Read Residence on Earth (New Directions Paperbook) Online
Authors: Pablo Neruda,Donald D. Walsh
Qué esperanza considerar, qué presagio
puro,
qué definitivo beso enterrar en el corazón,
someter en los orígenes del desamparo y la inteligencia,
suave y seguro sobre las aguas eternamente turbadas?
Qué vitales, rápidas alas de un nuevo ángel de
sueños
instalar en mis hombros dormidos para seguridad perpetua,
de tal manera que el camino entre las estrellas de la muerte
sea un violento vuelo comenzado desde hace muchos días y meses
y siglos?
Tal vez la debilidad natural de los seres recelosos y ansiosos
busca de súbito permanencia en el tiempo y límites en la
tierra,
tal vez las fatigas y las edades acumuladas implacablemente
se extiendan como la ola lunar de un océano recién creado
sobre litorales y tierras angustiosamente desiertas.
Ay, que lo que soy siga existiendo y cesando de existir,
y que mi obediencia se ordene con tales condiciones de hierro
que el temblor de las muertes y de los nacimientos no conmueva
el profundo sitio que quiero reservar para mí eternamente.
Sea, pues, lo que soy, en alguna parte y en todo tiempo,
establecido y asegurado y ardiente testigo,
cuidadosamente destruyéndose y preservándose incesantemente,
evidentemente empeñado en su deber original.
How silly to think about it, what pure omen,
what a definitive kiss to bury in the heart,
to yield in the origins of helplessness and intelligence,
soft and safe upon the eternally troubled waters ?
What vital, rapid wings of a new angel of dreams
to lay upon my sleeping shoulders for perpetual safety,
in such a way that the road among the stars of death
shall be a violent flight begun many days and months and
centuries ago?
Perhaps the natural weakness of suspicious and anxious beings
suddenly seeks permanence in time and limits on earth,
perhaps the tediums and the ages implacably accumulated
extend like the lunar wave of an ocean newly created
upon shores and lands grievously deserted.
Ah, let what I am go on existing and ceasing to exist,
and let my obedience be ordered with such iron conditions
that the tremor of deaths and of births will not trouble
the deep place that I wish to keep for myself eternally.
Let what I am, then, be, in some place and in every time,
an established and assured and ardent witness,
carefully destroying himself and preserving himself incessantly,
clearly insistent upon his original duty.
De lo sonoro salen números,
números moribundos y cifras con estiércol,
rayos humedecidos y relámpagos sucios.
De lo sonoro, creciendo, cuando
la noche sale sola, como reciente viuda,
como paloma o amapola o beso,
y sus maravillosas estrellas se dilatan.
En lo sonoro la luz se verifica:
las vocales se inundan, el llanto cae en pétalos,
un viento de sonidos como una ola retumba,
brilla y peces de frío y elástico la habitan.
Peces en el sonido, lentos, agudos, húmedos,
arqueadas masas de oro con gotas en la cola,
tiburones de escama y espuma temblorosa,
salmones azulados de congelados ojos.
Herramientas que caen, carretas de legumbres,
rumores de racitnos aplastados,
violines llenos de agua, detonaciones frescas,
motores sumergidos y polvorienta sombra,
fábricas, besos,
botellas palpitantes,
gargantas,
en torno a mí la noche suena,
el día, el mes, el tiempo,
sonando como sacos de campanas mojadas
o pavorosas bocas de sales quebradizas.
Olas del mar, derrumbes,
uñas, pasos del mar,
arrolladas corrientes de animales deshechos,
pitazos en la niebla ronca
deciden los sonidos de la dulce aurora
despertando en el mar abandonado.
A lo sonoro el alma rueda
cayendo desde sueños,
rodeada aún por sus palomas negras,
todavía forrada por sus trapos de ausencia.
A lo sonoro el alma acude
y sus bodas veloces celebra y precipita.
Cáscaras del silencio, de azul turbio,
como frascos de oscuras farmacias clausuradas,
silencio envuelto en pelo,
silencio galopando en caballos sin patas,
y máquinas dormidas, y velas sin atmósfera,
y trenes de jazmín desalentado y cera,
y agobiados buques llenos de sombras y sombreros.
Desde el silencio sube el alma
con rosas instantáneas,
y en la mañana del día se desploma,
y se ahoga de bruces en la luz que suena.
Zapatos bruscos, bestias, utensilios,
olas de gallos duros derramándose,
relojes trabajando como estómagos secos,
ruedas desenrollándose en rieles abatidos,
y water-closets blancos despertando
con ojos de madera, como palomas tuertas,
y sus gargantas anegadas
suenan de pronto como cataratas.
Ved cómo se levantan los párpados del moho
y se desencadena la cerradura roja
y la guirnalda desarrolla sus asuntos,
cosas que crecen,
los puentes aplastados por los grandes tranvías
rechinan como camas con amores,
la noche ha abierto sus puertas de piano:
como un caballo el día corre en sus tribunales.
De lo sonoro sale el día
de aumento y grado,
y también de violetas cortadas y cortinas,
de extensiones, de sombra recién huyendo
y gotas que del corazón del cielo
caen como sangre celeste.
From resonance come numbers,
dying numbers and dung-covered ciphers,
dampened thunderbolts and dirty lightning flashes.
From resonance, growing, when
night comes out alone, like a recent widow,
like a dove or a poppy or a kiss,
and her marvelous stars expand.
In resonance light takes place:
vowels are drowned, weeping falls in petals,
a wind of sounds crashes like a wave,
it shines and cold elastic fishes dwell within it.
Fishes in sound, slow, sharp, moist,
arched masses of gold with drops on their tails,
scaly sharks and trembling foam,
bluish salmon with congealed eyes.
Tools that fall, vegetable carts,
rustles of trampled flower clusters,
violins filled with water, fresh explosions,
submerged motors and dusty shadow,
factories, kisses,
throbbing bottles,
throats,
around me sounds the night,
the day, the month, the time,
sounding like sacks of wet bells,
or frightening mouths of fragile salts.
Sea waves, landslides,
fingernails, sea steps,
coiled currents of destroyed animals,
whistle blasts in the raucous fog
determine the sounds of the gentle dawn
waking in the abandoned sea.
To resonance the soul rolls
falling from dreams,
still surrounded by its black doves,
still lined with its rags of absence.
To resonance the soul rushes
and celebrates and hastens its swift wedding.
Husks of silence, of turbid blue,
like flasks from dark, shut drugstores,
silence wrapped in hair,
silence galloping on legless horses,
and machines asleep, and airless candles,
and trains of dejected jasmine and of wax,
and overladen ships filled with hats and shadows.
From silence the soul rises
with instant roses,
and in the morning of the day it collapses
and plummets into the sounding light.
Brusque shoes, beasts, utensils,
waves of harsh roosters overflowing,
clocks running like dry stomachs,
wheels unrolling on downcast rails,
and white water closets awaking
with wooden eyes, like one-eyed pigeons,
and their sunken throats
make sudden sounds like waterfalls.
See how the mold’s eyelids lift
and the red lock is unchained
and the garland develops its affairs,
things that grow,
the bridges crushed by the big streetcars
creak like amatory beds,
night has opened its piano doors:
day runs like a horse in its courts.
From resonance comes the day
of increase and degree,
and also of cut violets and curtains,
of expanses, of shadow recently fleeing
and drops that from the heart of heaven
fall like celestial blood.
Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel al alma.
Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido sin perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.
Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido
de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.
A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedras y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua,
sin garganta.
Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado, como un árbo
Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.
Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos,
la muerte está en la escoba,
es la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.
La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.
There are lone cemeteries,
tombs filled with soundless bones,
the heart passing through a tunnel
dark, dark, dark;
like a shipwreck we die inward,
like smothering in our hearts,
like slowly falling from our skin down to our soul.
There are corpses,
there are feet of sticky, cold gravestone,
there is death in the bones,
like a pure sound,
like a bark without a dog,
coming from certain bells, from certain tombs,
growing in the dampness like teardrops or raindrops.
I see alone, at times,
coffins with sails
weighing anchor with pale corpses, with dead-tressed women,
with bakers white as angels,
with pensive girls married to notaries,
coffins going up the vertical river of the dead,
the dark purple river,
upstream, with the sails swollen by the sound
of death,
swollen by the silent sound of death.
To resonance comes death
like a shoe without a foot, like a suit without a man,
she comes to knock with a stoneless and fingerless ring,
she comes to shout without mouth, without tongue,
without throat.
Yet her steps sound
and her dress sounds, silent, like a tree.
I know little, I am not well acquainted, I can scarcely see,
but I think that her song has the color of moist violets,
of violets accustomed to the earth,
because the face of death is green,
and the gaze of death is green,
with the sharp dampness of a violet leaf
and its dark color of exasperated winter.
But death also goes through the world dressed as a broom,
she licks the ground looking for corpses,
death is in the broom,
it is death’s tongue looking for dead bodies,
it is death’s needle looking for thread.
Death is in the folding cots:
in the slow mattresses, in the black blankets
she lives stretched out, and she suddenly blows:
she blows a dark sound that swells the sheets,
and there are beds sailing to a port
where she is- waiting, dressed as an admiral.