Microsiervos (37 page)

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Authors: Douglas Coupland

BOOK: Microsiervos
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Las ocho leyes para la contratación en multimedia:

1)

Pregunta siempre: «¿Qué has producido durante los últimos dos años?» Es lo único que en realidad debería preguntarse. Si no han producido nada en los últimos dos años, pregunta: «Bueno, ¿cuál es tu excusa?»

2)

La fase «el trabajo como modo de vida» dura unos diez años. Péscalos cuando son jóvenes y asegúrate de que no crezcan nunca.

3)

No puedes confiar en un perro que ha mordido. No contrates a nadie que puedas robar a otra compañía en mitad de un proyecto.

4)

La industria está hecha de técnicos dotados o de generalistas listos, los que se aburrían en el instituto, la clase de gente a quienes el profesor siempre estaba diciendo: «Mira, Abe, podrías sacar sobresalientes si te lo propusieras. ¿Por qué no te esfuerzas un poco?» Busca a esta gente: los generalistas con talento. Son buenos como directores de producto y de proyectos. Son los mismos que en 1973 habrían ido a parar a la publicidad.

5)

Un chalado por cada nueve personas equilibradas es una buena proporción en una compañía. Demasiados maníacos pueden hacer que te salga el tiro por la culata. La gente equilibrada es mejor para la estabilidad a largo plazo de la compañía.

6)

Compañías recién creadas, cuidado: los chicos recién salidos de la universidad se hartan invariablemente tras unos pocos años y se pasan a las grandes monoculturas tecnológicas en busca de estabilidad.

7)

La gente está madura para tomar alguna buena idea y largarse de las monoculturas tecnológicas entre los veinticinco y los treinta años.

8)

El límite superior de edad para la gente con instinto para este negocio está en los cuarenta años. La gente que tenía más de treinta años al principio de la revolución de los PC, que tuvo lugar a finales de la década de los setenta, ha perdido el tren; cualquier persona mayor de esta edad es como una radio de coche Delco AM.

Le he sugerido que difundiera el texto en la Red en comp.contrat.esclavitud, y vería cómo le iban añadiendo más leyes, pero se ha ofendido y ha dicho que, dado que él tenía la versión en papel, ésas eran «LAS LEYES», y me he dado cuenta de que era inútil luchar contra ello o contra él.

«Oye, Ethan —he dicho—: Eso del papel térmico queda muy 1991.»

Otro día superlargo. Son las 6.00. Me parece que el cielo empieza a ponerse de color rosa. ¡Vaya, hombre, el amanecer!

Miércoles

Ahora Susan está torturando al pobre Emmett con su indiferencia. El pobre Emmett se siente de «usar y tirar».

Susan ha desconectado su correo instantáneo y cuando el alelado señor Talam la visita en su estación de trabajo, raciona sus palabras y le dice que está demasiado ocupada programando o demasiado ocupada con su revista para Chyx, que ha bautizado «Duh...», para hablar con él.

Susan ha creado una dirección en Internet para Chyx y prevé que la semana que viene se hayan apuntado, por lo menos, cien chicas en la Red. Quiere organizar debates sobre el hecho de que Fry's no venda tampones como metáfora del miedo que los hombres sienten hacia las mujeres, así como charlas sobre ideas para nuevos productos, el culto a Barbie y demás. Se ha metido en esto de modo obsesivo.

«Podría estructurar los debates y los tablones de anuncios como un número de
Sassy
, habría comentarios y un lugar donde pedir consejo a otras mujeres... ¿cómo se llama esa columna?»

«Quisicosas», ha contestado Karla rápidamente.

«Ah, sí. Bien, no lo llamaría así, sino algo que hiciera referencia a una narración personal: "ME SUCEDIÓ A MÍ."»

«¡Era la mejor programadora de mi grupo y ascendieron a ese imbécil de Tony!»

«¡Me sucedió a mí: quedé para salir con un director de marketing y resultó ser un cretino!»

«¡Me sucedió a mí: era la única chica en todo el Valle del Silicio y, a pesar de todo, no conseguía ligar!» (Susan).

«¡Me sucedió a mí: hice un programa para escribir guiones para
Melrose Place
que generaba líneas argumentales controvertidas, marginales, no lineales y vibrantes, con lo que gané una fortuna!»

Susan ha iniciado una cruzada. O un alboroto.

Karla ha impreso las siguientes letras y las ha pegado en su cubículo. Son las letras de HAL 9000, en
2001
:

ATM LIF COM

HIS FLX NUC

MEM CNT VEH

Esta tarde, Ethan se ha metido con una rutina de Bug. «Pero Bug, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Perritos calientes? Lo has puesto todo, incluso el morro. Sólo te falta chillar.»

Bug le ha dicho que se fuera a la mierda, que quién se creía que era ¿Bill... ? El Bug de antes habría secuestrado a un empleado de McDonald's como rehén con una carabina de cañones recortados. Bien por Bug.

Estábamos discutiendo sobre la animación asistida por ordenador y nos hemos dado cuenta de que, en su época, habrían necesitado todos los ordenadores del mundo para hacer que se moviera la nariz de Elizabeth Montgomery en
Embrujada
. «Los ENIAC y todo eso —ha dicho Karla—.Ahora podrías hacerlo con un Mac. En dos minutos.»

Esta tarde ha pasado Jeremy por aquí, y es el doble de Bug. Gemelandia.

Se ha asomado por la puerta de entrada de la oficina y, en cuanto ha salido con Bug en dirección a su Honda, nos hemos levantado en estampida, como los 101 Dálmatas, para mirar como tontos por la ventana.

Karla ha dicho que la relación debía de ser seria, porque «ya sabéis lo difícil que es hacer que venga alguien hasta aquí desde San Francisco». Tiene razón. Aunque les regalaras un Infiniti J30, seguro que darían alguna excusa para no conducir los ridículos cuarenta kilómetros que hay hasta el Valle del Silicio.

En realidad, existe cierto esnobismo de ida y vuelta entre el Valle y la Ciudad. El Valle piensa que la Ciudad es esnob y decadente, y la Ciudad piensa que el Valle es poco creativo y un muermo con tanta técnica. Pero veo que estas impresiones empiezan a desvanecerse. Todo esto suena como la vieja canción de Joan Báez, «One Tin Soldier».

Mientras llevaba a Misty a dar un paseo con mi madre por el jardín botánico de Stanford, mi madre me ha contado una conversación que había oído entre dos enfermos de Alzheimer en el hogar de ancianos donde colabora como voluntaria:

«A: ¿Qué tal?

B: Bien, ¿y tú?

A: ¿Qué tal?

B: Estoy bien.

A: ¿Así que estás bien?

B: ¿Qué tal?»

Me he reído, ella me ha preguntado el motivo y le he dicho: «Me recuerda las charlas del foro de conversación America Online». Me ha pedido un ejemplo, así que se lo he dado:

A: Hola, ¿hay alguien ahí?

B: Hola, A.

A: Hola, B.

C: Hola.

B: Mira, aquí está C.

A: ¡Hola, C!

B: CCCCCCCCCC

C: A + B = A + B

A: Me largo

B: Adiós, A

C: Adiós, A

B: Ca

C: Caca

«Y éste —he dicho— es el tan cacareado diálogo transglobal que nos hará cambiar de paradigma y definirá nuestra época, y al que todas las revistas de la Tierra están dedicando hectáreas de páginas impresas.»

Otra cosa. Misty se ha llenado el pelo de abrojos y hemos pasado un cuarto de hora quitándoselos.

Desde luego, ahora que nada todos los días, mi madre está llena de energía. Y su seguridad en sí misma ha aumentado muchísimo desde que ganó el concurso de natación. Ha estado reordenando su montón de piedras con vigor renovado.

Martes

Chisme descomunal. Fusión del núcleo: Susan y el pobre, pequeño y manso Emmett Talam, nuestro mangafóbico creador de
storyboards
, han llegado a la catástrofe nuclear. Ha sido MUY violento... En mitad de la oficina, Emmett ha empezado a bramar: «Sólo piensas en mí como si fuera un trozo de carne, Susan. Y no me gusta nada.»

Y Susan le ha contestado: «Yo no te llamo trozo de carne: te llamo mi muñeco de follar.»

(Susan examina la habitación en busca de respuesta, todos seguimos sentados, simulando trabajar, con los ojos como los de esos acaramelados retratos de huerfanitos, contemplando nuestros teclados.)

«Bueno, me parece que esto no me gusta», dice Emmett.

«Bueno, ¿qué quieres? ¿Ir más lejos? ¿Quieres tener una relación seria?» «Bueno...»

«Basta de lloriqueos. Creía que el trato era que había sexo y nada más. No me des la lata. Tengo que seguir trabajando.»

Así que Emmett ha seguido trabajando. Nosotros, claro, hemos permanecido en silencio, pero los mensajes del correo instantáneo volaban de una pantalla a otra. Parpadeo parpadeo parpadeo. Estábamos Pasmados. El pobre Emmett está enamorado y Susan no quiere que lo esté. O quizás a ella sí le gusta este tipo de relación. La gente siempre consigue lo que necesita. Esta vez, Susan se ha ganado la medalla del semental.

He ido a Price-Costco. Mi tarea semanal consiste en comprar para la oficina cosas de picar, que colocamos en un estante IKEA en la cocina. Todo cuesta 75 centavos.

Mr. Noodles (para Dusty)

hojaldre Pop-Tarts

polvos para hacer chocolate caliente

sopas instantáneas Cup A Soup

tabletas de avena

Cheetos

galletas Famous Amos

galletas Fig Newton

palomitas para microondas

patatas fritas con sabor barbacoa

Hacia el final de la tarde, Karla, Bug y yo hemos ido a dar un paseo por «el páramo multimedia». Menuda broma. ¡No hay nada! O, mejor dicho, hay montones de cosas en el extremo norte del puente de la Bahía, una zona con el mismo aire de una zona industrial de extrarradio; está lleno de compañías haciendo cosas que molan, pero no existe una interfaz pública, de modo que uno podría estar en cualquier zona de almacenes de cualquier otro lugar. No hay puestos de camisetas.

Nos hemos encontrado con Jeremy. Se ve que está muy metido en cosas de manipulación del cuerpo: tatuajes, aros en todas partes y (horror) ¡marcas con hierros candentes! Tiene mucha conciencia política y habla del movimiento homosexual: todo eso me recuerda el reciente coqueteo con el marxismo de nuestra oficina, e intento fingir que es fascinante pero, sin querer, me pongo a pensar en otra cosa. Como cuando alguien se pone a describir su equipo de música.

Pero no he podido evitar la idea de que ha sido bueno que Bug viniera a San Francisco: ser gay aquí es algo sin importancia. Puedes ser un activista gay ultrapolitizado o un gay republicano; no domina ninguna camarilla. Y, afortunadamente para Bug, parece haber un grupo más numeroso donde ligar que en Coeur d'Alene o Seattle.

El caso es que Bug, Jeremy, Karla y yo nos hemos parado en Manipulaciones Corporales, en Fillmore Street. El tipo de delante de nosotros estaba esperando para que le pusieran una «Giga»: un aro en el trozo de piel que hay entre el escroto y el ano.

«¡Si tu cuerpo es tu disco duro!», ha dicho Karla, provocando las miradas fulminantes y embarazosas de todos los que estaban en la tienda.

Karla, Bug y yo hemos palidecido y Bug ha preguntado a Jeremy si su aro no podía esperar. Jeremy se ha puesto furioso y se ha marchado. De modo que, por ahora, el
piercing
se aplaza, y Bug ha caído en desgracia ante Jeremy. Bug ha dicho: «Me parece que hay muchos aspectos de esta nueva cultura que todavía no entiendo bien. Llego a ella con bastante retraso.»

Siempre que me manda un mensaje por correo electrónico, Abe añade una coletilla relacionada con la comida rápida. He hecho una lista. Ahí va:

Aparcamiento abundante

Pregúntale a tu jefe sobre los sindicatos...

No, no lo hagas

Masa frita: ñam

Rótulos de plexiglás: excelentes blancos para una pistola de aire comprimido

Comida para gatos: el siguiente nivel Los clientes cogen demasiadas servilletas gratis

La bacteria e coli. 157 coloniza las empanadas poco hechas

Los empleados mayores son fáciles de tiranizar

Todo el mundo tiene miedo a los payasos

Bocadillo de pescado... Mundo real... ¿Sí o no?

Las encuestas de mercado consideran que las hamburguesas de cordero no tienen éxito

La combinación de colores chillones hace que la gente no se quede mas rato del necesario

Los vales de regalo son regalos cutres

Redecillas para el pelo

Cuesta imaginar a Ronald McDonald ligando

Más máquinas de naranjada en las fiestas de cumpleaños

La música ambiental hace que los quinceanyeros gamberros no se queden mas rato del necesario

Iconos en lugar de palabras en los botones de la caja registradora

Hamburguesas de buey fabricadas con formas pseudoaleatoriamente irregulares

Improbables las hamburguesas de trébol

Los Nuggets de cisne tientan a los yuppies

28 muertos en un baño de sangre fortuito con francotirador

Comidas tristes. Y todo va bien

Los uniformes deben afirmar la asexualidad

El personal mas jóven exhibe su insolencia

Viernes

Susan y Emmett han hecho las paces, pero Karla dice que la suya va a ser una relación tempestuosa. A Susan le gusta tiranizar a los demás, y a Emmett le gusta que lo tiranicen. Hace un rato estaban en el aparcamiento rellenando pimientos verdes medio podridos con pintura para barcos de color rojo que esta noche lanzarán contra las vallas publicitarias que exploten la figura de la mujer. Emmett tiene la misma expresión que se le pone a Misty cuando Dusty le hace dar vueltas a su alrededor haciendo el avión. Está espeluznantemente enamorado. Me refiero a que yo quiero a Karla, pero Emmett parece... ¿cómo diría yo?... esclavizado.

*UH OH*

Bueno, pero Susan también es obsesiva. Así que forman una buena pareja.

Mi madre y yo hemos llevado a Misty a dar un paseo matutino y mi madre estaba más habladora que de costumbre. Su trabajo en el hogar de ancianos le da que pensar, según parece. Entre el hogar de ancianos, la natación, la biblioteca y mi padre, ahora está muy ocupada.

Para no quedarse muy atrás respecto a nosotros, «los niños», mi madre ha estado leyendo (y recortando) aún más artículos sobre esta ¡¡@$&*%H Superautopista de la Información. La magnitud de su entusiasmo por los recortes parece haber hecho que el tema penetre en su conciencia. Ha estado preguntándome sobre cerebros y memorias.

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