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Authors: Michael A. Stackpole

Tags: #Aventuras, #Ciencia ficción

Marea oscura I: Ofensiva (4 page)

BOOK: Marea oscura I: Ofensiva
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Gavin se estremeció y aceleró el Ala-X.


Leo
, empieza a grabar. Quiero tener la oportunidad de estudiar luego esta maniobra.

Utilizando el timón de vacío, Gavin apuntó el morro del Ala-X hacia una ruta que lo situaba detrás de la semilla. Ascendiendo hacia la derecha, activó un interruptor que colocaba los alerones-s en posición de ataque. Con un toque del pulgar, cambió los controles de sus armas al modo láser y los cuadró para que los cuatro dispararan al mismo tiempo.

La semilla giró y se colocó frente a la trayectoria de avance de Gavin. Los sensores no le indicaron ninguna activación de potencia, pero le perturbaba más el hecho de que no hubiera lecturas de motores encendidos.
¿Cómo se mueve esa cosa?

Antes de que las respuestas surgieran solas, Gavin dio un giro brusco a estribor y se elevó rozando la semilla. Soltó una ráfaga rápida y esperó que la semilla explotara, pero eso no ocurrió. Cuando el disparo se acercó al blanco, el haz giró sobre un vértice invisible y se deshizo en mil pedazos luminosos.

Por los huesos negros del Emperador..

La semilla avanzó rápidamente, girando para dirigir el morro hacia el Ala-X.

Gavin se inclinó a babor y dio la vuelta, pero algo interceptó su nave.
Leo
empezó a chirriar al instante y los escudos delanteros del Ala-X se desactivaron.

Algo amorfo y de color rojo comenzó a surgir del morro de la semilla y salió disparado hacia el Ala-X. Dio en el blanco y se quedó pegado. Lo que parecía ser roca derretida comenzó a colarse por el fuselaje de metal del caza.

Las sirenas de alarma se activaron, ahogando los silbidos asustados de
Leo
.

Los mensajes rojos de alerta comenzaron a aparecer en el monitor principal, y todos menos uno pasaron demasiado rápido como para que Gavin pudiera leerlos. El que pudo leer informaba de la ignición prematura de un motor de torpedos de protones, que incendió el depósito de munición de babor y rasgó el Ala-X.

Atónito, Gavin se apoyó en el respaldo de su asiento. Los monitores se quedaron en negro y la escotilla de la cabina se abrió. Miró el cronómetro y negó con la cabeza.


Leo
, hemos durado veinticinco segundos. ¿Qué era eso?

Un humano se asomó a la cabina.

—Coronel Darklighter, el almirante me ha enviado para felicitarle. Gavin parpadeó y se pasó la mano enguantada por la perilla marrón.

— ¿Felicitarme? He durado menos de un minuto.

—Sí, coronel, es cierto —sonrió el hombre—. El almirante se reunirá con usted en su despacho dentro de una hora y le explicará por qué hay que felicitarle por haberlo hecho tan bien.

Gavin se sentó tras su escritorio y contempló distraídamente las imágenes generadas en su holoproyector. La primera foto era de él con sus dos hijos, dos niños huérfanos que vivían cerca del hangar que había ocupado el Escuadrón Pícaro tras la crisis de Thrawn. Todos sonreían. La siguiente mostraba a los niños dos años después. Ambos seguían sonriendo pese a ir vestidos de etiqueta, de pie junto a Gavin y su prometida, Sera Faleur, el día de su boda.

Ella fue la asistente social que le ayudó en el proceso de adopción de los dos muchachos. Gavin sonrió al recordar a sus compañeros del escuadrón diciéndole que su matrimonio mixto no duraría. Ambos eran humanos, pero ella era de Chandrila y había crecido a la orilla del Mar de Plata, y él procedía de Tatooine. Pese a ser de distintos planetas, su convivencia fue sencilla.

La siguiente imagen mostraba a Sera y a Gavin con su primera hija, y tras esa foto vinieron otras con su hijo recién nacido y su siguiente hija. En una foto de una felicitación de Año Nuevo salían los siete juntos. Gavin recordaba con detalle lo felices que habían sido. Antes de conocer a Sera había asumido que nunca encontraría a alguien a quien amar, pero ella fue el bálsamo que curó su corazón roto. No le hizo olvidar el pasado y el amor que había perdido, sino recobrar la alegría de la vida y todas sus posibilidades.

—Espero no interrumpir nada, coronel.

Gavin miró a través de la imagen de su familia y negó con la cabeza.

—No, almirante, en absoluto.

Gavin apagó el holoproyector con cierto alivio, ya que la llegada del almirante bothan había detenido el ciclo de imágenes justo en ese punto, en los tiempos felices.

El almirante Traest Kre'fey tenía un parecido asombroso con los otros miembros de la familia Kre'fey que Gavin había conocido: el difunto general Laryn, abuelo del almirante, y Karka, el hermano del almirante. Pese a haber pasado cierto tiempo en compañía de bothanos, Gavin no podía recordar a ninguno que tuviera el pelo enteramente blanco, aparte de la familia Kre'fey.

Traest no tenía los ojos dorados de sus dos parientes, sino violetas y con reflejos de oro. Gavin supuso que el violeta procedía de la rama de Borsk Fey'lya, ya que ambas familias estaban emparentadas en un complicado entramado de matrimonios.

Traest llevaba un uniforme negro de piloto desabrochado a medio cuerpo.

Cerró la puerta del despacho de Gavin y se desplomó sin ceremonias en el sillón que estaba a la izquierda de la puerta. Gavin salió de detrás de su mesa y se dirigió a una de las dos sillas para que la conversación fuera más informal.

Se sentó y apoyó los codos en las rodillas.

—Me mató en veinticinco segundos. ¿Qué era eso?

El bothan sonrió.

—Enhorabuena. Yo morí en quince segundos en mi primer encuentro. A ti te salvó extraer los datos biológicos del objetivo.

—Eso me haría sentir mejor, si no hubiera muerto —Gavin frunció el ceño—. ¿Sabemos lo que era?

El almirante bothan se pasó las garras por la pálida cabellera.

—Hace dos días Leia Organa Solo habló ante el Senado e intentó advertirle de una fuerza alienígena desconocida que había atacado varios planetas del Borde Exterior, más allá de Dantooine. No fue bienvenida, pero dejó unos datos para la investigación. La simulación se ha creado a partir de ellos.

Gavin se apoyó en su respaldo.

— ¿Me estás diciendo que esa semilla, esa "cosa", es un caza empleado por unos invasores del Borde Exterior?

—Sí. La especie que los creó les ha dado el nombre técnico de coralitas. Los crían a partir de algo denominado coral yorik. Ya sé que el nombre no da mucho miedo, pero me da la impresión de que hay matices que se pierden con la traducción. Yo prefiero llamarlos coris.

— ¿La Princesa intentó advertir al Senado sobre esto y no le prestaron atención?

Traest negó con la cabeza.

—Hay poderes opuestos que han unido fuerzas para avivar la polémica del tema de los Jedi. La controversia está servida porque se acusa aun Jedi de llevar a cabo una acción imprudente que agravó el conflicto rhommamuliano. Varios poderosos senadores interpretaron las declaraciones de la Princesa como un intento de distraer la atención del problema Jedi. El hecho de que los Jedi tuvieran un papel clave en la destrucción de los alienígenas no ayudó nada.

Gavin asintió. Nunca había tenido problemas con los Jedi y, de hecho, uno de ellos, Corran Horn, era uno de sus mejores amigos. Había algunos Caballeros un tanto soberbios, pero Gavin ya había visto casos semejantes entre los pilotos de guerra, así que no le sorprendía en absoluto. Era un hecho que había ciertas cosas que sólo los Jedi podían hacer, y llevaba demasiado tiempo en el ejército para descartar una facción sólo porque algunos de sus elementos fueran conflictivos.

— ¿Hay evidencias de que continúe la entrada de invasores?

—La verdad es que no, pero es lógico pensar que el proceso necesario para viajar de una galaxia a otra requiere contar con una base en la que renovar los recursos —el bothan sonrió—. Si gastas muchos créditos en ir a alguna parte, normalmente es porque te vas a quedar un tiempo.

—Eso es cierto y, además, los planetas del Borde no son el tipo de sitio al que vas de vacaciones —Gavin se pasó una mano por la boca—. Esos coris.. son increíbles. ¿Cómo se mueven? ¿Cómo eliminaron mis escudos?

—Necesitamos investigar más para estar seguros, pero por lo visto poseen unas criaturas llamadas dovin basal que forman parte del propio caza. Esos seres manipulan la gravedad, que es el método que emplearon para rechazar tus disparos y acabar con tus escudos. Creemos que si potenciamos la esfera del compensador de inercia lograremos impedir que desactiven los escudos. Yo creo también que si reducimos la potencia de los disparos láser y aumentamos la cantidad, los coris se verán obligados a derrochar mucha energía para crear esos escudos de agujero negro. Mientras están ocupados absorbiendo los disparos, su capacidad de maniobra se verá mermada. Sin embargo, esa estrategia sólo es una hipótesis y sólo puede comprobarse en combate.

—Entiendo —Gavin juntó las manos—. Puedo poner al escuadrón a simular ataques contra esas cosas. Luego nos mandas al Borde y lo intentamos.

—Sabía que estarías preparado para esto y te lo agradezco, pero tenemos otro problema.

— ¿Cuál?

El bothan suspiró.

Teniendo en cuenta el rechazo que sufrió la Princesa Leia, cualquier acción que insinúe mínimamente que ella tiene razón será censurada. Aunque mi unidad se encuentra en el Borde en estos momentos, no puedo solicitar inspecciones de los lugares de batalla, ya que no se me permite ayudar a otros a inspeccionar, nada de nada. Actuar como si el informe de Leia tuviera credibilidad es un suicidio político.

—Ya, pero asumir que no la tiene es un suicidio real —el hombre miró al suelo y después a los ojos violetas de Traest—. Dado que Borsk Fey'lya lidera la Nueva República, esto no será fácil para ti, pero ignorarlo...

Traest alzó una mano anticipándose a los comentarios de Gavin.

—Coronel, el error que cometió mi abuelo en Borleias provocó la paulatina pérdida de poder de mi familia. En esa época yo ingresé en el sistema de la Academia Marcial de Bothan. Asistí a una de las escuelas satélite más pequeñas y tuve un instructor que no dejó de señalar ciertos fallos en el funcionamiento de la sociedad bothan. Espero que haya visto lo suficiente de mí a lo largo de los años como para saber que, al pertenecer a una generación más joven y más nueva, no tengo intención de hacer sólo lo que mis superiores creen que debo hacer. Por ejemplo, si supieran que le dejé hacer la simulación, me degradarían a oficial de vuelo y tendría que volver a ascender a mi rango por méritos propios.

—No le costó mucho la primera vez, almirante.

—Contaba con personal clave en los escalafones superiores cuando se produjo la dimisión militar bothan tras el problema caamasiano, por eso fue tan rápido. No me importa emplear la política si me conduce en la dirección en la que quiero ir, pero me disgusta cuando me impide hacer lo correcto —Traest abrió las manos—. Estaba pensando, coronel, que me gustaría contar con el Escuadrón Pícaro en el Borde. Podrían fingir ser un grupo pirata atacando sistemas remotos. Mis unidades en la zona os perseguirán, pero os permitirán escapar y os dejarán ocultaros para explorar lo que queráis.

— ¿Y qué pasa si nos encontramos con una unidad de coris cuando estemos ahí fuera?

—Espero, por el bien de todos, que eso no ocurra —el bothan sonrió sombrío—. Pero, si aparecen, los destrozaremos y llevaremos al Senado una prueba que no podrá negar.

Capítulo 3

Luke Skywalker se hallaba en la entrada de la gruta, dejando que la suave brisa de Yavin 4 jugara con la túnica oscura que lo envolvía. En la abertura circular de la caverna había varias losas grises, y cada una de ellas recordaba a un Jedi o a un estudiante caído en combate. Gantoris había sido el primero, luego Nichos Marr, Cray Mingla y Dorsk 81. Después fueron llegando otros. El último era Miko Reglia.

Al contemplar las losas, los sentimientos encontrados de Luke le rasgaban por dentro. Estaba muy orgulloso de los sacrificios realizados por aquellos Jedi.

Habían aceptado la responsabilidad de un Jedi y se habían defendido admirablemente pese a no haber terminado su instrucción. Eran un ejemplo inmejorable para que los nuevos alumnos supieran lo difícil que podía llegar a ser la vida de los Jedi.

Los remordimientos también hacían mella en él.
No sería humano si no me preguntara qué podía haber hecho para impedir sus muertes
. La primera época de la academia Jedi fue complicada porque él seguía buscando su camino como Jedi y como profesor. Su experiencia en el Lado Oscuro, cuando el Emperador regresó, también le cegó ante algunas necesidades de sus estudiantes. Luke era consciente de que probablemente los había iniciado demasiado pronto, pero no hacerlo hubiera significado que habría muchos menos para hacer frente a la invasión yuuzhan vong.

BOOK: Marea oscura I: Ofensiva
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