Mi novia (10 page)

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Authors: Fabio Fusaro

Tags: #Autoayuda

BOOK: Mi novia
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  • En tu caso es lo mismo. La única jugada ganadora es no jugar.
  • No hagas nada. Sólo quedate esperando a que ella vuelva a jugar.
  • No la llames, no la vayas a buscar, no le mandes decir nada.
  • Actuá como si realmente hubieras entendido su planteo y estuvieras respetando su decisión.

Ella no podría reprocharte nada al respecto.

Si realmente te quiere, algo va a hacer.

Seguramente actuó de esa manera esperando una reacción tuya, que al no producirse la obliga a volver a jugar si quiere que el juego siga. Sin duda lo va a hacer. Siempre lo hacen.

Cuando lo haga, vos vas a tener una posición mucho más ganadora que si hubieras intentado cualquier jugada.

Es importante hacer un alto en este punto para mencionar lo difícil que es hacer esto. Porque cuando ella no da señales de vida cada minuto parece eterno, nuestra mente va a mil por hora enviándole a nuestro corazón mensajes nefastos y nuestro corazón entonces nos suplica que hagamos algo para remediar la situación. Se nos van a ocurrir una gran cantidad de cosas para hacer, como por ejemplo llamarla con alguna excusa, pasar por la casa, escribirle una carta, mandarle a decir algo por un amigo, encontrarla como de casualidad en algún lado, etc.

Como vimos antes, lo mejor es no hacer nada. Esperar a que ella vuelva a jugar, porque si no lo hace te pierde, y si te quiere lo último que puede permitirse es perderte. Antes de marcar su número pensá que si ella se estuviera muriendo por hablar con vos te llamaría. Tal vez esté a punto de hacerlo y tu llamado empeoraría todo.

Es difícil aguantarse, pero cuando se te empiecen a dar los resultados te vas a felicitar una y mil veces por haberlo hecho.

Pero yo te quiero…

«Dime si él, te conoce la mitad,

dime si él, tiene la sensibilidad,

de encontrar el punto exacto

donde explotas al amar».

«Dime si él, te conoce la mitad,

dime si él, te ama la mitad

de lo que te ama este loco,

que dejaste en libertad».

Ricardo Arjona.

Linda canción. Muy romántica por cierto. Creo que a todos los novios abandonados nos gustaría poder cantársela a nuestra ex. Claro que antes de hacer esto sería conveniente tener en cuenta un par de cosas, como por ejemplo que si tu novia te dejó por otro le importa bastante poco cuanto más la conocés en comparación con su nueva pareja.

Es más, el hecho de que el otro no la conozca tanto le da más emoción a la nueva relación, dado que hay mucho por descubrir.

También le importa bastante poco, por no decir nada, cuanto la amás. De lo contrario no te hubiese dejado. Y dado que ella no tiene bronca, sino que simplemente se enamoró de otro, podríamos decir que hasta preferiría que no la quisieras más.

Y con respecto a si el otro tiene la sensibilidad de encontrar el punto exacto donde explotar al amar, lamentablemente debemos asumir que sí la tiene.

Nos encantaría saber que no, pero sí, la puta que lo parió, la retiene. Y si no la tiene, ella se va a encargar de enseñarle absolutamente todo cuanto necesita saber.

Hablarle de nuestros sentimientos a nuestra ex, para convencerla de que volvamos a estar juntos es como ir a una concesionaria de autos y contarle al dueño cuánto anhelamos tener la cupé roja que está en exposición.

En la puta vida el tipo nos va a decir «Bueno, si tanto la quiere llévela nomás».

A nuestra ex le importa un pito cuánto la queremos. Lo único que puede hacer que vuelva es que ella nos quiera.

El hecho de decirle: «Pero yo te quiero…» no va a conmoverla ni a hacer que cambie sus sentimientos. A lo sumo le daremos lástima, y como vimos unos capítulos atrás, ese es el comienzo del verdadero final.

Usemos el cerebro. ¿Qué es lo que nos hace pensar que diciéndole lo que sentimos, ella va a sentir lo mismo por nosotros? En otras palabras lo que estamos diciéndole es: «Vos quedate tranquila y disfrutá de tu soltería, o de tu nueva relación que igual yo sigo estando acá reenamorado, esperándote para cuando quieras volver a estar conmigo».

¿Alguna vez le diríamos aso? Ni en pedo. Pero de una manera más resumida, con el «yo te quiero…» se lo estamos diciendo.

Si seguimos usando nuestro cerebro, nos vamos a dar cuenta también que si ella nos dejó, no sólo no deberíamos decirle que aún la queremos, sino que deberíamos estar al menos algo enojados, dado que no hace mucho tiempo nos dijo un montón de cosas y tal vez nos hizo un montón de promesas que acaba de tirar por la borda.

Si a pesar de todo esto, cuando la vemos le recordamos que la queremos, ¿qué imagen de nosotros le estamos dando? ¿No nos estaremos desvalorizando ante sus ojos?

Es muy lógico que ella piense: «Le dije que lo quería, le prometí mil cosas, lo dejé, quedó al descubierto que le mentí, y el tipo todavía viene y me dice que me quiere».

Ampliando el concepto anterior creo que estamos en condiciones de asegurar que no sólo que no les importa que las querramos, sino que además hasta les puede llegar a molestar.

Recordemos entonces que la forma de recuperarla no es hablarle de nuestro amor, sino hacer con diversas acciones que ella se de cuanta de sus propios sentimientos con respecto a nosotros.

«Te quiero, te amo, te necesito», a veces pueden significar «Soy un idiota que sin vos no puede vivir a pesar de que te hayas comportado conmigo como la mismísima mierda».

Guardemos esas palabras románticas para los momentos en que realmente las merecen, y para cuando al decirlas provoquen el efecto que buscamos.

Esa nueva relación «Free»

Otro caso muy común es retornar con una ex novia, pero con la consigna (obviamente propuesta por parte de ella) de tener una relación «Free». O sea volver a estar juntos pero en una especie de rara amistad, donde ninguno de los dos pierde sus libertades. Sería algo así como si fueran amigos pero con amor y sexo incluidos de vez en cuando.

A vos este tipo de relación no te va ni a palos, pero la aceptás porque es la única manera posible que ves de estar con ella.

Es más, te hacés el bananón tratando de hacerle creer que estás realmente contento con el nuevo sistema, y hasta tal vez te estés engañando a vos mismo diciéndote que eso es bárbaro y que tiene un montón de ventajas para vos.

Mentira. Vos querés que sea tu novia como antes. Y la querés para vos solo.

Lo que pasa es que te duele mucho ponerte a analizar el por qué ella quiere este tipo de relación.

Los motivos pueden ser varios: tiene otro y no quiere perderte del todo, no está segura de querer dejarte pero no quiere perderte, le duele dejarte y está intentando hacerlo de a poco, sea lo que sea lo que esté pasando no es algo bueno para vos.

Es hora entonces de que tenga un trago de su propia medicina.

Hasta ahora ella propuso el juego y tomó para sí misma todas las ventajas, dado que vos siempre estuviste disponible comportándote como el novio que siempre fuiste y dicho sea de paso, el que querés seguir siendo.

¿Qué hacer entonces? Ponela en el freezer. No podés negar que si esta relación sigue así se va a pudrir.

¿Qué pasa con los alimentos cuando están mucho tiempo en la heladera?

Se ponen feos.

¿Cómo se hace para que no se pudran y poder disfrutarlos más adelante?

Se los pone en el freezer.

Ella propuso una relación liberal, sin compromisos ni ataduras. Entonces que se atenga a las consecuencias.

Congelala.

Por un tiempo no la atiendas ni le respondas sus llamados.

Ese era el juego que ella quería, pero lo quería sólo para su propio beneficio, nunca para el tuyo. Nunca sintió hasta ahora que su nuevo «Free relation system» podría hacer que vos te alejaras y te perdiera. Te aseguro que no le va a gustar ni medio.

Claro que como las reglas las puso ella no va tener ningún derecho a patalear y lo único que va a poder hacer es volver a cambiar las reglas para que vuelvan a tener una relación más estable. Y eso es exactamente lo que vos querés.

No te gastes hablando y tratando de convencerla con palabras. Lo que necesita es un tiempito en el freezer.

Hablando sólo logramos embarrar más la cancha. Recordemos el capítulo «Cuando voy es porque vengo y cuando vengo es porque voy».

—No te pude encontrar ni ayer ni antes de ayer… —va a decirte con preocupación.

Y… que se joda.

Si pasa un fin de semana sin que la llames para salir va a empezar a pensar que te estás alejando y va a entrar en pánico. Vos tranquilo. Hacete un cursito de actuación y fingí que ella no te importa como antes. Que sienta que la relación que ella propone la va a perjudicar y mucho si es que realmente te quiere.

¡Glup! Lo hice otra vez

Aplicar todas las técnicas que estamos viendo es muy difícil. Vas a fallar en más de una ocasión. No te preocupes. Es normal.

Lo importante es saber qué es lo que «debemos» hacer en ciertos casos. Si después lo logramos hacer o no es otro tema. Al menos, si las cosas nos salen mal podremos detectar dónde estuvo la falla.

A mí particularmente siempre me interesó analizar el tema de las rupturas en los noviazgos y los distintos comportamientos de las personas. En base a ese análisis llegué a establecer patrones que me ayudaron entre otras cosas a mantener una relación, a ayudar con algunos consejos a amigos en situaciones complicadas y, por qué no, a escribir este libro.

Así y todo, nunca dejé de hacer cagadas por completo.

En más de una oportunidad me encontré con cara de idiota frente a una mujer de la que estaba enamorado y temía perder diciéndole: «Si te pierdo me muero», o «¿Ya no me querés como antes?»

Si le preguntamos a una mujer si ya no nos quiere como antes, es porque notamos algo malo en su forma de tratarnos. Entonces ¿qué esperamos que nos responda? Si nos dice que sí, no lo vamos a creer del todo y nos vamos a quedar con la duda. En realidad lo que estamos buscando no es una repuesta sino un cambio de actitud. Y los cambios de actitud no se logran con preguntas. Y yo lo sabía. Pero lo volví a hacer. ¿Por qué? Porque en ese momento lo que necesitaba era un efusivo «Sí mi amor» acompañado de un abrazo, un romántico beso y, por qué no, alguna que otra lagrimita de emoción que nunca vino.

Es que es así. Como decíamos al principio, a veces nuestro corazón necesita alivio inmediato y como unos giles vamos en busca de él a pesar de que sepamos que lo que estamos haciendo no es correcto.

Mi amigo Ariel me pidió un consejo acerca de cómo proceder con una chica con la que estaba comenzando a salir a raíz de determinada situación que se había planteado en la cual no vale la pena detenernos.

Luego de escucharlo pacientemente por teléfono durante un largo rato y de analizar su situación le aconsejé esperar cuatro días antes de llamarla. Ariel entendió perfectamente los motivos por los cuales le di tal consejo y me lo agradeció mucho. Prometió seguirlos al pie de la letra y mantenerme al tanto de las novedades luego de efectuar ese llamado que según lo conversado tendría lugar no antes del martes de la próxima semana.

A los quince minutos vuelve a sonar mi teléfono y era Ariel.

—La llamé —me dice.

—¿Pero vos sos pelotudo? ¿Qué habíamos dicho?

—Sí, ya sé… ya sé… pero es que no aguanté.

—¿Y qué le dijiste?

—Que necesitaba hablar con ella lo antes posible y si podía ir ahora para la casa.

—¿Y qué te dijo?

—Me dijo que sí. ¡¡¡Boludooooo, buenísimo!!! Ya estoy saliendo para allá.

—Bueno —le dije— que te vaya bien, después llamame y contame.

Y tal vez le iba a ir bien. ¿Por qué no?

Pero hay una realidad indiscutible. Si ese mismo llamado lo hubiera hecho cuatro días después, como yo le dije, le habría demostrado que con él no se podía jugar así como así y habría provocado que ella lo extrañe y que tuviese miedo de que él no la volviera a llamar. En fin, lo habría valorado más. Ariel tuvo la voluntad de hacer las cosas bien, pero su corazón le jugó una mala pasada.

Y para peor, no le fue bien. Le fue como el orto.

En ese caso Ariel tenía que aplicar el antes nombrado «cuando voy es porque vengo y cuando vengo es porque voy». Y lo sabía. Es más, lo sabía bien. Pero no pudo.

Por eso, alguna que otra cagada es probable que nos vayamos a mandar siempre. Lo importante es que al menos sean la menor cantidad posible, y que las vayamos capitalizando como experiencia para no volver a repetir los mismos errores.

Ojo con las canciones

Vivimos expuestos a miles de mensajes que nos agarran desprevenidos y penetran en nuestra mente. Al caminar por la calle recibimos un verdadero bombardeo de conceptos inventados por alguien.

La publicidad nos dice constantemente por medio de la radio, la televisión, los diarios, las revistas y los afiches, que si no consumimos tal o cual producto o servicio, casi casi no existimos. Y de alguna manera, esto nos afecta.

Algo parecido sucede con los sentimientos. Todos escuchamos música, vamos al cine y miramos televisión. Y tanto las canciones como las películas nos van metiendo en el inconsciente ciertos conceptos que tomamos como verdaderos.

Las empresas para vender más, en muchos casos realizan comerciales con actores conocidos hablándonos sobre las bondades de sus productos. Está comprobado que este tipo de publicidad funciona bastante bien, dado que estos actores le dan credibilidad al mensaje.

Algo similar sucede con los cantantes y las letras de sus canciones.

La gran mayoría de los temas de amor que venimos escuchando desde que tenemos memoria, hablan de lo destrozada que quedó una persona después de una ruptura.

Frases como: «Sin ti no puedo vivir», «Jamás podré olvidarte», «Con quién estás ahora», «Me muero por ti», «Sin tu amor no soy nada», «Cada vez que te vas, se me eclipsa el sol», «Me estoy muriendo por verte», «Cuando pienses en mi, yo estaré pensando en ti», «En la distancia muero día a día», «No dejaré de quererte jamás», etc, se fueron metiendo en nuestro cerebro y sin que nos diéramos cuenta se fueron incorporando a nuestros pensamientos como premisas verdaderas.

¿Conocen alguna persona que se haya muerto realmente porque su pareja la dejó? Y vos tampoco te vas a morir, ni vas a poder dejar de pensar en ella, ni se te va a apagar el sol, ni nada.

Es hora de comenzar a pensar distinto. Tal vez no podamos evitar sentir ciertas cosas, pero sí podemos pensar que vamos a dejar de sentirlas. Cuando tenemos fiebre nos duele el cuerpo, pero sabemos con certeza que en un par de días vamos a estar bien nuevamente.

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