Habrá alguien a quien el rey Hierón le parezca demasiado bueno para ser real. Los historiadores antiguos compartían ese sentimiento. He seguido el asombrado relato de Polibio, que lo destaca como ejemplo del buen gobernador en el que los historiadores deberían fijarse, en lugar de dedicarse a contar cuentos salaces sobre tiranos. Hierón gobernó Siracusa durante cincuenta y cuatro años, manteniendo su ciudad en una situación de paz y prosperidad sin precedentes. Murió en 215 a.C, a la edad de noventa y un años; durante gran parte de ese periodo reinó en amigable conjunción con su hijo Gelón, quien, sin embargo, falleció antes que él. El sucesor de Hierón fue su nieto Hierónimo, un adolescente apasionado que, por desgracia, decidió alterar todas las alianzas establecidas por su abuelo y condujo, fatalmente, a su ciudad a la guerra contra Roma. Fue en esa guerra cuando Siracusa, ciudad imposible de tomar al asalto, fue sitiada y bloqueada hasta que el hambre obligó a sus habitantes a abrir sus puertas. La ciudad fue extensamente saqueada. Arquímedes, que tenía entonces setenta y cinco años de edad, se contó entre los que murieron en el asalto. Según los relatos, estaba abstraído en sus cálculos, indiferente a los sangrientos sucesos que se producían a su alrededor, cuando un soldado romano lo interrumpió. Entonces Arquímedes le gritó que dejara «¡mis círculos tranquilos!», y el saqueador, molesto, acabó con su vida, para disgusto del general romano Marcelo, que era un hombre cultivado y habría deseado perdonar la vida de un hombre tan famoso en los anales de la inteligencia.
Con el paso de los años he disfrutado de la compañía de diversos físicos teóricos distinguidos. Eso ha influido, sin duda, en el retrato de este célebre colega suyo, aunque mi caracterización deriva esencialmente de los relatos que aparecen en fuentes antiguas y no se basa en ningún ser vivo.
(Sí, de acuerdo, la costumbre de mordisquear instrumentos de escritura la tomé prestada de alguien en particular. Pero no basaría nunca la totalidad de un personaje en alguien a quien quiero tanto. Demostraría muy poca inventiva.)
GILLIAN BRADSHAW, (Falls Church, Virginia, 14 de mayo de 1956) es una de las escritoras de narrativa histórica más importantes de habla inglesa. Cursó estudios en la Universidad de Michigan, en donde obtuvo por dos veces premios por sus trabajos sobre la Grecia Clásica. Es licenciada en Literatura e Historia Clásica en la Universidad de Cambridge. Actualmente reside en Inglaterra. Sus novelas destacan por el riguroso trabajo de documentación e investigación que realiza antes de escribirlas. Se encuadran dentro de los géneros de la ficción histórica, la fantasía histórica, la ciencia ficción, la literatura juvenil e infantil y ficciones contemporáneas con gran componente científico. Sus novelas históricas no fantásticas están situadas tanto en la Antigüedad Clásica (Egipto y Grecia) como en períodos posteriores como el Imperio Bizantino o la Gran Bretaña romana. Entre ellas destacan:
El heredero de Cleopatra
,
El contador de arena
y la trilogía sobre Bizancio compuesta por
Teodora, emperatriz de Bizancio
,
El faro de Alejandría
y
Púrpura imperial
.