Authors: Douglas Coupland
Ethan: «¿Como un tirano sifilítico embalsamado?»
«¡Sois unos cabrones! Oh, lo siento, señora Underwood.»
Hoy he aprendido una expresión nueva: «ventana de proteínas». Todd me ha explicado lo que es.
Por lo que parece, después de hacer culturismo, existe un período de dos horas durante el cual el cuerpo puede absorber aminoácidos. Ésa es la ventana de proteínas. Estaba hablando con él y me ha dicho: «Tío, me gustaría seguir hablando pero mi ventana de proteínas está a punto de cerrarse», y se ha ido corriendo a la cocina y se ha comido un pollo. Menuda década ésta.
Se me ha olvidado comer mientras tenía la ventana de proteínas abierta. A lo mejor por eso me duele todo.
Correo electrónico de Abe:
En el futuro, todos los planetas licuaran un numeral romano tras el nombre y tendrán nombres de una o dos sílabas que sonaran como el tejido para alfombras Dupont de 1966... Norlon IV... Erthrea IX... Gil II
Bug se ha integrado en el «Equipo Lego de Bobsleigh» y ha caído en picado hasta el punto más bajo de lo
nerd.
El equipo está en Berkeley: utilizan pistas hechas con Hot Wheels de Mattel, apuestan con dinero del Monopoly y tienen megáfonos y cosas así. Y también trofeos Lego.
Todd me ha llamado hoy «decadente», ¡después de haber estado hablándome de las ventanas de proteínas! Increíble. Ha dicho que era decadente porque estaba comiendo cereales Lucky Charms. Ha dicho que eran el «síntoma de una cultura en declive: la histeria de la sacarosa, ya sabes».
Yo he dicho: «Pero Todd, los Lucky Charms se inventaron durante el gobierno de Johnson. No puede haber nada más antideclive que la sociedad de aquella época. Cañones y mantequilla... Me parece increíble estar hablando contigo en serio de todo esto. Es una tontería como una casa.»
En cualquier caso, eso ha sido el inicio; más tarde, Karla y yo hemos escrito una gran lista de «cereales decadentes» en la pizarra blanca de la oficina.
CAP'N CRUNCH:
Razón por la cual este cereal es decadente:
a) El explotador colonialista persigue a las inocentes culturas recolectoras de crunch-bayas para expoliarlas, b) Las borracheras, la tortura y el libertinaje implícitos en los largos cruceros oceánicos.
FROSTIES:
Razón por la cual este cereal es decadente:
«Tony el Tigre», el portavoz de voz meliflua del complejo militar-industrial, explota la necesidad de los sectores sociales menos favorecidos de una figura paternalista tipo Reagan. Un cuento aleccionador sobre los peligros de la ausencia de adoctrinamiento desde la guardería.
TRIX:
Razón por la cual este cereal es decadente:
«Trix», el conejito bienintencionado, es mantenido en permanente estado de desnutrición/servilismo por los hijos dominantes de la burguesía parásita. La frase «Conejo tonto, Trix es para niños» sólo puede ser interpretada como una llamada a la lucha de clases.
LUCKY CHARMS:
Razón por la cual este cereal es decadente:
Hombre sin amigos adultos conocidos engatusa a los niños y se los lleva al bosque con el propósito de llevar a cabo una seducción nutricional (ideológica). Los motivos vivos y brillantes del envase (supuesta alusión al «sabor») son, en realidad, metáforas de la sacarosa embotadora de almas.
RICE KRISPIES:
Razón por la cual este cereal es decadente:
Snap, Krackle y Pop son símbolos apenas velados de la Comisión Trilateral.
COCOA PUFFS:
Razón por la cual este cereal es decadente:
«Soy cucú, de Cocoa Puffs», la chachara demente de Sonny, el pájaro/representante de Cocoa Puffs, es un correlato perfecto de la locura inherente a la innecesaria esclavitud del proletariado.
COUNT CHOCULA-FRANKENBERRY:
Razón por la cual este cereal no es decadente:
Las relaciones homosexuales ofrecen un excelente modelo de conducta en esta nueva era de diversidad. El ingenioso vampiro aprovecha la eterna lucha del oprimido para derribar a las clases dominantes.
Sobre el mismo tema, recibo de Abe:
MartesHe adoptado el sistema de elección por calorías: filete de pescado estilo casero con macarrones y queso. Se mete en el microondas seis minutos; 430 caloriias. Comete dos y no tendrás que pensar en la comidad durante 5 horas. Bebida: Tang.
Te gusta el Airbus A300?
¡Mi padre ha conseguido el trabajo de Delta! «Mi jefe tiene 32 años y es un capullo, la verdad, pero ahora estoy en el mundo real.» Empieza la semana que viene. Lo hemos invitado a cenar, pero él y mi madre han tomado un taxi a Il Fornaio, en Palo Alto. Querían agarrar una buena curda. ¡Mis padres!
En la oficina hemos abierto un concurso para proponer soluciones alternativas sobre qué hacer con la difícil situación que plantea (a los rusos) el cuerpo cada vez más incómodo y obstinadamente incorruptible de Vladímir I. Lenin. Sugerencias:
SUSAN:
«Que le pongan un esmoquin y lo sienten entre el público en la ceremonia de entrega de los premios de la Academia. La entrega de los Oscar se hace en una gran sala llena de gente atractiva vestida con trajes de noche y esmoqúines; cuando la Academia da los premios al mejor sonido y todo el mundo huye al vestíbulo, otras personas ocupan los asientos, con lo que las cámaras que filman el público no encontrarán ningún asiento vacío. Cuando Daniel Day Lewis tenga que ir al lavabo, las cámaras podrán hacer un zoom y verán la imagen de Sigourney Weaver sentada junto a... ¡Lenin!»
DUSTY:
«Seguro que a los Reagan les molaría un montón tener a Lenin en su sala de billar de Santa Bárbara. Podrían ponerlo dentro de una armadura de esas que imitan a las antiguas (seguro que tienen alguna) y entonces, cuando Henry Kissinger fuera a verlos, Nancy podría decir: «¡Oh!, Henry, a ver si adivinas a quién tenemos con nosotros esta noche» y, ññeeeeccc, abriría la pequeña visera y ahí estaría ¡Lenin!, y todos soltarían unas risitas.»
BUG:
«Leninito ha muerto, pero eso no quiere decir que no pueda promocionar productos, ¿no? En el peor de los casos, Benetton podría meterlo dentro de uno de sus jerséis. Eso da para un anuncio a doble página en una revista. ¿Y Revlon? El joven Len debe de tener un aspecto horrible después de tantos años. Quizá Clinique tenga algún potingue bueno y juvenil para echárselo en la cara, ¡un cambio de imagen! Los cambios de imagen son la forma de arte oficial de los noventa.
A media tarde, Dusty ha intentado llevarnos a hacer aerobic, pero sólo ha conseguido seis miradas indignadas. Como mínimo se va corriendo hasta Oakland durante la hora de comer. La gente de la zona de la Bahía es muy extremista.
Ethan está evolucionando hacia un planteamiento bancario totalmente contrario: «¡Nada de normas!» Me apuesto a que si el mercado de futuros de Chicago empezara a vender futuros de plutonio, Ethan acudiría como si le hubieran pinchado en el culo.
Look y Feel y las crías arman ahora un barullo tremendo. Corren por toda la oficina... parece como si las paredes estuvieran vivas.
Resulta que hoy mismo tres de nosotros, cada uno por su cuenta, hemos ido a comprar ropa a Gap y, cuando nos hemos enterado, nos ha dado tal escalofrío que nos hemos puesto a analizar el fenómeno Gap para intentar quitarnos de encima una vaga sensación de victimización del consumidor.
Susan dice que los de Gap son muy listos porque son capaces de llevar a cabo una política que abarca los extremos: «Los chicos de Armpit, Nebraska, van a Gap con imágenes mentales de Manhattan, Claudia Schiffer y el Concorde, mientras que los chicos de Manhattan van a Gap con una imagen mental de Armpit, Nebraska. Así que es como si la ropa de Gap te transportara a otro sitio.»
Bug ha dicho que Gap es bueno porque «puedes ir a Gap en cualquier sitio, comprar cualquier cosa y, compres lo que compres, nunca tendrás que preocuparte por si a la salida pareces un gilipollas llevando puesto lo que hayas comprado». Susan ha contestado que, ahora, el único problema es que todo el mundo compra en Gap (o en un isótopo de Gap), de modo que todo el mundo tiene el mismo aspecto. «La cosa tiene gracia porque se supone que la diversidad es lo más moderno que hay pero, si uno toma una muestra de ciudadanos, nunca lo diría.»
Supongo que la ropa de Gap es lo que uno lleva si quiere dar la imagen de que no es de ninguna parte; es una ropa que permite borrar las diferencias geográficas y ser como todo el mundo en todo el mundo.
Dusty se ha mostrado de acuerdo y ha dicho que eso es bueno, porque presupone ciertas nociones democráticas y promueve la ilusión de una monocultura consensuada: «Pero quizá sea un pelo triste, porque a eso ha quedado reducida la democracia: a la capacidad de comprar la ilusión de una ciudadanía cohesionada por 34,99 dólares (cinturón incluido).» Suponemos que la ropa de Gap no tiene nada que ver con el lugar, pero tampoco con el tiempo. No sólo permite que parezca que no eres de ningún lugar concreto, sino que también permite que parezca que no procedes concretamente del presente. «Mirad su última campaña, la de "los muertos van de caqui" —ha dicho Bug—. Al utilizar a Balanchine, a Andy Warhol y a todos esos muertos para colocarte la ropa de color caqui, Gap permite que el que lleva ropa Gap se disocie del ahora y entre en un nebuloso entonces, un entonces situado en la cabeza del comprador... un período tan extenso que va de los años veinte de Picasso a los sesenta de los hippies.»
Como Todd no estaba, no nos hemos tomado la molestia de preguntar si Lenin llevaba ropa de color caqui.
Karla ha señalado que hay más Gaps que las tiendas llamadas Gap. «J. Crew es un Gap apenas disimulado. Igual que Eddie Bauer. Banana Republic es de los mismos dueños que Gap. Armani A/X es un euro-Gap. Brooks Brothers es un Gap para gente con mayores ingresos cuyos cuerpos necesitan disimulo, ascenso social y estandarización. Victoria's Secret es un Gap de calculada osadía para señoras. McDonald's es el Gap de las hamburguesas. LensCrafters es el Gap de las gafas. Mrs. Fields es el Gap de las galletas. Etcétera, etcétera.»
Susan ha dicho que el tema que unifica toda esta gapidad es, naturalmente, la hoja de cálculo informática y el inventario por código de barras. «Un cosmopolita de vuelta de todo compra en el Upper West Side una camisa color avena tipo obrero de Armpit, Nebraska, y los ordenadores de Gap —situados, sin duda, en un viejo centro de mando del NORAD, en una mina abandonada de las Rocosas— vomitan instantáneamente el mensaje a los fabricantes asiáticos: "Las camisas de obrero de Armpit se venden como rosquillas." A su vez, un espíritu rústico de Armpit que se consume por dar a su aspecto un toque de vida que lo aleje del silo se compra una camisa de tejido oxford con botones en el Gap local, y los telares informatizados de Gap en Asia se reorganizan para el regreso de la moda con aire de estudiante.»
Bug ha dicho que: «En el fondo del corazón, uno va a Gap porque espera que tenga algo que otras tiendas Gap no tengan... incluso la menor desviación de su norma altamente estandarizada e inventariada se convierte en un tesoro valioso. Es como cuando vas a un McDonald's y están haciendo encuestas de mercado sobre un McNuggets de cordero o algo así, y sabes que se trata de un experimento.»
Ethan ha intervenido y se ha mostrado completamente de acuerdo: «El diciembre pasado, en el Eaton's Centre de Toronto, compré un chándal rojo y negro tipo comandante Picard que todavía no he visto en ningún otro Gap. ¿Era un test de mercado de una nueva línea o sencillamente los restos de una operación de marketing que fracasó?»
Entonces Michael ha observado que hace unos pocos años se produjo cierto revuelo en relación con la ética de Dairy Queen, que enviaba a sus franquicias hamburguesas seudoaleatoriamente irregulares, con bultitos en el contorno, para que el consumidor tuviera la sensación de que estaba comiendo una hamburguesa «hecha a mano». «Siguiendo esta idea, uno se pregunta si Gap no asignará aleatoriamente a sus diversas sucursales artículos de vestir no estandarizados para simular la ilusión de que existe una variedad regional.»
Para romper el estado de trance que se estaba creando, he gritado: «¡Control Gap!», y todos los qu
e
estábamos en la oficina hemos tenido que confesar, con sentimiento de culpa, el número de prendas compradas en Gap que llevábamos puestas en aquel momento. Karla, el único espíritu puro libre de Gap, ha pasado el resto del día con la sonrisa victoriosa y satisfecha de quien ha escapado de las fauces hambrientas del industrialismo del código de barras. En cambio, nosotros, las víctimas de Gap, hemos dado a la tecla de avance rápido hacia un mundo no rústico totalmente mcnuggetizado de unidades consumibles estandarizadas.
Hemos vuelto al trabajo y Dusty se ha puesto a pensar: «Parece como si ser rústico fuera una afirmación política: un modo de decir "escojo no aliarme con las oscuras fuerzas de unas prácticas comerciales amorales, transnacionales, codibarradas y regidas por el GATT".»
«Entonces, seamos rústicos», he dicho yo.
«Pero ¿cómo podemos ser rústicos, Dan?»
«Bueno, quizá podría hacerse uno su propia ropa», ha dicho Bug, pero todos le hemos contestado: «De qué vaaaas...», aunque sólo sea por el hecho de que, ahora, nadie tiene tiempo libre.
«Se podría comprar ropa anterior al inventario informatizado», ha sugerido Susan, pero entonces Bug ha replicado que así uno se convertiría en víctima de la moda retro.
Al final, hemos llegado a la conclusión de que la única manera de ser rústico es hacer que tu madre te compre la ropa en, por ejemplo, Sears o JC Penney.
O que te la compre Michael.
Susan no podría ser menos sutil en relación con su encaprichamiento por Emmet aunque se lo propusiera. Y Emmett es tan obtuso que no se entera de nada. Resulta sorprendente que los humanos consigan propagarse.
Hoy Susan llevaba unos pantalones muy cortos y un minúsculo top de malla a lo
Barbarella
, unos aros de plástico y una peluca tipo
El valle de las muñecas
. Parecía salida de una portada de 1967 de la revista
Life
. Este atuendo, unido al tiempo cálido, a que Todd trabajaba sin camisa y a que Dusty ensayaba las sesiones para el concurso IV Rosa de Hierro (mientras Karla y Susan aprendían las poses), han hecho que la oficina rebosara sexo. ¡Esto no es natural!