraídas o repelidas. De cualquier manera, la dinámica es la siguiente: ambas estamos reconociendo nuestro poder.

Quizá jamás seamos amigas de las mujeres a cuya cabrona interior descubrimos, pero eso es secundario. Lo importante es que, lleguemos o no a un acuerdo, incluso si nos sorprendemos ante la habilidad estratégica de la otra mujer, o si nos invade la envidia o alguna otra baja emoción, nueve de cada diez veces la cabrona interior de la otra mujer suscitará nuestro respeto y admiración.

Lo mejor es reconocer que el enfrentamiento puede ser estimulante, que el proceso de encarar a otra mujer que está tan segura de su punto de vista como tú del tuyo es una oportunidad para conocerse mejor a una misma. Un encuentro cercano con la cabrona interior de otra mujer no debe temerse, es algo a lo que hay que dar la bienvenida.

Quizá lo más importante sea que esas interacciones en las que nuestra cabrona interior se reúne con su igual tienen una gran potencia, no siempre positiva. Es fácil estar con gente que concuerda con nosotros; es cómodo, pero también provoca que bajemos la guardia y disminuya nuestra fuerza. Esto puede ser muy peligroso: llevarse bien con todos los que nos rodean se convierte en un hábito, y Actuar con Encanto vuelve a atrapamos en sus redes, reiniciando la espiral hacia el encanto tóxico. El siguiente paso consistirá en recaer disculpándonos por todo, esperar junto a1 teléfono los sábados por la noche y comemos el pastel entero.

¿Es eso lo que queremos?

¡YO CREO QUE NO!

[APENDICE A]

“Estoy en el mundo para cambiar el mundo”

MURIEL RUKEYSER

La cabrona que hay en toda mujer

La cabrona interior se manifiesta en muchos arquetipos. En diferentes momentos, tu propia cabrona interior puede parecerse a cualquiera de estos iconos de poder fe-menino:

KARA

La reina cisne de las valquirias. Kara. Apabullaba a sus enemigos utilizando sólo el sonido de su voz. Es una cabrona a la que no conviene subestimar, especialmente si está al teléfono. Todos, incluidos sus mejores amigos, saben que no tiene pelos en la lengua.

LlLITH

Lilith iba a ser la primera esposa de Adán, pero le echó un vistazo y dijo: «Yo creo que no». Así que huyó hacia las orillas del mal Rojo, donde pasó sus días apareándose con quien le placía, dando a luz a cientos de niños cada día. No hace falta decir que, con ese nivel de fecundidad, algo del ADN de Lilith debe de transitar por cada una de nosotras.

CATALINA DE MÉDICIS

Cuando se casó con uno de los Luises de Francia, Catalina llevó consigo a su nueva corte a dieciocho de sus cocineros italianos favoritos. ¿Os podéis imaginar el volumen de las sobras? Y su casa era su castillo: insistió en que todos los nobles utilizaran tenedores para comer, en lugar de las manos. Sí, mamá.

KATHARINE HEPBURN

Fuerte, insolente y muy digna. Jamás se dio por enterada de que a las mujeres se les consideraba como el sexo débil. La próxima vez que te encuentres con un vendedor molesto, sé Katharine Hepburn.

LISÍSTRATA

Reconocida organizadora griega. Persuadió a las mujeres de su ciudad-estado a suspender las relaciones sexuales hasta que los hombres dejaran una guerra por demás ridícula. La clave aquí es que Lis se reunió con otras mujeres que pensaban como ella.

Imagínate lo que podríamos hacer en el Congreso...

BUFFY, LA CAZAVAMPIROS

Ella es toda una estrella, además de cazavampiros reencarnada. Está en muy buena forma y tiene un agudo sentido de la moda. Buffy no cree en patrañas.

Para apuntalar tu valor, al expresar esa frase llena de poder, «Yo creo que no», invoca a cualquiera de estas mujeres ejemplares en cualquier momento.

[APENDICE B]

“Macho no significa mucho”

ZSA ZSA GABOR

…y los hombres que las aman

Sólo para que quede constancia, hay que insistir en que la idea de que las mujeres que están en contacto con su cabrona interior odian a los hombres o desean ser hombres o quieren ser como ellos puede calificarse con una única palabra: TONTA (tenía que aclarar este punto). No, este capítulo es sobre los hombres que realmente admiran a las mujeres que están en contacto con su cabrona interior. Todas conocemos a hombres así; normalmente viven con nuestras amigas... Está bien, quizá tú vivas con un hombre como éste.

La cuestión es que existe un nombre para llamar a los tíos que son así: príncipe (no confundir con los de los cuentos de hadas).

Un príncipe comprende la esencia de la cabrona interior. La entiende.

UN PRÍNCIPE NO ES UN DOMINANTE

Dominantes son los hombres que creen que el machismo es la mayor manifestación de energía masculina. Son los hombres que nos dejan plantadas. Los hombres que cada vez reducen más la edad límite de las chicas con las que salen, hasta que sus hijas y sus novias tienen la misma. Los hombres que no trabajarían para una jefa.

Un príncipe es un hombre real, es decir, un verdadero ser humano.

¿QUIÉN ES UN PRÍNCIPE?

He aquí cómo reconocer a un príncipe:

- Un príncipe asume de verdad toda su parte de responsabilidad en la crianza de los niños.

- Un príncipe entiende por qué los anuncios de cerveza son ofensivos (sabes a cuáles me refiero).

- Un príncipe jamás dará por hecho que nos encargaremos por completo de preparar la comida.

- A la inversa, un príncipe no asumirá nuestra incapacidad para cambiar una rueda pinchada.

- Un príncipe ofrece estímulo, más que consejos.

- Un príncipe sabe lo que sabe. Y al mismo tiempo, sabe qué no sabe. No es un estúpido fanfarrón. De hecho, un príncipe se da cuenta de lo atractivo que puede resultar decir: « No lo sé».

¿DE DÓNDE PROCEDE?

Pues bien, si las mujeres tenemos una cabrona interior que es una parte natural de nosotras mismas, podemos deducir que también existe un príncipe interior.

Así como la mayoría de las mujeres ha sido adiestrada en los caminos del encanto tóxico, a los hombres se les ha instruido en lo que sea que los esté infectando. Existen muchos nombres para ello; elige uno. Si has hecho bien los deberes para sacar a la luz a tu cabrona interior, lo más probable es que no necesites ser cruel. El punto es entender la dinámica que está en juego: a los hombres se les han enseñado conductas que tal vez sean contrarias a su verdadera naturaleza.

NATURALEZA FRENTE A EDUCACION

La experiencia me dice que se requiere mucho trabajo para que un hombre se convierta en príncipe, pero que la materia prima ha estado ahí desde el principio.

Y escucha esto: incluso el hombre más macho tiene la capacidad de convertirse en un príncipe.

VALORA TU COEFICIENTE DE PRINCIPE (CP)

Supongamos que eres un hombre que intuye la existencia de su príncipe interior, y quieres medir lo activo que es este aspecto de tu ser. A continuación, te planteamos una pequeña prueba:

1.
A las mujeres les gusta que las llamen «nenas». De acuerdo/En desacuerdo.

2.
Cuando una mujer es asertiva, la considero una cabrona. De acuerdo/En desacuerdo.

3.
Cuando voy a algún lado con una mujer en un coche, conduzco yo.

Siempre/La mayoría de las veces/Rara vez/Algunas veces/¿En el coche de quién?

4.
Sé lavar y planchar la ropa. Verdadero/Falso/¿Para qué molestarse? Me la lava mi madre.

5.
Tuve una reacción emocional al ver la película Los puentes de Madison.

Verdadero/Falso/No la he visto.

INTERPRETACIÓN DE TUS RESPUESTAS

Pregunta 1

Si has contestado «De acuerdo» y tienes menos de 65 años, podemos apostar, sin temor a equivocamos, a que no eres un príncipe muy desarrollado (-10 puntos).

Sin embargo, si has basado tu respuesta en el hecho de que a tu madre y a sus amigas les gusta que las llamen «nenas», esto revela un nivel de sensibilidad que implica la condición de príncipe (+2 puntos).

Si contestaste «En desacuerdo», piensa un momento en la razón por la que elegiste esa respuesta. ¿Es porque alguna mujer te ha corregido cuando la has llamado «nena»? (+2 puntos).

¿O tu respuesta se basó en tus propias reflexiones sobre la importancia del lenguaje, de las que has deducido que llamar a las mujeres “nenas” no sólo es incorrecto, sino también insultante? (+ 10 puntos).

Pregunta 2

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