Mi vida en la formula uno (51 page)

BOOK: Mi vida en la formula uno
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Todo comenzó cuando Bernie, quien llegó en helicóptero, no pudo aterrizar en el helipuerto de siempre debido a nubes bajas. Por lo mismo tuvo que aterrizar al otro lado del circuito y consiguió un aventón en un auto cuyo conductor no sabía donde estaba. Llamó a Brian para pedirle ayuda, pero falló en decirle exactamente en donde estaba, por lo que Pallett y sus hombres estuvieron dando vueltas en círculos por las 510 hectáreas de Silverstone tratando de encontrarlo, sin éxito. Bernie no estaba de buen humor por obvias razones. Creo que sus principales quejas eran la falta de señas e indicaciones a lo largo del perímetro del circuito; la falta de espacios apropiados para estacionarse (sólo había campos lodosos) y, para acabar de molestar, enormes filas en los pocos baños disponibles.

Básicamente, no creo que Bernie haya perdonado al BRDC (British Racing Drivers Club), que posee el circuito, por gastar varios millones de libras en su propia y espléndida Casa Club, ¡pero no lo suficiente en las instalaciones del circuito! ¡No era difícil entender a los viejos muchachos de las carreras, quienes habiendo gastado todo su tiempo y dinero en autos de competencia, buscan un poco de lujo y comodidad en su vida adulta! Pero después se les acuso de sólo tener gasolina en sus venas, falta de sagacidad en los negocios, poca visión y poca conciencia de que las carreras son un negocio que ha cambiado con el tiempo. Es sólo gracias a los esfuerzos de Ron Dennis, Frank Williams, Jackie Stewart y Martin Brundle que Silverstone continúa funcionando.

Pero no sólo Silverstone tenía problemas. El jueves mientras manejaba mi Harley afuera del circuito, pude ver el gigantesco camión transporte de Arrows retirándose de ahí; no estaba rotulado y pronto me di cuenta de que los rumores que había escuchado durante el día eran verdaderos. Arrows había fallado en pagar la cuenta de sus motores y, por lo tanto, Cosworth ya no le daba ningún tipo de crédito. Más temprano, el mismo día, había ignorado los rumores, ya que estaba seguro de que Tom Walkinshaw sería más que capaz de sacar al equipo del problema. No obstante, si él no estaba preparado para hacerlo, entonces el asunto era más grave de lo que pensaba, pero todos estuvimos muy felices de verlos de regreso el sábado para las calificaciones; y muy tristes de ver a Heinz-Harald Frentzen pasar del lugar 17 al séptimo sólo para que su ofensor motor Cosworth terminara descomponiéndose.

Después de formar parte de no menos de 15 equipos de Gran Premio que ya no existen, me entristece mucho cuando otro equipo falla en colocarse en la parrilla. No sólo pierdes a esas personas que estaban al frente y no pueden unirse a otro equipo, sino también el deporte pierde el nombre del equipo y, con eso, la historia del mismo. Se han ido muchos equipos pequeños y grandes: Lotus, Brabham, Ligier, Fittipaldi, Tyrrell, Prost y, ahora, Arrows seguía el mismo camino. A nadie le gusta ver esto, ni siquiera a los que corren detrás de ellos.

Pero supongo que hay que ser realistas, cada año se vuelve más cara la Fórmula Uno y cortar los costos unilateralmente sólo te volvería más lento. Además de esto, las corporaciones grandes están eliminando presupuestos de publicidad y el hecho de que el mercado financiero esté en su punto más bajo en años, le da muy pocas probabilidades de supervivencia a los equipos más pequeños. A menos que tengas un fabricante de autos como socio, está más que dicho que no podrás lograrlo. Lamentablemente, ya han pasado los días de los pequeños y entusiastas equipos de carreras de la Fórmula Uno: ¡parece que hace mucho ocurrieron aquellas escenas maravillosas que vimos en Melbourne en el 2002, cuando el novato de Minardi, Mark Webber, marcó dos puntos al terminar en quinto lugar en su carrera en casa!

Bernie Ecclestone ya se encuentra definiendo los términos para pedirle a los equipos principales que inscriban tres autos de Fórmula Uno, en lugar de dos, para aumentar la parrilla, pero por muy triste que pueda ser perder a los equipos pequeños, la competencia seguramente mejorará ya que más pilotos podrán correr los mismo autos que las estrellas y, sin duda, querrán dejar su huella en el deporte.

Con todos los rumores rondando alrededor del circo de los Grandes Premios acerca del futuro de la carrera de Bélgica, debido a la prohibición del gobierno sobre la publicidad de cigarros, y con la posibilidad de que se rasure el circuito y se convierta en otra pista de carreras corta y aburrida, decidí que tenía que ir. Si Spa-Francorchamps desaparecía de la escena nunca me hubiera perdonado no aprovechar la oportunidad de estar ahí por última vez.

También intentaba que Mika Hakkinen acudiera y pasar el fin de semana en Spa, lugar que él también disfrutaba bastante. Siempre nos quedábamos en la maravillosa casa de huéspedes de una familia belga muy amigable con quienes, a través de los años, desarrollamos una amistad cercana. Desafortunadamente Mika decidió no ir a la carrera esta temporada, tal vez sintió que era muy pronto para mostrar su rostro.

Spa ha sido anfitrión de algunas de las mejores carreras en la historia de nuestro deporte y cada uno de nosotros tenemos un recuerdo particular del Gran Premio belga. Para mí, había mucho más de los normales, en parte porque he estado en mucho más carreras que el promedio. La que siempre recordaré es cuando alcancé ‘mi’ primera victoria de Gran Premio, en 1967. La de Dan Gurney, en el Eagle, fue la primer y la única vez que un estadounidense ganó un evento de Gran Premio con un auto que portara su propio nombre. Para mí fue la primera victoria de 116 en 479 arrancadas, una marca de la cual siempre estaré muy orgulloso y, aunque estoy seguro de que si todavía no la rompen, ha de faltar poco.

Una de las cosas que más quería y nunca había podido hacer en 40 años de vida en este deporte, ya que debía estar en los fosos, en Spa, era acercarme lo suficiente a la curva de
Eau Rouge
para ver desde ahí las calificaciones. Era la curva del año, la única que quedaba en el calendario que separaba a los hombres de los niños, ahora que curvas como la
Grande,
en Monza, o la
Uno,
en Interlagos, ya no existen. Fue maravilloso estar cerca de ésta y escuchar quien levantaba el pie del acelerador y quien la tomó con el auto a fondo.

No obstante, estaba un poco decepcionado con
Eau Rouge
por la nueva superficie de asfalto que, obviamente, tenía más adherencia. También había pavimento adicional en el área de escape de la pista en lugar de arena, en caso de que algún piloto cometiera un error y necesitara un poco de espacio extra para corregirlo, y, obviamente, ¡el horrendo control de tracción! Todos los pilotos pasaron a toda máquina; algunos autos parecían ir sobre rieles, mientras otros perdían un poco la línea. Observé la arrancada en
La Source;
pienso que es el mejor lugar en el mundo para ver a los 20 mejores pilotos del mundo tratando de evitarse unos a otros sin ceder terreno y, con más frecuencia que no, lográndolo. Algo que siempre es maravilloso de ver.

Estaba muy contento de que David Coulthard demostrara que había hecho la mejor elección de los neumáticos para la carrera y que la estrella creciente de McLaren, Kimi, trabajara tan duramente para mantener su posición, después del tremendo espectáculo que dio en las calificaciones, antes de que expirara su motor.

Después de haber completado mi dosis de carreras para el año, pude pasar mucho tiempo de calidad y algunos momentos especiales con mis antiguos colegas de McLaren, durante el fin de semana. Pero también tuve un sentimiento muy extraño de estar fuera de todo el proceso, mucho más fuerte del que sentí en Mónaco y Silverstone. Tal vez tuvo algo que ver una conversación muy extraña que sostuve con Ron Dennis el sábado en los fosos.

Después de haber pasado al menos dos horas con él y todo el personal de alto rango de McLaren y Mercedes, bebiendo y platicando la noche anterior en una velada muy amigable, en la mañana nos pusimos a recordar mi fiesta de despedida en Indianápolis, donde él estuvo muy alejado de mi esposa y mi hija durante todo el fin de semana. Esto y un par peculiaridades en la actitud de Ron hacia mí y mi familia en el último fin de semana de mi carrera, me habían dejado con preguntas. Antes de mis días en McLaren, todos habíamos sido amigos, él solía venir a mis fiestas y nosotros solíamos ir a las suyas. Vanessa, mi hija, fue a varios Grandes Premios y con frecuencia cenábamos juntos. Siempre le encantaba hacer alharaca con ella. Pero, por alguna razón, el había decidido portarse distante; ¡yo estaba muy sentido acerca de esto ya que no podía entender la razón o el punto que Ron trataba de hacerme notar!

Durante todo el tiempo que trabajé para Ron, él siempre me apoyó mucho e hizo elogios acerca de mi trabajo. Con frecuencia valoraba mi opinión y, si yo tomaba una decisión, generalmente me apoyaba. Si por alguna razón estaba yo equivocado, siempre me mostró un mejor camino. Afortunadamente, nunca tuve problemas personales fuertes o de salud, pero si los hubiera tenido, estoy seguro que él me habría ayudado, como lo ha hecho con incontables empleados de McLaren que han sufrido desgracias. En el 2001 me convenció de quedarme el mayor tiempo posible, y luego me había organizado una maravillosa fiesta de despedida.

Así que todavía estoy confundido y no sé por qué se comportó de forma tan desagradable conmigo en mi último fin de semana. ¿Cuál era el mensaje que quería transmitir? ¿En realidad quería que me fuera con un mal sabor de boca?

Ron es uno de los grandes creadores en el deporte, es inimitable como líder. Tiene la visión hacia el futuro más fuerte que yo haya visto y uno aprende constantemente de él; como amigo no podrías tener uno mejor, como jefe habla por sí solo el registro de retención de empleados de McLaren. ¿Había sido el trabajo lo que lo convirtió en alguien que probablemente preferiría no ser?

Tyler Alexander lo conjuntó todo en una ocasión en que Ron Dennis caminaba a través de la cochera de los fosos mirando directamente al frente, a través de las personas, sin mover un labio ni parpadear. Tyler comentó: "¿Ja, por qué debería decir buenos días? ¿Él es el que nos paga o no?".

Antes de la Navidad de 2004, Neil Trundle y Peter Stayner, dos de mis mejores amigos, de los muchos que todavía tengo en McLaren, me invitaron a almorzar y visitar el nuevo Centro Tecnológico de McLaren (MTC), de 350 millones de libras, justo en las afueras de Woking. Este emporio es actualmente el cuartel general de McLaren Racing, así como el sitio productor del auto deportivo Mercedes Benz SLR, el súper auto de lujo creado por McLaren. No estaba seguro si debía aceptar o no, después de que me habían quitado de la lista de invitados a la reunión de antiguos pilotos de McLaren, en ocasión de la apertura del MTC, uno de esos eventos en los que cada empleado de McLaren se sentía particularmente orgulloso de formar parte de la empresa. Me habría gustado estar ahí, después de haberle dedicado los mejores años de mi vida a la organización. No obstante, acepté la invitación mientras todavía tenía algunos amigos en la empresa.

Me quedé completamente estupefacto, incluso a sabiendas de que iba a ser magnífico: nunca imaginé que iba a ser tan grandioso.

Creo que Ron Dennis y Norman Foster, el arquitecto, estaban extremadamente orgullosos y satisfechos con su creación y tenían todo el derecho de estarlo. Hasta al más cínico de los cínicos del mundo no le quedaría más que aceptar que es, por mucho, el edificio más maravilloso jamás creado para un ambiente de trabajo. No es sorprendente que haya recibido el Premio al Edificio del Año otorgado por la cadena Sky británica y el Patronato de la Comisión Real de Bellas Artes. Como Su Majestad, la Reina, dijo cuando lo inauguró: "Muy impresionante". Aunque tal vez haya demasiado blanco, gris y negro, hay elegancia y perfección gritándote desde cada esquina. Tal vez hay muchos pasillos vacíos y el sentimiento de espacio está un poco exagerado, pero podría sentarme en una esquina y observarlo todo el día. Como logro de ingeniería y arquitectura no se queda corto del adjetivo ‘soberbio’. Puedo imaginar a Ron sentado en su oficina, que sería envidiada por cualquier presidente de cualquier nación, viendo el pacífico lago del MTC y sintiéndose muy orgulloso de haber alcanzado todos sus sueños en la vida.

Pero la impresión que tuve del lugar fue que no tenía alma. Era demasiado silencioso y un poco deprimente, no existía ningún tipo de ambiente y todo mundo hablaba en voz muy baja y parecía estar muy serio. Sabía que a nadie se le permitía tener bebidas en sus escritorios, que no hay sistema de megafonía y no debe haber papeles en tu escritorio a menos que estés ahí. ¿Pero también tenían prohibido reír? Por mucho que me hubiera sentido orgulloso de trabajar en ese estupendo edificio, simplemente no me podía imaginar ahí.

Debe haber otros proyectos en puerta, porque no puedo entender como con la situación económica prevaleciente hoy en día, un superauto de ‘lujo’, un equipo de Fórmula Uno y las otras empresas ubicadas en el MTC proveerán los enormes gastoso indirectos necesarios para hacer funcionar este palacio, ¡en la manera en que Ron Dennis siempre ha insistido! Todo esto sin tomar en cuenta la astronómica inversión inicial. Sin embargo, estoy seguro que Ron volverá a demostrarme que yo estaba equivocado…

El Gran Premio británico de 2005, en Silverstone, fue el último al que asistí para llenar mi dosis de carreras del año y no pude haber escogido uno mejor. Con la victoria de Juan Pablo Montoya, su primera para McLaren, fue una verdadera alegría ver a mi viejo equipo en los dos extremos del podio, con un primero y un tercero. Éste era el equipo McLaren que yo dejé y están de regreso en donde pertenecen, y ojalá continúen así por mucho tiempo. El más reciente McLaren es más rápido que una bala, aunque no exactamente a prueba de balas, pero eso ya vendrá. La velocidad es la parte más difícil de lograr y Ron ha logrado convencer a Adrian Newey de quedarse más tiempo y aplazar su ‘retiro de la F1’, así que si no llegan a la cima este año, mi dinero ciertamente estará apostando por ellos para el siguiente. Y ahora son más que merecedores de tan sublime cuartel general.

En cuanto a Juan Pablo, es el comienzo de su sueño de seguir los pasos de su héroe de la juventud, Ayrton Senna, y tomar a McLaren en donde Ayrton lo dejó. Para un vejete latinoamericano como yo, que puede ver bastante de Ricardo Rodríguez en Juan Pablo, esto significa mucho y lamento que no voy a estar ahí para ser parte de ello.

Anexo estadístico

JOAQUÍN ‘JO’ RAMÍREZ:

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