Marea oscura I: Ofensiva (43 page)

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Authors: Michael A. Stackpole

Tags: #Aventuras, #Ciencia ficción

BOOK: Marea oscura I: Ofensiva
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—Hazme saber lo que averigües al respecto —Luke sabía que algunos Jedi eran muy diligentes en su afán por encontrar cosas que conectaran la Orden Jedi actual con la que el Emperador había destruido.
Pero robar los recuerdos de la gente...
—. Encontrar objetos que amplíen nuestro conocimiento sobre los Jedi es importante, pero hacerlo a costa de la gente y de la imagen de la Orden es algo que no nos podemos permitir.

Corran se echó la túnica verde por encima y se la ajustó a la cintura con una correa negra.

—Creo que la actitud correcta es que nosotros somos Jedi, y por lo tanto esas reliquias nos pertenecen. Da igual quién las encuentre. No estoy de acuerdo con ello, pero lo puedo entender.

—Yo también lo entiendo, Corran, pero tengo una opinión dividida. Creo que tener los objetos para estudiarlos es muy valioso, pero tampoco estoy seguro de que tengamos los recursos y la experiencia necesarios para sacarles el máximo partido —Luke se acarició la mandíbula—. La doctora Pace y sus alumnos tienen los conocimientos que hacen falta para sacarle todo el jugo al material.

Creo que necesitaremos ayuda académica, por lo que habrá que convencer a algunos Jedi de que no son ladrones y que no nos van a quitar nuestros objetos.

Mirax se rió.

— ¿No os parece un tanto irónico que la misión de Bimmiel acabara siendo un saqueo de objetos yuuzhan vong ante sus propias narices?

—Sí, también lo he pensado, Mirax —Luke juntó las yemas de los dedos—. La pequeña advertencia que dejaron a la entrada de ExGal incluía una calavera y una máquina destrozada, lo que me hace pensar que ambas cosas constituyen para ellos un aviso de muerte.

Corran se recostó en la cama del hospital y se puso unas almohadas en la espalda.

—Pero tampoco entiendo esa tecnofobia. Está claro que ellos generan biológicamente cosas que cumplen las mismas funciones que nuestras máquinas. La única diferencia es que las suyas están vivas.

—Es una diferencia significativa, Corran. Quizás en el pasado hubo una guerra que enfrentó a androides y a yuuzhan vong. Quizá los androides les masacraron y por eso desarrollaron ese odio patológico por las máquinas —el Maestro Jedi se sentó en una silla—. ¿Quién sabe? En cualquier caso, es probable que nos consideren malignos por el hecho de utilizar máquinas para casi todo.

—Si ésa es su actitud, les hubiera encantado ver a Jens analizando el cadáver yuuzhan vong con el digitalizador y el microscopio de escaneo —Corran entrecerró los ojos—. Pero no es eso lo que más me perturba, sino lo de los esclavos que vimos. Debían de proceder del Borde y de la Nueva República. No vi ninguno de los reptiloides que utilizaron en Dantooine.

—Pero estaban los seis yuuzhan vong que se colaron en el recinto e intentaron asesinar a los refugiados —Mirax se apoyó en el ventanal de transpariacero por el que se filtraba la luz—. No entiendo por qué hicieron eso si ya había un ejército designado para tomar el campamento.

Corran se encogió de hombros.

—Bueno, puede que actuaran como Ganner y dejaran de acatar las órdenes en busca de su propia gloria.

Luke arqueó una ceja.

— ¿Piensas que Ganner volvió a buscarte por eso?

—Sí, en parte sí.

—Y no te gusta deberle nada, ¿verdad?

Corran puso un gesto amargo.

—No es tan malo como deberle algo a Booster, pero se lleva mal.

—Lo superarás —Mirax se hizo una coleta con la larga melena negra—. ¿Creéis que los yuuzhan vong lo hicieron por gloria personal o por otra cosa?

—Teniendo en cuenta lo mal que pelearon es obvio que no tenían experiencia

—Luke suspiró—. Y, aun así, mataron a un noghri, lo que no es fácil. La investigación forense ha revelado que no tenían tantas cicatrices, tatuajes y huesos rotos como el cuerpo que trajimos de Bimmiel o como los otros especímenes que tenemos. Yo diría que o salieron por su cuenta o eran una avanzadilla.

Corran hizo un gesto con la mano.

—Y hay otra cosa que no sé si entiendo bien. Las estructuras de las que colgaron a los estudiantes... y de la que tenían suspendido a Jacen... estaban diseñadas para causar dolor. Ni mucho, ni poco, sólo dolor. Ambos hemos visto a los yuuzhan vong matando a sus esclavos sin piedad y, en mi caso, por placer y por algo más incluso. Las cicatrices, los tatuajes, los huesos rotos.. puede que el hecho de acabar de salir de mi último tanque de terapia de bacta altere mi perspectiva de las cosas, pero, en mi opinión, dolor y diversión no tienen nada que ver.

—Puede que matar esclavos no sea una diversión para los yuuzhan vong, sino algo que algunos están más dispuestos a hacer que otros —Luke abrió los brazos—. Todos sabemos que hay algunos Jedi a los que les gusta usar la Fuerza más que a otros. Y por lo que respecta a lo de los huesos rotos y esas cosas, tú eres el que tiene un amigo que es rastreador gand. Sabes por lo que tuvo que pasar para conseguir ese rango. Puede que las heridas, los tatuajes y las cicatrices sean un símbolo para los yuuzhan vong.

Mirax alzó la mano.

—Teniendo en cuenta que me gano la vida comerciando con objetos de significado cultural, me da la impresión de que todos esos símbolos son externos. Las cicatrices y los tatuajes vale, pero ¿los huesos rotos?

Especialmente cuando rompen la simetría. No tiene sentido.

Luke se encogió de hombros.

No tendrá sentido para nosotros, pero sí para ellos. El dolor y la cicatrización podrían tener valores superiores en su cultura. Y el hecho de que tengan criaturas para infligir dolor me da la razón. No sé si sería así en Bimmiel, pero, en Belkadan, la estructura de la que pendía Jacen podría haber albergado a un yuuzhan vong sin problemas.

—Es verdad, ahora que lo dices.

El Maestro Jedi continuó.

—Creo que es importante darnos cuenta de que las acciones de Dubrillion y Dantooine estaban destinadas a probarnos y a entrenar a los soldados. Son muy inteligentes y lo tienen todo pensado. Leia me dijo que según la opinión de Lando del primer y el segundo ataque yuuzhan vong, los segundos estaban mucho mejor entrenados. Esto podría enseñarnos mucho sobre los ataques pasados y nos dará pistas sobre cómo será el tercero.

Corran suspiró.

—No me gustó el segundo ataque. La idea de un tercero, o de la continuación del segundo. No lo espero con impaciencia.

—Yo tampoco, pero pensar que van a retirarse para siempre después de esto sería tan estúpido como la creencia del Senado de que los yuuzhan vong no iban a volver tras el primer ataque.

—Lo sé, Luke, lo sé —Corran se abrazó el estómago—. Y yo estaré ahí, haciendo lo que me pidas. Es bueno saber que esta vez contaremos con el respaldo de la Nueva República.

—Estoy de acuerdo —Luke exhaló lentamente—. Y espero que sea suficiente, por el bien de la galaxia.

Epílogo

Que sus subordinados temblaran ante la visión de su rostro descubierto complacía bastante a Shedao Shai. El comandante yuuzhan vong había optado por entrar en el grashal de Bimmiel sin el casco o la máscara blindada que su elevado rango le permitía llevar. Su bastón de mando estaba enrollado en su antebrazo derecho. Más estrecho y mucho más corto que un anfibastón, el tsaisi pertenecía a la misma especie que su primo, pero era más delicado. Su utilización letal requería mayor habilidad, de ahí que fueran pocos los elegidos para portarlo.

Shedao Shai se detuvo en lo alto de las escaleras que conducían al grashal. Lo que vio podría haberle enfermado, pero no mostraría signos de debilidad ante los rangos inferiores.
A los que están por debajo
. Varias larvas de gricha habían sido diseminadas por el suelo para que comieran arena y excretaran el material que taparía las brechas por las que habían entrado los comedores de arena que habían devorado a los dos guerreros yuuzhan vong.

Dos guerreros de mi familia
. Shedao Shai comenzó a bajar lentamente las escaleras, dejando que las espuelas retumbaran en el suelo a cada paso. Midió sus movimientos y contempló a sus pies a quienes cumplían con sus tareas o se detenían para mirarlo. Los que no miraban hacían gala de un desinterés que claramente escondía su ambición, y los que miraban eran aduladores idiotas que pensaban que su ascenso podría llegar por otro medio que no fuera el valor en el combate.

Sólo aquellos que miran de reojo, curiosos por naturaleza, sienten respeto y afán por su tarea
. Se fijó en quiénes eran y eligió a uno que había decidido supervisar al ngdin mientras la criatura borraba lentamente los restos de los intrusos que habían destruido el grashal. Esperó pacientemente a que su elegido alzara la mirada, y cuando lo hizo le indicó que se acercara.

El guerrero cogió al ngdin, agarrando a la criatura con ambas manos a pesar de que los numerosos flagelos sobre los que se movía podían pincharle. Lo volvió a poner en el suelo del grashal, dejando que atacara un borrón escarlata.

Luego se arrodilló ante su amo y se llevó el puño derecho al hombro izquierdo.

Shedao Shai se le quedó mirando.

—Puedes mirarme, Krag Val.

—Si fuera merecedor de ese honor ya habría terminado mi tarea, comandante Shai.

Muy bien
. El yuuzhan vong entrecerró los ojos y asintió lentamente.

—Me gustaría que me informaras de lo ocurrido aquí.

—Haré lo que pueda, comandante —el guerrero se puso en pie y se volvió para señalar las estructuras—. Creo que dos de los humanos de este planeta fueron colocados en el Abrazo de Dolor. Al menos otros dos individuos vinieron a rescatarlos. Los cortes del Abrazo, del suelo y de las reliquias de sus parientes me llevan a pensar que eran jeedai. Creo que Neira Shai fue el primero en caer durante el enfrentamiento. Su cráneo estaba carbonizado a la altura de la cuenca del ojo. Dranae Shai hirió a su enemigo gravemente, pero la rotura de su cadera indica que le devolvieron el golpe. Entre sus restos no he encontrado pruebas de que le mataran en combate.

La voz de Krag Val bajó de tono.

—De los pocos restos que se han recuperado.

Shedao Shai sintió la furia bullendo en su interior, pero se controló. La información proporcionada por Krag Val era lo que ya sabía por el informe preliminar que le habían dado al volver de Dantooine. Sus batallas allí y en Dubrillion le habían proporcionado una mayor comprensión del enemigo.

Pensó que tenían recursos y que podían llegar a ser valientes.
Casi llegué a considerarles dignos
. Pero lo que había aprendido de su conducta en Bimmiel le llevó a la conclusión de que estaban más allá de toda redención.

—Este jeedai que sangró aquí, ¿dónde están sus restos?

Krag miró fijamente al suelo y se llevó las manos a la espalda. Se agachó indefenso para que su amo pudiera pegarle si así lo deseaba.

—No hay restos. Por el rastro de sangre, hemos llegado a la conclusión de que lo elevaron para sacarlo de aquí.

Las manos de Shedao Shai se apretaron formando puños que lucían protuberancias puntiagudas en los nudillos.

— ¿Me estás diciendo que recuperaron el cadáver del jeedai y dejaron que el nuestro fuera carroña para esas ratas?

—Así es, comandante.

Shedao Shai gruñó, alzando el puño derecho hacia su propio rostro desfigurado.
Esto es culpa de Nom Anor, ese maldito cachorro de máquina
. Nom Anor se había infiltrado en la Nueva República y había enviado mucha información sobre los enemigos a los que se iban a enfrentar, pero no lo había incluido todo. Y, lo que es más, había hecho una intentona de hacerse con el poder cuando su facción política lanzó el ataque a Dubrillion y a Belkadan.
Si su gente hubiera ganado esas batallas, él habría estado al mando de la invasión. Sus fallos dictaron mis primeros movimientos, dado que no podíamos dejar que la vergüenza de sus derrotas empañara nuestra victoria. Yo acabé su trabajo, pero ahora mis parientes han pagado con la vida sus errores
.

A pesar de estar hablando entre dientes, la voz del comandante sonaba firme.

— ¿Y Mongei Shai?

Krag Val se postró de rodillas y se tumbó en la base de las escaleras.

—Hay pruebas, comandante, de que un grupo de humanos encontró la cueva en la que había estado esperando. Ellos... me da miedo decirlo, amo...

Shedao Shai comenzó a estremecerse, pero prosiguió con voz firme.

—Esos crímenes no son tuyos, Krag Val.

—Perturbaron su descanso, maestro. Utilizaron... dejaron sus abominaciones mecánicas en el lugar donde lo encontraron.

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