Contra el viento del Norte (12 page)

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Authors: Daniel Glattauer

BOOK: Contra el viento del Norte
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Puestos de venta de anticongelante en Damasco. Colonias de camellos en Múrmansk. Clubes náuticos en el Sahara.

18 minutos después

Fw:

Y en las mesetas de las Tierras Altas escocesas pronto se podrán freír huevos sin fuego, siempre que las gallinas criadas al aire libre no se conviertan automáticamente en pollos a la parrilla e incluso en invierno pongan huevos duros.

Dos minutos después

Re:

Ya basta, Leo, no quiero seguir. De acuerdo, me rindo: ¿cómo fue? Y no preguntes: «¿Cómo fue qué cosa?»... ¡Por favor! Ahorremos algunas letras, ¿eh?

13 minutos después

Fw:

¿Te refieres a la cita del domingo con Mia? Fue agradable. Es más, muy agradable. Gracias por el interés.

Un minuto después

Re:

¿Cómo que la «cita del domingo»? ¿Es que ha habido también una «cita del lunes»?

Ocho minutos después

Fw:

Sí, Emmi, lo gracioso es que volvimos a vernos anoche. Cenamos en un restaurante italiano. ¿Conoces La Spezia, en la Kenienstraße? Tiene un patio precioso y acogedor. Realmente ideal para este calor. Y sobre todo: muy tranquilo, con buena música y excelentes vinos del Piamonte. Te lo recomiendo.

50 segundos después

Re:

¿Saltó la chispa?

18 minutos después

Fw:

¿Que si saltó la chispa? Lo mejor será que se lo preguntes a Mia. Después de todo, es una de tus mejores amigas. Es más, ella dice que es tu mejor amiga. Lo siento, Emmi, pero por hoy tengo que dejarlo. Volvemos a escribirnos mañana, ¿eh? Buenas noches. Espero que el calor no sea demasiado sofocante en tu dormitorio.

Tres minutos después

Re:

¡Pero si no es tarde, Leo! ¿Acaso tienes algún plan para esta noche? ¿Vas a encontrarte otra vez con Mia? Si la ves hoy, dile que me llame. No consigo localizarla. Buenas y cálidas noches.

Que te diviertas,

Emmi

Y un consejo: deberías tocar sin falta el tema del «calentamiento del clima». Con las cosas tan interesantes que cuentas, Mia seguramente te escuchará durante horas.

Dos minutos después

Fw:

A Mia no la veré hasta mañana. Hoy estoy hecho polvo y quiero acostarme temprano. Buenas noches. (Ya apago.) Leo

30 segundos después

Re:

Buenas noches.

Tres días después

Sin asunto

Hola, Emmi ¿Has mirado por la ventana? Un horror, ¿no crees? Para mí, una tormenta de granizo es como una brisa del fin del mundo. Un extraño velo ocre cubre el cielo, de repente se corre una oscura cortina gris y luego caen miles y miles de guijarrillos blancos a toda velocidad. ¿Cómo se llamaba esa película donde llovían sapos, ranas o gallinas? ¿La conoces, por causalidad?

Saludos cariñosos,

Leo

Una hora y media después

Re:

Se llamaba
Rebelión en la granja
,
El rey rana
o
Kentucky Fried Chicken
. Estos expresivos mensajes sobre documentales de naturaleza después de tres días de no saber nada de ti, Leo, me vuelven loca. Haz el favor de buscarte otra destinataria. No te he sido fiel medio año en la bandeja de entrada ni he pasado varias horas al día aquí contigo durante semanas y meses para que ahora empecemos a conversar sobre chubascos y velos ocres sobre el cielo. Si quieres contarme algo de ti, hazlo. Si quieres saber algo de mí, pregúntamelo. Pero valgo demasiado para estar charlando sobre el clima. ¿Tanto te ha hecho perder la cabeza Mia que de repente no puedes ver nada más que bolitas de granizo?

Y aprovecho la ocasión para hacerte unas preguntas más: ¿tú le has dicho que hasta nuevo aviso no me cuente nada de vuestra cita? ¿Qué significa este adolescente bloqueo de información, este secreteo tonto? ¿Qué clase de jueguecito infantil es éste? De verdad que me quita las ganas de seguir conversando contigo, Leo, hablo en serio.

Que tengas un buen día,

Emmi

Dos horas después

Fw:

Querida Emmi:

No hace ni una semana que conozco a Mia. Nos hemos visto cuatro veces. Nos gustamos desde el primer día. Nos entendemos a las mil maravillas, en muchos aspectos. Pero aún es demasiado pronto para saber cómo evolucionarán las cosas. Y aún es demasiado pronto para «sacarlo a la luz». ¿Comprendes lo que quiero decir? Mia y yo tenemos que saber primero lo que sentimos el uno por el otro: ¿qué parte de esto es tan sólo el resultado de la situación en que nos conocimos?, ¿qué es pasajero y qué podría perdurar? Esas preguntas debe responderlas cada uno por sí solo. Por eso te pido que tengas paciencia, Emmi. En etapas posteriores te lo contaré todo. Y en cuanto a Mia: es probable que a ella le pase algo parecido, precisamente porque tú eres su mejor amiga. Danos un poco de tiempo. Espero que lo entiendas.

Un saludo afectuoso,

Leo

Diez minutos después

Re :

Querido Leo:

Como (ahora) no puedes verme ni oírme, te aclaro que lo siguiente lo digo con absoluta calma y serenidad, lenta y mesuradamente, sin pasarme de rosca, sin chillar ni ponerme agresiva. ¡No, señor! Las siguientes palabras las pronuncio con todo el espíritu conciliador y el recogimiento de que soy capaz: en mi vida había recibido un mensaje tan cutre como el que acabas de hacerme leer, Leo.

¡Adiós!

15 minutos después

Fw:

Lo siento sinceramente por ti, Emmi. Tal vez sea mejor que haga una pausa en los mensajes. Cuando vuelvas a estar dispuesta a ponerte en contacto con el portavoz de tu «mundo exterior», no dudes en escribirme.

Saludos cariñosos,

Leo

Cinco días después

Asunto: Añoro (...)

Hola, Leo:

¿Cómo te va con la «evolución de las cosas»? ¿Ya habéis ordenado un poco vuestros sentimientos Mia y tú? ¿Sabéis qué es «pasajero» y qué podría «perdurar»? ¿Habéis respondido ya algunas preguntas «cada uno por sí solo»? ¡Ah...!, añoro al antiguo Leo que decía lo que había que decir y sentía lo que había que sentir. Lo añoro tanto...

Que tengas un buen día,

Emmi

P D.: Probablemente ya estarás informado acerca de Mia y de mí. Cuando me di cuenta de que por lo visto ella tampoco sabía qué decirme, le pedí que consideráramos a Leo Leike como un tema tabú entre nosotras.

Tres horas después

Fw:

Querida Emmi:

Tu último comentario ha sido discretamente atenuado. Si no estoy mal informado, hace unos días le dijiste a tu amiga Mia por teléfono: «O me lo cuentas todo sobre ti y Leo, o no me cuentes nada. En el segundo caso te propongo que concedamos unos merecidos meses de descanso a nuestra amistad de tantos años».

¿Qué te pasa, Emmi? No te comprendo. Fuiste TÚ la que nos juntaste a Mia y a mí. Eras TÚ la que querías que la conociera sin falta. Eras TÚ la que nos veías como la pareja ideal. ¿Por qué ahora te pones tan cínica y maliciosa? ¿Te sentías demasiado segura de Leo, el complemento de tu vida interior, tu posesión extrafamiliar? ¿Ahora estás enfadada porque crees que has perdido tu propiedad virtual por tu mejor amiga?

Durante meses estuve más cerca de ti que de ninguna otra persona, Emmi. Estaba (y estoy) muy feliz de que todas nuestras tentativas de encontrarnos «físicamente» hayan fracasado. Me da igual qué aspecto tengas, mientras yo pueda verte tal como quiero. Estoy agradecido de no tener que descubrir que en realidad eres distinta de «mi Emmi, la heroína de mi novela de correo electrónico». Allí eres perfecta, la más bella del mundo, ninguna puede compararse contigo.

Pero para nosotros no hay progreso posible, Emmi. Todo lo demás sucede fuera de nuestras dos pantallas. Mia es la mejor prueba de ello. Para ser sincero, al principio me molestó bastante que quisieras emparejarme con tu amiga. Mi primera cita fue más bien un desafío a tus deseos, Emmi. Pero enseguida comprendí en qué consiste la diferencia entre tú y ella. Tú ni siquiera te atreves a describir tu piano, porque él no pinta nada en mi mundo. Mia, en cambio, se inclina sobre una mesa diminuta a medio metro de mí y enrolla espaguetis al pesto en la cuchara. Cuando vuelve la cabeza, siento la corriente de aire que produce. Al mismo tiempo puedo verla, oírla, tocarla, olerla. Mia es materia. Emmi es fantasía. Ambas con sus ventajas y sus desventajas.

Te deseo buenas noches,

Leo

30 minutos después

Re:

Mi piano es negro, tiene forma de paralelepípedo rectangular y está hecho fundamentalmente de madera. Tiene una parte horizontal que sobresale. Allí, levantando una tapa negra, redondeada por delante, hay teclas blancas y negras. En verdad debería saber de memoria cuántas son, pero por desgracia necesito contarlas. ¿Puedo darte la cantidad exacta otro día, Leo? En cualquier caso, las teclas blancas son más grandes, y hay más blancas que negras. Cuando oprimo una tecla, sale un sonido por arriba. Nunca se sabe a ciencia cierta de dónde proviene. No es posible mirar bien mientras se toca. Pero el sonido es mucho más decisivo. Si elijo una de las teclas de la izquierda, el tono es grave. Cuanto más a la derecha se encuentra la tecla que pulso, más agudo es el sonido. Si pulso distintas teclas negras varias veces seguidas, se oye una sencilla melodía china, una suerte de canción infantil del Lejano Oriente. Si quieres que te cuente algo más sobre las teclas blancas y lo que se puede hacer con ellas, házmelo saber, Leo. Pero creo que ya te he explicado lo principal acerca de mi piano. ¡Sí, me he atrevido a describir mi piano!

Tu leal,

Emmi

5 minutos después

Fw:

Lo has hecho muy bien, Emmi. Creo que ya tengo una noción de cómo es tu piano. Sí, me lo represento como si lo estuviera viendo. Y a ti sentada, Emmi, contando las teclas. Gracias por la imagen.

Buenas noches.

Una hora después

Re:

Hola, Leo:

Soy yo de nuevo. Aún no tengo sueño. Por desgracia, no sé muy bien qué decir. Simplemente estoy triste. Pensé que Mia nos acercaría, incluso físicamente. Pero por lo visto nos aleja cada vez más. Y ni siquiera puedo estar enfadada con ella, pues fue idea mía. Para ser sincera: es verdad que quería que la conocieras, pero no quería uniros. Para mí erais (y seguís siendo) todo menos una «pareja ideal». Es cierto que estaba demasiado segura de ti, Leo. Pensaba que te conocía. Me parecía imposible que fueras a enamorarte de ella. Mia es atractiva, sin duda. Pero es poco más o menos todo lo contrario de mí. Ella es una deportista de los pies a la cabeza, robusta, vigorosa, musculosa. Cada lunar de su cuerpo está bien entrenado. Es probable que hasta el vello de sus axilas se componga de masa muscular. De puro tórax, no se le ve el pecho. Y su piel marcada por el sol es una gran refinería de aceite de coco. Mia es la personificación de la buena forma física. Para ella, el sexo debe de ser un entrenamiento de flexión y músculo pelviano entre parejas, con descansos motivados por los orgasmos. Es una mujer para la tabla de surf, para la dieta rigurosa, para el maratón de Nueva York. Pero jamás una mujer para Leo, al menos eso creía yo. De ti, Leo, tenía una idea muy diferente. Desear a Mia significa rechazarme a mí. ¿Entiendes por qué eso me deprime?

Diez minutos después

Fw:

¿Y quién ha dicho que yo desee a Mia? ¿Quién ha dicho que ella me desee a mí?

Dos minutos después

Re:

¡Pero, hombre...! ¡Tú! ¡Tú! ¡Lo has dicho tú! ¡Y cómo lo has dicho! ¡Lo has dicho de una manera espantosa! Imposible decirlo de una manera más espantosa que en tu infame y repugnante mensaje, aquel de «tenemos que saber lo que sentimos». Allí dices: «Nos entendemos a las mil maravillas, en muchos aspectos». ¡Ufffffff..! ¡Nunca hubiera creído eso de ti, Leo!

Cinco minutos después

Fw:

Es verdad, pero Mia y yo nos entendemos a las mil maravillas en muchos aspectos. Ni una palabra de eso es mentira. Por ejemplo, nos entendemos a las mil maravillas en lo que concierne a nuestras ideas, consideraciones y opiniones sobre tu persona, estimada Emmi Rothner.

Tres minutos después

Re:

¡No me digas que no te has acostado con ella!

Cuatro minutos después

Fw:

Ya estás otra vez poniéndote en el lugar de un hombre, Emmi, ¿verdad? No cambies de tema. Es absolutamente irrelevante que me haya acostado o no con Mia.

55 segundos después

Re:

¿Irrelevante? ¡No para mí! El que se acuesta con Mia nunca se acuesta conmigo, ni siquiera mentalmente. Eso quiero que quede claro.

Dos minutos después

Fw:

No reduzcas siempre nuestra relación al hecho de que dormimos juntos mentalmente de vez en cuando.

50 segundos después

Re:

¿Tú has dormido conmigo mentalmente de vez en cuando? Es la primera noticia que tengo. Pero suena bien.

Un minuto después

Fw:

Hablando de dormir, pero físicamente: buenas noches, Emmi. Son las dos de la mañana.

30 segundos después

Re:

Sí, es maravilloso. ¡Como en los viejos tiempos!

Buenas noches,

Emmi

A la mañana siguiente

Asunto: Un una palabra de sexo

Buenos días, Leo:

¿Cuáles son las consideraciones sobre mi persona que compartes con Mia? ¿Qué te ha dicho Mia de mí? ¿Ya sabes cuál de las tres Emmi que calzan un 37 soy? ¿Soy al menos la Emmi de quien tu hermana dijo: «De ésa te enamorarías»?

Una hora y media después

Fw:

No vas a creerlo, Emmi, pero no te hemos examinado desde un punto de vista exterior, sino interior. Desde el principio le di a entender a Mia que no quería saber qué aspecto tenías. Ella respondió: «Tú te lo pierdes». (De veras que es una buena amiga.) Por supuesto que Mia también sabía que querías cualquier cosa menos que acabáramos juntos. Enseguida comprendimos el papel que nos estaba destinado. Diez minutos sentados frente a frente... y ya éramos aliados en materia de Emmi Rothner.

12 minutos después

Re:

Y luego, sólo por fastidiarme, os enamorasteis.

Un minuto después

Fw:

¿Quién ha dicho eso?

Ocho minutos después

Re:

Lo ha dicho Leo Leike: «Mia, en cambio, se inclina sobre una mesa diminuta a medio metro de mí y enrolla espaguetis al pesto en la cuchara». Empalagoso. «Cuando vuelve la cabeza, siento la corriente de aire que produce.» Empalagoso. «Al mismo tiempo puedo verla, oírla, tocarla, olerla.» Empalagoso. «Mia es materia.» Rimbombante. ¿Sabes lo que te digo, Leo? Que lo de Marlene te lo perdono. Ella era anterior a nosotros y tiene derechos más antiguos. Pero las corrientes de aire que produce Mia al volver la cabeza me parecen francamente una frescura. A mí también me gustaría volver la cabeza y producir una corriente de aire que tú sientas, maestro Leo. (Vale, retiro lo de «maestro».) ¿Qué tiene la corriente de aire de Mia que la mía no tenga? Créeme, sé producir maravillosas corrientes de aire cuando vuelvo la cabeza.

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