Sacó un poco de dinero del bolsillo y lo puso en la mesita que había junto a la cama.
—Te dejo este dinero, y si quieres evitarme otro corte en la mano, acéptalo. No debes trabajar nunca más para ese jorobado de Wan. Si en la fábrica de cartón te dan trabajo, pues me parece bien, pero si no me escuchas y vuelves a trabajar para ese hombre, o haces algún otro trabajo peligroso, me enfadaré. No me iré y me haré otro corte. ¿No me crees?
Jingqiu asintió.
—No volveré a trabajar para ese hombre.
—Muy bien. El problema es solo temporal. Por eso te dejo este dinero, así tu madre no se volverá a enfadar contigo.
Mayor Tercero se arrodilló junto a la cama y la cogió en sus brazos. Quedaron así abrazados hasta que se puso en pie con decisión y dijo:
—Me voy. Quédate aquí, no te levantes. Acabo de ponerte crema en los pies y no se han de ensuciar.
Jingqiu se quedó sentada en la cama, escuchando cómo se marchaba. Le oyó abrir el candado de la bici y alejarse, y al poco todo volvió a quedar sumido en el silencio.
Poco después de que Mayor Tercero se marchara, la madre y la hermana de Jingqiu regresaron. Esta miró el reloj; eran casi las once.
—¿Te ha dicho Sun dónde pensaba alojarse esta noche? —le preguntó su madre con cierta preocupación en la voz.
—Siempre que no encuentra alojamiento pasa la noche en el pabellón que hay junto al río, pero ahora ya no hay ferry. A lo mejor se quedará en la orilla… —Las palabras se le atoraron en la garganta y no pudo seguir.
Su madre estaba sentada en la cama.
—Sé que no quieres que se vaya, y no parece un mal muchacho, ¿pero qué opciones tenemos? Todavía es joven, e incluso las relaciones entre chicos y chicas de más de veinte años despiertan críticas. Has comenzado muy temprano, todavía no está solucionado lo de tu trabajo, y lo único que te digo es que de momento no os veáis. Esto pondrá a prueba sus intenciones. Si es sincero no te abandonará solo porque no pueda verte durante un año, pero si no puede pasar la prueba…
—Mamá, no hace falta que me lo expliques, sé que solo quiere lo mejor para mí. Vete a la cama, mañana tenemos que trabajar.
—¿Mañana vas a trabajar? Tiene los pies muy mal, y no me habías dicho nada.
—Solo habría conseguido preocuparte, ¿y de qué habría servido? No pasa nada, él me ha pedido que mañana no vaya y he aceptado.
—Si mañana no trabajas, entonces no necesitarás tus botas de goma —dijo su hermana.
—¿Qué botas de goma? —preguntó la madre.
—Sun se las ha comprado —se chivó la hermana de Jingqiu—. Se presentó una mañana con ellas y lloró al ver lo mal que Jingqiu tenía los pies.
—Es igual que tu padre —suspiró la madre de Jingqiu—. Él también era muy llorón. Cuando un hombre llora es porque es muy sensible o muy débil. Sun parece un hombre sensible. ¿Qué sabes de su familia?
—No estoy muy segura —replicó Jingqiu—. Sé que tiene un hermano pequeño y padre. Su madre se suicidó…
—He oído decir que eso es hereditario. Los hijos de los depresivos se deprimen fácilmente. ¿Cómo es Sun? Parecía muy tiquismiquis cuando se ha puesto a calcular cuánto tiempo estaría sin verte. A lo mejor piensa que será desastroso esperar un día más de lo necesario, tiene que saber cuánto tiempo pasará con toda precisión, y solamente entonces podrá mantener su promesa. Resulta peligroso obsesionarse con estas cosas, pero es un detalle encantador.
Jingqiu se acordó de cuando había hecho aquellos cálculos; había sido un detalle realmente encantador. Su madre le hizo algunas preguntas más acerca de Mayor Tercero: qué edad tenía, si fumaba o bebía, si era camorrista y decía palabrotas, dónde había ido a la escuela, qué aficiones tenía, de dónde era, y cosas así.
—¿Por qué no se lo preguntaste tú misma cuando estaba aquí? —dijo Jingqiu.
—Habría pensado que lo consideraba un posible yerno, y no quiero dar esa impresión a la ligera. Mi objetivo al hablar con él era decirle que no viniera a visitarte. —Jingqiu se acordó de con qué orgullo Mayor Tercero había dicho que su madre estaba de acuerdo con su relación, y sintió cierta tristeza por él—. ¿A qué se dedica su padre?
—Es comandante en jefe de su distrito.
Su madre se quedó en silencio antes de decir:
—Ya me parecía diferente a casi todos los demás chicos. La gente que procede de ese entorno no entiende fácilmente a los que son como nosotros. ¿A quién liberó el Ejército de Liberación del Pueblo? A trabajadores y granjeros oprimidos por los terratenientes y los capitalistas. Su padre y tu padre pertenecen a dos clases irreconciliables. Es evidente que su familia no sabe lo tuyo…
Jingqiu no había pensado en eso, pero, ahora que su madre lo mencionaba, era un asunto importante. Esperaba con todo su corazón que no fuera cierto.
—Pero su madre era hija de un capitalista, y su padre no la abandonó.
—Tienes razón, la actitud del Partido Comunista con los capitalistas es muy diferente de la que adopta con los terratenientes. En aquellos días los capitalistas encarnaban a las fuerzas productivas y progresistas en ascenso, mientras que los terratenientes representaban una fuerza en declive. De lo primero que quiso librarse la revolución comunista fue de la clase de los terratenientes. No te hagas muchas esperanzas. Su familia es una barrera que no será fácil superar, y puede que tarde o temprano ese chico pierda su interés en ti.
—Ha prometido esperar toda una vida… —dijo Jingqiu.
—¿Quién puede decir algo así? ¿Y quién no lo ha dicho nunca? Abrir la boca para decir «toda una vida» es algo muy cándido. No puedes decir «toda una vida» así como así. ¿Quién puede predecir lo que va a pasar cuando se es tan joven? —La señora Zhang vio una chispa de rebelión en los ojos de su hija—. Todavía eres joven. No tienes mucha experiencia con la gente y te crees todo lo que dicen. Espera a ser un poco mayor, entonces descubrirás todo lo que es capaz de decir un hombre cuando va detrás de ti. Todos dicen que esperarán toda una vida. Pero si los ignoras durante un año, ya verás si te esperan o no. Ya se habrá ido.
Si mi madre sabe que los hombres no esperan un año, se dijo Jingqiu, ¿por qué le ha dicho a Mayor Tercero que esperara? Lo está utilizando como una excusa para ponerlo a prueba. Se moría de ganas de contarle a Mayor Tercero lo que su madre había dicho, pero también se decía que, si se lo contaba, entonces aquella prueba no serviría de nada.
¿Exageran todos los hombres y no mantienen su palabra? Probablemente debería poner a prueba a Mayor Tercero para ver cuánto tiempo la esperaba. El problema era que si decía que esperaría un año, eso no probaba que fuera capaz de esperar dos. Y si esperaba dos años, eso no probaba que pudiera esperar toda una vida.
Ni siquiera sabía qué significaba «hacerle esperar». Si ella lo hacía «esperar», ¿significaba eso que él tenía que «amarla»? Cuando ella le preguntaba si sería capaz de esperarla toda la vida, ¿le estaba preguntando en realidad si podía amarla toda la vida? Ella no estaba acostumbrada a esa palabra: amor. Pero aquellas dos palabras, «esperar» y «amar», todavía parecían significar dos cosas un tanto distintas.
Absorta en sus pensamientos, no tenía ni idea de si su madre había dicho algo o no, y oyó hablar a su hermana:
—Te estaba preguntando qué le pasó en el brazo. Cuando vino esta mañana estaba bien.
—Me dijo que fuera al hospital, pero yo no quería ir, así que se hizo un corte y sangró muchísimo.
—Parecía tan sensato —dijo su madre frunciendo el entrecejo—. ¿Cómo ha podido cometer una locura así? Eso demuestra que es inmaduro. La gente imprevisible es peligrosa y fácilmente hace cosas extremas. Si les gustas, les gustas muchísimo y, si te odian, te odian muchísimo, siempre hacen lo mismo. Es mejor mantenerse alejada de gente así.
Jingqiu había creído que el incidente conmovería a su madre, pero esta lo consideró peligroso. Su madre le había contado que cuando su padre era joven tendía a los comportamientos extremos, y que cuando su madre le prestaba demasiada poca atención o no lo creía, él comenzaba a tirarse furiosamente del pelo, arrancándoselo a grandes mechones. Sabía que su noviazgo había sido complicado. Los padres de su padre le habían concertado un matrimonio con alguien de su aldea, y de hecho no solo uno; como él iba a heredar de las dos ramas de la familia, del hijo auténtico de su abuelo (su padre) y también del hermano pequeño de su abuelo, que no tenía hijos, cada rama de la familia le había buscado una esposa. A fin de huir de aquellos matrimonios se había escapado para ir a estudiar, pero como su abuelo se estaba muriendo se vio obligado a casarse con las dos mujeres que le habían elegido.
Posteriormente, había conocido a la madre de Jingqiu, y había pasado todo tipo de penalidades para abandonar a sus dos esposas y volverse a casar. La madre de Jingqiu había esperado mucho tiempo para casarse, hasta casi los treinta, y en aquella época eso la convertía en una solterona. Su padre y su madre trabajaron en ciudades distintas después de casarse, con lo que su padre solo iba a visitarla una vez cada dos semanas, pero se escribían a menudo. Durante la Revolución Cultural, cuando su madre fue criticada en la Escuela Secundaria n.º 8, esas cartas se utilizaron como prueba de que los padres de Jingqiu llevaban un estilo de vida capitalista.
Era su abuela la que había hablado de las cartas con desconocidos. Vivía con la madre de Jingqiu, con ella y sus dos hermanos, mientras que su padre vivía solo. La abuela era una mujer anticuada y consideraba que la madre de Jingqiu había embrujado a su hijo para que abandonara a sus dos primeras esposas. Según la abuela, solo la primera esposa era realmente legal, y eso de divorciarse y volverse a casar no era correcto. No soportaba ver que se trataban con tanto cariño, de manera que solía decir que eran derrochadores y que dilapidaban el dinero en trenes y sellos.
Cuando su padre fue enviado a su pueblo de origen para ser reeducado a través del trabajo, se plantearon el divorcio, sobre todo porque les preocupaba el efecto que la denuncia tendría sobre los hijos. Pero la madre consideraba que el padre de Jingqiu vivía ya en tal pobreza y soledad que no sobreviviría al divorcio. Había recabado la opinión de los hijos, diciéndoles que solo se plantearían el divorcio por ellos, solo si los niños estaban preocupados por el efecto que tendría en ellos la clase social de su padre.
Contestaron que no lo hiciera, pues aunque se divorciara de él seguirían siendo sus hijos, y la gente tampoco tendría por qué verles como personas inocentes. Así que su madre no se divorció de su padre, pero tampoco mantenía mucho contacto con él por si la gente comentaba que no se habían distanciado lo suficiente.
Durante todo ese tiempo sus padres siguieron escribiéndose a menudo. Su padre mandaba las cartas a una hermana suya que se había casado con un hombre que pertenecía a una clase social aceptable, evitando así que lo atacaran durante la Revolución Cultural. La madre de Jingqiu iba regularmente a su casa para recoger las cartas, pero no dejaba nunca que fueran sus hijos por si la gente los relacionaba con su padre.
Jingqiu estaba absorta en sus pensamientos cuando oyó que su madre preguntaba:
—¿Sun ha tenido novia alguna vez?
Jingqiu sabía que si decía que Mayor Tercero ya había tenido novia causaría una mala impresión, así que tartamudeó:
—No, que yo sepa.
—Los hombres siempre ocultan esas cosas si pueden, y si no les preguntas no te lo dirán motu proprio. Pero a su edad, y siendo hijo de un cuadro, si dice que eres la primera, yo no me lo creería. —Su madre vaciló antes de preguntar—: ¿Alguna vez te ha pedido que vayas a su habitación?
—No, tiene muchos compañeros de cuarto.
—Normalmente… ¿se comporta cuando está contigo? ¿No te ha… acariciado o tocado?
Las palabras «acariciado» y «tocado» casi hicieron vomitar a Jingqiu. ¿Cómo podía usar su madre unas palabras tan horribles para referirse a Mayor Tercero? Pero lo meditó con atención. ¿Se había comportado? Aparte de aquella vez en que fue demasiado atrevido en la montaña, nunca la había «acariciado» o «tocado». La había abrazado, y había apoyado su cabeza en su pecho, pero nunca le había acariciado el pecho, ni ninguna otra parte del cuerpo.
—No —dijo ella tajante.
Su madre exhaló un hondo suspiro y le explicó:
—Una joven debe tener personalidad, y hay cosas que solo deberías hacer cuando estés casada. Tanto da lo bien que se porten contigo, y lo que te prometa, debes decir no de manera terminante. Puede prometerte el mundo, pero, en cuanto lo hagas, dejará de respetarte, pensará que no eres nada. Cuando eso sucede, el poder es todo suyo. Si lo desea puede tenerte, pero si quiere abandonarte, te será casi imposible encontrar otro novio.
Jingqiu deseaba con todas sus fuerzas que su madre le explicara más claramente qué era lo que no podías hacer antes de casarte, pero, como no encontraba las palabras, fingió que no le interesaba.
—Ah —suspiró su madre—, siempre pensé que entendías cómo estaban las cosas. Jamás imaginé que tan joven andarías en líos amorosos. Hoy en día se promueve una política de matrimonios tardíos, y tú solo tienes dieciocho años, de manera que, aunque te cases a los veintitrés, aún tienes que esperar tres o cuatro años. Si él sigue tan insistente, entonces… es fácil que ocurra algo entre vosotros, y tu reputación quedará arruinada.
Su madre le expuso numerosos ejemplos de chicas con la reputación «arruinada»: Pequeño Wang, que trabajaba en la fábrica de la Escuela Secundaria n.º 8, al principio había formado parte del conjunto de coros y danzas de la ciudad, al igual que su novia en aquella época. No estaban casados, pero ella se quedó embarazada y cuando su unidad de trabajo lo descubrió, Pequeño Wang fue degradado a trabajar en la fábrica y la chica enviada a la fábrica de la Escuela Secundaria n.º 3. Todo el mundo se enteró de su mal comportamiento, y ahora ninguno de los dos se atrevía a asomarse por la ciudad.
También estaba la señora Zhao, que había sido profesora en la misma escuela que la madre de Jingqiu. Dio a luz solo siete meses después de haberse casado, y, aunque no recibió ningún castigo, desde entonces la gente la miraba por encima del hombro.
Y también estaba…
Jingqiu conocía a cada una de esas chicas con la reputación «arruinada», y todas habían recibido diversos castigos por quedarse embarazadas fuera del vínculo del matrimonio, o por algún otro hecho ilícito. Siempre que alguien se refería a una de ellas ponía una mueca de desagrado y la menospreciaba.