El Hombre Multiorgásmico (8 page)

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Authors: Mantak Chia & Douglas Abrams Arava

BOOK: El Hombre Multiorgásmico
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EJERCICIO 4
FORTALECER EL MÚSCULO PC

  1. Inspira y concéntrate en la próstata, el perineo y el ano.
  2. Cuando espires, contrae el músculo PC alrededor de la próstata y del ano, al tiempo que contraes también los músculos que rodean los ojos y la boca.
  3. Inspira y relájate, relaja el músculo PC y los músculos de los ojos y boca.
  4. Repite los pasos 2 y 3, contrayendo los músculos cuando espiras y relajándolos cuando inspiras, de nueve a treinta y seis veces.
Autoplacer y Autocultivarse

El siguiente paso es cultivar la sensibilidad sexual. La forma más sencilla de desarrollar esta conciencia es darse placer a uno mismo. Desgraciadamente, en Occidente, a la mayoría de nosotros no se nos educó desde la perspectiva de que el sexo y la energía sexual son partes naturales y esenciales de nuestra salud general. Lo más probable es que desde la primera vez que empezaste a tocarte tus «partes», tus padres te dijeran (sutil o no tan sutilmente) que mantuvieses las manos fuera de los pantalones. Y aunque esto no impidió que siguieras encerrándote en el baño o en tu habitación, probablemente sientes culpabilidad o vergüenza cuando te masturbas. No eres el único.

La ambivalencia de las culturas cristianas hacia el sexo, en particular el no procreativo, todavía influencia la sociedad occidental y nuestras costumbres sexuales. Un buen ejemplo es el siguiente: en 1994, el Dr. Joycelyn Elders, la más alta autoridad sanitaria de los Estados Unidos, fue obligado a dimitir por declarar públicamente que la masturbación «es parte de la sexualidad humana». Merece la pena mencionar que la prohibición que la cristiandad ha impuesto sobre la masturbación, antes llamada
onanismo
, está basada en una interpretación errónea de la historia bíblica de Onán. Onán fue castigado por negarse a dar un hijo a la esposa de su hermano fallecido, como era costumbre en su tiempo. Su «pecado» no tuvo nada que ver con la masturbación
[1]
.

JUGAR CONTIGO MISMO

La sexualidad taoísta se desarrolló como una rama de la medicina y por tanto no incluye ninguna enseñanza moral específica
[2]
. No prohíbe ningún tipo de actividad sexual humana sino que trata de enseñar a conservar la salud cuando se practican estas actividades. Para los maestros taoístas, la masturbación (que ellos llamaron
práctica solitaria o ejercicio genital
) era la manera esencial de lograr el control eyaculatorio y de aprender a hacer circular la energía sexual para revitalizar todo el cuerpo. (Recuerda que la práctica solitaria, que llamaremos autocultivo o autoplacer, no incluye la eyaculación.)

Según el Tao, el juego es una de las mejores formas de aprender, y «jugar con nosotros mismos» es una excelente manera de fortalecer nuestros genitales e incrementar nuestra energía sexual. Mucha gente se preocupa porque piensa que se masturba en exceso, pero los taoístas sabían que no existe tal cosa, siempre que uno aprenda a controlar la eyaculación. El problema, lo que consume la energía masculina, es el exceso de eyaculación, que puede ocurrir tanto en el coito como en la práctica solitaria.

Según Kinsey y otros estudios más recientes, casi todos los jóvenes, así como la mayoría de los hombres, se masturban
[3]
. Prohibir o desanimar este aspecto tan importante de la sexualidad infantil y adolescente convierte a los muchachos en ladrones sexuales y les obliga a robar su placer. Es muy posible que tantos hombres tengan problemas de eyaculación precoz porque crecieron con la preocupación de eyacular antes de que les «descubrieran». El Dr. Wardell Pomeroy, en su libro
Boys and sex
, explica que como casi todos los muchachos se masturban, deberían aprender a hacerlo lentamente y durante largos períodos para poder hacer el amor durante más tiempo cuando sean adultos sexualmente activos.

Los taoístas añadirían que los muchachos deben aprender a darse placer sin eyacular. Los jóvenes o adolescentes que eyaculan en exceso se suelen encontrar con que la energía y la motivación de que disponen para realizar otras actividades decae significativamente. Mantak Chia, uno de los autores de este libro, nació y creció en Tailandia. Cuando era niño, se sentaba en la escuela junto a otro niño que tuvo que repetir el cuarto curso cuatro veces. El muchacho se masturbaba en clase todos los días cuatro o cinco veces y eyaculaba dentro de una botella. Obviamente este es un caso extremo, pero según el taoísmo, su fracaso escolar está plenamente justificado: literalmente estaba vaciándose a sí mismo y vaciando su cerebro. La expresión «follar hasta perder la cabeza» es una descripción precisa del estupor que sigue a las eyaculaciones repetidas.

Muchos hombres (y mujeres) casados o que mantienen una relación continúan cultivando el placer en solitario. En 1972, la Asociación Médica Americana informó a los médicos por medio de un libro llamado
Sexualidad humana
de que «la masturbación es practicada por hombres y mujeres de todas las edades, a menudo como complemento del coito sexual, y las mujeres tienden a masturbarse más cuando se hacen mayores» (las estadísticas sugieren que aproximadamente el 70 por ciento de los hombres y mujeres casados se dan placer a sí mismos)
[4]
.

El placer con uno mismo no puede sustituir la práctica sexual con una pareja, pero puede constituir un complemento valioso. Un estudio reciente llevado a cabo a nivel nacional y patrocinado por la Universidad de Chicago ha descubierto que las personas que practican el sexo de manera regular con su pareja tienden a darse placer a sí mismos con más frecuencia que los que no lo hacen
[5]
.

El placer autoinducido puede ayudar a aliviar la tensión acumulada cuando lo que se necesita más es una descarga sexual y no un encuentro íntimo. También puede ayudar cuando la pareja está cansada, distraída o tiene menos apetito sexual (si habitualmente tu pareja tiene menos apetito sexual que tú, recomiéndale la lectura del capítulo 6, y asegúrate también de que ambos leéis la sección llamada «Las estaciones de nuestra vida sexual» en el capítulo 9). Si por la razón que fuera sientes que no puedes darte placer a ti mismo, puedes aprender a hacerte multiorgásmico con tu pareja. Puede que tardes un poco más, pero eso es todo. También puedes practicar los ejercicios que ya has aprendido: respiración abdominal, la cuenta del siglo, detener la corriente y las flexiones del músculo PC.

Nadie nos enseña a darnos placer a nosotros mismos. Y, si tenemos en cuenta el escándalo que se produjo cuando el inspector general de sanidad Elders sugirió que quizá la masturbación «debería enseñarse», concluiremos que no es nada probable que se incluya próximamente entre las materias docentes. Casi todos aprendemos a masturbarnos a toda prisa, en soledad, o con otros muchachos igualmente inexpertos. Ninguna de estas circunstancias nos ayuda a desarrollar una verdadera sensibilidad —o una gran habilidad— por lo que a continuación te ofrecemos algunas sugerencias.

EXPERIMENTA TU PROPIO PLACER
. Si utilizas pornografía o textos eróticos para excitarte, una vez que lo logres intenta dirigir la atención a tus sensaciones corporales. La pornografía, aunque puede aumentar nuestra energía sexual, nos distrae y puede hacer que nos resulte difícil concentrarnos en las sensaciones corporales cuando estamos cerca del orgasmo. Muchos hombres aprenden a darse placer con la pornografía, y aunque este no es el mejor lugar para discutir los pros y los contras de esta costumbre o de la industria sexual, es importante reconocer que la pornografía tiene éxito cuando te aleja de ti mismo. En las prácticas sugeridas por este libro tienes que ir hacia dentro y experimentar tu propio placer, no la idea del placer que pueda tener otra persona.

ESTIMULA TODO EL PENE
.
Es importante estimular todo el pene
. La mayor parte de los hombres se centran fundamentalmente en el glande, que es la parte más erógena. Pero, según la medicina china, las distintas partes del pene se corresponden con los miembros y órganos de nuestro cuerpo (ver figura 7). Para evitar estimular en exceso una parte del cuerpo, intenta frotar todo el pene, tanto el cuerpo como el glande.

TÓCATE LOS TESTÍCULOS
. Si no acostumbras a tocarte el escroto, quizá quieras probarlo. Los testículos pueden mostrarse especialmente sensibles a un toque ligero, y muchos hombres disfrutan también cuando tiran del escroto. Frotar los testículos aumenta la producción de testosterona, lo que añade potencia al cuerpo, aumentando la producción de esperma y mejorando la salud general (ver masaje de testículos en el capítulo 8). En la sección siguiente describimos la técnica para «tirar del escroto», que puede ayudarte a retrasar la eyaculación, pero de momento debes aprender a tocarte el escroto por simple placer.

EXPLORA EL PUNTO DEL MILLÓN DE DÓLARES
. Durante la masturbación debes explorar el perineo y el punto del Millón de Dólares (junto al ano). Presionar sobre este punto Justo antes de eyacular te ayudará a detener el reflejo eyaculatorio, pero, una vez más, de momento sólo estás explorando por placer. Cuando presionas o aprietas este punto envías más sangre hacia el pene, lo que puede provocar sensaciones agradables. Una presión intensa y rítmica aplicada en este lugar imita las contracciones de la próstata que acompañan a la fase contráctil del orgasmo. Es preferible estimular el punto del Millón de Dólares cuando se ha logrado la erección y se está muy excitado ya que, como comentábamos anteriormente, el pene se excita e hincha de adelante hacia atrás. Si no sientes ninguna sensación o si sientes una sensación incómoda, detente y espera a estar más excitado. Si este lugar no llega a excitarte sexualmente, vuelve a centrarte en el pene y en el escroto.

TÓMATE EL TIEMPO QUE NECESITES
. Es importante tomarse todo el tiempo que se desee para disfrutar y aprender a prolongar la eyaculación. Hartman y Fithian comentan: «A lo largo de nuestro trabajo con más de mil casos, hemos descubierto que si un hombre puede aprender a prolongar la masturbación de quince a veinte minutos, podrá prolongar el coito todo el tiempo que quiera. Este período de tiempo (de quince a veinte minutos) parece ser crítico y, una vez superado, se tiene la situación controlada. Es así de simple»;

Puede parecer mucho tiempo, y lo es, especialmente si estás acostumbrado a masturbarte a toda prisa en dos o tres minutos. Un hombre multiorgásmico explicaba así la diferencia: «Cuando jugaba conmigo mismo, solía eyacular en unos pocos minutos, simplemente para aliviar la tensión, porque estaba aburrido o por lo que fuera. El cultivo personal es diferente. Intento jugar conmigo mismo sin irme todo el tiempo que pueda. Después de intentarlo unas cuantas veces pude prolongarlo durante veinte minutos».

Cuando seas multiorgásmico podrás alcanzar muchas cumbres orgásmicas (sin eyacular) a lo largo de esos veinte minutos y podrás hacer circular la energía rejuvenecedora y sanadora por todo tu cuerpo. Otro hombre multiorgásmico describió esta práctica como «algo que está a medio camino entre la masturbación y la meditación».

Lo último que querríamos hacer es que el autoplacer te resultara mecánico o supusiera una carga y, al igual que cuando hacemos el amor, no hay un número correcto de orgasmos ni una cantidad concreta de tiempo que sea la ideal. Ambos dependen de la situación, del tiempo libre de que dispongas y de tu nivel de excitación. Si empiezas a sentirte aburrido, pregúntate cuál es la causa de tu aburrimiento. ¿Estás volviendo a caer en antiguos hábitos? ¿Tu forma de tocarte se está volviendo mecánica? ¿Estás demasiado centrado en los genitales? ¿Estás distraído? Si no puedes concentrarte, intenta practicar el ejercicio de respiración descrito en el capítulo siguiente para volver a conectar con tu cuerpo.

Generalmente consideramos que sensibilizar nuestros cuerpos y mimarnos no es muy masculino, pero el placer es tan masculino como el dolor y además es mucho más divertido. Una buena forma de realizar estas prácticas es empezar por tomar un buen baño caliente (quizá con un poco de sésamo calmante y aceite de oliva) y darse un masaje corporal. Una iluminación tenue o la luz de las velas te ayudarán a centrarte. Otra posibilidad es sentarte frente a un espejo (con o sin vela) donde puedas contemplar tu cuerpo. Intenta sentir su sensualidad; toca y siente tus manos y brazos, tus pies (si puedes llegar hasta ellos), pantorrillas y muslos. Tócate el pecho y los pezones. Cuando te des placer, intenta masajearte y acariciarte los muslos y el estómago antes de concentrarte en los genitales.

CULTIVA EL AMOR
. Aunque la mayoría de los hombres se dan placer a sí mismos (se sientan culpables o no), muy pocos son capaces de hacerlo con una actitud amorosa, cultivando el amor hacia sí mismos mientras lo hacen. Cultivar el amor hacia uno mismo es esencial si se quiere ser un compañero amoroso para los demás. La energía sexual sólo amplifica la energía que ya está en nuestro cuerpo, sea positiva o negativa. Si lo que sientes es amor, el amor aumentará con el deseo sexual, pero si lo que sientes es odio, entonces aumentará el odio. Es esencial que entiendas cómo la energía sexual amplifica tus emociones, tanto cuando practicas en solitario como en pareja. Cultivar la energía sexual convirtiéndola en amor y bondad te ayudará a no eyacular; es mucho más difícil mantener el control si sientes ira o impaciencia.

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