Manual de la perfecta cabrona (5 page)

BOOK: Manual de la perfecta cabrona
3.09Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Si estuviste de acuerdo, define la palabra “asertivo” (-10 puntos si tus definiciones para hombres y para mujeres son distintas; + 10 puntos si estás en desacuerdo).

Pregunta 3

«¿De quién es el coche?» es la pregunta que haría un príncipe (+ 10 puntos).

«Rara vez» denota la condición de un príncipe sólo si tú tienes un coche (+7 si es así, -10 si no lo tienes).

«Algunas veces» parece equitativo (+5).

«La mayoría de las veces» puede implicar que tienes un coche grande (ideal para llevar a muchas personas o cosas) o que tienes uno estupendo en el que todo el mundo quiere subirse (O puntos). También puede significar que la mayoría de tus amigas no tiene vehículo propio. Entonces, tú eres generoso y siempre las paseas. Esperamos que tus amigas paguen la gasolina (+ 10).

Si tu respuesta fue «siempre», realmente debemos analizar las razones por las que así es. Pero la respuesta no favorece a tu coeficiente de príncipe (-10).

Pregunta 4

Está bien, ésta era una especie de pregunta capciosa, y no añadiremos ni restaremos puntos por ella; en realidad, yo no sé lavar la ropa. Y soy irremediablemente mala con la plancha. La incluimos en el formulario sólo para ver si lo estabas leyendo con atención. Por supuesto, si estás en el instituto y es tu madre la que te lava la ropa, eso no quiere decir nada.

Pregunta 5

Otra pregunta capciosa. ¡Todo el mundo tiene una reacción emocional ante esa película! «Reacción emocional», después de todo, es un concepto que cubre un gran territorio (O puntos; no importa si lloraste o no). Si no la viste, estás disculpado y puedes apuntarte 2 puntos extra.

RESULTADOS

Si tu puntuación fue de 32, eres un príncipe completamente desarrollado y en contacto contigo mismo.

Si tu puntuación fue de 29, tienes un alto coeficiente de príncipe.

De 19 a 21 constituye un rango medio para el coeficiente de príncipe.

Una puntuación de -32 muestra un coeficiente de príncipe muy bajo. El hecho de que te hayas sometido a esta prueba, sin embargo, es un signo esperanzador, porque la conciencia es el primer paso. No te descorazones, no existe un caso irremediable.

Puedes mejorar tu coeficiente.

ESTABLECE CONTACTO CON TU PRINCIPE INTERIOR

Todas las apreciaciones de este libro que se aplican a las mujeres en contacto con su cabrona interior también se pueden aplicar a los hombres en vías de convertirse en príncipes. Para detallar un poco:

1.
Cuando percibas una situación de abuso, no la disculpes dando explicaciones, llámala por su nombre. Incluso (o quizá particularmente) cuando se trate de tu propio abuso.

2.
Si el deseo de actuar como un macho (ver más arriba) es abrumador, sólo di: «Yo creo que no. Contrólate, amigo». Esto funciona muy bien, porque equivale a tomarse el tiempo de responder cuidadosamente.

3.
Aprende a distinguir la diferencia entre ser amable y ser paternalista. Por ejemplo, es amable decir «¿Te echo una mano?» cuando ves a alguien luchando a brazo partido por hacer algo como, por ejemplo, meter en la cama a dos niños pequeños. Mostrarse paternalista es decir: «¿Sabes?, cuando yo acuesto a los niños, les meto en la cama sin contemplaciones y apago la luz».

4.
Súbele el volumen a tu príncipe interior. Siempre ha estado ahí, murmurándote cosas como: «Realmente está bien querer pasar tiempo con mis hijos».

Nota: un hombre que pasa tiempo con sus hijos está ejerciendo su función de padre, no la de una niñera.

5.
Reconoce que tu príncipe interior y mi cabrona interior se encuentran sobre una base sólida y nivelada de igualdad.

Sólida y nivelada es una base maravillosa sobre la que construir cualquier cosa.

AMATE A TI MISMA

[APENDICE C]

“El éxito engendra confianza”

BERYL MARKHAM

Cabrona en diez minutos

Éstas son algunas cositas que podemos hacer durante el día para agudizar los reflejos reprimidos por la inmersión en el encanto tóxico. Como sucede con cualquier tipo de ejercicio, cuanto más las practiquemos, más fáciles serán. Considéralas como parte de un entrenamiento básico.

MIRARSE A LOS OJOS

Plántate frente a un espejo y mírate a los ojos. Piensa en la última vez que alguien te pidió algo absurdo. Para la mayoría de nosotras, esto habrá sucedido en las últimas 24 horas. Algo realmente absurdo, como la vez que tu prima se fue a la India durante un mes para encontrarse a sí misma (¿qué demonios estaría haciendo tan lejos?) y te pidió que le dieras de comer a sus gatos todos los días. A pesar de que esto requería un trayecto de una hora en tren de cercanías, tú dijiste que sí, ¿no es cierto?

Imagina que te lo vuelve a pedir. Escucha su voz, ve su casa. Ahora sonríe y dile: «Yo creo que no, prima».

Esto es especialmente instructivo, porque mientras recuerdas estas peticiones absurdas (hayas o no accedido a ellas), podrás ver con nuevos ojos tu patrón habitual de comportamiento. Éstas son las áreas en las que el encanto tóxico es particularmente fuerte en tu vida. Esta información es importante porque la conciencia es el primer paso para erradicar comportamientos no deseados.

ELEGIR CON NUESTROS BOLSILLOS

Reúne todas las revistas que tengas en casa. Repásalas hoja por hoja y arranca cualquier anuncio que te resulte ofensivo. No necesitas justificar ese sentimiento, sólo reconócelo. Una vez que tengas todas esas páginas reunidas (probablemente constituirán una gran pila), llévalas contigo a la tienda la próxima vez que vayas de compras. ¿Queremos darle nuestro dinero a esas empresas? Yo creo que no. Tarde o temprano entenderán el mensaje.

ME AMO; CREO QUE SOY GENIAL

¿Te acuerdas de todos esos libros y artículos sobre dietas que has acumulado durante años? Destrúyelos. Cada día arranca unas cuantas páginas para quemarlas en el fregadero, mientras dices: «Soy adulta. Yo elijo lo que como». Si no te gusta tu aspecto, adopta una alternativa razonable. Todos tenemos suficiente información sobre la forma en que nuestros cuerpos trabajan de verdad; utiliza la que te sirva. Pero lo más importante es que te plantes y simplemente digas «yo creo que no» ante el ideal tan poco realista que todos los demás fijan para nosotras. Las mujeres deben verse como personas, no como espantapájaros.

LOS DIEZ MÁS BUSCADOS

Haz una lista de todas las personas que se han aprovechado de tu inmersión en el encanto tóxico. No importa si fueron manipuladores, maliciosos o malos, porque su comportamiento no es el tema. El tuyo sí lo es. Una vez a la semana elige a una de esas personas y estudia con atención la situación que aconteció con ella.

Ahora, recréala en la forma en que te hubiera gustado que sucediera, poniendo especial atención en tu conducta. No tengas miedo; nadie va a ver esto jamás. El proceso es éste: al reescribir nuestra historia personal somos capaces de cambiar nuestro presente y nuestro futuro. Saber lo que hubiésemos deseado hacer en una situación nos prepara para la siguiente vez que ocurra algo similar. y siempre hay una próxima vez.

CON UNA AMIGA

Esto es entrenamiento intensivo. Elige a una amiga que realmente conozca tu vida.

Sentaos una frente a otra con los pies apoyados sobre el suelo y los brazos relajados a los lados. Una debe ser el receptor y la otra el emisor. El emisor hace una lista de todas las cosas a las que le hubiera gustado decir «yo creo que no». El receptor entonces repite la lista, dando al emisor la oportunidad de decir «yo creo que no» en voz alta.

El receptor añade un par de cosas ante las cuales le hubiese gustado escuchar que el emisor dijera «yo creo que no» (como aquella permanente que le arruinó el pelo).

LA PODEROSA CANCIÓN DE CUNA

No sé vosotras, pero el tiempo que paso en la cama justo antes de dormirme siempre ha sido de reflexión. Solía funcionar de esta manera: me acostaba pensando en todas las cosas espantosas que había hecho, empezando desde el parvulario, y me flagelaba por todas y cada una de ellas. De hecho, algunas veces me sentía tan mal conmigo misma que no podía conciliar el sueño durante horas, porque una cosa me llevaba a otra y, en el momento en que me sentía lo suficientemente exhausta como para quedarme dormida, había llegado la hora de levantarme. No hace falta decir que ésos no eran mis mejores días.

Creo que he encontrado una manera mejor de lidiar con este tiempo de reflexión.

Pienso en todas las cosas que he hecho bien en mi vida, como todas esas veces en que he puesto atención a mi cabrona interior, y las veces en que me he salido de la espiral del encanto tóxico. Me quedo dormida con una sonrisa en el rostro. Y cuando me despierto por la mañana, me siento poderosa.

Pensé que sería bueno compartir esto con vosotras.

[Agradecimientos]

Me gustaría dar las gracias a las siguientes personas por haber contribuido a la realización de este libro: Jim Motavalli (que creyó en mí mucho antes de que yo misma lo hiciera); Mary Ann Masarech; Laura Fedele; Judith Gardner; Karen Drena; Piper Machette; Richard Howe; mi hada madrina, Jocelyn K. Moreland; Felicia y David Robinson (quienes me dieron asilo en las primeras etapas de este libro); Jeff Yoder; Tom Connor; Sarah Waite y Lysbeth Guillorn, por su trabajo de investigación y edición; Nicole Hollander, Marian Henley y Mary Lawton; Mace Norwood (que ha estado en lo cierto durante todos estos años); y a todos mis amados amigos a los que, por ser demasiado maravillosos (y numerosos), es imposible mencionar por su nombre.

Un agradecimiento especial a Deborah Werksman por su paciencia extrema, su constante amabilidad, su entusiasmo ilimitado y, sobre todo, su gentil sinceridad e intuición.

[Acerca de la autora]

Elizabeth Hilts es editora de un semanario alternativo. Asimismo, su trabajo aparece regularmente en periódicos (también alternativos) de Estados Unidos.

Desde que definió el concepto de «cabrona interior» para el primer número de la revista Hysterial ha estado en diversas emisoras de radio para analizarlo en antena.

La autora considera que la cabrona interior alcanzó definitivamente la fama cuando Rush Limbaugh la vituperó en su programa de radio durante varias semanas. No hace falta decir que Rush no comprendió lo esencial.

Elizabeth Hilts ha fundado una empresa llamada Inner Bitch Professional Communications, que desarrolla talleres y seminarios dedicados al surgimiento de la cabrona interior en toda mujer. La autora se encuentra disponible para hablar en público. Se puede contactar con ella a través de Hysteria Publications (203) 333-9399

(Estados Unidos) o por correo electrónico: [email protected]

A Elizabeth le gustaría ver que este libro llega a toda mujer que quiera reírse a
carcajadas y decir lo que piensa.

BOOK: Manual de la perfecta cabrona
3.09Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

The Pirate's Wish by Cassandra Rose Clarke
Reluctant Partnerships by Ariel Tachna
Devil’s Kiss by Zoe Archer
PIKE by Benjamin Whitmer