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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Histórico

Guía de la Biblia. Antiguo Testamento (22 page)

BOOK: Guía de la Biblia. Antiguo Testamento
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La tribu de Leví no se incluye entre las demás tribus porque no se encontraba entre los guerreros. Su tarea consistía en realizar las funciones sacerdotales. Por tanto, todos los varones fueron censados, y no sólo los de veinte años para arriba. En el primer censo, la cifra alcanza los 22.273, y en el segundo los 23.000.De esa manera se hace parecer a Leví más pequeña que el resto de las tribus, y ello puede deberse al ataque contra Siquem.

La mujer etíope

Los israelitas emprendieron la marcha sobre Canán y, por el camino, Moisés tuvo que vérselas con varios tipos de rebelión. Hubo disensiones incluso en el seno de su propia familia, pues su hermana, María, y su hermano, Arón, formaron parte de una conspiración contra él:

Números 12.1.
María y Arón murmuraban de Moisés por la mujer cusita
[42]
que éste había tomado...

Por este versículo, uno podía imaginarse, igual que mucha gente, que Moisés tenía una mujer negra, porque actualmente se utiliza «etíope» como un eufemismo sinónimo de «negro».Sin embargo, no hay razón para pensar que fuese negra, o ni siquiera etíope en el sentido actual. La palabra hebrea que la versión que cito traduce por«etíope», es «cushi», y en la Revised Standard Version se describe a la esposa de Moisés como «la mujer cusita».
[43]

Como he explicado antes (v. cap. 1 ), un cusita bien puede ser un etíope. Según la leyenda, Moisés sirvió en su juventud como general egipcio, conduciendo a sus tropas a una campaña triunfal en Etiopía, y es lógico que allí pudiera tomar esposa o concubina. Sin embargo, la Biblia no da pruebas de esto, y la leyenda de las aventuras etíopes de Moisés probablemente no se basara en nada más consistente que este único versículo.

Contra esta teoría está el hecho de que los cusitas también son un pueblo árabe (v. cap. l).

En la Biblia sólo se menciona concretamente a una mujer como esposa de Moisés. El matrimonio de Moisés tuvo lugar durante su huida a Madián, en Arabia, y su estancia en la casa del sacerdote del desierto (v. cap. 2):

Éxodo 2.21.
Moisés accedió a quedarse en casa de aquel hombre, que le dio por mujer a su hija Séfora.

Séfora bien podía serla mujer cusita que se menciona en Números 12.1. Podía estar resentida con María por unos celos generalizados en el interior de la familia o, más concretamente, porque era una «mujer cusita»; es decir, madianita y extranjera, y no israelita.

En cualquier caso, Moisés se enfrentó con su hermano y hermana sofocando las disensiones, como hizo en otras muchas ocasiones a lo largo del Éxodo.

Caleb

Al, llegar al desierto de Farán (v. cap. l), al sur de Canán, Moisés tomó la precaución de enviar espías al interior para observar la situación. Sus informes podían servirle de base para una distribución lógica de sus fuerzas y para elaborar un plan de campaña eficaz.

Se eligieron doce espías, uno de cada tribu, pero sólo dos eran importantes. Uno era Osea, de Efraím, a quien Moisés rebautizó como Jehoshua, o Josué (v. cap. 2). El otro era de Judá:

Números 13.6.
De la tribu de Judá, Caleb, hijo de Jefoné.

En muchos aspectos, la carrera de Caleb es paralela a la de Josué. Si Josué fue el héroe de muchas leyendas que se originaron en las tribus del Norte, Caleb fue el héroe análogo de las del Sur.

En este versículo se trata a Caleb como si fuera un simple judeo, pero el libro de Josué se refiere a él de manera más detallada:

Josué 14.6.
...y Caleb, hijo de Jefoné, el quineceo...

Un quineceo (o «Kenizzite», según la Revised Standard Version) es un descendiente de Quinez, que se menciona en el Génesis como hijo de Elifaz, primogénito de Esaú. Por tanto, los quineceos pertenecen al clan edomita, que debió adoptar la tribu de Judá. Esta no es la única indicación de que la tribu de Judá incluía miembros de pueblos no israelitas. En el capítulo 38 del Génesis se dice que Judá se casa con una extranjera:

Génesis 38.2.
Vio (Judá) allí a una cananea... y la tomó...

Esta puede ser una indicación de que la tribu de Judá, situada al sur de Canán, tuviese un origen en parte cananeo y en parte edomita. Incluso es posible que, en el período tribal primitivo, Judá no se sintiera parte de Israel, porque en ciertas partes fundamentales del libro se ignora a Judá de manera ostensible. Hasta en los tiempos davídicos, cuando Judá no sólo formaba parte integrante de Israel, sino que le proporcionó una dinastía reinante, existía una continua falta de simpatía entre la tribu del sur y las del norte. Esto se exacerbó hasta llegar a una enemistad directa que acabó en el cisma y en la guerra civil.

Sin

Desde Farán, los espías viajaron hacia el norte:

Números 13.21.
Subieron ellos y reconocieron la tierra desde el desierto de Sin hasta Rejob...

Números 13.22.
...y llegaron a Hebrón, donde estaban... los hijos de Enac. Hebrón fue fundada siete años antes que Tanis en Egipto.

Números 13.23.
Llegaron hasta el valle de Escol, cortaron un sarmiento con racimos de uvas.... y granadas e higos.

El versículo 21 indica el alcance de la exploración, pues se cree que el «desierto de Sin» estaba al extremo norte de Farán, y por tanto la zona desértica se encontraba al sur de Berseba mientras Rejob, cuya situación exacta se desconoce, es un emplazamiento al extremo norte de Canán. Es lo mismo que si dijéramos que se han recorrido los Estados Unidos «de Maine a California».
[44]

La frase final del 13.22especifica la legendaria antigüedad de Hebrón afirmando que es siete años anterior a Tanis, nombre que los griegos dieron a Zoan. Era la capital del reino hicso, y se utiliza como comparación porque, entre las ciudades importantes de Egipto, era la más próxima a Canán y, tal vez por ello, la más famosa.

La antigüedad de su civilización era el orgullo de Egipto, y sus vecinos lo reconocían con respeto. No existía mejor manera de atestiguar la antigüedad de una ciudad que afirmar que era anterior a una ciudad egipcia.

Aunque Canán no parecería una región absolutamente fértil a alguien que procediera de California o del Nilo, sin duda se lo parecería a las tribus invasoras procedentes del desierto. Oasis con mucha agua, como en el que se situaba Hebrón, parecerían particularmente fértiles y justificarían la famosa descripción de Canán que se emplea en varios lugares de los primeros libros de la Biblia. Así, en la primera entrevista de Dios con Moisés, Yahvé promete sacar a los israelitas de Egipto:

Éxodo 3.9.
...a una tierra fértil y espaciosa, una tierra que mana leche y miel...

Los productos agrícolas de Escol, una región hortícola cerca de Hebrón, fueron llevados a los israelitas que aguardaban como prueba de que la descripción estaba justificada.

Cades

El informe de los espías llegó al lugar donde los israelitas habían establecido un campamento casi permanente:

Números 13.26.
Volvieron de explorar... y llegados, se presentaron a... los hijos de Israel en el desierto de Farán, en Cades.

Cades significa «sagrado», y probablemente recibió ese nombre porque poseía algunas reminiscencias santas para los habitantes preisraelitas de la región. Se identifica con un lugar que en la actualidad se llama Ain Cadis, situado a unos ochenta kilómetros al sur de Hebrón, en el extremo noreste de la península del Sinaí.

Pese a la fertilidad de la zona de Hebrón, los espías volvieron con informes enteramente pesimistas. Pensaban que las ciudades cananeas eran demasiado fuertes para ser tomadas por asalto, y predecían un desastre si se intentaba invadirlas. Sólo Josué y Caleb presentaron un informe minoritario en favor de un asalto inmediato, y a continuación estuvieron a punto de ser lapidados. Descorazonados, los israelitas consideraron volver a Egipto, pero Moisés los mantuvo en su sitio, y durante los treinta y ocho años siguientes Cades siguió siendo la capital israelita mientras Moisés y Josué organizaban sus fuerzas para la tarea que tenían por delante.

Coré, Datán y Abirón

La estancia en Cades iba a resultar difícil para Moisés. Los años de inactividad, con Canán a la mano, pero inaccesible, parecían una burla del Éxodo y arrojaban dudas sobre la capacidad de Moisés como caudillo. Se produjeron graves sediciones:

Números 16.1.
Coré, hijo de Isar ... ; Datán y Abirón ... de los descendientes de Rubén ...

Números 16.3.
Se conjuraron contra Moisés y Arón...

Al parecer, este capítulo conjuga en un solo relato lo que en realidad constituyeron dos rebeliones distintas contra Moisés, una de Coré y otra de los rubenitas.

La rebelión de Coré fue específicamente un cisma religioso. Moisés y Arón eran hijos de Amram, y Coré era hijo de Jishar, el hermano pequeño de Amram (v. cap. 2). Como Moisés asignó la parte más importante de las tareas sacerdotales a Arón y a los amramitas, Coré se sintió injustamente discriminado.

La rebelión de Coré fue sofocada, pero tal vez no sin que se llegara a un compromiso. Al menos el libro de los Números señala más adelante que, pese a la destrucción de Coré y de su grupo:

Números 26.11.
...los hijos de Coré no perecieron...

En realidad, los coreitas sobrevivieron para convertirse en un gremio hereditario de músicos del Templo, concesión que quizá recibieran en el caso de una guerra civil levita, cuyo recuerdo constituye el fundamento del capítulo dieciséis del libro de los Números.

La rebelión rubenita de Datán y Abirón parece haber tenido un carácter estrictamente político. En algún momento de la historia tribal primitiva, Rubén debió de hacerse con la jefatura, porque existe la firme tradición de que Rubén es el primer hijo de Israel. Durante el Éxodo, los rubenitas debieron presenciar con desaliento el cambio de la jefatura religiosa a la tribu de Leví (Moisés y Arón) y de la jefatura militar a la tribu de Efraím (Josué). La historia de Datán y Abirón debe basarse en el recuerdo de alguna intentona de Rubén por recobrar la jefatura, algo de lo que quizá se haga eco el enigmático versículo del Génesis donde se afirma que Rubén cometió incesto con la concubina de su padre (v. cap. 1).

La rebelión rubenita también fue aplastada, y en la historia israelita la tribu de Rubén no volvió a desempeñar un papel importante.

El abismo

Según la descripción bíblica, el castigo especial impuesto a los rubenitas rebeldes fue el de ser tragados vivos por la tierra:

Números 16.32.
Abrió la tierra su boca y se los tragó...

Números 16.33.
Vivos se precipitaron en el abismo...

La palabra hebrea que aquí se traduce por «abismo» es
seol
, y la Revised Standard Version la deja sin traducir. Los israelitas primitivos imaginaban el
seol
como un mundo subterráneo a donde iban las almas de los muertos. Al principio se pensaba que era un lugar en penumbra, donde no había tormentos especiales, pero sí una ausencia de alegría. Tampoco existía diferencia alguna entre el bien y el mal; todos los seres humanos iban allí después de la muerte, salvo aquellos pocos que, como Enoc y Elías, ascendieron vivos al Cielo.

Tal representación es semejante a la de otros lugares imaginados por los hombres de la antigüedad. Para los griegos, tal mundo estaba regido por un dios, Hades, y en los primitivos mitos nórdicos existía un mundo semejante regido por una diosa, Hel
[45]
. Por tanto, en algunos lugares de la Biblia
seol
se sustituye por «infierno», y en el Nuevo Testamento, que originalmente se escribió en griego, se traduce por «Hades».

El carácter moral de
seol
, su transformación en un lugar de tormento para los malvados mientras que los buenos van a otra parte, se adquirió en épocas posteriores, al término del Antiguo Testamento.

El monte Or

La vieja generación estaba desapareciendo y quedaban pocos de los que eran adultos en tiempos del Éxodo. Por ejemplo, María, la hermana de Moisés, murió en Cades.

Llegó el momento de hacer algo. Un asalto a Hebrón, desde el sur, seguía pareciendo imposible; quedaba la opción de rodear Hebrón viajando en dirección noreste. Entonces podría atacarse Canán desde el oriente, posición más vulnerable.

Sin embargo, para viajar directamente hacia el noreste, había que atravesar el territorio de Edom. Se consideraba a los edomitas como un pueblo hebreo emparentado con los israelitas, y por tanto quedaba descartado el uso de la fuerza contra ellos. Moisés pidió permiso para pasar pacíficamente por su territorio, pero se le denegó. En años posteriores, tal negativa se utilizó como un motivo de agravio contra Edom y como causa de enemistad.

Por tanto, era necesario rebasar el flanco de las zonas fortificadas de Edom, de modo que los israelitas viajaron hacia el sureste.

Números 20.22.
... de Cades...llegó Israel... al monte Or.

Suele identificarse al monte Or con el pico más alto de la sierra de Seir (v. cap. 7). Entonces murió Arón y lo enterraron en el monte Or; la montaña con que ahora se le identificase llama, en árabe, Yebel Jarum, «Monte Arón».

Más adelante se dan algunos datos sobre la muerte de Arón:

Números 33.38.
Arón... murió allí el año cuadragésimo después de la salida de la tierra de Egipto...

Números 33.39.
Tenía Arón ciento veintitrés años...

Si el Éxodo tuvo lugar en el 1211 aC, la muerte de Arón se produjo en el 1171 aC. Ese también debe ser el año de la muerte de Moisés y de la entrada en Canán, porque los acontecimientos se suceden ahora con rapidez, aunque la Biblia continúa interrumpiéndolos con largos discursos a cargo de Moisés y de otros.

Si aceptamos la edad que tenía al morir, Arón debió nacer en el 1294 aC, mientras que Moisés, que era tres años menor, nació en el 1291 aC. (Este último dato es interesante, porque prácticamente coincide con el inicio del reinado de Ramsés II, el Faraón de la Opresión (v. cap. 2.)

La serpiente de bronce

Cuando acabó el tiempo de luto por Arón, los israelitas prosiguieron su marcha hacia el sur, al extremo del golfo de Acaba, rodeando el territorio edomita para luego dirigirse de nuevo al norte. Allí se produce un suceso que posteriormente originaría tradiciones continuas.

La Biblia explica que los israelitas se vieron acosados por una plaga de serpientes:

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